55

El golpe e insulto a su corazón y sentimientos no habían logrado que derramará lágrimas. No había llorado ni un solo día, no lloro cuando le contó todo a su prometido, no lloro cuando le contó a sus amigos y a su prima, no lloro ni cuando su padre le preguntó si había dejado aquella insulsa idea de no casarse con Eunwoo, Jimin no lloro y tampoco quería hacerlo.

Jungkook no merecía ni una de sus lágrimas, nunca mereció nada suyo.

Aunque, el dolor en su pecho y el nudo en su garganta jamás se esfumaron, jamás dejó de pensar en todas las palabras vacías que fueron susurradas en su oído, tampoco dejo de pensar en todas las risas que debió de haber recibido gracias a Jungkook. Se sentía como un estúpido, como alguien que era fácil de mofar y hacer daño, bueno, eso era, alguien fácil de burlar y herir. Jungkook se lo había dejado muy bien en claro.

Y por eso no quería llorar, no quería ser aquella mala broma de Jeon, no quería sentirse más mal de lo que se sentía.

Los días pasarían rápidos, el año pronto acabaría y su graduación se acercaría, una vez fuera ya no volvería a ver a Jungkook, moriría por siempre en sus recuerdos y en su alma, que el tiempo pasará, eso era lo que Jimin estaba esperando.

Porque un mal no duraba mil años, pero si dolía como mil dagas. Y el dolor no era para siempre.

Nada lo era, ni ellos lo fueron.

,,

Una cosa que golpeó con eco en Jungkook fue la indiferencia de Jimin, pasaba por su lado como si nada hubiera pasado, como si hace días no se hubiese enterado del sucio secreto de Jungkook. Como si no existiera.

Jungkook buscaba a Jimin, siempre trataba de hablar con él para así explicarle lo que había pasado, para contarle todo lo que Mingyu no le dijo y tampoco podía; pues el único que podía describir todo lo que Jimin le hacía sentir era él mismo, nadie más. Pero cada vez que se acercaba, Jimin simplemente hacía como si no estuviese ahí, lo trataba como si solo fuese un fantasma.

Un fantasma que no dejaría que le atormente.

Jimin no huía de él, cuando Jungkook llamaba a su nombre simplemente no hacía nada, seguía con lo que estaba haciendo. No dejaba que siquiera Jungkook experimentará su rechazo, tratarlo como si no existiera era todo lo que podía darle.

Y dolía más que un rechazo.

Pero ya habían pasado cinco días, Jungkook no quería que más días transcurran, aunque Jimin hiciera como si hubiera muerto y no existía, necesitaba hablar sobre lo que había sucedido, darle su parte de la historia.

Necesitaba decirle que lo amaba, que había cometido un error, que esa apuesta no era nada, que él era su todo, necesitaba decirle mucho. Pero solo podía decirle nada.

Habían días que ni siquiera lo veía, ni en los pasillos, ni en el patio, este era uno de esos días, que aunque buscará hasta debajo de las piedras; no lo encontraba. Pidió un deseo a alguna nube, pidiendo que sus amigos le dijeran donde se encontraba, necesitaba hablar con él.

"Hola." Saludo al acercarse, recibiendo la mirada indiferente del grupo de Jimin, esperaba que siquiera vieran la miseria de sus ojos y se apiadaran de él.

"Hola." Le respondió Taemin, solo para no ser grosero.

"Uhm." Aclaro su garganta, no quería que algún gallo se le saliera. "¿Saben dónde está Jimin?"

"Estaba aquí con nosotros, pero se fue." Volvió a decir Taemin.

"Lo puedo ver...¿saben a donde se fue?"

Nadie le respondió, debía suponer que pasaría, que los amigos de Jimin le protegerian de él. Era un dolor en su estómago.

Se iba a dar por vencido, iba a buscarlo por su cuenta aunque fuera imposible encontrarlo en tan enorme institución, cuando iba a darse la vuelta y despedirse, escucho la voz de otro de los amigos de Jimin, Sungwoon.

"Iba a ir a la biblioteca, puede que este ahí." Y alguien se había apiadado de él, había visto su arrepentimiento y su miseria.

"Gracias." Rápidamente les sonrío y se dio vuelta, yendo a buscar a Jimin, tenía la esperanza de que podrían hablar y que le escucharía.

Esperanzas que volaban por su cabeza.

Se fue por el camino típico de la biblioteca, encontrandose en medio de este a Jimin sentado en una banqueta, leyendo algo en su celular mientras se sentaba solo. Los pasados días Jimin se la pasaba solo, eran pocas las veces que lo había visto con sus amigos, se había alejado de todos; Jungkook no sabía que eso era por la vergüenza, no quería ser percibido como la apuesta de Jeon, no quería que nadie se burlara de él y mucho menos sintiera pena por él, por eso se había alejado de todos y todo.

Suspiro dandose fuerzas para acercarse, con cada paso dado su corazón le latía en las orejas y cuando se paro a su lado, sintió sus manos temblar. Jimin no se había dado cuenta de su presencia, aún escribía en su celular mientras mantenía su cara sería, aún así, se veía bastante bello, aún así, su corazón latía como loco al verle y estar cerca de él.

Lo amaba.

Lo amaba y lo había lastimado.

"Jimin." Hablo, trato de llamar su atención.

Y como siempre pasaba, Jimin ni se inmutó, Jungkook era el fantasma que no dejaría que le atormente. Había muerto para él.

"Jimin, por favor." Nada.

"Jimin."

"Hablemos."

"Jimin."

No había nada, ni el sonido de sus respiraciones. En serio habían dejado de existir.

"Por favor." Susurro con una última esperanza, todas las que había recolectado se habían estrellado una con otra.

Jimin al fin hizo algo, guardando su celular en su bolsillo se levantó de la banqueta, pasando por el lado de Jungkook sin siquiera mirarle. Jeon le sostuvo de la muñeca, por fin, consiguiendo una mirada de Jimin.

Pero, oh, pobre corazón. El corazón de Jungkook se destrozo al ver los ojos llenos de odio de Jimin. Porque recuerda que aquellos ojos le miraban con amor y brillo, ahora, esos ojos se dirigían a él con odio y oscuridad.

Había muerto.

"Ya déjame en paz ¿Qué más quieres?" Se soltó de su agarre, caminando lejos de Jungkook.

Pero Jungkook era un caprichoso y no aceptaría ver a Jimin caminar lejos de él, no aceptaba las flores de consuelo en el funeral. Por eso fue detrás de él, esta vez tomando su mano y deteniéndolo.

"Por favor, hablemos." Pidió.

"Déjame." Una vez más huyo de su agarre.

Jimin se había alejado de todos y todo por no tener que ser el blanco de las miradas, pero ahora, era eso.

"Por favor."

"Te dije que no." Y siguió huyendo a pasos grandes y rápidos.

Esta vez, Jungkook lo alcanzo para que así le mirara de frente, recibiendo con mucha sorpresa la cachetada de Jimin, su mano era muy suave, pero ahora se sintió como cemento golpeando contra su pómulo.

"Te dije que no, ve a ganar dinero de otros estúpidos, yo ya no te sirvo." Y esta vez, Jimin corrió, no quería seguir soportando la punzada en su garganta, no quería sentir como más pedazos de su corazón caían por tener a Jungkook cerca.

Jungkook fue tras él, no lo dejaría irse, no sin hablar. Y al alcanzarlo una vez más, rebasó el vaso que Jimin protegía.

Recibió un empujón fuerte, como el de la última vez que habían hablado, solo que esta vez Jimin le miraba con un odio desbordante.

Como si lo odiara más de lo que lo amaba.

"¿Qué es lo que no entiendes? DEJAME EN PAZ." Alzó la voz, con las mejillas rojas de enojo. "No quiero hablar contigo, no quiero saber tus razones y ni una mierda que te puedas inventar. Para mi, Jeon Jungkook, tu estas muerto, así que déjame en paz."

"No hasta que me escuches." Rogó. "No sabes mi parte de la historia."

"Y tampoco me interesa." Alzó la cabeza, sonriendo de lado. "Así que déjame en paz."

"No."

"Entonces tendré que decirle a mi prometido que mande a alguien a golpearte, ah no, mejor, le diré a Eunwoo que te deposite algo de dinero, tal vez quieres más de tu apuesta y por eso no me dejas en paz." Se burlo.

"Esa apuesta no significa nada para mi."

"Pero para mi sí." Se acercó a Jungkook, mirándolo de pies a cabeza. "A mi si me importa mucho el haber sido tu burla, tu hazme reír, tu pequeña mina de oro. A diferencia de ti, Jeon, a mi si me importa como me perciban, no me gusta ser reducido a la burla de alguien y mucho menos a la tuya. Porque tu apuesta, yo, iba a dejar todo por ti, iba a manchar el nombre de su familia y dejar en burla a Eunwoo, todo eso iba a hacer." Sonrió de lado, sosteniendo en aquella las últimas piezas de su corazón. "Pero resulte ser tu apuesta."

"No eres eso. Jimin, yo te amo."

"No, no lo haces."

"Sí, lo hago."

"Que no."

"Te amo, Park Jimin."

"¡No lo haces!" Grito, captando más ojos a su alrededor, no le importaba en el momento, solo quería deshacerse de Jungkook y del malestar que le causaba, las nauseas de dolor que le causaba. "¡¿Qué quieres de mi?! ¡Déjame en paz!"

"Nunca quise herirte, si tan solo me escucharas..."

"No lo haré." Soltó un suspiro, elevando la cabeza. "Soy alguien que pronto se casara, así que déjame en paz."

"¿Te casaras? ¿En serio lo harás?"

"Sí, me casare con la única persona que me ha amado durante estos momentos. Me casaré con Eunwoo, con alguien que me ama." Sonrió, no de felicidad, sino de orgullo, a pesar de haber caído embarrado en el lodo ahora se levantaba limpio, como si nada hubiera pasado. "Alguien que si es merecedor de mi amor. Alguien que si vale la pena, un hombre que no es una poca cosa cómo..." Lo miro de pies a cabeza, lastimando en Jungkook. "Ahora, déjame en paz."

Jimin se dio la vuelta, dando pasos grandes hasta comenzar a correr despacio, sentía como las nubes iban nublando su vista, no quería que lloviera. No lo haría.

"¡Él no te ama!" Grito Jungkook, sosteniendo la última esperanza en su palma. "¡Eunwoo no te ama!" Grito una vez más, perdiendo de vista cada vez más la espalda de Jimin. "¡Yo te amo!"

"Perdón." Susurro, ya no veía a Jimin a la distancia.

Aunque este día había sido perdido, Jungkook no se rendiría, no daría pasos atrás, él lucharía por Jimin, lucharía por ellos.

Aunque ya hayan muerto en una trinchera.





























de ahora hasta el pronto final los capítulos serán narrados :3

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