Capítulo 11
Pov. Aitana
Llego a casa y lo primero que veo es a Alex junto a dos personas, no sé porqué pero uno de ellos me suena, pero no puedo verlo muy bien. Alex se da cuenta de mi presencia y me sonríe, le dice algo a los dos hombres y se acerca a mí, me toma del brazo y me lleva a una sala aparte.
-¿Qué pasa? - le pregunto cuando estamos solos.
-¿Has visto a los hombres con los que estaba? - me pregunta serio.
-Más o menos, estaban de espaldas, por lo que no pude verlos bien, pero uno de ellos me resultaba familiar.
-¿El beta?
-No sé quién es el beta y quién el alpha - me encojo de hombros.
-¿Se te parece a Ariadna?
Esa pregunta me cae como agua fría, no puede ser, no puede ser que el padre de Ariadna aparezca justo ahora, sabíamos que vendría pronto, pero no tanto; Paula ahora es como un volcán a punto de estallar, si ve ahora a ese tipo, no habrá nada que pueda evitar la furia de Paula, estallará, y todo será destruido.
-Pide a unos guerreros que encuentren a Paula y le digan que venga.
-Ya he avisado a un par de guerreros, ahora deben de llegar - nada más acabar la frase, llaman a la puerta y entran dos personas, ¡vaya casualidad!
-¿Nos ha llamado alpha? - pregunta uno de ellos.
-Sí, necesito que busquen a mi hermana y le digan que tiene que venir aquí.
-Y que primero se calme - añado, los guerreros, temerosos, asienten y se retiran.
-Eso solo cabreará más a Paula - me dice Alex.
-Lo sé, pero hay que intentarlo - digo en un suspiro.
Salimos de la sala y volvemos con esos dos, al poder verlo mejor, puedo apreciar más el parecido que guarda con Ari, me fastidia que se parezca tanto a este tipejo, pero escondo mi desagrado y sonrío falsamente al estar frente ellos, no tengo nada en contra del alpha, pero sí de su beta.
-Alpha Miguel, esta es mi luna, Aitana - me presenta Alex con una sonrisa.
-Un gusto - digo lo más amable posible.
-El gusto es mío, mi nombre es Miguel, y este es mi beta Nataniel - ¿Para qué me dice su nombre?, Alex ya lo dijo cuando me presentó.
-Mucho gusto - dice Nataniel con una sonrisa que no me agrada nada, además, el sentimiento no es mutuo, aunque no lo voy a decir en voz alta.
-Pasemos a mi despacho - dice Alex.
Alex los guía, y yo durante todo el camino estuve agarrada de su brazo, no me apetece tener que hablar con ese sujeto que, desgraciadamente, es el padre de Ari. Estuvimos hablando por un rato en el despacho, al parecer un clan de brujas blancas que había cerca de su manada ha desaparecido, y han venido a avisarnos ya que saben sobre mi relación con el pueblo de Lux.
Lo que nos han contado me ha sorprendido, el clan desapareció en una sola noche, lo cual no es bueno, y me temo que ésto solo es un indicativo de que Fátima está cerca. Ésto es peor de lo que pensé, la batalla será más dura de lo que imaginé, si pueden hacer que un clan desaparezca de la noche a la mañana, significa que son más fuertes que antes.
Alex y Miguel siguieron hablando de cosas de manadas y alianzas, no presté mucha atención a decir verdad, siento que mi cerebro va a mil por segundo, mis hijos no podrían haber encontrado a sus mates en peor momento, pero ni modo, lo único que espero es que Axel no pierda el control sobre Fenris, no podemos permitirnos más problemas.
Pov. Axel
-Eres un bruto - se queja Aarón, otra vez.
-Deja de quejarte - digo exasperado.
-¿Qué deje de quejarme?, te has pasado - se vuelve a quejar.
-No exageres - digo soltando un bufido.
-¿Exagerado?, poco más y me matas animal.
Os explico, cuando estuve cerca del claro del bosque, oculté mi olor y me acerqué sigilosamente, mi hermano estaba ahí como cabía esperarse, por lo que, cumpliendo mi amenaza, lo ataqué, y puede, solo puede, que me pasara un poco con la paliza, pero en mi defensa diré que estaba en forma lobuna y Fenris me apoyaba con la paliza.
Por suerte, Aarón, igual que Atenea y yo, al ser hijo de un alpha y la bruja más poderosa que existe se recupera rápido, por eso no me preocupa si me he pasado o no, aunque resulta pesado las quejas constantes de Aarón. Al salir del bosque, nos encontramos con Paula hecha una furia, está claro que aún no se le ha pasado en cabreo.
-¿Te encuentras mejor? - le pregunto.
-No demasiado - me contesta sin mirarme - ¿sabéis el motivo por el me ha llamado mi hermano y Aitana me ha pedido que me calme? - nos pregunta, y creo que hablo en nombre de los dos cuando digo que estamos aterrados.
Esa es una pregunta que, a simple vista, parece inofensiva, y si viniera de cualquier otra persona, no daría ni pizca de miedo, entonces seguro que os preguntaréis cuál es el problema, bien, el problema es que es Paula, una Paula cabreada con los ojos negros y voz casi de ultratumba, consecuencia, sus sobrinos acojonados y sin saber qué decir o hacer.
-Ni..ni idea, nosotros estamos entrenando, ahora íbamos a casa - digo sin dejar de tartamudear.
Paula no dice nada más y sigue su camino, que parece ser la casa principal, y nosotros también íbamos para allá, por lo que, a una distancia prudencial, la seguimos por detrás. Incluso a distancia se puede percibir el aura de Paula, que denota cabreo por todos lados, si tuviera que darle un color, elegiría el negro y rojo sangre, solo espero que no sea la sangre de alguien conocido.
Al llegar a casa mis padres estaban saliendo de allí con dos tipos que nunca había visto, deben ser de otra manada, a pesar de tener muy buena visión, al mantener tanta distancia con Paula y por tanto de ellos, no puedo apreciar muy bien a esos hombres, pero sí puedo notar como Paula aprieta los puños con fuerza y como su aura de cabreo aumenta, esto no me gusta.
-Cuerpo a tierra y sálvese quien pueda - dice mi hermano y se tira al suelo.
-¿En verdad crees que eso te salvará de la furia de Paula?
-Tienes razón - me dice levantándose - me vuelvo al claro a entrenar, avísame cuando el huracán Paula se haya calmado.
No espera una respuesta de mi parte antes de irse corriendo de vuelta al bosque, a veces me pregunto como siendo tan cobarde, quiere ser cazador, no lo entiendo. Vuelvo la atención hacia adelante y puedo ver como mi padre intenta controlar a Paula mientras mi madre habla con ella, imagino que intentando calmarla; no sé qué hacer.
Tienes dos opciones, uno, hacer como el cobarde de tu hermano y huir hasta que pase la tormenta, o dos, puedes quedarte, averiguar lo que pasa, y demostrar que verdaderamente eres un alpha, cosa que empiezo a dudar.
¡¡Claro que soy un alpha!!, pero tienes que admitir que Paula cabreada da miedo.
Gallina.
¿¡Gallina!?, te voy a demostrar que soy tan o más alpha que tú.
Eso ya lo veremos, gallina.
Ese lobo asqueroso cierra el link y yo vuelvo a entrarme en mi familia, parece que han conseguido controlar a Paula, por ahora. Me acerco y entro a casa cuando ellos lo hacen, quiero saber qué está pasando y porqué Paula se ha enfadado tanto, además de demostrar al estúpido de Fenris que se equivoca conmigo, que soy un alpha y él solo un lobo.
______________________________________
Siento haberme demorado, pero además de exámenes, también tengo trabajos y no he tenido tiempo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top