14. Quedarme... por siempre con él
Ante todo pronóstico, aquí estábamos, los cuatro.
Apenas llegamos, Gun fue rodeado por un montón de niños, que terminaron robándoselo de mí, en la misma iglesia, Dios bendito. Él se veía tan reluciente, vivaz, feliz por poder ser de ayuda, cuando se le indicó que su trabajo esa noche era ayudar a los niños al lado del altar.
Me quedé solamente con sus padres, pero Khalan en un momento se me perdió de vista, luego lo pude ver hablando con el comisario y algunos hombres más.
Lawan, se quedó conmigo, acompañándome y presentándome a casi todas las personas que estaban allí, en vez de una iglesia parecía un estadio. Había mucha gente.
Mientras caminábamos más cerca de donde se encontraba un hermoso pesebre con figuras de la Virgen y San José, rodeados de una serie de animales —esperando el nacimiento del niño Jesús— ella repentinamente se detuvo y presionó fuertemente mi mano.
—¿Sucede algo malo, Lawan? —le pregunté en voz baja, parándome frente a ella.
—¿Te sientes bien? ¿Estás preocupado por no encajar? —dijo ella con su tierna voz.
—Pues sí —Inhalé— nunca he vivido en un pueblo pequeño, no sé si pueda acostumbrarme a la vida de aquí ¿qué pasa si no lo hago? ¿Qué sucederá conmigo si Gun llega a hartarse de mí? Podría terminar volviéndolo loco y enloquecer también. Aparte de ustedes, no conocería a nadie más.
—Pareces un buen tipo, Off. Sospecho que harás muchos amigos en el nuevo trabajo. No estarás solo.
—Bueno tal vez estoy exagerando, debe ser que me pone nervioso la rapidez con que están sucediendo las cosas. —Me reí entre dientes.
—Gracias...
Ella se quedó mirando fijamente mi rostro
—¿sucede algo más?
—Él era muy solitario, como un cachorro abandonado ¿sabes?
—¿Gun?
—Sí, durante algún tiempo lo fue y me preocupaba mucho. Cuando hacíamos video llamadas, se notaba la tristeza en su mirada, no había brillo. Pero desde aquella primera vez que hablamos, cuando se mudaron juntos —recordé el momento: "estábamos recostados en la cama, cansados después de subir la última caja y la llamada entró, una risueña Lawan, llenó de mimos a su hijo y cuando Gun giró el teléfono y aparecí en la escena, ella me examinó y terminó por sonreírme. Nunca me llames señora, dime Lawan, aunque sé que en algún momento me llamarás Mamá"— cada llamada se trató de ti, nunca nadie más, nunca otro nombre fue pronunciado por su boca, siempre fuiste tú y sólo tú. Y fui feliz, porque la luz que parecía extinguirse, volvió a avivar.
Mi hijo por primera vez estaba enamorado y se veía Feliz.
Escuché atentamente. No quería interrumpirla, seguía sosteniendo su mano.
—Siempre es "Off esto, Off eso, Off aquello" —Ella me miró fijamente, presionando más mi mano—. Sé que esto no es lo que soñaste, sé que tienes una vida hecha, amigos, un trabajo y que no ha sido fácil para ti, que te ha costado; pero así es la vida, cambia en un segundo y no hay nada que podamos hacer para evitarlo ¿no lo crees así?
—¿A qué te refieres?
—Quiero decir, todos nacemos dentro de una familia, no la escogemos, te tocó vivir prácticamente solo. Te hiciste tú mismo, sin depender de nadie más y tampoco tenías alguien que dependiera de ti —ella sonrió— debiste pensar en algún momento: "A quién diablos le importa, no seré igual"; pero no fue posible confiar en nadie. Debiste sentir miedo, tu mundo se limitó a las únicas dos personas en las que llegaste a confiar y ahora temes abandonar. Seguramente tuviste parejas con las que no pudiste crear fuertes lazos, no querías ataduras, pero lo conociste a él, Gun llegó a tu vida y te sorprendió lo fácil que logró tirar tus barreras y conquistó tu corazón.
—Cierto...
—Ahora tienes a Gun y él te necesita y Gun me tiene a mí y yo lo necesito a él. ¿Qué harás?
—Quedarme —dije por primera vez aceptándolo clara y fuertemente.
—¿Lo harás? —ella sonaba tan... sorprendida, pero conforme.
No fue tan aterrador como pensé que sería, estaba aceptando que mi vida daba un giro, que quería permanecer en un lugar que jamás imaginé. Que me quedaría por siempre... y con él.
—Sí.
—¿Y vas a extrañar terriblemente las cosas que dejas atrás?
—Tengo amigos y mi trabajo allí, entonces, sí, claro que lo haré, extrañaré todo.
—Los amigos son importantes; el hombre no puede vivir solo con la familia. Y si tenemos suerte, nuestros amigos también se convertirán en nuestras familias, en tu caso, se muy bien que consideras familia a esos amigos y ese lazo que has formado con ellos, nunca se romperá, a pesar de la distancia, a pesar del tiempo, porque familia es hogar y eso son ellos para ti.
—Sí.
—Así que entiendes que vivir en diferentes ciudades no terminará las cosas entre ustedes ¿verdad?
No pude evitar pensar en Lee y en cómo él era más un hermano que un amigo, y cuánto significaba para mí Namtan.
—No.
—Ellos vendrán a verte ¿no crees? También podrás ir a visitarlos.
Lo harían, estoy seguro y también Gun y yo los visitaríamos, después de todo siete horas no son una vida, y en algún momento habrá aeropuerto en Suay village, quizá.
—Sí. —acepté.
—No quiero convertirme en una carga para ti.
Solté sus manos y la abracé fuertemente.
—Tú, no lo eres.
—Lo soy, porque creo... a veces, que no podré aguantar más, porque tengo miedo...
—¿Por qué estas asustada Lawan?
—Porque me estoy volviendo menos cada día —susurró en mi pecho, humedeciendo mi camisa.
—Está bien tener miedo, preciosa. Si las cosas se complican un poco, no estarás sola, cada día estaremos junto a ti y empezaremos de nuevo. ¿Acaso no lo ves? Siempre tendremos algo que hacer. —Ella se rió suavemente— Además, cada día vendré corriendo a ti, a pedirte consejos sobre cómo criar a mis gemelos, porque Gun estará metido en su estudio pintando y soñando, bañándose en pintura y yo tendré que lidiar con ellos, alimentarlos, vestirlos, jugar con ellos... serás mi mano derecha, o quizá yo la tuya.
Ella soltó una carcajada.
—Gemelos eh —me miró, aun sonriendo—. Gun solo los tendrá y te los entregará ¿cierto? Cuando se dé cuenta ya ellos serán como árboles grandes con fuertes raíces. —sonreí recordando cuando Gun dijo que siempre olvida regar las plantas y yo le respondí que yo nunca lo hacía, que siempre regaría por él.
Caminamos de regreso, buscando asientos libres. Khalan estaba buscándonos con la mirada. Cuando logró vernos nos llamó con la mano para acercarnos a él.
—Ustedes dos ¿Dónde estaban? ¿Está todo bien?
—Sí, cariño —respondió ella, besando su mejilla, mientras tomábamos asiento— es solo que ¡tendremos gemelos! —Los ojos de Khalan se abrieron como platos y no pude evitar sonreír.
—¡Pero qué dices mujer! ¿Quién tendrá gemelos?
—¡Off y yo! —me atraganté con mi saliva.
—Bueno Gun los tendrá y yo ayudaré a Off a criarlos.
Khalan suspiró aliviado.
—Pero... si tú lo deseas... cuando todo esto termine —hizo un gesto con la mano señalando la iglesia— volvamos a casa y juguemos un rato, como lo hicieron Off y Gun antes de la cena.
Khalan se atragantó y yo estaba seguro de que me estaba dando un ataque al corazón por segunda vez; me incliné hacia adelante y acuné mi cara entre mis manos, claramente abochornado.
—¿De qué me perdí? ¿Qué les pasa a ustedes dos? —preguntó Gun mientras se sentaba junto a mí, retirando mis manos de mi rostro.
—¡Tu madre! —casi gritamos al mismo tiempo su padre y yo... Él desvió toda su atención a Lawan, quien reía cubriendo con ambas manos su boca.
—No entiendo nada —dijo él, confuso— y los cuatro compartimos una mirada, antes de echarnos a reír.
Todo estaba cayendo en su lugar. Por primera vez en mi vida tenía un padre, una madre, amigos, que aunque lejos, permanecían en mi corazón, y un amor... un amor de verdad, un amor que siempre desee en lo más profundo de mi corazón.
Era muy feliz.
𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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