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Algo innegable era que Jungkook prefería completamente manejar su motocicleta que su auto, se sentía más libre, más ligero y auténtico, pero últimamente solo sacaba a pasear a su auto; pues necesitaba que Jimin pudiera esconderse en sus vidrio polarizados.

El cambio en su vida tras Jimin se había notado incluso en el automóvil que paseaba por las calles. Escondiendolo de los ojos fisgones tras aquellos vidrios polarizados, amaba a Jimin tras aquellos, besando su rostro, acariciando su piel y marcando su cuerpo. Fueron incontables las veces que los vidrios de aquel auto se empaparon del vapor que sus cuerpos calientes emanaban. Y aunque no todo fuera perfecto, disfrutaba mucho de su relación.

Hasta el día de hoy, que Jungkook se canso de ser el anochecer de Jimin y no el amanecer. Quería estar con él libremente, quería llevarlo a cenar con su hermano, quería que Jimin le invitara a cenar con sus padres, quería salir del escondite en donde se habían plantado.

Era lo que deseaba, porque amaba a Jimin, lo amaba con tanta fuerza que sus costillas dolerían si no lo tenía como suyo.

Y ante el pensamiento de Jimin siendo completamente suyo, sonrió cuál bobo, mordiéndose el labio mientras sentía sus mejillas sonrojar.

Hasta que, como una bofetada de sorpresa, su sonrisa se esfumó. Pues a la lejania había divisado a Jimin despidiéndose con un tierno y sabroso beso de su prometido, le causaba muchas nauseas ver las manos de otro hombre sobre la cintura de Jimin, pero le daba más tristeza ver la sonrisa de Jimin a un hombre que no era él.

Inevitablemente apretó el volante fuertemente, dejando sus nudillos blancos por la presión. Pero trato de controlar su enojo al ver la sonrisita de Jimin dirigiéndose a su auto.

Aquella sonrisita que valía miles de dólares.

"Hola." Saludo Jungkook. "Mi amor." Trato de acercarse para darle un beso a su compañero. Pero Jimin se retiro, negándose a besarle.

"No aquí." Susurro. "Debiste esperar una cuadra más abajo, alguien puede verte."

"¿Eunwoo?" Dijo con cierto veneno en su lengua.

"Sí."

Jungkook rodó los ojos, apretando la mandíbula y encendiendo el auto, maniobrando para salir del lugar, yendo en contra de las reglas de tránsito y girando en u, recibiendo bastantes pitidos, no le importaba, andaba más cabreado.

Rápidamente se sintió aquel ambiente tenso y cabreado, Jungkook estaba como un toro apunto de embestir a quien sea que se le cruzara. No podía culparsele, pues se sentía celoso y herido, su corazón se rasgaba y su vesícula estallaba.

Jimin no quiso decir nada, sentía que si decía algo Jungkook podría enojarse, por eso solo suspiro y se recostó en su asiento. Esperando el lugar exacto para hablar con Jungkook.

Pero la mala leche seguía derramándose, Jungkook iba tan cabreado por sus celos que por poco y choca, al frenar tan rápido y duro, ambos golpearon sus pechos.

"¿¡Qué te pasa!?" Grito Jimin. "¡Conduce bien, Jungkook!"

"Perdón." Susurro, tratando de apaciguar el ambiente.

Pero Jimin y Jungkook eran iguales, cualquier cosa los haría explotar, el golpe en el pecho fue el detonador.

"No puedes conducir como un animal, sea lo que sea que te cabree no es mi culpa, no puedes ir por ahí intentando matarme." Hablo en voz alta, dándole veneno en cada palabra.

"Pues claro que es tu culpa." Dijo con voz firme, conduciendo lentamente para no causar un accidente.

"¿Cómo va a ser mi culpa? Imbecil." Rodó los ojos.

"Pues claro, ¡si me tratas como tu juguete sexual! ¡¿Cómo no estaría cabreado?!"

"Ya te dije, una y mil veces, no. lo. eres."

"Pues parece que si, pues solo me buscas cuando quieres que alguien te la encaje, como tu prometido parece no poder, corres hacía mi."

"¿Eso es lo que querías hablar?" Pregungo comenzando a tomar sus cosas: una chaqueta y una bufanda, no pensaba lidiar con su mal genio y mucho menos recibir insultos por eso.

"Sí, no puedes tratarme así."

"Pues mira como tu me tratas antes de hablar." Encaro. "Para el auto, me iré en un taxi."

"¿Otra vez harás lo mismo?"

"Sí, PARA EL AUTO."

"No."

"Bien." Hizo el manojo de abrir la puerta, calculando la distancia para no caer al asfalto mientras el auto se seguía moviendo.

Su estrategia funcionó, Jungkook paro el auto de golpe, logrando que Jimin se bajara y comenzará su camino lejos de Jungkook, una vez más. Jeon soltó un suspiro frustrado, golpeando el volante con su palma, apago el motor y salió de su auto, para alcanzar a Jimin.

"Jimin, detente." Dijo a sus espaldas, viendo como las manos de Jimin iban a su rostro.

"Déjame en paz." Respondió si girarse. "Debí terminar todo esto cuando pude, mira lo que somos."

Jungkook aceleró sus pasos, corriendo para estar frente a Jimin, no permitiría que pensara en terminar rodó entre ellos. Estando frente al rubio vio la escurridiza lágrima que caía por su mejilla rosada.

"Minnie..." Trato de acercarse, pero Jimin retrocedió.

"No, Jungkook, basta." Negó, limpiando sus lágrimas rápidamente. "Nada de esto funciona, solo mira como siempre terminamos peleando."

"No siempre, solo cuando ambos explotamos."

"De todas formas." Suspiro. "No funcionamos."

"Sí lo hacemos, amor, si funcionamos, solo que—"Fue interrumpido.

"¿Qué? si tu piensas que yo solo quiero tenerte para saciar mi deseo, eso no es así, Jungkook."

"Es que tu me haces pensar eso."

"¿Cómo?"

"Pasas una semana con Eunwoo, evadiendome y fingiendo que no existo." Dijo con un tono elevado de voz, pero no el suficiente para comenzar una riña. "Una semana con él y te olvidas de mi, eso no es justo, Jimin."

"Es mi prometido, Jungkook, tengo que estar con él."

"¡Pero no tienes que fingir que no existo!" Exclamó, caminando hacía Jimin, tomando sus manos entre las suyas. "No me hagas esto."

"Jungkook....no se lo que quieres, todo tu accionar me confunde, basta." Soltó, comenzando a soltar más lágrimas que escurrian por sus mejillas.

"Jimin...no te cases con él, enfrenta a tu padre y no te cases." Sostuvo sus manos, mirándolo con ojos suplicantes, rogándole para que le escuchara.

"No puedo." Soltó con dolor, la voz rota y el corazón llorando.

"Te amo, Jimin."

Y las palabras congelaron el tiempo, nada transcurría alrededor, eran solo ellos dos, perdidos en el tiempo, perdidos en ellos.

"¿Q-Qué?" Pregunto Jimin.

"Te amo, Park Jimin." Beso sus nudillos. "Te amo, por favor, no me dejes, por favor, déjame amarte."

"Yo..."

Los ojos de Jungkook contenían todas las estrellas y le miraban a él, mirándole solo a él, brillando solo por él.

"Yo también te amo." Confesó Jimin, sintiendo como sus hombros se sentían más ligeros, sintiéndose ligero y libre. Encantado de como el tiempo se había congelado.

Los besos no se dieron a esperar, Jungkook sostuvo a Jimin de su cintura y su mandíbula, besandolo profundamente. Demostrándole su gran amor.

Se besaron por unos cuantos segundos más, cuando se separaron se sonrieron, inalcanzables, imparablemente enamorados.

"Hablaré con mis padres." Dijo Jimin, acariciando la mejilla de Jungkook. "Les diré que no puedo casarme."

Jungkook no respondió, no hacía falta, le sonrío ampliamente, cargandolo en sus brazos mientras le hacía girar, besandolo cuando sus pies tocaron el suelo.

Un beso era lo único que necesitaban.

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amigis ya pronto se desatara el infierno :333

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