Capítulo 24

Editado: 14/ 07/ 2021

[Himawari]

Boruto y Sarada están subiendo las cosas al auto. Aun me parece increíble que estos dos sigan juntos después de tantas peleas y separaciones, aunque claro, ambos han mejorado y ahora son mas de admitir sus errores y pedirse disculpas... al fin y al cabo, ya han crecido. Tomando mi maleta me doy una última mirada en el espejo, tengo puesto mi short blanco corto y mi top rojo además de mi cabello atado en una coleta alta, arreglando mi fleco me dedico una sonrisa en el espejo y bajo cuanto antes para darle mi maleta a Boruto.

— ¿Irás en la moto?

—Si, allá me alcanzan —doy un beso en su mejilla.

Sin dudarlo subo a la moto colocándome mi casco y dado unos golpecillos sobre él con mis nudillos para calmar a mi hermano, al encenderla puedo ver a los chicos llegar al lugar y solo elevo mi mano en un saludo, Yodo sonríe encantada con mi aspecto para después cruzarse de brazos, mientras que Araya y Metal casi se caen por despedirse.

Mi risa sale y me pongo en marcha acelerando sobre la carretera; unos minutos después de la señal del alto, logro divisar la camioneta de Shinki así que me acerco enseguida a ellos, es muy normal que se adelanten ahora que tienen un auto... además, a los chicos les gusta molestar a Boruto al ir con ellos. Apenas me ven llegar Shinki baja el parabrisas del auto.

—Ey... —señala la moto — ¿Aún la tienes?

—Claro, no la iba a dejar ir.

Claro que no la iba a dejar ir, me costo bastante el lograr tenerla, además... son recuerdos que no quiero dejar ir.

—Bueno... —sonrío —nos vemos allá —bajo el cristal del casco.

— ¡No aceleres demasiado! —pide choucho.

Antes de que la luz cambiará yo ya había acelerado. Era imposible para mí dejar ir algo que tuviera que ver con él, los lugares, las cosas, los momentos... todo eso se ha quedado conmigo y no pienso dejarlo. Mirando el anillo en mi dedo soy capaz de recordar los nervios de aquel día, su toque y sus besos, todo eso... aun vive en mí, y no pienso olvidarlo porque sé que... aunque tarde, Shikadai va a volver a mi lado para tomar nuevamente mi mano entre la suya. Así que cada recuerdo seguirá en mi mente y mi corazón.

Deteniendo la moto le doy las llaves al botones para que estacione la moto y sin más entro directo a la recepción.

— ¿Tienes las habitaciones listas?

—Si señorita, todo está listo.

—Excelente, ¿Alguna queja de los huéspedes?

—Ninguna, todo a esta perfecto.

—Bueno, por favor dales las gracias a los empleados por su arduo trabajo, y... cuando mis amigos lleguen suban a dejar sus maletas en las habitaciones, les dicen que los estaré esperando en el restaurante.

—Si, señorita, a sus órdenes.

Al segundo comienzo mi camino al restaurante, tomo asiento en una de las mesas cerca de la salida a la playa, el lugar en el que la pasamos la mayoría de tiempo cuando vinimos por primera vez.

— ¿Se le ofrece algo? —cuestiona con una sonrisa.

—Sírveme... —recargo mi mejilla de mi puño —un cóctel de frutas estaría bien —sonrío.

—Si claro, enseguida lo traigo.

—Oye, ¿Eres nueva? —recargo mi cuerpo del asiento.

— ¡Ha! S... sí.

—Bueno, ¿Podrías repetir después de mí?

— ¡Si claro, señorita!

Doy un asentimiento —Buenos días, se le ofrece algo dama... caballero, nuestros especiales para esta hora son... y para las bebidas les puedo recomendar... ¿Qué se les ofrece?... —la chica asiente y yo prosigo apuntando el menú infantil —mientras la preparación de los platillos siempre es bueno traer un cuaderno de dibujo para que los niños se distraigan, la sonrisa la has mantenido muy bien, ahora... —le sonrío —ve con tu jefe y pregúntale quién soy.

— ¡S... si señorita!

Apenas se dirigió con su jefe vuelve su mirada llena de sorpresa y terror hacía mí, no puedo evitar reír un poco, ella da una reverencia mientras sus mejillas se tiñen de rojo y al segundo entra a la cocina. Mi mirada desciende sobre esta mesa en la cuál reíamos juntos, mi sonrisa sale y entre el cubrir mis labios dirijo la mirada sobre la piscina en la parte de afuera... ahí afuera hay una pareja en aquellas sillas donde pasamos una tarde entre risas leyendo libros, la sonrisa no puede evitar estar más definida en mi rostro, pero... la humedad de mis ojos me evita mantener la mirada...

Frotando mis ojos solo termino bajando la mirada permitiendo que mi mente lo dibujé frente a mí, su sonrisa, su mirada, cada pequeño detalle de su cara.

«Gritos de niño»

Mi mirada vuelve a la mesa detrás de mí donde un niño llora desesperadamente intento zafarse de su madre que lo apresa sobre sus piernas mientras mantiene una ruidosa platica con sus amigas... de pronto el pequeño se suelta del agarre y corre evadiendo la mesa delante suyo mientras muestra una cara de burla hacia su madre, su carrera termina cuando un mesero con los restos de un almuerzo se pone en su camino... un plato y un vaso caen al suelo dejando empapado y sucio al pequeño niño.

El llanto incrementa, su madre se pone en pie y completamente enfadada comienza gritarle al mesero; mis nervios explotan, y sin poder soportarlo más me levanto, el jefe de la cocina me pide calma a la distancia y la mujer expulsa «Este hotel es basura» mientras el mesero continúa pidiendo disculpas y tratando de levantar al niño. Me acerco con la vista directa sobre ella, la mujer prepotente analiza mi vestimenta y cruzándose de brazos desvía la mirada, la chica que me atendió antes me acerca un pañuelo que sujeto para ponerme en cuclillas y limpiar al niño.

—Tranquilo, ya no llores.

La mujer jadea con incredulidad de mi actitud y jala al niño por el brazo con fuerza, le dedico una sonrisa indignada mientras me levanto, le pregunto a mi mesero si se encuentra bien con todo lo ocurrido, el chico da una reverencia mostrándose apenado por lo ocurrido y dice que se encuentra bien. Entonces la mujer lo empuja para mirarme de frente.

— ¿¡Quién es usted!? ¡Este tema no es de su incumbencia!

—Basura...

— ¿¡Qué demonios has dicho!?

—Si mi hotel le parece basura, —sonrío ampliamente —es libre de irse cuando desee... verá, yo siempre cuido que mis huéspedes estén contentos con su estadía aquí, pero... —sujeto al chico por el brazo —mis empleados son muy importantes para que su estadía sea adecuada, así que... —avanzo causando su retroceso —no permitiré que en mi hotel traten a mis empleados como basura...

La mujer se estremece ante mi mirada, y al segundo pido con señas algunos folletos que me traen al instante, los analizo y tomo los mejores para dejárselos a la mujer.

—Hay muchos hoteles en esta zona, lugares en los cuales personas como usted pueden encajar a la perfección, pero... en este hotel, le pediré que cuide sus modales y... —acaricio el cabello del pequeño —a su hijo... ¿Acaso, no se da cuenta que tanto como el niño como mi empleado pudieron resultar heridos? Si tan solo usted hubiera puesto más atención en su niño este accidente no habría sucedido... ahora, —paso la mano por mi cabello —si ha terminado de darme sus quejas, mis empleados pueden bajar sus cosas cuando quiera —hago señas para que los botones se acerquen —y dejarlas para usted en la salida, también podemos llamar a un taxi que la llevé a su destino... —vuelvo mi mirada sobre ella —claro, si eso es lo que quiere...

Cruzándome de brazos le dedico una nueva sonrisa, la mujer abre la boca sin emitir palabra y solo suelta el brazo de su hijo para marcharse molesta. Mi mirada desciende sobre el pobre niño que sujeta su brazo con dolor... su mirada sube al borde del llanto.

—Por favor, no corra a mi mamá, ella... solo está enojada porque mi papá se fue antes que nosotros...

—Oh, —acaricio su rostro poniéndome en cuclillas —no te preocupes chiquito, anda... —sujeto su mano —déjame ver si no te heriste con los vidrios...

El pequeño cierra los ojos — ¿Esta muy mal?

—No, es algo... —me levanto haciendo señas al chef principal —que fácilmente se puede curar con un poco de helado y un trapito frio, —sujeto al mesero —vayan ambos, y pequeño, asegúrate de que mi empleado también sea revisado.

— ¡Si, gracias señorita!

El pequeño sonríe y toma la mano de mi empleado guiándolo al lugar que el chef principal les indica, los susurros sobre lo mala madre que era aquella mujer llegan a mis oídos, algunas quejas y demás, regreso la mirada con una sonrisa.

— ¡Me disculpo por el alboroto! —doy una reverencia —por favor, sigan con sus comidas.

Todos se relajaron del ambiente pesado volviendo con sus charlas y comidas. Por mi parte avanzo a mi mesa mirando como la chica de antes ya está dejando mi coctel, ella sonríe llevando sus manos detrás de su espalda.

— ¡Aquí esta su coctel señorita! —se inclina luego de dar una mirada alrededor —Oiga, usted es increíble... —eleva ambos pulgares —le hablo a ese huésped sin miedo a que ella terminará haciendo un espectáculo más grande, —sonríe volviendo a su pose de firmes —en mi trabajo anterior me despidieron por alguien justo como esa señora, yo pensé... —apenada sujeta su sien.

—Mi madre siempre me dijo "Trata a la gente, como quieras que te traten" no pienso permitir que un huésped trate de tal forma a mis empleados, y si lo hace y yo no estoy presente, el jefe de cocina tiene la obligación de hacérmelo saber, ahora... —apunto la cocina —deberías ir a trabajar.

— ¡Si, señorita!

Ella avanzó a la cocina dejándome iniciar con mi coctel. A final de mi platillo veo llegar a Shinki y Choucho, ella parece algo enfadada.

— ¡Ey! —sonrío —por fin se les ha ocurrido llegar.

—El trafico esta del demonio... —explica enfadada tomando asiento.

—Ella se desespera más que yo con el tráfico, debiste verla en acción, toca el claxon como una profesional —bromea ampliamente.

— ¡Agh! Calla, —luego de golpearlo revise la carta —necesito comida...

Mi risa sale —Pidan lo que quieran, por el momento yo solo tomaré agua.

Comimos, leímos unos libros y al final de cuentas subimos a las habitaciones. Los chicos terminaron llegando muy tarde al hotel, y decidieron solo subir a sus habitaciones para dormir.

[Metal, terraza de la habitación]

Desgraciadamente el trafico estuvo horrible el día de hoy y llegamos muy tarde al hotel, y tan casados que preferimos solo subir a las habitaciones para dormir, además la noche ya comenzaba a caer y no teníamos más opción.

Decidí salir un momento luego de comer, a la terraza, para... no lo sé, mirar por un momento el cielo y recordar viejos días. La luna es inmensa, las estrellas brillan radiantes y la brisa salada del mar hace volar mi cabello... cerrando mis ojos me concentro en el sonido profundo del mar, su rugido, el mismo rugido de aquella noche cuando di mi primer beso... es relajante recordar aquellos días ahora que mi vida esta asentada. De pronto siento sus manos rodear mi cadera, mi sonrisa sale y con diversión vuelvo la mirada sobre sus ojos negros sobre mi hombro, Araya sonríe y luego de darme un corto beso dirige su mirada al mar.

— ¿Recordando viejos días?

—Un poco... —me acomodo recargando mis codos de la baranda —es relajante estar aquí.

—Metal... —gira de espaldas a la playa recargando sus codos sobre la baranda — ¿Te he dicho que te amo?

—En el día... al menos tres veces, —sonrío divertido inclinándome un poco sobre él —desde que comenzamos a salir... posiblemente más veces de las que puedo contar —río sobre sus labios.

—Te lo repito... —aprieta mis mejillas con su mano —porque quiero que nunca lo olvides... —inhala tomándome por los brazos y analizando mi rostro —porque Metal... yo te amo.

—Araya, —suspiro acariciando su pecho —sabes... —sonriendo acaricio su cabello —estaba pensando en qué... sería bueno decirles a nuestros padres de nosotros.

— ¿¡De verdad!? —su sonrisa crece con entusiasmo.

— ¡Calla! —cubro su boca con diversión —despertarás a los otros.

Sus ojos brillan con el simple pensamiento de hacerlo, él en verdad quisiera decirle al mundo entero de nuestro amor. Sus manos apartan las mías y yo me acerco hasta besar sus labios lentamente... inhalando tratamos de mantener la calma en el asunto, él aparta la mirada pasando la mano sobre su cabello mientras yo relamo mis labios.

—Oye... —toca mi mano con la yema de sus dedos —la última vez ya no pudimos hacerlo en el café...

— ¡Oh, —divertido me aparto —no empieces!

Su risa sale y me jala de la muñeca para retenerme contra la baranda mientras su boca silencia la mía, mi cuerpo se estremece al sentir su mano apretar mi cadera... suspiro contra sus labios y me pierdo en sus ojos deseosos de hacerme caer. Es imposible, no puedo resistirme a este pervertido de closet. Luego de morder mi labio con algo de enfado por ceder, me acerco a su boca... sus dedos se deslizan sobre mi espalda baja deslizándose entre mi ropa hacia mi trasero, y eso me vuelve loco.

—Ey... —me aparto reteniéndome de caer más.

—Compre... —se acerca sobre mis labios respirando profundamente —un delantal para ti... —jadea sobre mis labios bajando la mirada sobre mi cuerpo —lo tengo en casa, listo para que... —vuelve su intensa mirada sobre mí —me recibas...

—Oh... —froto mi nuca desviando levemente la mirada —eres un completo pervertido.

—Pero solo tu pervertido, —sonríe inhalando entre el apartarse —oye, ¿Quieres que vayamos a pedir un cuarto a parte?

—Anda, —tomo su mano —vayamos.

Este hombre, tiene unas técnicas a las cuales simplemente no puedo resistirme, solo espero que no haya traído sus cosplay. Salimos entre nuestras risas.

[Boruto]

Apenas me despierto decido pedir servicio a la habitación para no tener que bajar al restaurante. Al oír tocar la puerta me levanto del sofá y abro enseguida mostrando mi mejor sonrisa, pero del otro lado... Sarada eleva la ceja cruzándose de brazos.

— ¿Esperabas a alguien?

—Si... —me hago aun lado dejándola entrar.

— ¿¡Qué!? —da un puñetazo en mi costado.

—Servicio a la habitación —me encojo de hombros divertido.

— ¿¡Por qué hacen tanto ruido por la mañana!? —se queja Shinki girándose en la cama.

— ¡Cállense! —se gira boca abajo en el sofá cubriéndose con una almohada.

Sarada sonríe hacia mí, y al segundo se lanza sobre Shinki en la cama logrando sacarle el aire para después tomar una almohada y arrojársela a Inojin sobre el rostro, mi risa sale y entonces puedo escuchar el llamado en la puerta del servicio.

— ¡Pase, por favor deje todo en la mesa!

— ¡No tires mierdas tan temprano Sarada! —sé queja incorporándose con el torso descubierto del sofá — ¡Oye! —me apunta — ¿¡Cómo te atreves desgraciado a pedir comida solo para ti!?

— ¡Lo mismo puedo decir yo! —se quita de encima de Shinki.

— ¡Con un demonio! ¡Todos cierren la boca! —revuelve su cabello enfadado para después incorporarse —ha, disculpe, —se dirige a la mujer del servicio — ¿Me puede traer un jugo de naranja y dos huevos con tocino extra? Mejor... que sean tres huevos.

Inojin se levanta para terminar arrojándose contra ambos, mientras Sarada lo golpea Inojin pide un pan tostado con mermelada de fresa y un poco de café; Sarada finalmente se levanta y rodea mi cuello mientras muele mi cráneo con su puño pidiendo lo mismo que Shinki, pero con mi porción y un té. La encargada sale algo extrañada, una vez las chicas entran con una sonrisa, puedo ver a Hima... quitar su sonrisa de a poco.

—Pedimos servicio a la habitación —explico.

—Si, nos encontramos con la chica en el pasillo, ya pedimos por igual... —se asoma — ¿A caso juegan lucha?

Puedo notar fácilmente que esta buscando a alguien más con la mirada.

— ¡Ha! —avanza al interior —por cierto, Metal y Araya ¿Dónde...?

— ¡Ey! —eleva la mano sonriendo ampliamente — ¡Buenos días chicos!

De pronto abraza a Choucho por los hombros, ella se mira sorprendida, pero solo le sigue la corriente; Metal sonríe detrás suyo con un poco de nerviosismo ya no tan usual de él.

—Alguien... —llega abrazando a Metal por los hombros —estuvo ocupado anoche... ¿No lo crees Metal?

— ¡Oigan! —señala Inojin — ¿Por qué ustedes siempre lo hacen? ¿¡Por qué Yodo y yo nunca podemos!?

Sarada se aparta de mi lado sabiendo lo que seguía, delante nuestro Yodo toma carrera hasta terminar sobre la cama dando un puñetazo directo a la mejilla de Inojin. Al instante Hima jala a Metal por el brazo.

—Deberíamos llamar a la recepción para pedir el desayuno de ustedes.

—Si por favor, de verdad tengo mucha hambre.

Aunque sé que ella lo esta esperando, que venir aquí a los mismos cuartos era solo para recordarlo... aunque sé muy bien eso, solo quiero dejarla en paz, ella sabe lo que hace, lo único que me molesta es que Shikadai no haya intentado comunicarse con nosotros. Solo necesito que enserio me llamé y me diga "Oye, de verdad volveré por hima" eso es lo único que necesito oír de él.

Quiero sentirme tranquilo dejando a mi hermana seguir haciendo esto, buscando en el pasado para encontrarlo, quiero saber que mi hermana estará bien esperando por alguien que definitivamente si regresará, es decir, ¿Quién me asegura que ese tipo no haya encontrado a alguien más para este entonces? Solo necesito saber que él volverá, así no me sentiré mal de verla buscándolo, cuando la vea tan mal al pensar en él.

El desayuno termino siendo una locura, todos reíamos y golpeábamos un poco a Inojin por las tonterías que hacia y decía... vamos, empezando bien.

[Yodo]

El primer día nos la pasamos de aquí para allá en todo el hotel durante el día... leímos, visitamos el spa, en fin, nos la pasamos haciendo ruido y tonterías por doquier, pero hoy... hemos decidido ir a la playa aún cuando odio los trajes de baño; mi ropa consiste en un short de mezclilla y una blusa de tirantes blanca, Hima trae un traje de baño que parece un vestido corto, en la parte de arriba es rayado con blanco y negro mientras la parte de abajo solo es negó.

Sarada trae un short negro y la parte de arriba es azul con negro descubierta de la espalda, Choucho tiene un vestido salmón igual de corto. En fin, apenas llegamos a la playa decido sentarme, pero el idiota de Inojin me jala del brazo tomándome de la cintura para besarme y luego levantarme sobre su hombro con dirección al agua. Al salir del chapuzón golpeo su pecho mirándolo reír, nos arrojamos un poco de agua a la cara y salimos juntos... él acomoda la toalla sobre la arena y toma asiento dejándome estar recostada entre sus piernas.

Entre mi diversión puedo ver como Metal y Araya casi se tragan frente a mí, Shinki esta leyendo un libro mientras Choucho revisa su móvil y Boruto peina el cabello de Sarada. Pero al otro lado, alejada de todos, puedo mirarla, mi amiga esta abrazada a sus piernas mientras mantiene su vista sobre la pantalla del celular.

—Um... —me impulso de su pierna —ahora vengo Inojin.

— ¿Ha? —levanta sus gafas de sol —sí, si... —admira en otra dirección —iré por unos helados.

Enfadada levanto mis gafas para apuntarlo seriamente —Si vas a ligar por ahí con alguna idiota, te prometo que arruinaré tu cara de un solo golpe —sonrío.

Él eleva las manos pidiendo calma y solo sigue su camino entre una risa, yo llego al lado de Hima, me siento frente a ella y apenas se percata de mi presencia oculta su celular para sonreírme.

— ¿Estás bien? —cuestiono tranquila.

—Sí... —asiente —sí, ¿Por qué no lo estaría?

—Solo... hay que admitirlo, lo extrañas, a Shikadai... —suspiro sentándome a su lado —seamos claras Hima, no me gusta verte así, esperando una llamada de él... —paso la mano entre mi cabello —sé que fue mi culpa por no detenerte en un principio, pero...

—No fue tu culpa... —toma mi mano sonriendo —no te culpes Yodo, yo fui... —eleva la mirada suspirando —la que se enamoró de él, y hay que admitirlo, es algo que ya no se puede deshacer, —reímos juntas —lo voy a esperar porque sé que él volverá, es enserio Yodo, él volverá.

—Hima... —sujeto su pierna —él no volverá, no se ha comunicado con nosotros desde que se lo llevaron, creo que será mejor que lo olvides de una vez.

—Él se comunico conmigo, de verdad hemos hablado y prometió que volvería, ahora... —exhala un suspiro —por favor déjame un rato sola, pienso meterme un rato a bañar.

Enseguida se pone de pie para irse directo a la playa. Enfadada, golpeo la arena, simplemente no me gusta verla así, y claro que fue mi culpa... yo solo le advertí de él, pero sabía lo que había pasado con mi anterior amiga... solo debí evitarlo desde el inicio.

— ¿Dijo qué hablaron? —cuestiona Boruto acercándose.

— ¿Cómo paso eso? —cuestiona con mucha confusión —nunca nos lo dijo.

—Por eso volvió a sonreír de un día a otro —asiente Choucho más tranquila.

—Entonces, —Shinki aprieta los labios entre su pensar —Shikadai ya ha hablado con ella, eso significa que él volverá.

Dirijo mi mirada en su dirección, la verdad, no entiendo la razón por la cual nos ocultó algo así, ¿Qué tendría de malo si lo supiéramos? En todo caso nos encontraríamos más tranquilos. Ahora mismo ella esta sentada en la arena, mirando el océano mientras abraza sus piernas, un tipo se acerca y ella enseguida eleva la mano pidiendo que ni siquiera lo intente... el chico se marcha enseguida.

Hima... al bajar la mirada puedo ver su celular encenderse con un número desconocido en pantalla, aunque dudosa... me atrevo a tomar la llamada.

¡Lo lamento! ¡Enserio lo lamento! Es que... en estos momentos estoy muy ocupado con algo y ya sabes que apenas me dejan llamarte... ¿Hima?

—Es Yodo... ¿Dónde estás Shikadai?

— ¿¡Shikadai!? —Boruto se deja caer a mi lado — ¡Ey! —toma mi mano con brusquedad acercando el teléfono a su oído — ¡Quiero que me digas si vas a volver!

Hu... Hima, ¿Dónde está? ¿Por qué tienen su celular?

— ¿Vas a volver? —cuestiono apartando la mano de Boruto.

Si, volveré... una vez termine unas cosas en este lugar voy a volver, unos... siete años mas o menos, ¿Dónde está Hima?

—Bueno, estamos en la playa, —comento con tranquilidad —ella está sentada en la orilla del mar.

— ¿Podrían pasármela? Es muy poco el tiempo que me dan para estar aquí...

Con una señal para Choucho la veo pararse enseguida, al llegar le dice algo a Hima y ella se levanta cuanto antes viniendo en una carrera para tomar el móvil de mi mano, luego de ignorarnos por completo se aleja con el celular pegado al oído, yo me acerco a ella para escuchar la conversación.

— ¡Lo lamento de verdad!

—Ey, tranquila... necesito siete años, ¿Crees poder esperar ese tiempo por mí?

— ¿Qué? Claro que lo haré, claro que lo haré.

Hima... te amo, y de verdad te extraño demasiado, pero... —suspira —ya debo cortar, así que por favor espera...

Al ver su rostro puedo pensar que la llamada fue cortada, su rostro parece apagado y algo triste mientras analiza la pantalla de su móvil, pero entonces inhala con profundidad y solo sonríe para volverse hacia mí y tomar mi mano, ella arroja su móvil a las manos de Boruto y me lleva a su lado al mar.

Al estar adentro del agua comienza a salpicarme y al segundo ríe elevando la mano hacia los chicos, les cuestiona a los chicos si no piensan entrar a divertirse y ellos nos siguen algo dudosos. Pensé que ella estaría molesta por no poder hablar más tiempo con Shikadai, pero... creo que solo la voz de ese torpe la hace más fuerte.

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