18

Los 7 de Bullet Flower habían amanecido bajo cálidas mantas con el desorden de la sala. Los platos estaban tirados, las camisas estaban desabotonadas, las corbatas fuera de sus cuellos y los cinturones flojos.

La mañana fría se marchaba hiriente a medida que el sol se apuntaba en la línea del alba. Los ojos del mayor de los 7 se abrían paso ante la cruda realidad al escuchar el timbre. Sonó un par de veces antes de que el Mayor de los chicos se acomodara en el sillón para poder acomodarse y terminar de vestirse.

- ¿Quién es? – Formuló el mayor mientras se acerca al resto de los chicos acomodándose el pantalón y la camisa, ya que se la había desacomodado en medio de la llenura y la embragues y sobre todo para poder dormir.

Suena uno de los teléfonos, el de J-Hope esta vez. Al contestar, se dio cuenta de que tipo de persona era.

- ¿Diga? – Respondió estando Hoseok entre dormido. El resto de los jóvenes estaban igual, la persona que estaba por detrás del teléfono era la misma que estaba afuera pegada del timbre como si no hubiera un mañana.

- ¿Me vas a tener esperando acá afuera? – Refunfuñó aquella voz reclamándole. – Llevo un poco más de media hora detrás de puerta con mi hija. Se supone, que hoy tomaríamos las fotos de la nueva temporada. No me habrán hecho pedir permiso del hospital y tomar un vuelo desde Londres a Seúl. – La cara de J-Hope se tornó pálida al olvidar aquel compromiso previo, hizo señas a los demás y los recuerdos de la noche anterior y las posibles cefaleas se fueron al piso.

Como aves despavoridas, se acicalaron el cabello y se arreglaron la ropa., recogieron el desorden que había o bueno lo que se puedo para ir a pasar a abrir la puerta, dejando al descubierto a tres personas: El señor Rawson, su hija y un hombre desconocido para el septeto de jóvenes.

- Lo lamento mucho señor- Seok Jin hizo una reverencia al médico y a los otros dos, la jovencita castaña y el tipo estirado. Haciendo el mismo tiempo un paso para que entraran. – Si esto sirve de excusa, estábamos celebrando el cumpleaños de Hoseok y hemos olvidado por completo las fotos de catálogo.

- Ya veo, no pasa nada, si lo deseas podremos vernos en un par de horas mientras llevo a mi cuñado a conocer un poco la ciudad, ya que es la primera vez que visita Corea. – El joven divisó al hombre de ojos cafés y barba. Seok Jin asumió que aquel hombre estirado se acercaba a unos cuarenta años. – Espero que no tengas inconveniente, La gente de la realeza es bastante rara Pensó Jin en su momento. Sonriendo sin más.

- Está bien, entonces nos veremos en un par de horas. - Se retiró aquel doctor con su hija y el hombre de ojos cafés.

Sir J.B Rawson o sin su apellido de pila, es un médico especialista en otorrinolaringología, miembro de la mano fiel de la Reina de Inglaterra, descendiente de las caballerías antiguas en periodos de guerra, de la guerra angelical. Un querubín de clase alta, que vivía en la tierra desde su nacimiento. Criado con los mejores educadores aristocráticos de la época, viviendo en la casa de Gales. A la edad de 22 años mientras hacía un excursión por Irlanda para la caballería y de la mano del Rey se enamoró de Christinne de Russborough una joven de casta pura de unos 16 años, con la que se casaría años después.

Christinne Rawson fallece en octubre del 2012, debido a un disparo propinado en la caja torácica. Llega al hospital de Londres pero se le declara muerte cerebral dos horas después.

Del matrimonio Rawson, quedaron dos hijas Caroline y Odell Rawson, las cuyas estaban alrededor de unos 15 años, una cuya es estudiante y vive en Londres bajo el seno de su padre, familiares y amigos. Mientras que la otra se las apaña como puede estando emancipada en Corea del Sur.

Esto sería una especie de escándalo para los diarios, pero dentro de las familias aristocráticas este no es el caso. Ya que todo se lleva bajo la cautela extremadamente necesaria para que no surja ningún tipo de escándalo innecesario.

-Se me hace que nuestro señor y mi querido cuñado es muy intransigente con la gente, deberías de ser un poco más exigente – burlaba aquel tipo de barba mientras sacaba su sonrisa ladina. El medico solo bufó mientras subía la ventana de su lado en el auto.}-No es que sea intransigente, solo es que en realidad ellos le están pagando a Carol por ser la cara de marca en su catálogo de ropa en la sección internacional, es básicamente el único trabajo que hacer Carol. A comparación de Odell. – Sentenció esto último, el auto se detuvo cuando el semáforo se detuvo en Rojo.

El llegar a la casa donde se alojaba la menor de los Rawson, solo sería cuestión de tiempo.

Los siete jóvenes recogieron el desorden, se bañaron y se arreglaron mientras esperaban de nuevo en la sala. A que llegara el otorrinolaringólogo. Mientras tanto, una chica como en silla de ruedas. Ya tenía algo importante con lo cual lidiar.

Sin un empleo con el cual me pueda mantener, a parte de estar en la organización. El hecho de matar a demonios que devoran a otros seres, solo me convierte en un ser despreciable igual que ellos.

El ducharme, vestirme, hasta a ir al baño se había convertido en una odisea, ni el mismo Omero tuvo una suerte tan desgraciada como la que he tenido yo, cuando escucho que la puerta se abre. En eso veo que llegan tres personas: Mi padre, mi hermana y un hombre de cerca de 40 años. Me acerqué a la puerta, cuando estaba a punto de ir al instituto.

- ¡Vaya! Creo que vemos una escena bastante deprimente, una "princesa" en silla de ruedas y a punto de ¿Llegar tarde? – Se reía mientras de forma irónica me miraba con desprecio y rodeaba los ojos. Un suspiro se escucho por mi parte, giré la silla hacia un lado dejándoles el paso.

- Debo irme al instituto, la casa es de ustedes, les pido un permiso. - Espeté mientras trataba de bajar con la silla, por la pequeña y angosta rampa y con el cuidado de no caerme, en ese momento le agradecí a Dios que los autobuses vienen con la parte para los discapacitados. De lo contrario, sería el mismísimo infierno.

Ellos se quedaron simplemente en la puerta, viendo cómo me las arreglaba para poder bajar y avanzar hasta la parada del autobús. Ya estando arriba, sonó mi celular en el cual había algunos mensajes:

- ¡Gracias por ayudarme con la cena! Todo estuvo una locura. Jin fue el que insistió en que debía agradecerte. Kim NamJoon.

Una pequeña sonrisa salió de mis labios para contestarle:

-Solo tómate las cosas con calma, fue un placer poder ayudar.

Con el que no contaba era con el mensaje/regaño por parte de mi padre.

-Eso que hiciste fue algo muy grosero Odell, ten algo mas de respeto.

-El fue quién me insultó primero, creería que el fue quien me faltó al respeto, es cierto que no soy el mejor de los seres, pero tengo dignidad.

- Ese hombre, es un conde. Ahora es el prometido de tu hermana.

- ¿Eso le da el derecho de que se burle de mi por estar en silla de ruedas? Si es su prometido o no, eso me tiene sin cuidado. No tengo por qué respetar a alguien que no me respeta a mí.

La situación se estaba tornando un poco engorrosa, el tipo en pocas palabras se había burlado en mi cara, y ni mi padre, ni mi hermana se inmutaron en decirle algo. La minúscula sonrisa que se me había formado gracias a NamJoom. Se fue a la mierda por culpa del otro sujeto. El intercambio de mensajes continuó por unos momentos:

-Sería importante que
te disculpes con él.

-Ni lo pienses, no me voy a disculpar.

- Te espero esta tarde en la casa de los dueños de Bullet Flower, tu hermana tiene la sesión de fotos. Debes venir a ayudar.

No respondí más, sería algo desgastante, así que no respondí a ese último mensaje, si tenía pensado ir a la casa de esos jóvenes. Pero no con la idea de "ayudar" cuando saben bien que en este momento sería un verdadero estorbo. Quería entregarle un pequeño detalle a Hoseok debido a su cumpleaños. Era algo que me salió de dentro y sin quererlo, ya tenía el detalle en mis manos.

Me recosté contra mi mano, la cual estaba sobre la silla, fijé mi mirada hacia la ventana como para ver lo que pasaba por el rededor, por mis ojos se cruzó una silueta de alguien que se me hizo familiar, haciendo que mi corazón tuviera síntomas de infarto de miocardio, solté un suspiro disimulado mientras veía como el se paraba en la acera y el autobús estaba detenido gracias al cambio del semáforo.

Su cara y ojos pequeños junto con su tez blanca me llamaron la atención desde que lo vi, pero su alma... su hermosa y divina alma, esa que oculta y le da miedo mostrarle al mundo fue la que me atrapó por completo, hasta el punto de que cuando despierto, lo primero que piense es en él. No podía negarlo, el no verle me hacía mal y ahora que lo admiro desde lejos, me hacía sentir un poco mejor pero me dolía porque en cierta forma no puedo decirle que lo he empezado a querer.

El tiempo se paso como el lanzamiento de un avión de papel, estaba de rumbo a la casa de Jin y los otros chicos. Cuando me estaba acercando a la acera, vi a alguien que estaba parado, hasta que me vio y se acerco para preguntarme:

- ¿Peleando con tu padre? – Lo miré curiosa, para poderle responder.

-No sabría decirte. El ha llegado esta mañana para la sesión de fotos de Carol. – Contesté sin más, sin ganas.

-Tu padre nos dijo que habías discutido con él a causa de que fuiste grosera con el prometido de tu hermana. -De inmediato, fruncí el ceño, quería estallar, pero no lo haría y menos con él.

-Sr Min- Repliqué – Yo solo respondí de acorde a como él me trató, lo peor de todo es que solo lo dejé con las palabras en la boca y me marché, tenía que ir al instituto, estoy incapacitada por unos meses, se que no es excusa pero debo salir con más tiempo de casa, no tengo a nadie quien me ayude con mis cosas, debo hacer todo sola sin importar en qué condición esté. – Argumenté al final mientras mi cara permanecía distante, me agradaba hablar con él pero no de mí. Odio hablar de mí.

-Entiendo – se manifestó al fin- Bueno, no soy quien para decirte que debes o no hacer, creo que ya tienes el suficiente criterio para hacerlo. No me gusta ser curioso, pero me gustaría preguntarte algo antes de que entres, ¿Es normal que ustedes se emparejen con personas tan mayores? Bueno, lo digo por el compromiso de tu hermana, ese hombre debe tener unos 40 años si mal no estoy. Lo siento, -Se disculpó- Es que acá no estábamos acostumbrados a eso.

- ¿Qué te digo yo? – Le formulé mientras organizaba mentalmente mis ideas para responderle. - Si y no, o sea, si estamos acostumbrados a que las chicas se vayan con alguien mayor, en el caso de mi especie o raza, como quieras llamarlo. Por lo general, la pareja no sobrepasa los 10 años de diferencia, máximo 12. Mi madre le llevaba seis años a mi mamá. Lo que se hace para poder sellar un compromiso, es que cada una de las partes firman un contrato a pacto de sangre, en donde indica que no se puede cometer ningún tipo de acto carnal hasta que la menor cumpla la mayoría de edad o un matrimonio, no se pueden tener otras parejas durante ese tiempo tampoco, es una completa atadura.

-Ya veo, en el caso hipotético de que yo quisiera en un futuro casarme contigo, hoy a términos del 2019 tu tienes 15 años y yo voy a cumplir 27 años, tendría que firmar el contrato y esperarte al menos unos 3 o 4 años. ¿Es así?

-Si- Afirmé, al mismo tiempo que mi corazón dio un salto y mi mente se acomodó en una escena rápida. – Así es como funciona.

Entramos a la casa y V ya estaba tomándole las fotografías a mi hermana, el "Conde" Hacía uno que otro comentario fuera de lugar, donde todos quedaban desconcertados o solo callados porque lógicamente no sabrían que decir. Hasta que hubo uno que me colmó la paciencia.

-Sir Rawson, tu hija menor en la condición en la que está ¿Si servirá al menos para el uso? Debes de ser muy afortunado que ella no sea tu primogénita que es la quien hereda la sangre real de la familia. – Dijo esto con tono burlesco mientras trató se acercarse a mi con la intención de tocarme la cara o el cabello, la verdad no lo sé. Actué instintivamente sonó una palmada hacia la mano del mayor.

Todo se quedó en silencio por unos minutos hasta que el sujeto este volvió a abrir la boca.

-Has ofendido a un Conde, solicito que te disculpes ahora. – Me ordenó.

- No lo haré, es la segunda vez que usted se mete conmigo, yo no he hecho nada. -Me negué por completo.

- Bien, entonces solicito hoy formalmente ante usted mi señor, la exclusión de Odell R. Rawson la exclusión de la familia Real del Reino Unido, quedando en completo exilio por faltar al respeto de alguien de rango superior.

Miré en ese momento a mi padre, hasta que la voz de uno de los chicos se alzó.

-Disculpen que me entrometa, no entiendo mucho de cuestiones reales. Pero, Sr Rawson, no puede dejar a su hija sola, es solo una niña. Ella no ha hecho nada malo, solo de ha defendido. -Argumentó el joven.

-Lo siento, Jimin pero es una decisión ya tomada. -Respondió al chico, se dirigió esta vez para ordenarme con una voz fuerte y ausente de compresión - Odell, tienes el día de hoy para buscar un lugar a donde irte, tus derechos como perteneciente de la familia real, han sido relevados. Y por tanto, toda relación con la familia real será cortada.

- ¿Me estás lanzando al exilio? – Le pregunte mirándolo a los ojos, mis pensamientos solo quedaron en blanco.

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¡Hola! Este capítulo está un poco más largo, creo que de ahora en adelante todos serían del mismo calibre, no prometo nada uwu

Sip... Odell se ha quedado sin techo donde vivir. ¿Qué pasará de ahora en adelante? Sigue la historia :3 

Gracias por leer! Nos escribimos luego!  

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