56

Los días habían transcurrido como si se hubiera quedado atrapado en un reloj de arena que poco a poco lo iba enterrando. Se había perdido entre toda la arena que lo había consumido, no tenía ganas ni siquiera de hacer sus tareas diarias, por eso sintió que la graduación y demás pasaron muy rápido y muy lento a la vez, no recuerdo mucho de lo que pasó los últimas días, solo recuerda los momentos que estuvo junto a Jimin, su Jimin. Momentos que se volvían borrosos en su cabeza, reemplazados por el dolor de haberle lastimado, reemplazado por la culpa de haber roto todo lo que no tenían.

No había visto a Jimin desde aquella vez que le había dicho que le dejara en paz, porque por una vez en su corta vida, quería hacer caso a lo que su amado decía, después de haber extinto la nada en la que se encontraban. Y creyó que era lo mejor, dejar que Jimin sanara por su lado, pero cada día que pasaba lejos de él se sentía como miles de golpes en su estómago, se sentía muy perdido, no tenía una luz que le guiará en el laberinto que él mismo se había puesto.

Perdido y enterrado, Jungkook no sabía cómo es que seguía con esperanza en los ojos, aquella que le sostenía del cuello, él la miraba y esperaba que esta trayera a Jimin a su lado. Su esperanza aún no había muerto.

"Te ves tan miserable." Escucho a sus espaldas, no se dio la molestia de voltear, sabía que era su hermano y el color de su cereal era más interesante que ver la posible sonrisa burlona de Seokjin. "¿Qué te pasa?"

Que no me pasa...

"Mucho." Respondió rápidamente, comiendo la cucharada de su cereal con leche.

"Vamos." Dijo Seokjin después de darle una palmadita en la espalda, tomando asiento a su lado. "No te hagas al misterioso y dime que es lo que te pasa, no es normal lo decaído que estas."

"Jimin." No tenía la fuerza suficiente, el coraje necesario y las ganas para contarle todo a su hermano, sabría que le diría todo lo que ya sabía, que era un cabron, no necesitaba echarle más sal a la herida.

"¿Terminaron?" Tomó un poco de la caja de cereal, metiendolo a su boca mientras observaba a su hermano.

"Nunca estuvimos." Sonrió de lado, dolido. Él y Jimin jamás habían sido algo, lloraba por un amor que siempre ocurrió bajo la sombra de unos cuantos naipes.

"Yo creí que si." Dijo con sorpresa. "Pero, tiene sentido."

"¿Por?"

"Ayer a mamá y papá les llegó la invitación de su boda." Aquellas palabras rompieron en Jungkook, fue como si un martillo estrellara directamente contra un cristal, haciéndolo pedazos en segundos. Sintió nauseas.

"Su boda." Susurro mirando a un punto fijo en su cereal. Las mismas palabras eran pesadas y con filo en su lengua.

"Aja." Asintió Seokjin, ajeno a la destrucción que había en el interior de su hermano. "Hoy harán una cena, creo, también invitaron a mamá y papá."

"Ya veo...¿nos invitaron a nosotros?" Jimin podía ser cruel, así que esperaba que le hubiera mandado una invitación solo para él.

"No, sólo a ellos." Pero Jimin era claro, quería que Jungkook lo dejara en paz, no iba a atormentarlo, no haría nada, quería paz.

"Te vez mal, Kook, ¿que pasó con Jimin?"

"Mucho." Suspiro. "Para hacerlo corto, se entero que al principio me acerque a él por una apuesta. Pero yo me enamore en serio de él, lo amo, incluso anule esa apuesta, ya no me importaba...pero él cree que todo fue por dinero."

"¿Y se lo dijiste?"

"No, porque no me deja siquiera acercarme a él."

"Deberías seguir intentándolo." Dijo. "Sí dejas que todo pase te arrepentirás, búscalo y haz que te escuche, esta herido después de todo, fuiste un cabron."

"Lo sé."

"Y es probable que ni lo merezcas."

"Lo sé."

"Pero puedo notar que lo quieres mucho. Así que, Jungkook, lucha por lo que quieres y si al final pierdes, por lo menos sabrás que lo intentaste."

"Lo último me desanima más." Sonrió de forma amarga, burlándose de él mismo.

"Hay que ser realistas." Se encogió de hombros.

Realismo. Era lo que menos necesitaba Jungkook ahora, quería llenarse la cabeza de la fantasía de que en cuanto Jimin lo volviese a ver después de tanto tiempo, correría a sus brazos, le besaría y empezarían de nuevo.

;;

Aunque no haya recibido una invitación con su nombre, Jungkook estaba ahí, frente a la mansion de los Park, luciendo un traje para la ocasión y teniendo a su propio corazón en su bolsillo, listo para entregárselo a Jimin si es que se lo pedía.

Su plan era esperar a Jimin en el jardín, pues si entraba por la entrada principal era muy probable que Jimin pidiera que lo sacaran o que incluso Eunwoo lo hiciera, no quería arriesgarse de esa forma, no cuando la arena del reloj ya se iba agotando.

"Buenas noches señor, ¿podría ver su invitación?" Y era obvio que se la pedirían, era la cena de Park Jimin, después de todo.

"No la tengo conmigo, pero soy Jeon Jungkook, mis padres ya están dentro." Se apego a su nombre e importancia, a su carisma y su sonrisa embobante, le dieron paso libre a las rejas. "Pero antes, quisiera ver a Park Jimin, tenemos que hablar sobre negocios y no quisiera arruinarle la sorpresa a su prometido, ¿podría informarle a Jimin que lo esperare en el jardín?"

"Claro que sí, señor." Fue demasiado fácil.

Entonces, la parte difícil sería hablar con Jimin. Esperaba poder hacerlo, necesitaba hacerlo.

Se dirigió hacía el jardín, fueron muy pocas las veces que estuvo en aquel hogar, sobre todo por algunas cenas y reuniones de negocios, Jimin era quien más tiempo había pasado en su hogar, era quien se había memorizado cada pasillo en la casa de los Jeon, Jungkook no. Pero era fácil de llegar al jardín, en una de las banquetas se sentó, trato de calmar sus nervios y su ansiedad, no pudo quedarse sentado porque las piernas le pedían estirarse, dio vueltas en círculos, suspiro incontables veces y Jimin no llegaba. Se imagino que Jimin no querría venir a verle, que había solamente ignorado su clara presencia en su hogar, por lo que ganó coraje y pensó en ir a verle, pedir que hablaran aunque sea enfrente de todos. Cuando comenzó a caminar en dirección de la casa, vio a Jimin venir.

Se sentía como si no le hubiera visto en muchos años, su corazón sintió alivio en cuanto lo vio venir hacía él, con sus cabellos rubios peinados hacía atrás y una camisa elegante, se veía espléndido. Tan hermoso como lo recordaría siempre.

"Jimin." Sonrió al saludarle.

"¿Qué quieres?" Pregunto con la voz alta y en guardia.

"Hablemos, por favor." Camino hacía él, colocándose enfrente de Jimin.

"Te dije que me dejaras en paz, si no te vas ahora mismo haré que te saquen de aquí."

"¿Crees que me iré sin que me oyas? Llama a quien quieras para que me saquen, pero no me iré hasta que me escuches." Dijo con la voz alta.

"Bien." Levanto el mentón, sonriendo de lado. "Habla."

Jungkook suspiro, pinchando sus palmas con sus uñas, era hora de que expresará todo lo que tenía en su corazón.

"Te amo." Dijo, viendo como Jimin rodó los ojos, lo tomó de las manos para que le viera a los ojos y sepa que le decía la verdad. "La jodi con la apuesta y al no decirte, tu sabes que tu y yo nos detestabamos, creí que seria divertido, creí que solo confirmaría lo que pensaba de ti, que no valias la pena, pero en cuanto comencé a conocerte mejor, Jimin, mi amor, se me olvido todo lo que alguna vez pensé de ti, me enamore profundamente de ti, incluso anule la apuesta, ya no valia nada para mi porque te tenía a ti y era lo único que me importaba.Te amo tanto, te amo con locura. Jimin, yo lamento mucho que te hayas sentido poca cosa al enterarte de la apuesta, fui un estúpido, fui un infeliz, pero...estoy muy arrepentido de todo lo que hice, por favor, no me castigues por un error, yo te amo, por favor perdoname." Jimin no se había soltado de su agarre y le había visto a los ojos durante toda su charla, eso le dio esperanzas.

Pero se las arrebataron cuando Jimin se soltó abruptamente de sus manos.

"No te creo."

"Jimin." Suplicó, tratando de volver a tomar sus manos, no pudo. "Por favor..."

"Me heriste mucho, te burlaste de mi y me hiciste considerar arruinar mi futuro, manchando el nombre de mis padres y el mío." Dijo herido, todo se veía en sus ojos. "Solamente podría perdonarte si...te arrodillas y me pides perdón."

Aquella acción significaba perder todo el poder que había acumulado, sumirse, someterse ante a Jimin. Aquello involucraba lo que más apreciaba Jungkook y era su orgullo, al arrodillarse ante Jimin significaba dejar de lado y pisotear su precioso orgullo.

Pero Jungkook amaba a Jimin más de lo que su orgullo pesaba.

Así que, sin retirar su mirada, Jungkook se arrodillo ante Jimin, las dos rodillas contra el piso mientras sostenía sus manos y le miraba a los ojos. Demostrando con eso, lo mucho que le amaba y que dejaría absolutamente todo por él.

"Jimin, mi amor, bombón, te amo, por favor perdóname." Suplicó.

"Es increíble, como ni así, arrodillado, te crea." Dijo, mirándolo desde arriba, alzando el mentón. "No te creo, Jeon Jungkook y no te perdono. Nadie se burla de mí y se sale con la suya. Allá tú si es cierto que me amas, espero que sea así, porque de esa forma tu, podrás sentir lo mismo que sentí en el momento que me dijeron que solo era una apuesta para ti."

El corazón de Jimin y Jungkook se rompió una vez más.

"Jungkook, tu has sido la persona que más he amado hasta el momento, me ilusionaste con una vida a tu lado sabiendo bien que yo solo era tu apuesta, eres la persona que más amo y amaré, estoy seguro de eso. Pero nunca olvidaré lo que hiciste, un corazón despechado pesa más que uno enamorado." Se soltó del agarre de Jungkook. "Ahora, vete, ya me hablaste y me explicaste, vete y déjame en paz."

Jimin se fue del lugar, dejando a Jungkook arrodillado en el césped, sin mirar atrás, conteniendo una que otra lágrima. En su casa se reencontró  con su prometido y aunque Eunwoo no supiera lo que había pasado, abrazo a Jimin, porque lo veía tan desgastado y apagado que no podía permitirlo, aquel abrazo, fue visto por Jungkook, quien aún permanecía arrodillado con lágrimas resbalando por sus mejillas.

Había perdido a Jimin.




























































el viernes se termina todo :")

 

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