capitulo 39
Editado: 08/ 08/ 2021
[Shikadai]
¿A dónde me llevas? ¿Quién eres?... ¿Qué hago aquí?
— ¡Shh! Vamos a pasar un buen rato así que no te preocupes... tu esposa no va a enterarse.
...
—¡Diablos! —jadeo asustado.
—Ey... —frota sus ojos para mirarme tomando mi brazo — ¿Qué pasa? ¿Has tenido una pesadilla?
Mi sonrisa crece al verla a mi lado con sus azules cabellos despeinados, acerco mi mano y acaricio su mejilla para volver a recostarme y pedirle que tome mi brazo de almohada, ella sonríe accediendo.
—Si, pero... no hay problema, —acaricio todo su rostro —ya se pasará.
—Bueno... —sonríe sin tocarme — ¿Quieres pedir a la habitación o bajamos?
—Deberíamos salir, no hemos salido juntos.
—Si, tienes razón, además.... —sonríe ampliamente —conozco un lugar donde podemos tomar el desayuno, voy a cambiarme.
Ella se marcha de un brinco y yo cubro mi rostro con mis manos girándome boca arriba, aun no soy capaz de recordar lo que paso aquella noche, todo sigue borroso y aunque sé que Hima confía en mi palabra... quisiera tenerlo todo claro y decirle que de verdad no ocurrió nada esa vez. Estoy... tan enojado conmigo mismo por no haber evitado eso...
— ¿Y bien? —ajusta su coleta alta — ¿Te vestirás? ¿O piensas ir así? —sonríe tomando asiento en el borde de la cama y acariciando levemente mi torso —claramente no me molestaría presumir un poco el cuerpo perfecto de mi marido —ríe alejando su mano.
— ¿A si? —algo incomodo sigo — ¿Dejarías que otras miraran este cuerpo? —intento bromear —además... solo estoy un poco perdido, enseguida me cambio.
—Tal vez es por ese sueño que sigues así, —busca entre su ropa — ¿Qué soñaste exactamente?
—Es... —busco mi ropa —una tontería.
—Bueno, —encoge sus hombros —y, por cierto, —gira para mirarme —claramente no dejaría que nadie más tuviera esta hermosa vista.
Ella termina de arreglarse y yo hago lo mismo, al verla estar lista me apresuro a su lado tomando sus mejillas entre mis manos para hacerla mirarme de frente.
— ¿Qué pasa?
—Es que... te ves hermosa.
Mis brazos rodean su cuerpo y ella corresponde mi abrazo mientras yo trato de hundirla en mi pecho y retenerla ahí por siempre... de verdad me siento tan culpable, y es que fue mi culpa, yo sabía que esa mocosa me quería y estuvo muy molesta cuando la rechace, pero aun así la deje jalarme de un lado al otro y por mi maldita irresponsabilidad termine hiriendo a Hima; nuestro abrazo termina con el toque de la puerta, ella se separa para ir a abrir, tome su bolsa y mi cartera para seguirla, pero... mi sorpresa es grande cuando la veo abrazar al botones con entusiasmo.
—Hee... —interpongo mi brazo para separarlos — ¿Qué ocurre aquí? —trato de mantener mi sonrisa.
— ¡Pues mira! —Dice emocionada.
De pronto me acerca un móvil a la cara y apenas la separó un poco me percato de la imagen en la pantalla, es ella modelando en una portada digital, mi sonrisa sale y rodeo su hombro para que veamos juntos la imagen.
— ¿Cuándo paso esto?
—Ayer, —informa el botones —cuando la señorita fue a comprar ropa nos encontramos con eso, y al parecer la señorita ganó así que pronto estará en la portada de una revista, pero el adelanto ya esta en la pagina web de la tienda.
Ella ríe volviendo la mirada hacia mí —Fue divertido, pero no creí que yo saldría.
—Y yo estaba seguro de que usted saldría —ríe tomando su celular.
—Bueno, eres muy bella como para que no ganaras.
— ¿Van de salida? —interrumpe con educación.
— ¡A si! —Dice animada —pensaba llevarlo al restaurante que me llevaste, de verdad estaba muy rica la comida y quiero que la pruebe.
Ella rodea mi brazo pegándose a mí mientras el botones y yo nos dirigimos una sonrisa un poco... desafiante, tengo que poner un limite en esta amistad tan cercana que Hima ha conseguido; volviendo la mirada sobre Hima despeino un poco cabello.
—Gracias por cuidarla ayer Jhon.
—Fue un placer, además la señorita es muy divertida, pero bueno... —retrocede —no los entretengo de más, solo venía para mostrarle las fotos, ¡Ahora voy a continuar con mi trabajo!
— ¡Qué tengas buen día! —elevo la palma despidiéndome.
— ¡Nos vemos luego Jhon!
Después de decir eso él se despide con la mano mientras corre por los pasillos, Hima niega al aire y entrelaza nuestras manos para comenzar a guiarme al ascensor, me limito a sonreír y seguirla, pero apenas las puertas se cierran puedo notar como su sonrisa se desvanece... las ultimas horas se ha retenido de tocarme, ella se aparta casi enseguida. Suelto su mano y obtengo de ese modo su mirada preocupada, sonrío lo más tranquilizadoramente que puedo y sujeto su linda cara con cariño.
—Yo sé que no es algo que se pueda olvidar pronto, es una completa idiotez que yo haya permitido que pasara... y nunca dejaré que se repita, porque tú eres la única que cautiva mi mirada, la única que me interesa y la única con la que quiero estar a cada segundo de mi vida... —inclino mi frente sobre la suya —Hima, busquemos ese regalo por nuestra luna de miel, algo que podamos atesorar juntos.
Ella sonríe con su mirada llorosa y da un par de asentimientos rápidos, apenas las puertas se abren sujeta mi brazo y salimos juntos despidiéndonos del gerente para caminando por acera al lugar que ella quiere, ella me explica sobre las cosas en el camino y al llegar tomamos asiento con calma.
—La comida aquí es realmente deliciosa, solo pidamos un desayuno normal y un té para mí, ¿Tú que deseas cariño?
Dejo de mirar el menú apenas escucho aquello, y la miro para después sonreír de más y pedir lo mismo que ella cambiando el té por un café.
—Shikadai...
—Espera, —elevo la ceja — ¿Qué no comenzarías a llamarme cariño?
—A... tonto, —dice avergonzada —escúchame.
Sigo riendo —Bien, bien, lo siento... me emocione un poco.
—Shiakdai... —tiende su mano sobre la mesa hasta sujetarme —no es que quiera excavar en lo que paso, pero... ¿Podrías contarme lo que recuerdas? La verdad no puedo estar tranquila, de verdad confío en ti, pero algo en mi pecho no me deja estar con esta situación.
—No, esta bien... —confieso apenado —te entiendo y yo también quiero saber todo lo que paso, aunque la verdad lo único que recuerdo es que ella me llevo a hablar con unas personas, la charla iba bien y todos estábamos divertidos, entonces llego un meso a ofrecernos una copa, apenas iba a tomar una, pero ella la tomo por mí y me la dio... no tome demasiado, solo baje un poco de la copa y la dejé aun lado para seguir platicando por ahí...
No... no te quiero decir esto, si te lo digo y no sabemos lo que paso después... te pondrás triste, y yo no quiero eso.
—Tranquilo, está bien.
—Solo recuerdo las cosas borrosas... la cara de algunas personas preguntando si me encontraba bien, y si podían ayudar a llevarme, recuerdo que me subieron a un taxi, y de ahí solo sé que por la madrugada me levanté y la miré ahí.... Ella intento besarme al sentir que me moví, pero la empuje al instante... me encontraba mareado y aun así me tome mis cosas como pude, ella comenzó a gritar que me estaba perdiendo de una gran mujer, de una gran vida... salí mientras me maldecía y camine sin saber que paso ni a donde iba... hasta que llegue al hotel contigo.
Ella permanece en silencio mientras baja su mirada y yo simplemente cierro los ojos dejando a la culpa fluir, sabía que esto iba a ocurrir, la verdad... lo que soñé esta mañana fue lo importante, pero aun no sé lo que paso después, solo la recuerdo quitándose el vestido al lado de la cama y acercándose a mí, de ahí en adelante no sé que paso entre esa loca y yo...
—Bueno, esta bien... —sonríe más tranquila —al menos ahora sé un poco sobre lo que paso... ¡Deberíamos desayunar! ¡Luego de aquí tú vas a buscar el siguiente lugar al cuál ir!
Sonrío, me encanta verla así con esa radiante sonrisa en su cara, aunque ahora mismo yo sé que ella no se siente de lo mejor me gusta ver esa sonrisa que la hace ver tan linda, sujeto su mano sobre la mesa y mantengo mi mirada fija a sus ojos, ella da un asentimiento como si comprendiera sin ninguna palabra lo que trato de decirle... "Todo estará bien"
El desayuno es traído y ambos comenzamos a comer mientras hablábamos de esa fiesta y nos reíamos de algunas personas... la verdad mucha de esa gente es falsa, y tanto ella como yo nos sentimos bien con ellos; al terminar nuestro desayuno me ofrezco a pagar la cuenta, y salimos tomados de la mano.
— ¡Bien! ¿Dónde me llevarás ahora... cariño?
Mi risa sale —Vaya, realmente me esta encantando esa palabra, pues verás, ahora iremos a comprar ropa porque iremos a pasar la tarde en la playa, y en el camino planeo buscar tu regalo.
— ¡Genial! Pero contigo es suficiente regalo.
—Anda, vamos.
La rodeo por los hombros y caminamos rumbo a una tienda mientras observamos los alrededores, compramos ropa para entrar al mar y nos dirigimos a la playa en un lugar apartado de la gente donde pudiéramos estar solos.
—Yo creo que aquí esta bien, deberíamos de tender la manta —Dice emocionada.
—Si te gusta, perfecto.
—Bien, solo acomodamos esto y enseguida te ayudo a ponerte el bloqueador.
Estamos bien, estamos felices... estamos en nuestra luna de miel, ella sonríe como de costumbre y yo solo quiero abrazarla y no soltarla de mi lado, acomodo la sombrilla para evitar que el sol nos moleste y ella me jala del brazo enseguida para que tome asiento con ella, riendo comienza a ponerme el bloqueador como si fuera un niño pequeño... lo siguiente fue lo divertido porque me toco a mí ayudarla a colocárselo.
Apenas terminamos nos recostamos un rato tomándonos las manos mientras mi celular reproduce música en medio de nosotros con un audífono uniéndonos, pero nuestra calma se ve detenida cuando el motor de un auto se escucha en la cercanía, nos levantamos dudosos y lo que menos esperábamos llegó bajando de una camioneta grande y negra.
— ¡Ey! —sonríe elevando la mano entre su avance — ¡Hola señor Shikadai, no esperaba encontrarlo por aquí!
El señor Marcus baja de la camioneta y nosotros nos levantamos con prisa para avanzar a la camioneta evitando ponerle atención a Nathalia, llegamos directo con el señor Marcus estrechando su mano.
—Buenas tardes señor Marcus, ¿Viene a pasar un momento con la familia? —cuestiona sonriente.
— ¡Si, si! Reservamos un lugar privado en la playa, un poco más lejos... —apunta la dirección —pero Nathalia logro distinguirlos y decidimos pasar a saludarlos.
De pronto siento como alguien toma mi brazo y bajo la mirada mirándola sonreir sin duda en el rostro, apenas pensaba quitarla de mi brazo cuando Hima la tomo de la muñeca y la separó.
—Lo diré muy claro señor Marcus, —señala con firmeza —contrataré abogados especializados y haré que nuestro contrato termine cuanto antes, —Dirige una mirada de desagrado hacia Nathalia —si esa niña va a estar a cargo de mi línea de hoteles aquí, —vuelve la mirada sobre él —no pienso dejar que mueva a su antojo lo que desee. Yo firme el contrato con usted y solo trabajare con usted.
— ¿De qué habla? El contrato ya esta... —observa con duda a su hija — ¿Tiene algún problema con mi hija?
—Bueno, si un poco, —suspira cansada —pero no es algo que pueda arreglar con una disculpa, básicamente ella me odia y no pienso trabajar acorde a sus berrinches de niña mimada, acostumbro ser una persona calmada, pero... si me hacen enojar podrían pasar cosas.
— ¡Ese contrato nos beneficia a ambos! ¡Ambos ganamos y no será una suma pequeña!
—Lo lamento, —toma mi brazo —pero no puedo trabajar en medio de un conflictúo infantil, bueno... me comunicaré con mis abogados pronto, ahora solo pienso disfrutar mi luna de miel al lado de mi marido.
Mi sonrisa sale y comienzo a seguirla hacia nuestro lugar en la playa, ella parece más relajada apenas nos separamos y vuelve la mirada a mí mostrándome una sonrisa tranquila llena de confianza... su mirada vuelve al frente y exhala un enorme suspiro. No puedo creer que este dispuesta a dejar un contrato así de grande, pero si Hima piensa que es lo correcto, es mejor no interponerme.
— ¡Maldita idiota, no te creas tanto!
Exclamó la pequeña bruja que de pronto tomo a Hima del cabello jalándola hacia ella, su mano me suelta pero antes de que yo pueda actuar, escuchando los gritos del señor Marcus que pide a su hija detenerse y a la señora Danielle que grita con terror, veo a Hima girarse sin problemas y atinar un golpe justo en el rostro de la chica... la niña cae al suelo sujetando su nariz sangrante y Hima exhala un suspiro tratando de relajarse entre el arreglar de su cabello.
—Mi marido, mis hoteles, mis cosas, no se tocan... y es mejor que sea otra persona la que no se crea mucho. —eleva la mirada hacia el señor Marcus —me disculpo por lo ocurrido con su hija señor Marcus, pero... —encoge los hombros —se lo advertí, ahora... —toma mi brazo —pasaré la tarde con mi esposo.
Al girarnos cubro mi boca para evitar que noten la gracia que me causa aquella herida, y puedo verla intentar comportarse firme, aunque desde dónde yo puedo verla... está riendo. Entre nuestra caminata podemos escuchar la risa histérica del hermano menor de Nathalia y como su madre intenta callarlo mientras Marcus pide ayuda para subirla al auto.
— ¡Yo le encargaré el trabajo a otro empleado, así que no terminemos con el contrato!
— ¡Bien, le llamaré luego!
Tomamos asiento nuevamente y ella comienza a sacar de su bolsa algunos platos herméticos que hemos traído con comida comprada, apenas el auto enciende puedo reír ampliamente y abrazarla con entusiasmo.
— ¡Te amo, eres mi super heroína!
Ella ríe — ¡No digas eso! Solo... —sacude la cabeza en negativa desviando un poco su sonrisa —odio a la gente doble cara, vamos... —golpea mi pierna —debemos comer.
—Si claro mi lady, lo que ordene.
Nuestras risas no se detienen aun entre la comida. Pasar la tarde en la playa no iba para nada mal, un rato después nos metemos al agua y comenzamos a jugar, es divertido estar a su lado. La tarde ya se asoma y yo la abrazo cerca de mi cuerpo para quitarle el frío que provoca la brisa constante, estamos sentados al lado del otro mirando el atardecer caer enfrente de nosotros... me levanto y avanzo a la orilla del mar para tomar una concha que ha arrastrado el océano, vuelvo la mirada hacia atrás en donde se encuentra ella parada mirándome.
— ¡Te amo! —elevo la voz — ¡Himawari Uzumaki, eres sin duda lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, eres la mujer más hermosa del planeta y ahora eres solo mía!
— ¡Tú eres un tonto! —comenta divertida con los brazos cruzados —pero aun así, yo también te amo Shikadai Nara... —rodea su boca con sus manos — ¡Con todos tus defectos, aun así te amo!
Ambos reímos por nuestros gritos y soy yo quién se acerca hasta poder sujetar sus brazos y besar su frente, ella sonríe y me toma de la mano haciéndome acostar a su lado y acomodándose sobre mi brazo para poder abrazarme... entre mi tranquilidad elevo la pequeña concha para que pueda verla conmigo.
— ¿Es tu regalo para mí?
—Mientras consigo uno mejor, por favor tómalo.
—Con gusto... —admira cuidadosamente la concha —ey... —me mira —vayamos al agua de nuevo Shikadai.
Sus labios me alcanzan y luego se levanta guardando mi regalo en su bolso para tomarme de ambos brazos y ayudarme a ponerme de pie... antes de entrar la tomo por la cintura cargando su cuerpo sobre mi cadera para mojarnos juntos, ella ríe abrazándose a mi cuello y permitiéndome mojarla conmigo... nuestras risas se complementan y me detengo detrás de unas piedras altas donde puedo tomar asiento y mantenerla sobre mí... miramos el horizonte y la luz anaranjada que desprende, el reflejo del sol es enviado por el agua a nuestras caras.
—Oye... —me mira.
— ¿Qué pasa princesa?
—Me encanta estar contigo... —acaricia mi pecho suavemente.
—Y a mi contigo...
Nuestro abrazo dura muy poco y al separarnos solo podemos atinar a buscar los labios contrarios, sus labios deslizándose entre los míos logran traerme una inmensa felicidad que no deseo dejar ir en ningún momento, jadeamos entre nuestras separaciones y deteniendo la danza de nuestros labios admiro sus ojos azules para después tomarla en brazos como la princesa que es. La saco del agua y la recuesto sobre el mantel en la playa acomodándome sobre su cuerpo ahora frío, ella sonríe y acaricia mis hombros hasta rodear mi cuello... puedo admirar de cerca el sonrojo de sus mejillas y lo único que puedo pensar mientras acaricio su rostro permaneciendo perdido en su mirada es...
—Y yo que pensaba que no te podrías ver más hermosa.
Ella ríe avergonzada y mientras el sol desciende una tonada llega a nosotros desde la lejanía, nuestras frentes se unen y una sonrisa amplia llena nuestro rostro...
—Alguien nos quiere ayudar con el momento —comenta divertida.
Mi risa sale —Deberíamos hacer que funcione entonces...
Suavemente deslizo mi mano por su vientre causando que su cuerpo se estremezca, mis labios avanzan sobre los suyos en un suave beso mientras desabrocho su short y me atrevo a bajarlo delicadamente palpando sus piernas... mis labios descienden por su cuerpo, delineando su cuello y sus senos para bajar más allá de su abdomen... ella jadea al cielo abriendo sus piernas para mí mientras se aferra a mi cabello y hombro.
La música flota por el aire y su cuerpo se estremece ante mis besos, mis manos que acarician sus senos... la poca ropa que tenía se la arrebato sin problemas, y al levantarme del milagro entre sus piernas puedo verla sonrojada y jadeante bajo la luz de la luna; inclino mi cuerpo sobre el suyo volviendo sobre sus labios mientras mi miembro se adentra en lo profundo de su alma... ella jadea y entre cada embestida puedo obtener sus gemidos que llenan mis oídos con esa dulce melodía y la pronunciación de mi nombre... el ruido del mar salvaje llena en momento y de vez en cuando puedo sentir sus uñas clavarse en mi espalda... nuestras respiraciones agitadas chocan entre si compartiendo el latido loco y desesperado de nuestros corazones... sus manos sujetas a las mías...
•
—Estamos... —suspira pasando la mano por sus cabellos —locos por hacer algo así, aquí... —sonríe levantando sus cosas —dios mío, de verdad te amo —ríe apenada.
—Y sabes que yo a ti... —beso su cuello.
Después de nuestra locura del momento comenzamos a caminar por la orilla de la playa abrazados al otro, notamos que aquella música que nos daba ambiente proviene de un evento de baile y ambos estallamos en risas.
—No, no era para nosotros —ríe animada.
—Y lo aprovechamos muy bien, así que no puedes quejarte ahora... —me inclino sobre su cuerpo —anda, ya comienza a hacer frío, tenemos que volver.
—Bien, bien, pero no tengo las fuerzas para caminar hasta el hotel.
—Y por esta vez no pienso cargarte hasta allá... —ella me golpea el estómago con su codo —deberíamos llamar un taxi —propongo divertido.
Nos quedamos en una banca esperando el taxi al cual subimos apenas llego, ambos estamos realmente cansados por todo lo que hicimos; al final ella se durmió en mi hombro antes de poder llegar al hotel así que me vi en la obligación de cargarla a pesar de mi cansancio, no me importa, si ella puedo hacer lo que sea. Jhon me ayudó a llegar hasta la habitación, y después de despedirlo avance hasta la cama para acostarla con cuidado, la admiré antes de dirigirme a la ducha... y luego me alejé... ahora mismo estoy dejando fluir el agua por mi cuerpo mientras mantengo los ojos cerrados, aun en mi mente su rostro sonriente permanece intacto.
—Tu esposa no va a enterarse...
Abro los ojos enseguida al recordar como la empujé, ¡Los recuerdos de esa noche... han regresado! Al instante cierro mis ojos permitiendo a mi mente recordar.
—Déjame en paz, estoy cansado...
—Oye, venga, yo te puedo ayudar a relajarte...
— ¡Qué te alejes!
Y entonces vomite sobre ella así que se alejo totalmente molesta hacia el baño, creo que... después de todo eso caí dormido... la emoción fluye por mi cuerpo ante mi victoria, ¡Sabía que no había hecho nada! Seguramente ahora mismo estoy sonriendo como un loco en la ducha, pero... estoy feliz. Me sorprendo un poco al sentir unas manos rodear mi cuerpo... vuelvo la mirada mostrándole una leve sonrisa.
—Ey, pensé que estabas dormida.
— ¡Que va! Solo fue una pequeña siesta... —detiene su cuerpo frente al mío permitiendo que el agua la moje —además no iba a dormir así de pegajosa como estaba.
—Bien, vamos déjame ayudarte con tu cabello... por cierto, ya he recordado lo que paso aquella noche, y créeme que te alegraras de escucharlo.
—Umm... —sonríe cerrando sus ojos —venga, dímelo.
—Bueno, después de que se me insinuó logre empujarla, y la segunda vez que lo intento termine vomitando sobre su ropa...
Sus ojos se abren y la risa fluye con entusiasmo uniéndose a la mía. Apenas terminamos de bañarnos nos ponemos nuestros pijamas y tomamos nuestro lugar al lado del otro en la cama.
—Mañana por la tarde sale nuestro vuelo de regreso a japón, así que hay que ir a buscar ese recuerdo... —acomodo sus cabellos detrás de su oreja —y tomarnos algunas fotos.
—Esta vez deberíamos ir a lugares más lindos para que nuestros padres puedan ver unos cuantos paisajes nuevos.
—Y también deberíamos buscar recuerdos para ellos.
Ella da un asentimiento y nos acurrucamos bajo las sabanas... estamos tan exhaustos que sin darnos cuenta el sueño nos invade y nos arrastra hacia el mundo de Morfeo.
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