8. Como miel

"Dios que este beso signifique que algo está cambiando, no lo alejes de mí, te lo ruego por favor"

—¿Eso es todo? —Hice un puchero cuando Off terminó el beso.

—Mmmm

—¿A eso llamas un beso mi querido sensei?

—Estamos en la casa de tus padres, Gunnie, no me llames así y no me hagas esa carita, porque soy capaz de lanzarte al piso y arrancarte la ropa en este preciso momento. —el alejó sus manos, pero podía ver en sus ojos que era lo que menos quería hacer en ese momento.

—No tengo idea que cara estás diciendo que pongo sensei Jumpol.

Me miró con los ojos entrecerrados como si un pensamiento acabara de invadirlo.

—¡Espera! —Dijo de pronto, poniéndose de pie en un salto y casi haciendo que cayera sentado en el piso.

—¿Qué sucede?

—Hay dos cosas que tenemos que aclarar.

—Ujum.

—La primera, que me está dando vuelta en la cabeza desde que la escuché. Y no es que este molesto o celoso ¡no! para nada, eh. Pero me puedes aclarar ¿quién carajos es Oab?

No pude evitar soltar una carcajada, mientras me levantaba del piso y me preparaba para abandonar la sala. Off pareció adivinar mis movimientos, porque de un brinco se paró frente a mí y me empujó contra el respaldo del mueble, colocando sus manos a cada lado, inmovilizándome en el lugar.

—Oab es el hijo del comisario del pueblo, ese que conociste antes.

—Okey... ¿y...?

—Y sale de caza con su padre y mi padre algunas veces.

—Gunnn

Batí mis pestañas para él, pero eso no estaba dando resultado, hice que mis manos viajaran por su pecho, bajando lentamente hasta su cinturón.

—Eso no está funcionando pequeño, así que dime de una vez ¿qué cojones tiene que ver ese tal Oab contigo?

—Absolutamente nada mi amor, bueno, nos conocemos de toda la vida, fuimos juntos al jardín de infantes, la escuela primaria y nos graduamos de la secundaria juntos. Push siempre quiso que Oab y yo fuéramos novios-

—¿Lo fueron?

—Claro que no Off, mientras viví en Suay, nunca tuve novio. Recién en el segundo semestre de universidad, intenté salir con algunos chicos, pero nunca llegamos a concretar nada —Me miró de manera inquisidora, cerrando un ojo más que el otro— Además es gay. —me reí cuando hizo una mueca.

—Oh noticia de último minuto —dijo de manera sarcástica— te juro que no tenía ni idea.

—Mi amor —dije tirando de la pretina de su pantalón— ¿recuerdas nuestra conversación de hace un momento? —me froté contra su enorme y duro pecho.

—Lo hago Gunnie, deja de hacer eso, no es el momento y no te salvas de esta.

Me paré recto.

—Oab es de ese tipo.

—¿Qué? ¿A qué te refieres? Deja de jugar conmigo Gun.

—Querido Papii, Oab es el estereotipo gay. No tienes que preocuparte.

—¡Dijiste que usaba camisas de franela!

—¿Lo dije? —Estaba perdiendo la paciencia— Oh si lo dije —me puse de puntitas pase mis brazos alrededor de su cuello y succioné el lóbulo de su oreja— Papii, a Oab —besé su cuello— podrías gustarle más tú, que yo. Él es totalmente el pasivo. —Soltó el aire contenido— Volví a besar y succioné un poco, haciéndolo estremecer. Sin perder tiempo me levantó sobre el respaldo del mueble, abriendo mis piernas a cada lado de sus caderas y me besó con hambre, dejándome sin aliento.

—Espera —dijo de pronto— ¡¿No voy a tener sexo aquí?! —gritó, casi indignado.

Mis ojos se abrieron como platos.

—¿Podrías gritarlo más fuerte? ¿Acaso esa es la segunda cosa que querías aclarar?

—Claro que sí —dijo sin rodeos, con los ojos abiertos como advertencia— ¿Podríamos hablarlo más tarde? —pidió.

—Por supuesto. En la habitación —le dije guiñando un ojo.

Me lanzó una mirada y su boca se abrió.

—¿Un polvo rápido? —dijo meneando las cejas.

—¿Ahora? —sonreí.

—Oh Dios mío. —estaba claramente confundido, deseoso, pero confundido.

—¿Qué tiene de malo?

—Gun, realmente no voy a echar un polvo en la casa de tus padres.

—¿por qué?

—Porque... ¿diablos por qué no? —Lo pensó un momento, mientras miraba como me mordía el labio inferior—. Tienes razón, Vamos a tu habitación, te haré gritar mi nombre ahora mismo.

—¿Has perdido la cabeza? —rió divertido, ante mi pregunta.

—Completamente —me levantó en sus brazos y me hizo girar— ¿Te he dicho cuánto te amo?

—Creo que en lo que va del día es la primera vez que lo dices. —el puchero en mis labios fue inevitable.

—Pues te amo, te amo, te amoooo —la sala se llenó con su voz.

—También te amo mi sensei —lo besé.

Nuestro momento de confesiones se vio interrumpido cuando escuchamos un sonoro y grupal "Owww" que provenía de la entrada.

Un grupo de personas había llegado.

—¡Oh, Lawan, cariño, no sabía que Gun estaba en casa! —dijo una de las mujeres.

—Lo que resulta ser una vil y descarada mentira —dijo el Sr. Atthaphan apareciendo atrás de mí. Se rió entre dientes mientras me miraba directamente—. Estás frunciendo el ceño ¿lo sabías?

—Oh, lo siento señor; es un hábito terrible.

—Oh, no, no te preocupes, está bien. Todos vinieron sólo para ver a Gun. Sabían que vendría desde hace algunas semanas. El joven con cara de compungido, es el hijo de Godji, Krist. Nunca aparece por aquí cuando su madre viene a visitar —susurró— y el hombre moreno es su marido Singto. Él es el gerente del banco en la ciudad. Godji los ha traído solo porque Gun llegaba a casa y seguro quería alardear.

Me volví para mirarlos.

—¿Por qué? —pregunté

—Oh, porque ella y Lawan han sido rivales desde la escuela, cuando ambas se enamoraron de mí —meneo las cejas.

Sonreí ampliamente.

—¿Ohh es en serio? —pregunté y él asintió.

—Claro que sí. Recuerdo muy bien que en ese entonces estaba perdidamente enamorado de Lawan, ella era tan bella como el sol, y Godji era más flaca que un palo de escoba, no me interesaba ni un poco.

—¿Y ahora?

—Ahora Godji tiene un hijo, dos nietos y un yerno que dirige el banco. Y aunque fea y flaca, cree es mejor que todos. En cambio Lawan sigue siendo tan bella como cuando la conocí.

—¿Y qué tiene que ver Gun con ellos?

—Bueno, Godji está abriendo una galería de arte en la ciudad, así que Lawan andaba presumiendo a su hijo el artista por todos lados, y eso no tenía muy contenta a Godji.

—Ya veo.

—Y luego estás tú...

—¿Yo, por qué?

Sus ojos brillaban mientras sonreía de la misma manera que lo hacía Gun.

—Porque... tienes un aspecto elegante, eres alto y fornido, portas un arma y le disparas a la gente, eres sexy —sonrió— y aunque no tengamos nietos, aun, ya sabes, bueno Lawan va ganando de momento.

Negué con la cabeza.

—¿Dispararle a la gente es bueno? —obviando lo de los nietos.

—Es peligroso y aunque no eres agente y no portas un arma —él se encogió de hombros—. No se lo diremos a nadie.

—Jesucristo.

—No te sorprendas Off, así es la vida en toda ciudad pequeña, y aquí en Suay, todos se conocen y el chisme es como el pan de cada día. Ellos están aquí para conocerte. Especialmente Godji, quizá quiera alardear de su yerno con Lawan, pero ya sabemos quién la tiene ganada. —Me giñó un ojo y no pude evitar sonreír— Ve con ellos y asegúrate de apretar la mano de Singto con más fuerza de la normal.

—Sí señor, lo haré inmediatamente.

Él me detuvo apenas di el primer paso.

—Y llámame Khalan por el momento, después puedes empezar a decirme papá ¿de acuerdo?

—Lo haré. Muchas gracias. —eso me hizo emocionar, pero debía guardar la compostura.

—Y por cierto, los puse a Gun y a ti en la habitación de invitados que está en la planta baja, en vez de su habitación, así no podremos oír nada por la noche, sensei.

Mi corazón se detuvo por un segundo, pero me recuperé cuando me dio una palmada en el hombro y me dijo que iría por unos refrescos para la visita.

—Te traeré uno también.

—Mmm creo que necesito algo más fuerte.

Su rostro se iluminó.

—Conseguiré cerveza para ambos. —Dijo dejándome solo.

Me acerqué a Lawan que se encontraba sentada en el sillón unipersonal, rodeé su cuello con mis brazos —Dios no sé porque esta mujer me atrae como a abeja la miel— y besé su cabeza. Ella rápidamente puso su mano sobre las mías, como no queriendo que la soltara. —no pude evitar notar la manera en que todos nos miraron sorprendidos, incluyendo a mi pequeño.

—Todos... —dijo ella, con una enorme sonrisa en los labios— quiero que conozcan a Off. Off, ellos son... Bah ¿ya lo sabes cierto?

Sonreí ampliamente y ella me dio una palmadita en la mano, indicándome que fuera a saludar. Todos, parecían muy estirados para mi gusto.

—Oh, cariño ¿qué es lo que haces, para tener esos músculos? —preguntó Godji batiendo las pestañas.

Le dije que era experto en artes marciales y luego me volví hacia su hijo, Krist.

—Un placer —lo saludé, tomando suavemente su mano, que olía a rosas. Él Tragó saliva. Y con el rabito del ojo pude notar como mi pequeño echaba chispas por los ojos cuando envolvió con su otra mano, la mía.

—El placer es todo mío, agente Jumpol.

—Llámeme Off —pedí.

—Y tú puedes llamarme Kit —dijo con una suave sonrisa, mientras sus mejillas se llenaban de un color carmesí.

Gun se atragantó con su saliva.

No apreté la mano de Singto con más fuerza que la de su esposo, pero de todos modos él hinchó el pecho, poniéndose de pie. Superaba el metro setenta pero no media más de metro ochenta. Yo con mi metro noventa y dos, era mucho más alto, y pude notar que estaba intimidándolo muchísimo.

Khalan llegó con las bebidas para todos y Gun me atrajo hasta donde se encontraba sentado. Tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos, mientras hablaba emocionado acerca de su nueva galería de arte, que estaría cerca de la alcaldía en la calle principal de Suay village, me sentí orgulloso al escucharlo contar a todos, acerca de los trabajos que había realizado en Phanadul, y el trato que había logrado concretar, para restaurar piezas en el museo de Fall city. Iba a restaurar el centro histórico, también, con un equipo completo de especialistas que Max había contactado. La cara de Godji, lucía desencajada y yo, solo quería lanzarme sobre mi pequeño y devorarlo a besos.

En ocho meses de relación, Gun no ha cambiado ni siquiera un poco, creo que fue la mejor decisión que tomé, el hacerlo parte de mi vida. Lo amo inmensamente.

Verlo charlar con los presentes, sonriendo y haciendo gestos con las manos me recordó la primera vez que lo vi, casi me tragué la lengua en aquella ocasión, lucía tan hermoso, que casi no pude contenerme de saltarle encima, justo como ahora. 

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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