Capítulo EXTRA
Este es un capítulo que escribí como consigna para un concurso, y la verdad me gustaría dejarlo aquí para compartirlo con ustedes... Espero lo disfruten...
Soesy2 se que a ti te gustó mucho esta historia por lo que también es un regalo para ti por compartir tu tiempo conmigo.
~PDV ELIAN~
Me desperté porque el sol golpeaba con fuerza mi rostro mientras que yo quería seguir durmiendo. Me levanté de la cama sintiendo que dejaba algo atrás, una sensación de temor recorrió rápidamente cada una de mis venas. Volteé y me encontré a Nastya profundamente dormida, el verla de aquella forma tranquilizó mi corazón.
No había palabras para expresar cuánto amaba a esa mujer, muchos pensarían que fui un acosador por mucho tiempo, que nuestra relación iba demasiado deprisa, que nuestros sentimientos no eran profundos, pero poco me importaba lo que el mundo pensara de nosotros, nuestro amor iba más allá de las normas sociales, nuestro amor era puro y sano ¿Entonces por qué tenía que amar como el mundo quería?
Caminé tratando de no hacer ruido no quería interrumpir su precioso sueño por lo que me apuré a correr la cortina.
—¿Tanto vas a tardar en correr una cortina? —La voz adormilada de mi amada me sorprendió.
—¿Estabas despierta? —pregunté curioso corriendo la cortina y volviendo rápido a la cama.
—Me desperté en el instante en que te levantaste de la cama. —Nastya envolvía de manera suave y lenta mi torso entre sus brazos logrando que la cordura abandonara cada rincón de mi mente.
—Lo siento, no fue mi intención despertarte, solo quería seguir durmiendo a tu lado pero parecía ser que el sol estaba celoso de nosotros y no me dejaba hacerlo. —Me gustaba jugar con ella de esa forma.
—¡Qué cosas dices! —Ella rió tiernamente y afianzó más su agarre acomodando su cabeza sobre mi pecho—. Deja de hablar por un minuto y vuelve a dormir, todavía es temprano para levantarse.
Nastya tenía la facilidad de caer rendida en el instante que sus ojos se cerraban, y ese era mi instante preferido porque podía apreciar su belleza todo lo que quisiera, y así acariciando cada hebra de su cabello me dormí envuelto en su amor.
Estar a su lado así, simplemente durmiendo uno al lado del otro para mi ya era suficiente para ser inmensamente feliz. Y soñando con sus besos me desperté un minuto antes de que la alarma de mi celular hiciera lo suyo, así que con mucho más cuidado que el de antes me levanté y tras corroborar por varios minutos que ella no había despertado me dirigí al baño.
Mis mañanas arrancaban una vez que me bañaba a pesar de que me negaba a que el exquisito aroma de la piel de Nastya desapareciera de mi cuerpo, era necesario arrancar el día fresco.
Luego de cambiarme en la oscuridad más absoluta porque no quería interrumpir su sueño, aún podía dormir algunos minutos más, me dirigí a la cocina para preparar el desayuno.
No era un excelente cocinero pero me gustaba hacerlo para ella, aprender cada receta que le gustaba para luego preparársela se había vuelto mi hobbie personal.
Coloqué el jugo de naranja, las tostadas, las mermeladas y los postres de chocolate que había salido a comprar en su pastelería preferida en una bandeja para llevarla hasta la cama.
Dejé la bandeja sobre la pequeña mesa de noche que se hallaba al lado de mi cama y como si fuera un niño pequeño me lancé sobre su cuerpo.
—¡Amor, amor, amor! —Comencé a decirle en un tono juguetón mientras movía mi cuerpo de un lado a otro sobre el de ella.
—Ya basta Elian, pesas mucho. —Trataba de sacarme de encima pero no podía hacerlo debido a que sus manos habían quedado presas debajo de mi—. Quiero seguir durmiendo, hoy es domingo y no tengo que atender pacientes. —Se quejaba tratando de liberar sus manos pero era en vano.
—Justamente por eso, porque es domingo no puedes seguir durmiendo. Vayamos a una cita, hace tiempo que no tenemos una. —Presenté mi argumento, y era cierto así que hoy quería aprovechar al máximo mi día con ella—. Además... -dije alargando la frase— traje tus pasteles favoritos de chocolate para el desayuno. —Ella al oír eso en un instante sacó fuerza de no se dónde y se sentó sobre la cama haciendo que yo rodara hacia un lado hasta caer al suelo.
—Más te vale Elian que no sea un truco tuyo para hacer que me mueva de la cama porque si es así date por muerto. —Me amenazó a lo que yo reí desde abajo.
—Puedes comprobar por ti misma. —hablé incorporándome del suelo para mostrarle el desayuno que esperaba por ella—. Aa aa aa... —La detuve justo cuando se estaba por abalanzar sobre el chocolate—, primero a lavarse los dientes. —Le enseñé con mi mano el camino al baño que ella ya conocía desde hacía tiempo.
—¡De acuerdo! —Se levantó haciendo puchero en su cara tentando a la suerte, sabía que esa era una de mis expresiones favoritas—. ¡No te vayas a comer ninguna! —gritó desde el otro lado de la puerta.
—Yo tengo las mías de frutilla y ni sueñes que te daré un mordisco. —grité buscando mis tartas porque no entraban en la bandeja por lo que tuve que preparar una segunda bandeja.
Nastya salió del baño y como un rayo se dirigió hasta la cama, se acomodó apoyando su espalda con el respaldar de la cama para luego tomar con mucho cuidado su desayuno para depositarlo sobre sus piernas.
—¿Y bien qué quieres hacer? —preguntó untando un poco de mermelada de circula sobre una de las tostadas, ella dejaría los postres para el final.
—Cualquier cosa, solo me importa pasar el tiempo a tu lado. —respondí dando un sorbo a mi café.
—Para eso lo hubiéramos pasado en la cama durmiendo. —Estaba disgustada y se le notaba.
—A pesar de que esta un poco fresco quiero pasarlo contigo fuera de la cama, ya tendremos tiempo para ella después. —hablé guiñando uno de mis ojos y ella pareció captar la indirecta porque un color rojizo cubrió sus mejillas.
—¿Entonces? —preguntó tratando de cambiar el tema de conversación.
—Podemos ir al cine y ver si hay alguna película que nos guste. —Hasta ahora no habíamos tenido la oportunidad de ir por lo que, aunque sonara cliché, quería hacerlo.
—De acuerdo. —Fue lo único que dijo para seguir terminando con su desayuno.
Nastya entró al baño para ducharse ya que la había bañado en chocolate, bueno en realidad solo quería saber cómo se vería con algo de chocolate en el rostro, pero lo que empezó con un poco de chocolate en su mejilla terminó por volverse una batalla campal en toda la cama. Ahora me tocaba ordenar el desastre que había iniciado mientras ella disfrutaba del agua, luego me tocaría nuevamente a mi.
Por fin salimos, el aire a pesar de ser algo fresco era agradable. Entrelacé mis dedos con los de ella y comenzamos a caminar hacia el cine que se hallaba cerca de nuestra casa.
Nastya escogió una película de terror, ella amaba el terror a pesar de que después no podía dormir. Luego nos dirigimos hasta un restaraunt que estaba a pocas cuadras para almorzar.
Cada instante que pasaba a su lado era mágico, verla sonreír era mi mayor satisfacción.
Pasamos el resto de la tarde paseando por un parque que era poco concurrido pero para nosotros dos era perfecto. Alimentamos a los patos y peces que se hallaban en un viejo estanque y después estuvimos recostados sobre el césped hasta que el basto cielo se tiñó de un viejo manto negro repleto de pequeños agujeros que dejaban ver pequeños haces de luz.
—¿Qué es lo que más temes? —Nastya preguntó repentinamente.
—Perderte. —respondí sin dudarlo ni un segundo.
—¿Sabes acaso que no siempre podremos estar juntos? —Esas preguntas en algún punto me daban miedo.
—¿Quién lo dice? —pregunté esperanzado en que dejara de hablar sobre ese tema pero fue en vano.
—¿Qué harías el día que no estuviera más en tu vida? —Cada pregunta dolía un poco más.
—Moriría de amor. —Y aunque sonara cruel era mi respuesta más sincera.
—¿Y qué pasaría si solo estuviera de paso en tu vida? —Era como si ella se estuviera despidiendo de mi.
—¿Tienes algo que decirme? —Ya me estaba alarmando, me asustaban sus preguntas repentinas.
—¿Te olvidarías de mi? —Ella parecía no escuchar mis respuestas como tampoco parecía comprender mi angustia ante esos pensamientos.
—Escucha bien —Me acomodé sobre ella para que enfocara su vista en mis ojos y en nada más y al hacerlo noté que ella lloraba—, no se porqué motivo estás haciendo estas preguntas, ni se porque lloras en este momento, pero te puedo asegurar con mi vida que te amo más que a nada en el mundo y que nunca, —dije tomando suavemente su mentón— escucha bien, nunca me olvidaría de ti porque ya vives aquí. —Y coloqué su mano sobre mi pecho para que pudiera sentir el latir de mi corazón.
Nastya se apoderó de mis labios transmitiendo un sentimiento de angustia que jamás había visto en ella, había algo más detrás de toda esta charla y este beso tan triste, pero decidí no decir nada y resolverlo una vez en casa.
Cuando llegamos a casa sin pensarlo nos metimos en la cama, la cita no había salido como esperaba, y la preocupación en mi pecho no se iba.
—Elian... —Nastya me llamó dulcemente haciendo que mi corazón saltara un latido—, hazme el amor una última vez.
No tuve tiempo para analizar sus palabras porque ella ya se hallaba desnuda frente a mi y la desnudez de su cuerpo era como una especie de droga que me sacaba de mi raciocinio y lo único que necesitaba era sentirla unida a mi.
Mis manos viajaban con delicadeza por cada rincón de su cuerpo, no hubo rincón de su dulce piel que mis labios no besaran. Su agarre desesperado me indicaba que había acabado el momento de ternura y que era hora de abandonar la restricción de los instintos sociales y volverse salvaje.
Nunca había estado con Nastya de esa forma, ella era tierna y salvaje a la vez, jamás tenía suficiente de ella y cuando pensaba que ya lo conocía todo ella arremetía contra mi mostrando que aún quedaba más por conocer.
—Ya queda poco tiempo. —habló con lágrimas en su garganta porque el nudo lo podía sentir en su corazón.
—¿De qué estas hablando Nastya? Esto me está asustando. —Me senté en la cama para poder verla mejor.
—El tiempo que nos quedaba se está por acabar. —Su rostro se llenó de lágrimas mientras acariciaba mi rostro como si fuera la última vez que lo fuera a hacer—. Estoy agradecida por volver a verte una vez más. Se feliz, sonríe y ama, porque yo siempre te amaré y en donde sea que me encuentre te estaré esperando. —Tras decir eso me besó con el adiós en sus labios.
Todo se volvió oscuro para mi, lloraba sin poder contenerme y me desperté con la calidez de su cuerpo aún sobre el mío.
Ese día fue muy gris para mi así que también decidí visitarte y fui hasta el cementerio.
Tu sonrisa cálida me saludó desde la foto que se hallaba en la lápida que contenía tu nombre. Dejé en ella un ramo de rosas blancas y jazmines que tanto te gustaban, y allí en tu compañía lloré sin consuelo.
—Lo siento, yo aún no puedo sonreír, no puedo vivir alegremente, no puedo hacer las cosas que te prometí. Lo siento Nastya, yo aún no te olvido. —Y tras decir eso el cielo viejo y malhumorado, no contento con mi desgracia, se empeñó por cubrir mi cuerpo de agua.
Me puse de pie y mirando por última vez tu sonrisa repetí en voz alta para que pudieras escucharme.
"No te olvido, yo todavía te espero."
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