Capítulo 2

Editado: 27/ 04/ 2021

Amenaza disfrazada de confesión.

[Casa Uzumaki, Himawari]

Siete AM. Levantándome tomo camino al baño para enjuagar mi cara y tratar de peinarme, a mitad de mi pobre excusa de peinado puedo escuchar el toque sin ganas sobre la puerta, luego de pedirle un momento me apresuro a terminar mi peinado y salgo cuanto antes con dirección a mi habitación mientras mi hermano busca medio zombie la puerta para entrar al baño. Rápidamente me coloco las medias, la falda, mi camisa y mis zapatos... sin más tomo mi chaqueta y mi mochila para salir rumbo a la planta baja con dirección a la cocina donde mamá ya prepara el desayuno.

—Buenos días —me dedica una sonrisa.

—Buenos días, mamá —beso su mejilla acercándome —déjame ayudarte.

—Gracias querida, por cierto... ¿Ya conociste algunas nuevas amigas?

—La verdad es que no mamá, pero... hay un chico, no es nada importante, solo... me parece algo curioso... —explico sin problemas —es el hijo del director y al parecer es alguien muy inteligente, va en segundo grado con mi hermano... —suspiro —tuvimos un incidente ayer por la mañana, y después del receso también... ¿Eso si quiera es normal? Él solo llego y me quito mi soda de uva, claro que me dio las gracias, pero bueno... fue raro solo verlo irse con mi soda en manos.

—Bueno... —me mira —No será un bravucón, ¿O sí?

— ¡Vamos! —baja rápidamente —comamos de una vez que tengo que ir por Sarada.

Apenas muerdo mi desayuno escucho un grito proveniente de fuera, al instante presiento que se trata de Metal; desayunando rápidamente termino saliendo al lado de Boruto aunque él se va en busca de Sarada mientras yo me encamino con Metal a la escuela. Durante el camino Metal insistía sobre la tarea de inglés que no pudo terminar pidiendo la mía para guiarse, pero por más amigos que seamos me negué rotundamente pensando que Iruka sensei nos atraparía sin dudar notando las igualdades de nuestros trabajos.

— ¡Vamos, le cambiaré algunas partes! Anda, —se aferra a mi brazo —solo será esta vez... ¡Es que sabes muy bien que soy muy malo para el inglés!

Firmemente seguí negándome a su petición aun cuando él da vueltas enteras para que acceda, pero al llegar a la entrada me detengo mirando como el grupito de ayer llega por igual... un escalofrío recorre mi espalda al ver como los ojos verdes del azabache de coleta vienen sobre mí y de pronto... el rubio nos mira mientras sonríe con malicia.

—Debemos entrar rápido, —señalo con la mirada —vamos, te lo pasaré en el salón.

Tomando su mano lo hago caminar rápidamente al interior de la escuela evitando mirar a ese grupito problemático, con un suspiro saco mis zapatos de la casilla lanzándolos al suelo para ponérmelos, pero apenas estoy cambiando el primero siento un empujón y el fuerte golpe de la madera contra mi cuerpo... adolorida subo la mirada al rubio que sonriendo se limita a decir "Lo siento" para después reír... enfadada me limito a limpiar mi uniforme y ponerme de pie, apenas tomo mi mochila cuando veo aparecer una paleta de uva frente a mi rostro... al volver la mirada la sorpresa me llena, esos ojos verdes y felinos me analizan y ante mi confusión él toma mi mano dejando la paleta ahí... confundida vuelvo la mirada sobre él mirándolo sonreír de lado.

—Se te cayó —apunta la paleta.

Luego de eso solo lleva sus manos hacia sus bolsillos y marcha sin darme ninguna mirada más... su amigo pasa mirándome de reojo y entre mi nerviosismo vuelvo la mirada a la paleta.

— ¡Oye! —frunciendo el ceño me apunta con dureza —miré todo el teatro desde allá afuera, —apunta —escúchame bien Himawari, no vayas a dejar que el estúpido de Inojin te tenga de blanco... —analiza mi rostro divertido — ¿Y esa paleta?

—A... bueno... Shika... Shikadai me da dio Choucho.

—Espera... ¿Él te la dio?

—Tal vez se le cayó a alguien más y él pensó que era mía... bueno —me encojo de hombros —solo es una paleta.

Tranquilamente quito la envoltura y comenzó a comerla, al entrar puedo ver como Metal ya me espera en el pasillo, tranquilamente lo abrazo por el hombro mirando como Choucho no sigue con la vista en su móvil.

— ¿Van a hacer algo el domingo por la tarde?

— ¡Ahora no me desconcentren! —apurado comienza a transcribir —necesito terminar esto, en el segundo periodo tenemos inglés...

Divertida vuelvo la mirada a mi amiga —Mi hermano es el único que sale... ¿Qué tenías pensado?

—Ir por un poco de carne, —sonríe animada —o al karaoke, mi amiga Mirai no se decide.

—Tal vez las dos cosas, —sugiero sonriente —ya en el karaoke podemos pedir bebidas y nos caben algunas botanas, también dependiendo el karaoke podemos pedir comida a domicilio.

—Eso suena bien, —me empuja con su cadera —le diré a los chicos entonces.

Bajando la mirada vuelve a su celular moviendo los dedos con rapidez entre enviarles un mensaje; al entrar al salón la veo recargarse de mi asiento con calma mientras pierde el tiempo y Metal se ocupa de terminar la tarea... mi mirada sube con dirección a la ventana y puedo ver un avión de papel pasar... divertida me inclino en ella admirando a todos entre sus charlas y platicas.

— ¿Hi... Himawari Uzumaku?

Dudosa vuelvo la mirada —Si.

—Tu hermano... —baja la mirada —él te busca en la azotea.

—Oh, —observo de reojo a esos dos que pierden el tiempo —sí, muchas gracias —doy una reverencia —ahora mismo voy.

— ¿No sería más practico mandarte un mensaje? —menciona sin mirarme.

—Esa algo loco, —expreso divertida —ahora vuelvo, ¡Ha! Trata de ver que Metal no copie al pie de la letra mi trabajo.

Metal se encoge en su asiento mientras Choucho solo asiente suspirando y dejando su móvil de lado para inclinarse hacia él. Tranquilamente sigo mi camino hasta llegar a la puerta que da hacia la azotea, al abrir el brillo del sol me ciega haciéndome elevar la mano en busca de darme sombra, pero entonces alguien toma mi mano jalándome al otro lado con brusquedad hasta hacerme caer de rodillas al suelo; abrumada y dolida me centro en tallar mis ojos para poder ver, y al hacerlo me puedo arrepentir enseguida. Su amplia sonrisa maliciosa me paraliza mientras su cabello rubio revolotea con el viento... mi corazón late con tal fuerza que siento tenerlo en los oídos... mis sentidos me gritan "Corre, algo malo pasara" así que entre mi miedo y confusión me pongo de pie, pero la puerta por la que entre es cerrada con brusquedad... hay... chicos que ni siquiera conozco...

—Ey, ¿A dónde piensas que vas? Apenas acabas de llegar, venga —sujeta mi mano —siéntate conmigo.

Jalándome hacia una banca me hace tomar asiento de un empujón, mi celular esta vibrando... pero apenas mi mirada desciende al bolsillo de mi chamarra él toma mi móvil y lo arroja a las manos de un chico desconocido.

—Dejaré algo en claro, —se inclina con las manos en los bolsillos —eres linda, demasiado... —acaricia mis cabellos —eres de primero... —me mira —y serás mi novia.

— ¿Disculpa? —expreso disgustada.

—Lo que oíste quería —sonríe ganador —serás mi novia hasta que me harte de ti.

Su mano viene sobre mi mejilla mientras parece calificar mi rostro en su mente, inquieta trato de alejarme escuchando como de pronto la puerta se abre de golpe, su mirada sube enseguida y yo no espero ni un segundo para tomar la oportunidad y patear su entrepierna, empujándolo salgo corriendo aprisa notando aquellos ojos verdes en el marco de la puerta dejándome pasar... Shikadai, sus ojos se cruzan con los míos y al dar el brinco hacia el primer descanso me detengo para mirarlo.

— ¡Gracias!

Él no se inmuta y al segundo sigo mi carrera con dirección a mi salón; al llegar me encuentro con Choucho afuera, parece preocupada.

—Ey, —me toma de los hombros — ¿Qué paso? Tu hermano te estaba buscando en el salón... ¿Quién te cito en la azotea? —cuestiona amenazadora — ¿Y tú celular? Te estuve marcando... Dime lo que paso.

— ¡Ha! —sujeto mi rostro con ambas manos — ¡Mi celular! —dirijo mi mirada atrás — ¡Demonios! —me encojo rendida —haaa...

Al escuchar el timbre solo me levanto dirigiéndome a mi salón entre un frustrante despeinar de cabello y patear de paredes, pero por suerte, aun entre mi descontento, llegue segundos antes de que el profesor llegará; dejando caer mi cara contra el pupitre exhalo un suspiro y al segundo me levanto para dar el saludo respectivo, al sentarme mi mirada esta sobre la ventana, pero puedo sentir como Metal me acerca mi libreta así que lo recibo sin tantas ganas... de pronto, puedo ver una mochila caer desde la azotea, todos nos acercamos a la ventana; el profesor actúa rápidamente pidiendo que no salgamos y toma camino hacia los pisos de arriba entre una rápida carrera. Las demás horas no tuvimos clases y solo me quede escuchando lo que los chicos que salieron decían... ellos dijeron que los profesores se llevaron a Shikadai a la dirección, y a su amigo rubio también.

—Oye Hima, ¿Me dirás lo que ocurrió en la azotea?

—Solo porqué eres un gran amigo, —le dedico una sonrisa —pero... no le digas a nadie, ¿Bien?

Él da un asentimiento y ante mi suspiro pone toda su atención sobre mis palabras, sus ojos casi brillan de la curiosidad, Metal siempre es muy curioso.

—El que me llamo fue Inojin, el rubio de sonrisa tenebrosa... me dijo que yo era muy linda y que por eso y solo por eso yo sería su novia hasta que se hartará... de cierto modo Shikadai me salvo al abrir la puerta de golpe distrayendo a su amigo, así que no lo dude y le di una fuerte patada en la entrepierna para después empujarlo, salí corriendo cuanto antes... eso fue todo lo que paso.

—Le pegaste en las... —se mira la entrepierna cubriéndose dolido — ¡Auch!

— ¡Himawari! —se acerca una chica —te buscan afuera... —dice algo confundida analizándome.

— ¡Bien! —me levanto mirando a Metal —excelente, ahora me llaman afuera y puedo morir de miedo... —me acerco sobre su pupitre — ¡No me pierdas de vista Metal!

Él da un asentimiento tal cual soldado, y apenas me dirijo a la salida puedo ver como las chicas comienzan a susurrar entre ellas... no logre escuchar nada de lo que decían, pero al salir puedo descubrir el porqué de los susurros; Shikadai esta aquí... él tranquilamente juega con el colgante de mi celular mientras me espera, pero al verlo encenderlo corro a prisa cubriendo la pantalla con mis manos para luego apartarlo de él.

— ¡Ha! Lo siento... —arregla su voz desviando la mirada —emm... solo te lo he traído de vuelta, así que ya me voy...

— ¡Oye, espera! —me detengo de sostener su brazo —sobre... —cruzamos las miradas —el rubio...

—No tienes que preocuparte, él no se meterá mas contigo, así que... nos vemos —agacha levemente la cabeza.

Sin darme cuenta una sonrisa fluye por mi rostro mientras aprieto el celular en mis manos, pero al instante me obligo a despertar de mi transe y vuelvo al salón tomando asiento entre una nueva sonrisa, Metal se inclina apresurado dispuesto a preguntar algo, pero el profesor de inglés se adentra al aula haciendo que Metal se detenga por completo y vuelva la mirada al frente con nerviosismo; a final de cuentas el profesor se enteró de la copia de Metal sobre mi tarea y le pidió que hablaran luego de las clases... me siento mal por mi amigo que se encuentra muy decaído, pero no puedo hacer nada para evitarle esa charla. Al salir de clases él se pone en camino a la oficina de los maestros mientras yo lo espero en la salida de la escuela sentada en la jardinera mientras observo el cielo azul hundida en mi calma... pero de pronto siento como alguien vuelve a empujarme, suspirando cansada me giro notando ese cabello atado en una coleta, es Shikadai, pero él ni siquiera vuelve la mirada sobre mí y solo se marcha... mi corazón late con fuerza, de verdad estoy agradecida con ese tipo raro. EL grito de mi hermano me hace volver la mirada, sonriente elevo mi mano para correr hacia él y Sarada.

— ¡Hola! —doy una reverencia hacia su novia.

—Ahora si, —se cruza de brazos amenazador — ¿Quién te cito en el techo?

—Por dios, —golpea su brazo — ¡déjala tranquila!

—No fue nada importante hermano, alguien me quito el celular... pero oye, —empujo su hombro con mi cuerpo —estudiamos Karate juntos, ¿Cómo es que dudas que sepa defenderme?

—Entonces lo golpeaste —cuestiona más animado.

—Si, obviamente... —sonrío —en donde más le duele.

— ¡Hima! —grita a la lejanía.

Entre una risa Sarada sujeta mi hombro —Creo que irás con él, entonces... —observa a mi hermano — ¿Nos vamos Boruto?

—Vayamos, ¡Oh! Y... —me mira —ve con cuidado Hima.

Entre una sonrisa me despido de ambos y apenas veo a Metal cerca lo abrazo por el hombro mientras tomamos camino a nuestras casas. Al llegar comienzo a sacar mis libros dispuesta a iniciar con mis tareas, y entre ellos... hay una paleta de Uva que me detiene, es extraño... pensé que me la había comido, creo que... he estado muy distraída últimamente.

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