Capítulo 27
Editado: 14/ 07/ 2021
[Hima]
Treinta y cinco años. Hoy a llegado una nueva fiesta de cumpleaños a mi calendario de la vida, ahora mismo todos los chicos han venido a mi cada para festejarlo, la mayoría estamos acomodados en la sala de la casa como podemos, mientras que Boruto y Sarada vienen en camino trayendo a papá a cuestas, ¡Oh, y claro! En la cocina se encuentran Metal y Yodo preparando un delicioso postre especial para mí.
—Treinta y tres años, —sonríe entre el bajar del piso de arriba —mi niña ha crecido tan rápido, —acaricia mi cabello —creo que... —admira la puerta y toma mi mano haciéndome levantar —tu padre tardará un poco más en venir, así que te quería platicar sobre mi regalo... —señala el segundo piso — ¿Me acompañas arriba?
Ante mi asentimiento iniciamos el camino hacia la parte de arriba avisando a todos que regresare en breve. Entramos a la habitación de mi madre y ella toma asiento en su cama para después palmear la manta pidiendo que tome asiento a su lado.
—Bebé, —acaricia mi rostro —la verdad, en estos momentos no sabía que regalarte.
—Ya sabes que eso no es problema mamá —sujeto su mano entre las mías con cariño.
—Pero... —parpadea bajando la mirada suavemente —ahora que no solo ustedes están creciendo de esta forma tan veloz, sino que... también tu padre y yo estamos envejeciendo, —ella sonríe apenada —quería darte lo que mi padre me dejo, yo... pensaba presentarte oficialmente en una semana, frente a todos los encargados de los hoteles.
Del bolsillo de su suéter largo saca unas llaves y me las entrega apretando mi mano entre las suyas, entre su emoción me da un fuerte abrazo y ríe con pena para terminar con un beso en mi frente. Al bajar Boruto y Sarada entran por la puerta, mi hermano se adelanta para darme un fuerte abrazo, pero Sarada lo empuja con la cadera siendo la primera en abrazarme de entre los dos. Ambos tienen una bolsa de regalo en mano.
—Esperamos te gusten —expresa con una amplia sonrisa dando un codazo a mi hermano.
—Yo... —amenaza con la mirada a Sarada y vuelve la mirada a mí —Te quiero Hima, —avanza en un nuevo abrazo —y a pesar de tu edad sigues siendo mi pequeña hermanita, no importa cuantos años más cumplas.
Entre la risa de todos me aparto de mi hermano, Yodo e Inojin son los siguientes en avanzar con sus regalos que antes tenían escondidos, ahora en mano, ellos me abrazan y por encima del hombro de Yodo puedo ver a mis padres unirse en un abrazo por el hombro, al igual que Boruto y Sarada.
—Bueno... —deja el abrazo acomodando sus rubios cabellos —la verdad solo te compre algo sencillo, y espero te guste.
Inojin avanza — ¿Unas flores bastarán? —ríe entregándome el regalo —en mi defensa los girasoles son muy lindos.
—Claro que bastan, —palmeo su brazo entre una risa —no te preocupes tanto.
Mi mirada viaja sobre Choucho que es la única que falta en darme un abrazo, ella se acerca con una caja de listón verde, su sonrisa es amplia dejándome ver la blancura de sus dientes.
—Por fin las revelé... elegí las que pensé te gustarían y... de parte de Shinki traje unos pequeños porta retratos.
Sin dudarlo tomo la pequeña caja en manos admirando el listón verde, elevo mi mirada y abrazo a Choucho, no necesito abrir la caja, es más que seguro que son las fotos de nuestro primer viaje. Al abrir mis ojos para alejarme del abrazo puedo ver el pastel venir hacia nosotros y pasar directamente a la mesa de la sala, mi padre y mi madre me toman por los hombros guiándome con ellos.
Con todos alrededor de la mesa comienza la canción de cumpleaños que es costumbre, las velas son encendidas mientras todos me miran por momentos, mi sonrisa crece con inmensidad hacia todos, el pedimento a que sople las velas da inicio y entonces me acerco y cierro mis ojos en busca de pedir un deseo... «Deseo vivir feliz con aquel delincuente que me enamoró en preparatoria» El humo comenzó a salir de las velitas y todos aplaudían, mi madre quita las velas y los chicos me piden la mordida a la tarta. Les sonrío a todos y me acerco para morder el pastel.
— ¡Bien, ahora hay que servir! —pide Boruto —que ya hace hambre.
— ¡Eres un bobo! —empujo a mi hermano.
Mi madre me acerca el cuchillo para partir la tarta; debo decir que estoy ansiosa, siempre pruebo las delicias que preparan Metal y Araya, pero... al ver este pastel puedo pensar que ciertamente es una preparación más especial que de costumbre. Comimos un delicioso pastel y seguido de eso vino la comida de mi madre, todos estamos en la mesa ahora mismo, pero falta alguien.
Lo voy a esperar, por supuesto que lo haré, pero su falta a mi lado siempre me hace sentir un poco... triste, aunque como siempre tengo conmigo el collar que él me regalo, además de estar jugando con mi anillo bajo la mesa, a pesar de mi tristeza les dedico una sonrisa a todos.
—Shinki dijo que su proyecto terminaría antes, así que talvez pueda volver unos meses antes —informa Choucho.
— ¡Eso es genial! —expreso sonriente —apenas llegue quiero volver a tomar clases con él, he perdido un poco de práctica.
—Seguro que le fascina enseñarte, —sonríe tranquila sujetando mi hombro —después de todo no dejo su lugar solo, ya ves que contrato a un maestro para que prosiguiera con la clase.
—No puedo creer que aún sea fan del Karate y todas esas artes marciales, —Dice Boruto —yo apenas tengo tiempo de correr por las mañanas.
—Eso es porque eres muy desorganizado, —explica divertida Sarada —yo aun soy capaz de hacer ejercicio sin que me suponga un problema.
—Aunque Shinki no tiene tanto tiempo, pero de verdad le encanta practicar y perfeccionar, así que busca un modo de hacerlo, aunque sea en poco tiempo.
—Eso es bueno en él —expreso tranquila.
—Las artes marciales casi son su vida, siempre la pasaba practicando en ello, aunque nunca me dijo porque le gustaban tanto... —explica Inojin —por otro lado, jamás supe lo que de verdad le gustaba a Shikadai.
Mi risa sale con levedad, me gusta la forma tan normal que el rubio idiota emplea para hablarme de él, me agrada porque los otros chicos siempre se ponen algo tensos, y cuando Inojin lo menciona lo miran con una expresión de desaprobación como diciendo "No lo menciones frente a ella" pero... la verdad me gusta escuchar y hablar de él por boca de mis amigos.
—Si, la verdad es que era muy complicado saber lo que le gustaba, pero... —recargo la mejilla de mi palma abierta —las uvas y el béisbol son su amor ahora.
— ¡No, no, no! —Boruto me rodea atrayendo mi rostro a su pecho — ¡Su amor debe ser mi pequeña hermana que lo está esperando! ¡Solo mi pequeña Hima! —palmea mi cabello y frota mis mejillas causando la risa de todos.
Sarada estalla en risas —Ni siquiera te diste cuenta cuando comenzaron a salir, es tarde para que pongas en plan hermano amoroso.
Las risas siguen su camino ante aquel comentario, mi hermano se molesta como de costumbre, pero enseguida da un empujón suave sobre el brazo de Sarada y por igual inicia a reír con todos.
— ¡Bien, bien! —eleva las palmas en forma culpable —Lo acepto, —toca su pecho con la palma abierta —no me di cuenta, pero... —inclina su cuerpo sobre Sarada —fue tú culpa por tenerme siempre atado a ti.
— ¿¡Atado a mí!? —expresa entre el fingir sorpresa —Disculpa, yo siempre te insistía para ir a ver a Hima.
—Eso... —señala Choucho —es verdad, siempre querías estar solo con Sarada, y a mi dejaban sola con Hima casi siempre... —rodea mi hombro —yo no me quejo, ella es buena compañía a toda hora.
—Claro que sí, —interviene Metal con una amplia sonrisa —y la mejor.
Les dedico una amplia sonrisa y al segundo cubro mi rostro con la palma de mi mano algo avergonzada por tantos halagos, al destapar mi rostro puedo encontrarme con la mirada de mi padre sobre mí.
—Antes de que sigan su plática de como Boruto no se fijaba para de su hermana, —pone las palmas sobre la mesa inclinando su cuerpo suavemente — ¿Te gusto el regalo de tu madre?
Niego con una sonrisa —Esta increíble, de verdad me encanto... —observo a ambos —pensé que me lo daría más adelante, pero si ella cree que estoy lista, ¡Claro que lo haré lo mejor posible!
—Y sé que podrás hacerlo —aclara con tranquilidad mi madre.
La fiesta siguió su curso con tranquilidad, aunque... un rato después Boruto y Sarada comenzaron con una leve discusión. Con la celebración terminada todos suben al auto de Boruto, como he dicho antes, de verdad se les hizo costumbre viajar con mi hermano. Ahora mismo solo estamos mi madre, Metal, Choucho y yo en la entrada de la casa.
—Bueno... ya que Boruto vuelve en un rato, —expresa mi madre regresando la vista al interior de la casa —creo que nosotros ya subiremos a dormir, —avanza tomando mi rostro para dar un beso en mi frente —felicidades bebé, te queremos.
— ¡Gracias!
—Hasta mañana hija —rodea a mi madre por el hombro.
Mis padres suben entre una platica que hace sonreír a mi madre, al volver la mirada puedo ver a Metal remover sus cabellos.
—Bueno, —mete las manos en sus bolsillos — ¡Felicidades mejor amiga! Pero ahora mismo ya debo irme, —retrocede por la calle sin mirar —nos vemos mañana, ¡Buenas noches a ambas!
Al verlo marcharse Choucho y yo damos inicio a nuestro camino por la acera hacia su camioneta, ella se detiene manteniendo la puerta abierta, cubre su boca entre el rascar su mejilla con su dedo corazón.
— ¿Has hablado con él? —vuelve la mirada por completo —debería llamarte o algo, después de todo es tu cumpleaños.
—Talvez... —bajo la mirada con inseguridad —me llame después... —palmeo su hombro —anda, solo sube a tu camioneta, no te preocupes por eso Choucho, estoy segura de que llamará después.
—Bien, —sube de un brinco —pero si no llama debes decírmelo, —cierra su puerta —cuando regresé me asegurare de golpearlo.
—Anda, —señalo con la barbilla —ve con cuidado.
—Hasta mañana Hima.
Luego de dedicarle mi mejor sonrisa su auto se enciende y Choucho sonríe para ponerse en marcha hacia su apartamento; mi mirada sube con dirección a las estrellas mientras una fría brisa se cuela por todo mi cuerpo haciendo revolotear mi cabello, cerrando los ojos exhalo un suspiro que se evapora al dejar mi boca y simplemente me pongo en marcha a mi casa.
Al entrar tomo mis regalos de la mesa y subo con dificultad hacia mi habitación; al estar en mi cama comienzo a abrirlos, Sarada y Boruto me han comprado unos conjuntos que han sido elegidos únicamente por Sarada... Yodo me ha regalos un marco de fotos, y finalmente la caja de Choucho que contiene nuestras fotos en la playa donde todos nos estamos divirtiendo; mi mirada se centra en aquella foto donde Shikadai y yo estamos leyendo en la piscina, exhalo un suspiro que acompaña mi sonrisa. Al elevar la mirada puedo ver una videollamada entrante en el computador de mi escritorio, rápidamente tomo asiento para abrir la llamada... la emoción me llena a tal punto que mi nariz hormiguea y los ojos se me empañan.
—Oh vamos, no quiero verte llorar —sonríe con las mejillas sonrojadas —sonríe para mí
—Ya lo hago tonto, —cubro mis labios entre una risa apenada —solo... —limpio mis ojos —se me escapo un poco de emoción... —río con pena — ¿Convenciste a tu padre para esto? —elevo la ceja inclinando los codos en el escritorio.
—Claro que lo convencí, —estira el cuello hacia la habitación detrás suyo —pero será por solo un breve momento, como puedes ver... —eleva los brazos —el gigantón está espiando.
Mi risa sale al ver como con el mover sus dedos los hombres se inclinan para ser captados en cámara, el silencio llena el momento entre nosotros, por un segundo solo admiramos los rasgos contrarios y disfrutamos de cada pequeño gesto que se nos escapa... su sonrisa crece, y luego de apretar sus labios continua.
—Lo siento, tu belleza de verdad me distrae... mucho, —pasa la mano por encima de su cabello — ¿Qué tal estuvo tu celebración? ¿Tuviste un delicioso pastel? ¿Y la comida de tu mamá?
—Todo fue de maravilla, la comida estaba deliciosa, y hubo algunos regalos que ame demasiado.
— ¿De verdad? ¿Y cuáles fueron?
—Tu videollamada, y las fotos del viaje a la playa...
Su risa sale — ¿Por fin CHoucho las saco?
—Si, y colocaré la foto que más me gusto en un marco que me regalo Yodo, es perfecta para la ocasión.
—Déjame ver la foto...
Sin dudarlo camino hasta la cama donde he dejado las fotos, apenas iba a tomar asiento cuando él me pidió que me detuviera... un segundo después me dijo que podía volver a tomar asiento.
— ¿Y eso para que fue?
—Para tener una foto tuya... por cierto, —suspira embelesado —te ves muy guapa.
Mi risa avergonzada —Bien... —admiro la foto en mi mano y la levanto hacia la cámara —mira la foto.
—Me encanta, ten una copia lista para mí... —su mirada vuelve sobre mí —te ves tan hermosa como siempre... Hima.
—Dime —doy un asentimiento.
—Feliz cumpleaños, y... te amo mucho.
—Y yo a ti, de verdad amo mirarte... —suspiro frotando mi rostro —sinceramente no sé que decirte, solo... me gusta mirarte.
—A mí también me gusta mirarte, por ello he tomado una foto para poder verte más seguido... aunque no es lo mismo, en persona eres mucho más hermosa.
Nuestras miradas vuelven a quedarse estáticas analizando a la persona delante de la pantalla, puedo volver a sentir las ganas de llorar, y es que, de verdad lo extraño bastante... hubiera preferido tenerlo cerca y poder abrazarlo, pero... estoy feliz de que al menos esta vez ha sido una videollamada y no una llamada normal o solo un mensaje, estoy feliz de verlo, de poder hablar de frente con él, bueno... ya es algo, y de verdad me gusta verlo sonreír.
—Pronto iré, ahora... lo siento, pero tengo que irme, —pide un momento a los hombres a su lado —por favor sonríe siempre que te ves hermosa haciéndolo, y no olvides que te extraño y te amo demasiado... no me olvides.
— ¿Discúlpame? —finjo estar ofendida — ¿Yo, olvidarte? Nunca podría hacer eso Shikadai Nara... nunca podría olvidar al amor de mi vida.
—Yo tampoco podría olvidarte... hasta luego, te amo.
Lamano de uno de los guardias se interpone presionando algo en el teclado quehace terminar la llamada, de verdad, esos tipos han comenzado a caerme muy mal,¿Cómo se le ocurre terminar nuestra conversación? Pero bueno... estoy demasiadofeliz como para nublarme del odio. Con una sonrisa me levanto con la foto enmano para acercarme al marco en el cuál quedará. Feliz cumpleaños para mí.
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