Prólogo
¿Hacia dónde van los recuerdos? ¿En dónde quedan los sueños? Me preguntó aquella voz en el vacío, me quedé atónita ante esas preguntas que no supe cómo responderlas ¿Qué son los sueños? Cuestioné hacia mis adentros. Estaba sola como siempre en un mundo oscuro y en donde solo caían los pétalos de sakura (árbol de cerezo en Japón) y que el viento solo se encargaba de mover. Estaba sentada sobre una roca, el suelo completamente oscuro más no negros, solo hay vacío a mi alrededor.
Alguien viaja tantas veces en el tiempo que ya he perdido la cuenta, ha decidido salvar la vida de aquellos a quien quiere que a sí mismo ¿Tan alto es precio de los sacrificios? No lo sé, hay muchas cosas extrañas en este mundo y yo soy una de ellas.
De repente la puerta de aquella dimensión de abre, dejando entrar a una figura mucho más alta que la mía, aspecto masculino y bastante... ¿Angelical? ¿Es un humano? Debe de serlo, sin duda, su mirada de confusión había cruzado con la mía. avanzó hacia mi con paso lento y divisando el lugar, como si estuviera asegurándose de algo o más bien perdido,
- ¿Este es el infierno o el paraíso? Me cuestionó aquel joven.
- No es ninguno de esos lugares. Respondí yo al ver su cara, quedó más desconcertado aun así que continué hablando:
- Esta es la dimensión de los sueños, donde almas malditas llegan aquí para cumplir con su exilio después de que se ¨termina¨ su vida, en este lugar es donde termina toda esperanza de que los sueños se hagan realidad y pasas una eternidad solitaria- Solté un suspiro el chico me miró y luego de eso me cuestionó.
- ¿Estás muerta? No me parece que lo estés, pero tu rostro es muy nostálgico.
-No, no lo estoy - Afirmé -Al menos no del todo, pero no hay tiempo la puerta por la que entraste ya casi cierra, y aún no es tu tiempo de morir. Debes apresurarte, tu tiempo aquí es corto. - Me limite a sonreírle un poco para romper el hielo.
- ¿Que pasara contigo? se limitó a preguntarme el joven.
-Estaré bien- repuse.
Luego me levanté de mi lugar para acompañarlo, él por su parte no dijo nada mientras solo se escuchaban nuestros pasos. los pétalos de cerezo se movían de un lado al otro rozando sus zapatos y tocando mis pies descalzos, mis ojos azulados se encontraron con sus profundos y hermosos ojos negros, destellantes y profundos, el mayor solamente se paró en la frontera, levantó su mano agitándola como si fueses un adiós para luego desaparecer.
- Espero que logres todo lo que has querido hacer yaque yo no pude hacerlo, Suerte Kim Seok Jin- Se limitaron a pronunciarmis labios y él solo se fue.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top