Capítulo 7
Editado: 27/ 04/ 2021
Acercamiento.
[Entrada de la escuela, Himawari]
Sorpresivamente cada vez nos estamos acercando más y nuestras charlas van en aumento, él y yo cada vez estamos más cerca del otro. Hoy salí de casa tan temprano como de costumbre, esta vez he venido sin Metal; con un suspiro animado comienzo a ponerme mis zapatos, pero me veo interrumpida cuando un balón choca con mi cabeza... enojada, me giro para buscar al tarado que me arrojo el balón, y me doy cuenta de que... es Yurui...
— ¡Haa! —suspira acercándose —lo siento mucho, Tarui... —toma el balón —ella sigue molesta porque piensa que Shikadai y tú hicieron trampa al saltar.
—Mmm... que mal, pero... ¿Por qué tiene que desquitarse conmigo? Bien podría decirle a él.
— ¡Porqué no soy una estúpida! —avanza enojada —si yo le dijera algo a él... ¿¡De qué no sería capaz!?
— ¿Y quién dice que yo no podría enfurecerme y pelear contigo? —expreso muy tranquila y segura.
— ¡No me hables con tanto valor! —empuja mi pecho con su índice —tal vez golpeaste al idiota de Inoji, —ríe petulante — ¡Pero no me has visto pelear niñita!
—Cálmate ¿Quieres? —sujeta su hombro apartándola —odio cuando haces este tipo de estúpidos alborotos, —niega exhalando un suspiro —eres demasiado molesta... —apartándose alborota su propio cabello —estoy cansado de tu comportamiento así que mejor iré por Toroi.
—Sabes... —mira de reojo a Yurui que lo mira de igual forma —yo que tú no la provocaba, —se detiene detrás de ella —quizá se vea algo pequeña he indefensa, pero a veces las apariencias engañan, —avanza posando su mano sobre mi cabello —esta niña, así como la vez derrotó a tres chicos de la preparatoria sur que tenían consigo armas... un tanto peligrosas... —
Al primer segundo de escuchar su voz, ella se quedo paralizada, dudosa regreso mi mirada a Shikadai que sonríe levemente mientras me mira con orgullo.
—Entonces Tarui... ¿Aún planeas pelear con ella? —abrazándome por el hombro se inclina hacia ella —yo no miento, pude verla en acción con mis propios ojos, justo después de recibir una paliza de esos desgraciados... —separándose suspira —y además, ella los derroto con solo sus puños desnudos.
— ¡Agh! —desvía la mirada apartándose —disculpa por el balonazo... —expresa por lo bajo —pero cuando te vea en acción... —sonríe mirándome —tal vez me atreva a volver echar leña al fuego.
—Bi... ¿Bien?... si, supongo que podre estarlo esperando... —suspiro para volver la mirada a mi casi salvador —oye, buenas Shikadai.
—Hola, recuerda que tendremos la clase esta tarde, —avanza a su casillero —algunos de los chicos se ausentaran debido a otras clases, así que estaré esperándote puntual en la biblioteca.
— ¡Bien!
Tranquilamente termino de ponerme los zapatos y avanzo entre un tarareo hacia el salón donde Yodo ya me espera tomando asiento en mi silla.
— ¡Eeyy! —eleva la mano —gracias por los puntos extras chica, —sonríe — ¿Qué tal estas?
—Bien, —tomo el asiento que deja libre —no era nada grave...
—Shikadai y tú, —toma el asiento de Metal — ¿Están saliendo o algo así?
—No es algo así, él solo me comenzará a dar clases de matemáticas... ¿Por qué preguntas? —suspiro entre mi sonrisa — ¿Acaso te gusta y no deseas que yo este a su lado? Ahora... muchas me han salido con eso.
—Hima... —pronuncia preocupada.
Un fuerte golpe de dos palmas termina sobre mi pupitre haciendo sorprender a todo el salón, sorprendida veo al rubio que se planta completamente enfadado mirándome, sin mediar palabra me toma del brazo arrastrándome al pasillo y arrojándome contra la pared.
— ¿¡Enserio tú... —me apunta incrédulo —derrotaste a esos tramposos!?
— ¿Y qué si lo hice? —enfadada por el golpe le hago frente con seguridad — ¿Acaso eran amigos tuyos?
—Yo solo tengo dos amigos, —inclinándose me empuja del hombro —Shikaday, y Shinki con quien nos comenzaron a atacar.
— ¿Cómo que los atacaron? —cuestiono sorprendida.
—Si, —asiente tranquilo a su lado —lo hicieron ayer antes de atacar a Shiakadai, —observa al rubio idiota —Inojin y yo nos fuimos juntos a casa porque Shikadai tenia que hablar con su padre, fui al baño dejando —golpea, con la parte trasera de su palma, el pecho del rubio —a este esperando afuera, pero cuando salí la pelea ya había iniciado.
— ¡Por dios! —exhalo un suspiro con enfado —deja de espantarme, simplemente... de pronto apareces y... —niego guardando mi descontento —en fin... ¿Lo sabe Shikadai?
—Estábamos en un lugar público —explica el rubio ignorando mi pregunta —pero aun así me percate de la manopla que uno de ellos tenia cubierta por vendajes, si Shinki no hubiera estado ahí... seguramente ellos me abrían acabado y dejado tirado como un perro callejero al punto de la muerte.
—Si... —golpea su costado ante el dramatismo del rubio —le platicamos a Shikadai apenas lo vimos llegar malherido, pero... nos omitió la parte en la cual tú peleaste con ellos y los derrotaste.
— ¿Qué fue lo que paso? —se inclina interesado.
—Pues... —observo al azabache —yo solo pasaba por ahí, intenté evadir los ruidos, pero entonces Shikadai fue arrojado frente a mis ojos hiriéndose mucho más... estaba aturdido y muy lastimado, el golpe lo había dejado sin aire... me sorprendió... tuve que...
— ¡EY! Ustees dos, ¿Qué hacen con ella?
El rubio se paralizo al instante de escuchar su voz mientras que Shinki solo regreso la mirada al pasillo, Shikadai les dedica una mirada llena de enojo, pero al verme sonríe levemente esperando mis palabras.
—Solo me estaban preguntando sobre lo que paso hace unos días con esos tipos...
—Mmm... —se detiene a mi lado —se los resumiré, —me apunta —golpeó a un tipo del doble de su complexión y estatura con solo su puño limpio, la fuerza lo arrojo contra un poste dejándolo inconsciente, —vuelve la mirada a ellos llevando sus manos a sus bolsillos —al de la manopla lo asusto fingiendo que lo golpearía con un tubo y luego lo dejo casi muerto en el suelo tras golpearlo repetidas veces... —sonríe con orgullo —yo me hice cargo del de la navaja que casi la heria, y si no fuera por las sirenas de las patrullas, bueno... el tipo de la navaja no la hubiera contado.
— ¿Esa enana... —me apunta desde lo alto —de verdad derrumbo al gigante? Shinki apenas y pudo hacerlo huir, y por igual, —encoge sus hombros —solo fue porque la policía paso cerca.
—Te recuerdo que esa enana, —me apunta con la barbilla el pelinegro —te tiró al suelo en unos cuantos segundos... —Dice burlón.
— ¡No estaba en guardia! —expresa avergonzado.
—Lo podría hacer aun si lo estuvieras... —sigo el juego del pelinegro.
— ¿¡Qué dijiste pequeña plaga!? —se acerca enfadado.
—Estoy aburrida y te odio, —confieso ya cansada de su actitud —tú y yo en la azotea a la hora del receso... —observo de reojo a Shikadai que no se opone a mi palabra —ahora... debo volver a mi clase que está por comenzar.
Al entrar puedo ver la mirada de todos sobre mí, las chicas parecen tener miedo de mí mientras los chicos me apuntan con cierto placer en la mirada... como si de alguna forma estuvieran orgullosos de que mi fuerza es reconocida por esos tres tipos, pero... todo esto no se sienta nada bien. Yodo permanece en el asiento de Metal, oh, es verdad... ¿Dónde esta Metal? Antes de si quiera poder buscarlo con la mirada el profesor se adentra causando que nos levantemos para dar el saludo normal del día, apenas nos sentamos la puerta trasera del aula se abre y nuestras miradas regresan con curiosidad, Metal... tiene el ojo morado y esta limpiando su nariz con un pañuelo cubierto de sangre.
— ¿Puedo pasar profesor?
— ¿Qué te ocurrió? —se acerca preocupado.
—Tuve un problema al llegar... solo golpeé mi cara por accidente.
—Hima, —hace señas con su mano —llévalo a la enfermería.
Sin dudarlo me acerco a prisa sujetando a mi amigo que se recarga de mi hombro para llevarlo de inmediato a la enfermería, mis preguntas avanzan mientras veo las partes dolientes de su cuerpo y la sangre y suciedad que pinta su ropa, él no me dice palabra alguna y al llegar a la enfermería continua manteniéndose en silencio... sin poder hacer nada más que curar sus heridas y darle algunas medicinas, la doctora termina su trabajo escuchando la excusa de una caída nada creíble que tiene que fingir creer para después salir dispuesta a levantar un reporte ante los golpes tan severos en el cuerpo de mi amigo. Preocupada tomo asiento a su lado observándolo mantener la vista sobre la suciedad de su ropa.
— ¿Qué fue lo que paso? Necesito que me digas la verdad, no quiero escuchar más mentiras de tú boca Metal.
—Si te lo digo terminarás yendo... no quiero verte en problemas por mi culpa, estoy bien, —sonríe levemente decaído —solo vayamos a clases de una vez.
Enfadada lo hago detenerse tomando su brazo, simplemente no puedo dejarlo ir, así como así... ¿Qué me meteré en problemas? Esos golpes que adornan tan horriblemente su cuerpo han sido mi culpa, de eso estoy segura... Metal siempre ha sido malo para decir mentiras.
— ¿Quién fue?
Su mirada se desvía mientras suelta mi mano saliendo con camino al salón de clases; durante todo el día seguí preguntándole una y otra vez sobre el tema, pero él simplemente me ignora o cambia de tema; rendida le digo sobre mi cita con Shikadai, y claro que voy, pero no para tomar clases.
—Lo lamento... —suspirando trato de guardar mi furia —no podre estudiar contigo el día de hoy, necesito hacer algo así que... —subo levemente la mirada — ¿Podemos tener nuestra clase mañana?
—Si, esta bien... la verdad hoy nadie pudo venir, —tiende las manos mostrando la sala —si tú lo quieres puedo ayudarte con lo que vayas a hacer...
—No gracias, me tengo que ir ahora —doy una reverencia.
Rápidamente salgo de aquella habitación y tomo carrera en busca de Metal; no pienso dejarlo así, la persona que lo lastimará pagara lo que hizo. Mi carrera sigue por el camino que siempre seguimos juntos... y entonces puedo verlo, lo tienen rodeado en el pequeño parque no tan lejano a nuestras casas, son esos tipos, los que atacaron a Shikadai junto a otros dos tipos desconocidos para mí; uno de ellos toma a Metal por la camisa y lo levanta dando algunos leves golpes a su rostro... entre mi enfado me acerco escondiéndome detrás de algunos juegos para escuchar su plática.
—Te dijimos que trajeras a la mocosa de cabello azul, oye idiota, —da una cachetada en su mejilla — ¿Dónde está ella?
—Pueden golpearme todo lo que quieran, pero con una mujer no se metan siendo unos cobardes en grupo.
— ¡Esa bruja dejo casi muerto a mi amigo! —ríe —claramente se merece los golpes que queramos darle, pero... ya que no la trajiste, mañana nosotros nos encaremos de ella, por hoy nos haremos cargo de ti.
El primer golpe cae en puño sobre la mejilla de mi amigo dejándolo caer al suelo, y antes de que otro idiota lo tomara de la camisa yo me lanzo en una carrera que lo hace detenerse de golpearlo, al llegar pateo directamente la mano de aquel idiota obteniendo un dulce grito de dolor que hace llenar de adrenalina; el abuelo siempre ha dicho que mis golpes son muy potentes.
— ¿Me buscaban? —expreso con una sonrisa calentando.
— ¡Maldita! —grita enfurecido — ¡Te vas a arrepentir!
Un idiota me toma por la espalda sujetando mis brazos mientras su compañero viene hacia mí con el puño listo para golpear mi cara, con su puño cerca doy una fuerte patada que lo hace desequilibrar y perder fuerza, sin dudarlo me impulso de su cuerpo pateando su costado con ambas piernas y logrando liberarme al hacerlo tambalear; con rapidez me levanto del suelo poniéndome en guardia para enfrentar a los otros cuatro incluidos al que le patee la mano en un principio, todos parecen listos para atacarme. Tomando aire trato de mantener la calma teniendo mi cabeza en paz para poder destrozarlos a todo con seguridad.
—Que pocos hombres son aquellos que golpean a una mujer en grupo...
—Ni siquiera se les puede llamar hombres, ¿O si Shinki?
—Ni un poco, simplemente dan pena.
Aunque insegura, me aventuro a volver la mirada notando a los chicos listos para pelear; nuestros atacantes tragan gruesos a punto de retirarse, pero antes de poder huir Shikadai e Inojin se ponen en marcha sujetando a unos del hombro mientras Shinki solo mira a los otros sembrando el terror en ellos. Rápidamente me acerco a Metal para comprobar su estado, pero entre mi preocupación viajando por todo su rostro... lo puedo ver, él viene corriendo a prisa hasta ponerse de rodillas a nuestro lado.
— ¿Quién hizo esto?
—Ya me encargué de ellos hermano, y los chicos tienen a los que faltan.
Aun entre su enojo hacia mí, Boruto se levanta yendo junto a los chicos que iniciaban una verdadera pelea a la cual no le puse real atención, toda mi concentración esta en asegurarme que Metal no esté más herido.
—Entiende que estoy bien, —aleja mis manos bruscamente — ¿Por qué has venido?
—Por que esto a sido mi culpa... —sujeto su mano agachando la cabeza —solo tenías que decirme que estaban buscándome, te aseguro que yo pude haber acabado con todos.
—Estas loca, —expresa con un semblante molesto —ni siquiera es justo que vayan tantos contra una sola persona, al menor descuido alguno pudo haberte lastimado.
Ante una mano en mi hombro regreso rápidamente la mirada notando como Shikadai ya ha terminado con el tipo que luchaba y ahora parecía poner toda su atención en mí, Shinki es el siguiente en acabar dejando totalmente noqueado a su contrincante... el idiota de Inojin es un As para esquivar golpes, es veloz y da golpes certeros que aturden a su rival, pero se tarda en terminar con él mientras alardea de lo genial que es para la pelea y todo en la vida; el rival de mi hermano cae...
—No vuelvas a cometer una locura así, no puedes simplemente ir sola contra todo un grupo de idiotas, —expresa con seriedad mientras sus ojos verdes permanecen con dureza sobre mí — ¿Acaso no has visto ya lo bajo que pueden caer con tal de ganarte?
—Iban a pelear con una chica, —Digo sin arrepentimiento —no creo que tuvieran ganas de que se burlaran de ellos por tener que utilizar armas.
—En eso tienes razón, —Shinki da un asentimiento —pero fácilmente pudieron negar el tener armas con ellos al momento... y el hecho de pelear con una chica, —vuelve la mirada sobre los tipos del suelo —te aseguro que no le comentaron a nadie el hecho de que eres una mujer, ciertamente, —soba su muñeca volviendo su mirada a mí —ha sido una completa locura el que hayas venido sola.
— ¿¡Qué demonios fue lo que hicieron para que los atacara!? —cuestiona a ambos pelinegros.
—Hombre, —suspirando sujeta el hombro de Boruto con una sonrisa —estos tipos nunca se cansan de recibir palizas.
—Creo que se enojaron conmigo, —confieso cabizbaja hacia mi hermano —por haberlos vencido antes... —subo la mirada a sus ojos azules —hermano, ¿Podrías llevar a Metal a su casa?
Suspirando exhausto ayuda a Metal —Me tendrás que explicar esto después.
Preocupada le ayudo a tomar a mi amigo; Metal siempre ha tenido un cuerpo algo débil así que esa es la razón por la que no es bueno para luchar, aun así, le gusta hacer ejercicio para mejor lo más posible su condición, pero... aunque su cuerpo sea mas fuerte ahora no podía simplemente dejarlo venir solo. Mi hermano se aleja con Metal recargado de su cuerpo... mi amigo les ha dado las gracias a los chicos, pero ni siquiera me ha mirado...
—Bien, —suspira mirando a los tipos en el suelo —o eres muy tonta... —su mirada viene a mí —o muy fuerte, y ya que creo que es la segunda... visto que has ganado contra los mas fuertes... —musita desviando la mirada.
—Desde ahora tendré cuidado de ti —bromea levemente el pelinegro —bueno, nos vemos —da una leve reverencia.
Mi mirada vuelve sobre el único que permanece a mi lado, Shikadai se ha sentado en los columpios viejos del pequeño parque, y aunque dudosa, me acerco hasta tomar asiento a su lado.
—No vuelvas a meterte en peleas de ese tipo... —señala con la barbilla al grupo para después mirarme —eres buena peleadora, y es obvio que despiertan algo en ti cuando lastimar a un ser querido, pero... siguen siendo hombres, —vuelve la mirada al frente —siguen siendo tramposos, solo quiero que comprendas que si ese día yo no hubiera recuperado mi fuerza... ese tipo pudo haberte mandado al hospital.
—Ser querido ¿He? —rio con la mirada baja —así que ahora eres alguien querido para mí.
—No cambies el tema, —Dice enojado —promete que nunca volverás a meterte en peleas así, —mantiene su mirada seria sobre mí —donde te superen en numero y lleven armas con ellos.
—Esta bien... —doy unos asentimientos —esta bien, bien, sinceramente... —suspiro tratando de no mostrar mi vergüenza —eres peor que mi hermano, no... quizá un poco igual, —subo levemente mi mirada —lo prometo.
Suspirando se sujeta de las cadenas —Y... la verdad no sé si yo sea querido para ti, —sonríe ampliamente —tal vez solo sentiste pena por mí, pero... estoy seguro de que si fuera un ser querido podrías ser mucho peor, se nota... —hace señas a mis ojos —que harías cualquier cosa por proteger a tus amigos, —sus pies lo balancean —y a tu familia...
—Bueno, —me encojo de hombros —sí, tienes razón... ¡Oh, cierto! —me giro en su dirección —si no me equivoco ahora me debes dos preguntas —muestro mis dos dedos con entusiasmo.
—Eso era por las clases, —ríe levemente —no hemos tenido clases...
—A ver... una clase la cancelamos ambos por la herida en la nariz, fue decisión mutua... mientras que esta vez me retire por mi misma ante esta situación... —doy un asentimiento —bueno, esta bien, aunque sea déjame preguntar por la vez que cancelamos juntos.
—Estoy de buen humor, —suspira —te dejare las dos así que... anda, pregunta.
Nuestras piernas nos ayudan a mecernos en estos viejos columpios que rechinan con cada nueva vez que nos columpiamos, recargando mi cabeza de la cadena lo observo de reojo... su mirada esta sobre nuestras sombras mientras una sonrisa pinta su rostro... sus ojos... llenos de serenidad, llenos de algo... tan... tomando un respiro me levanto del columpio mirando el sol que se oculta.
— ¿Por qué siempre dices cosas raras cuando estás conmigo?
— ¿Raras? —baja la mirada entre una sonrisa —no creo que sea raro el decir que me gustan tus ojos, —sube la mirada a mis ojos —y todo de ti... pero, aun así, respondiendo a tu pregunta, es... porque me gustas.
¿De... verdad? Yo siempre pensé que eso solo era un juego para él. Su sonrisa sigue amplia y tranquila mientras sus ojos me gritan que nada de eso es una mentira, mi corazón late desbocado y las palabras han escapado de mi boca... es verdad que es atractivo, popular a su modo, pero... jamás pensé en una posibilidad sobre una relación romántica a su lado, más que nada tenía curiosidad el conocerlo... como un amigo.
—Se... segunda pregunta, —trago grueso — ¿Por qué te gusto?
— ¿Por qué? Bien... —da un asentimiento —eres muy linda, siempre sonriente, pero también eres muy fuerte físicamente, tienes un gran espíritu, eres... interesante, la primera vez que te miré, pude ver que no tenías miedo del todo... mi mirada normalmente causa miedo, pero por alguna razón lo que había en tu mirada solo era duda, como si... —se pone de pie mirándome directamente —intentaras comprenderme, quería tender mi mano hacia ti y ayudarte a levantar, pero... creo que en el fondo se sentía como... —sujeta su nuca desviando la mirada al suelo —si tú fueras la única capaz de tomar mi mano y levantarme, el calor de tu mirada, tu comprensión... tu calidez —sube la mirada.
¿Levantarlo?... ¿Qué dice? ¿Por qué habla así? ¿Qué es esto? Siento como un nudo en mi estomago comienza a formarse, y mi corazón esta loco y dispuesto a huir... el aire... es como si me faltara... Shikadai es un chico malo, normalmente enamora a las chicas y luego rompe su corazón como cualquier otro chico... malo. No quiero, no quiero tener el corazón roto a mano de... shikadai... ¿Por qué me miras así? ¿Por qué te acercas?
—Shika... dai...
Su rostro se inclina y puedo sentir sus labios sobre la piel de mi mejilla, al alejarse su sonrisa se muestra.
—Ahora tengo que irme, toma, —entrega una paleta en mis manos —ya se que te estas volviendo algo adicta a mis paletas, entonces... adiós.
Cuando caminas de esa forma puedo ver... la tristeza marcada en tus pasos, la pesadez sobre tus hombros y... la carga en tu espalda... ¿Realmente seré capaz de cargar con eso y ayudarte? Y entonces tu rostro regresa mostrando una sonrisa, mi mano se eleva por reflejo despidiéndote y luego toca donde antes tus labios dejaron un beso... ¿Qué es esto?
— ¿Hima? —inclina la cabeza tratando de reconocerme —Hola, ¿Qué haces ahí?
—Ha... Yodo, —sonrío levemente —yo iba rumbo a mi casa, es solo que... —observo los columpios —me senté un rato, Yodo... —busco su mirada —sobre shikadai e Inojin ¿Por qué me dijiste que no me enamorará de ellos?
—No te lo quisiera arruinar, —bromea encogiéndose de hombros —deberías descubrirlo sola, además... sinceramente creo que tú serás capaz de tender tu mano para uno de ellos.
Otra vez... ¿Qué pasa con esto? Hay algo, algo que yo no sé, pero que todos parecen entender... ¿Cuál es su pasado? Al llegar a casa un interrogatorio iniciaba apenas cruce la puerta, Boruto no me permitió subir a descansar o hacer tarea hasta que le contará todo lo sucedido, incluido... lo que ocurrió con Shikadai, cuando lo atacaron por primera vez... y finalmente suspira alistándose para la que parece la última pregunta.
— ¿Te gusta Shikadai?
No lo sé, mi mirada baja y vuelve a subir sobre la mirada seria de mi hermano, no tengo una respuesta a eso y no pienso mentirle a Boruto.
—No lo sé.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top