Capítulo 31. ♡
- Hola chicos. -Salude.
- Hola. -Dijeron al unísono.
- Bueno ya que estamos completos pongamos los horarios de ensayo, ¿a qué hora pueden?- Nos pregunto Jos.
- A mi me parece bien a esta hora, no se qué piensan ustedes.- Opino William.
- A mi igual.
- Y a mi.
- Igual a mi.
- Bien entonces ¿quedamos a esta hora?
Todos asentimos.
- Perfecto, nos vemos aquí los lunes, miércoles y viernes a las 2:30 pm ¿les parece?
- Si. -Respondimos.
Luego de eso cada quien hablaba de temas diferentes, Jos y Freddy hablaban sobre un videojuego, Alan y Alonso hablaban sobre la escuela, yo estaba callada escuchando lo que los demás decían, aunque de vez en cuando Alonso me hacia un poco de platica.
-Me enteré de que te enfermaste igual. - Escuche que William me dijo.
- Si, ¿ya estas mejor?- Pregunte.
- Mucho mejor ahora que te veo. - Sonrió. - ¿y tu?
- Igual mejor.- Sonreí incómoda.
- Me alegro, ahora tendremos que llevar un paraguas a todas partes si no queremos enfermarnos otra vez.
Asentí.
Me sentía incómoda hablando con William ahora, no era lo mismo que cuando hablamos en el kiosco. Me sentía de una manera extraña.
[...]
- No se olviden, el viernes aquí a la misma hora ¿De acuerdo? - Nos dijo Jos por tercera vez en el día.
- Si, Jos. - Respondimos al unísono.
Él sin duda es el que se toma más enserio lo de la banda.
- Hasta luego. - Me despedí de todos con la mano a lo que respondieron.
- Adiós Mel.- Se despidió William.
Camine más rápido para alcanzar a Alonso quien se adelantó a comprar no se qué en la tienda cerca de ahí.
El estaba parado frente a esta con una bolsa en manos, esperándome.
Llegue hacia él y le sonreí pero no recibí una respuesta a cambio como esperaba que fuera.
Alonso comenzó a caminar sin siquiera mirarme ¿y ahora que hice?
- ¿Pasa algo? - Pregunté.
Él ni siquiera se volteó a verme. No recibí ninguna respuesta por su parte.
Aún no entiendo lo que le ocurre, no hice nada que pudiera molestarlo, eso creo.
- Alonso.-Lo llamé después de unos minutos.
Pero tampoco me respondió.
Comenzaba a preocuparme.
- ¡Alonso!- Me detuve.
El no respondió, tan sólo se giró quedando frente a mi.
- ¿Si?-Pregunto molesto.
- ¿Qué te ocurre?
Me miro serio juntando ambas cejas.
- Melissa, es tarde y quiero volver a casa ¿puedes moverte, por favor?
-No me moveré de aquí sí no me dices lo que ocurre.- Me cruce de brazos esperando una respuesta. -¿Y bien?
Alonso tomó una bocanada de aire y suspiro. Se acercó a mi quedando a sólo unos centímetros de distancia.
-¿Por qué William ahora te llama "Meli"? ¿Y cómo esta eso de que ambos se enfermaron por mojarse en la lluvia?-Me pregunto serio.
Sus ojos se clavaron en los míos.
¿Es por eso que estaba tan molesto? ¿Y cómo se enteró de eso? ¿A caso había escuchado mi conversación con William?
- El otro día al salir de tu casa la lluvia me atrapo en el kiosco del parque, William me vio, y platicamos un rato hasta que la lluvia paso. - Suspire cansada.
-¿Es todo lo que paso?
-Si. -Asentí.
-Pudiste haberme hablado e iba por ti.- Bufo.
-No quería molestarte.
-No eres una molestia, Melissa.
Me miro y pude ver el reflejo de lo que parecía ser una sonrisa. Fue cómo ver el arco iris después de una gran tormenta o como ver los rayos del Sol entrar a tu ventana después de una larga y triste noche.
Su sonrisa era la cosa más hermosa que pudiera existir, bueno, él es la cosa más hermosa que pudiera existir. Pero lo que más me gusta, es ser yo la causante de esta.
Se veía más hermoso cuando sonreía ¿cómo puedo soportar tanta perfección? Hace unos meses me hubiera desmayado si lo viera sonreír me así, pero ahora lo único que me causa es querer besarlo infinitas veces hasta que los labios me duelan y se me pelen.
Entonces le sonreí y me perdí en azul intenso de sus ojos.
Y en menos de lo que me imagine nuestros labios estaban unidos. Fue un beso corto, pero con el mismo sentimiento de siempre.
Ese sentimiento que hacia revolotear mi estómago a su tacto, el que hacia que mi corazón bailara de felicidad cada que lo viera y el que me hacia suspirar cada que nos besamos.
Era algo mágico e indescriptible.
Eso es lo que causaba en mí ese chico, y sigo sin explicarme aún como es que lo logra.
Me sentía más segura de mis sentimientos, amaba a Alonso.
Uní mi frente con la de el y cerré los ojos mientras colocaba mis manos en su cuello y él en mi cintura.
Alonso Villalpando Camarena es lo mejor que me pudiera pasar.
- Siento lo de hace rato, no se lo que me ocurre.- Hablo Alonso.
- No te disculpes, esta bien.
Estaba a punto de contestarme cuando su celular comenzó a sonar.
Tardó un poco en reaccionar, pero finalmente contestó.
Se separó de mi y camino algo alejado para poder hablar.
-¿Quién era?
- Mi mamá.- hizo una mueca.- Quiere que vuelva.
- ¿Entonces qué esperamos?- Sonreí y Alonso tomó mi mano.
Ambos comenzamos a caminar mientras hablábamos sobre temas random.
- Por cierto, dijiste que me prestarías el libro. - Me dijo Alonso al llegar a mi casa.
- Oh es verdad, iré por él.- Abrí la puerta y lo deje pasar.
Subí hasta mi habitación y busque entre el escritorio el libro, cuando al fin lo encontré lo tomé y baje casi a tropezones las escaleras.
Llegue a la sala pero no vi a Alonso por ningún lado, ¿Se habrá ido?.
- ¿Alonso? - Pregunte sin recibir respuesta alguna.
Escuche risas provenir de la cocina. Camine hasta ahí y abrí la puerta encontrándome con Alonso y mi mamá.
Oh no, sólo espero no me haya avergonzado frente a Alonso.
La mirada de ambos se situó en mi.
- ¡Melissa! - Saludo mi madre.
- Hola mamá.- Salude confundida.
Me acerque a Alonso y le tendí el libro. El me agradeció y le sonreí como respuesta.
- Bueno, debo irme.- Dijo Alonso después de un par de intuís en silencio. - Fue un gusto verla de nuevo, señora.
-El gusto es mío Alonso, saludarme a tu mamá.
- Gracias, lo haré.
Acompañe a Alonso a la puerta y después de despedirme de él fui corriendo con mi madre.
- Dime que no me avergonzaste frente a él mientras yo no estaba.
Mi mamá comenzó a reírse.
No le encuentro gracia a mis palabras.
- Melissa no seas dramática, jamás te he avergonzado frente a alguien.
La mire enarcando una ceja.
- Bueno, si lo eh hecho, pero puedo asegurarte que hoy no fue la ocasión.
- Confiare en ti.- reí - ¿y de que hablaron mientras me fui?- pregunte curiosa.
- De nada importante... Sólo le mostré tus fotos de pequeña.- Mi boca cayo al suelo formando una "o".
- ¡Mamá!
- Es broma. - Se río fuerte.- No haría eso.
La mire de nuevo enarcando una ceja.
- ¿Qué? ¿No confiad en mi?
Negué.
- No la haré Melissa, tranquila.- rodó los ojos.- ah, por cierto invite a la familia de Alonso a cenar, espero no te importé.
-¿Por qué hiciste eso?
- Quiero conocer a la familia de mi futuro yerno.
- ¡Mamá!
- ¿Qué? ¿Estoy mintiendo?
- Tan sí quiera me hubieras visado antes ¿no crees? - Dije evitando el calor de mis mejillas.
Ella sólo se rió y salió de la cocina.
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¡Otra sorpresa!
Decidí subirlo bc las amo🌚.
Ya descubrí como ponerle cursiva desde mi teléfono yay🎉😂.
Ya saben, voten y comenten para más sorpresas como esta😏.
Las quiero, nos vemos pronto.
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