7. Charlando con el suegro

—Entonces, Off —comenzó el Sr. Atthaphan, palmeando el sofá, indicando que me acercara y sentara junto a él— ¿Cuéntame más sobre lo que haces?

Me senté junto al padre de Gun y le expliqué sobre mi título en ciencias del deporte, obtenido en la universidad, y mi destreza para dominar diversas disciplinas deportivas, tanto de combate cuerpo a cuerpo como el boxeo, y artes marciales como el kick boxing y en especial el dominio del Karate, las mismas que me habían llevado a obtener diversas medallas de oro en competiciones internacionales, cartas de recomendación e invitaciones para entrenar equipos olímpicos y me habían servido por un tiempo para conseguir buenos trabajos como guardaespaldas. También le expliqué que gracias a mi dominio de artes marciales había logrado ingresar al cuerpo, puesto que Arm, mi amigo y director del departamento de policía de Phanadul, había integrado un área de entrenamiento marcial y cuerpo a cuerpo para los nuevos agentes.

—Claro que ellos reciben un entrenamiento especial durante su periodo de estudios, pero no siempre es suficiente, así que ahí entro yo. Y también manejo el gimnasio junto a Lee, mi mejor amigo.

—Suena agotador —dijo recostándose en el asiento, pero sin dejar de mirarme.

—Se supone que sea así, pero es parte de mi día a día, y para mi es todo un placer hacer y compartir algo que disfruto, con los demás. —le informé—. Es importante enseñar a los jóvenes a lidiar con lo bueno y malo del trabajo que les espera.

—¿Y tú Off, eres el tipo de hombre que siempre está listo para enfrentar lo que se atraviese en el camino?

Esa pregunta, fue muy directa, ya no estábamos hablando de mi trabajo, se había vuelto algo más grande.

—Sí señor, lo soy.

Se cruzó de brazos, relajándose un poco.

—Así que... ¿no te gustan las armas pero sabes dispararle a los venados y no se te escapa uno vivo?

No pude evitar sonreír.

—Llevo cuatro armas letales en mi cuerpo. Y nunca imaginé que podría llegar a usar un rifle, pero las circunstancias en las que me encontraba, ameritaban que aprendiera el uso. Un plus, que todo lo que hago resulte muy bien ¿no cree?

—Apuesto que si —Sus ojos se agrandaron— ¿Gun te ha visto usar un rifle?

—No con demasiada frecuencia —admití— pero algunas veces me acompañó al campo de tiro.

No podía confesarle de tirón a mi futuro suegro que también manejaba otro tipo de armas como pistolas y cuchillos y que incluso estaba pensando hacer la carrera militar, de ser posible. Además que eso excitaba sobremanera a su hijo.

El asintió.

—¿Cómo te llaman en el departamento?

—Maestro, que suena más genial de lo que parece —Me reí entre dientes—. En realidad, la gente me llama como le parece o se le antoja en el momento, desde agente, maestro, sensei o simplemente Off.

—¿Y puedo preguntar qué harías en Suay?

—Empezar de nuevo, o simplemente transferirme a una oficina en la Capital, Fall city que queda a solo una hora de aquí —le expliqué, sin pensarlo un segundo—. Entonces me transferiría allí.

Parecía complacido con mi respuesta, es más, se veía aliviado y sinceramente, también yo.

—Oh eso es bueno. Entonces tu carrera no se vería afectada por la mudanza. Eso me tenía muy preocupado.

Me sorprendió mucho escucharlo decir eso. El hombre no me conocía, era la primera vez que me veía y aun así, estaba preocupado porque la mudanza de Gun y su necesidad de tenerlo junto a él y su madre, pudiera haber afectado mi vida. En ese momento, no pude pensar en otra cosa que no fuera considerar que lo que acaba de decir, era realmente lo que quería hacer.

—Hola, papá —lo saludó Gun, acercándose a nosotros.

El señor Atthaphan se levantó y tomó a su hijo en sus brazos, claramente entusiasmado, pero Gun se quedó sin reaccionar por un momento, me dedicó una mirada confusa y finalmente abrazó de igual manera a su padre, terminando por apoyar la cabeza sobre su hombro. Vi unas lágrimas deslizarse por su mejilla, antes que su padre palmeara su espalda, le diera un beso en la frente y estirara su mano para despedirse de mí, con un apretón, antes de abandonar la sala en busca de su esposa.

—Ven acá. —Gun casi me gritó, mientras caminaba frente a mí y tomaba asiento en un sillón junto a la ventana.

Lo seguí y me acomodé junto a él, listo para seguramente ser blanco de su interrogatorio. No es que me molestara tener de pronto toda su atención, su cercanía y esos hermosos ojos marrones mirándome profundamente me hacían temblar las piernas y enviaban un cosquilleo por todo mi cuerpo.

—¿Sí? —le dije batiéndole las pestañas, como el solía hacer cuando necesitaba trastornarme.

—Le gustas. —soltó de golpe

—Por supuesto que sería así pequeño, a todo el mundo le agrado. Soy irresistiblemente encantador —Le sonreí.

Su sonrisa hizo que sus ojos brillaran y esos hoyuelos que me enloquecían aparecieran en sus mejillas ruborizadas.

—No lo entiendes Off. Creo que siempre tuvo miedo de la pareja que pudiera traer. Pero contigo es diferente, eres parecido a él, incluso más que yo siendo su hijo. Tú y él se han entendido en solo unos minutos.

—Me perdiste Gunnie, que me estas tratando de decir.

—Soy... totalmente el tipo... soy artístico, delgado, delicado y me parezco a mi madre. No uso ropa holgada, camisas de cuadros, ropa aburrida de padre, como tú...

—Perdón, dices que mi ropa-

—... u Oab.

—¿Qué? ¿Quién demonios es Oab y por qué estas comparándome con él?

—No tiene importancia Off, concéntrate ¿quieres? Mi padre me abrazó y besó mi frente al despedirse y en cambio ¿Cómo se despidió de ti? —se respondió a sí mismo cuando fruncí las cejas— Sí, exacto, te apretó la mano. Te considera igual a él. Maldita sea, eres como mi padre.

—No uso camisas de franela Gunnie, al menos ya no.

—Estás tratando de desviar la conversación a propósito Off.

—Debo recordarte que tengo un novio que se encarga de surtir mi armario...

—Sí, sí, lo sé, todas las prendas en ese armario son impresionantes, más aun los trajes que me encantan, pero aun así ¿alguna vez has usado jeans ceñidos, que dibujen cada parte de tu... extremadamente duro trasero, que amo enloquecidamente déjame decir, o una camiseta de cuello alto, acompañada por una chaqueta que justo llegue a la altura de tu ombligo y delineador de ojos con algo de brillo labial?

—Mmmm, déjame pensar... Nop nunca.

—¡Ahí esta! ¿Lo ves ahora?

—Lo veo Gunnie, claro que sí, pero déjame decirte que eso no quiere decir que eres el estereotipo gay. Simplemente eres alguien hermoso que gusta de verse bien todo el tiempo. Además amo el delineador que usas, porque hace resaltar tus bellos ojos, y el labial... pues ese me encanta, porque aunque no tiene color, deja un sabor exquisito en tus labios, y cuando me besas el sabor a dulces fresas silvestres, me empalaga hasta el corazón.

—Pero... pero, estoy seguro que él ha podido compararnos hoy Off, tu cabello es muy corto como el suyo y el mío no. Eres fuerte como él y yo, hombre que ni siquiera puedo cargar las bolsas de la compra porque no me dejas.

—Pero es que debemos cuidar tus manos, son manos de artista Gunnie y todavía no entiendo ¿Qué tiene de malo que seas distinto a mí o a él?

—Es que Off, mi padre no es tonto, ahora que te conoció, sé que rápidamente ha creado una historia. Ha entendido que ser gay no significa ser diferente. Sé que ha comprendido que somos igual a él y mamá. Que nos vamos a casar y él estará ganando un hijo, que tendremos una casa, aquí mismo, o quizá muy cerca, que irás a trabajar todos los días y vendrás para la cena, incluso podría jurar que está pensando que seré yo quien prepare esa cena para ti —Gun casi no respiraba al decir todo eso, tomó aire y continuó—. Y la cereza del pastel, Escuché que le dijiste que podrías trasladarte a Fall city, porque había una oficina ahí.

—Porque es verdad, la hay, querido —afirmé meneando las cejas.

—Sí, pero no demoraste nada en decírselo y eso es como una total afirmación para él, ¿no te das cuenta? Claramente le has dicho a mi padre que estás mudándote conmigo.

—No entiendo lo que estas tratando de decirme Gun.

Se puso de rodillas frente a mí y puso sus manos sobre mis piernas, tomando las mías.

—Sé que dejar a Lee y Namtan, sería difícil para ti. —me miró con sus brillantes ojos, cristalizándose— Lee no solo es tu compañero y socio, él es mucho más, es tu mejor amigo, casi tu hermano, y Namtan, sé que la amas como un hermano mayor. Pero debes tener en cuenta que ahora ellos están formando una familia y cuando Namtan necesite de Lee, o el bebé lo haga, Lee los preferirá a ellos, él no lo dudaría ni por un segundo. Porque cuando uno forma una familia propia, se convierte en su prioridad. Haces todo por tu familia.

—Yo lo sé Gunnie, yo sería incapaz de permitir que fuera de otra manera. También estaría para Namtan y el bebé, siempre que me necesitaran.

—Sé que lo sabes —susurró, mirándome directamente a los ojos y no pude contenerme un segundo más, me incliné hacia él y lo besé. 

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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