23

Jimin no sabía cómo pero el deseo lo había consumido, desde el primer cabello de su cabeza hasta sus pies. Los últimos días no había dejado de pensar en nadie más que Jeon Jungkook, todas las noches antes de dormir pensaba en lo muy bien que se sentía en los brazos de Jungkook, pensaba en todas las cosquillas que sus caricias producían en su cuerpo y como lo tenía suspirando de tan solo respirar cerca a su piel.

No sabía cómo había pasado, pero Jungkook se había inmiscuido en su cabeza, no dejaba de pensar en él. Pero no pensaba en su persona, pensaba en su cualidad de saber donde tocar, como besar y como acariciar. Pensaba en su cuerpo y en sus caricias, nada más.

Aun así, era bastante molesto para él, ya que cuando beso y se sentó en el regazo de Eunwoo, al cerrar los ojos se hacía creer que quien lo acariciaba era Jungkook. Era muy fastidioso ver a su prometido como alguien más.

Pero no podía hacer mucho respecto al gran deseo que tenía por Jungkook, pues, de vez en cuando iba a su llamado, cuando Jungkook le pedía que se vieran en algún lugar, Jimin iba a su encuentro. Porque le gustaba sus besos, sus manos y su cuerpo, era simple, Jeon alborotada sus hormonas y lo ponía más caliente que un horno.

Y siendo un adolescente en plena puerta de juventud, todo era aún más intenso. Pasando los días en los que se la pasaba reuniéndose con Jeon para intercambiar algunos roces demás, descubrió que quería más de Jungkook. Quería sentir su cuerpo encima de él, sentir el calor de su piel y lo que Jimin podría provocar en el maravilloso cuerpo de Jeon.

Por eso en las pocas veces que se había reunido con Jeon en su hogar, le hacía saber con su propio cuerpo lo mucho que esperaba que aquellas caricias y roces subieran de nivel, porque estaba seguro de que solo de esa forma se sacaria a Jungkook de la cabeza. Se lo decía ahora mismo, mientras movía sus caderas de izquierda a derecha, mientras besaba fuertemente los labios de su eterno rival.

—Dios.—Gimió Jungkook al separarse del beso, llevando sus manos hacia las caderas de Jimin, controlando el como se movía.

Siempre teniendo el control.

—No me imagino como te moverás encima mío.—Hablo Jungkook, tratando de atrapar la mirada de Jimin.

—Ya me estoy moviendo encima tuyo.—Susurro Jimin en el cuello de Jungkook.

—Ya sabes a lo que me refiero.—Sonrió de lado, metiendo sus manos por dentro de la camiseta de Jimin, plantando sus dedos en los hoyuelos bajos del rubio.—Me di cuenta de algo.

—Puedes decirme de eso cuando terminemos.—Jimin rodó los ojos, pero Jungkook no lo vio, aún se mantenía en el cuello del dueño de casa.

—Es que es sobre esto. Nunca me miras a los ojos cuando estás de esta forma.—Detuvo los movimientos de Jimin, escuchando un quejido por parte del rubio. Jungkook llevó su mano hacia el mentón de Jimin, lo tomó y obligó a que saliera de su cuello, obligándonos a mirarlo a los ojos.—Ahora si, puedes continuar.

Jimin no quería ver a Jungkook a los ojos porque sería algo muy íntimo. Creía que los besos suaves y las miradas sostenidas durante la intimidad era algo que solo hacías con la persona indicada, la cual amabas. Y no quería compartir miradas con Jeon mientras molia sus entrepiernas. Seria muy incómodo, no quería ver el alma de Jungkook mientras gime por sus caricias.

Así que trato de soltarse del agarre de Jeon, trato de volver a desviar la mirada, pero Jungkook era más fuerte y rápido que él. Aún sosteniendo su mentón, obligándolo a que lo mirara, comenzó a mover sus caderas creando el placentero roce que tanto les había hecho sudar.

—Así te ves mucho mejor y no escondido en mi cuello.—Sonrió mordiéndose el labio.—Quiero ver lo que provocó en ti.

Ay, dios, cállate. Pensó Jimin, cerrando los ojos para así dejar de mirar a Jungkook.

Pero Jungkook no dejaría que Jimin se saliera con la suya, quería meterse aún más en su piel. Así que comenzó algo, llevo sus manos hacia la cremallera del rubio y comenzó a abrirla, era un gran paso pues nunca habían tocado más allá de su ropa.

—¿Qué haces?—Pregunto un agitado Jimin.

—¿Qué no ves? Trato de darte más placer.—Sonrio, comenzando a acariciar el miembro de Jimin sobre la tela de su ropa interior, ganándose varios gemidos agudos por parte de Jimin.

Jungkook se erguia en orgullo aumentando su ego viendo como Jimin se retorcía en placer por sus caricias y largos dedos. Con una sonrisa socarrona metió su mano dentro de la ropa interior de Jimin, envolviendo su miembro con sus largos dedos y cálida palma, logrando que por fin, el rubio sobre su regazo le mirara a los ojos.

Y era una delicia, ver de aquella forma a Jimin, con las mejillas sonrojada, los ojos cristalinos y los labios mordidos por tratar de acallar sus gemidos.

—Ahora si quieres mirarme a los ojos ¿eh?—Mordió su labio, acercándose para tomar entre sus labios los de Jimin, besándolo con fuerza mientras movía su mano sobre el miembro de Jimin a la par de los movimientos circulares que el rubio hacia sobre su entrepierna.

Jungkook había descubierto algo mientras mordía los pomposos labios de Jimin, le gustaba mucho besarlo, porque de esa forma sentía el poder que tenía sobre Jimin, sobre sus suspiros, sus sonrojos y miradas.

El clímax los envolvió, ambos llegaron juntos al preciado orgasmo, Jimin desplomandose en el pecho de Jungkook mientras recuperaba la respiración, inhalando más de cerca el perfume caro de Jeon.

—Eres muy ruidoso.—Dijo Jungkook acariciando el muslo de Jimin.

A pesar de detestar a Jimin y estar planeando el jugar con su corazón, aceptaba que el rubio tenía un muy buen cuerpo, el cual le gustaba mucho acariciar.

—Cállate.—Dijo Jimin, avergonzado por todo lo que había pasado hace minutos atrás. Siempre le pasaba aquello, después de disfrutar carnalmente con Jungkook le llegaba su ola de arrepentimiento y vergüenza.

—Pero si te gusta escucharme.—Se burlo.—¿O solo te gusta molerte en mi?

Jimin cerró los ojos, evitando darle un golpe en el pecho a Jungkook. Se sentía muy avergonzado por todo lo que había hecho, también se sintió mal, le estaba siendo descaradamente infiel a su prometido que en la noche había prometido llevarlo a cenar.

—Jeon.—Dijo Jimin.

—¿Mhm?

—Esta es la última vez que pasa esto entre nosotros.

—No te tomaré en serio si sigues sobre mi regazo, aún más, con la ropa interior pegajosa.—Sonrió burlón, dándole una palmadita al trasero de Jimin.

—Lo digo en serio.—Rodó los ojos, levantándose del regazo de Jungkook y abrochandose el pantalón a su lado.—Esto es muy de cabron de mi parte.

—¿Por?

—Estoy comprometido y esto...es serle infiel.

—Había olvidado eso.—Jungkook se levantó del sofá, peinando su cabello y dándole la espalda a Jimin.—Pero no es infidelidad si tu no me quieres ¿o si?

—Tuve un orgasmo encima de ti.

—¿Y?—Levanto una ceja volviendo a mirarlo de frente.—Unos roces no es una gran infidelidad.

—Para ti, yo me siento mal por esto.

—No te creo.—Chasqueo la lengua.—Si te sintieras mal no hubieras accedido a venir acá ¿o es que estas tan necesitado?—Camino hacia Jimin, acorralandolo con sus brazos en el sofá.—¿Acaso Eunwoo no te toca como tu quieres y por eso tienes que correr a mi?

—Solo es cuestión de hormonas.—Rodó los ojos retirando a Jungkook de su vista, levantándose del sillón y tomando su mochila para colgarse al hombro.

—O sea que yo te vuelvo un hormonal, ¿eso me quieres decir?—Sonrió.

—Tómalo como quieras.—Se encogió de hombros, decidido a irse del hogar enorme y vacío de los Jeon.

—Haber cuanto tiempo te dura tu tristeza.—Dijo Jungkook, lo suficientemente alto para que Jimin lo escuchara.

Recordandole que le detestaba a más no poder.

—Tranquilo, durará bastante.—Fue lo último que dijo Jimin antes de salir de la residencia Jeon.

Jungkook solo soltó una risa, sabía que lo que Jimin decía era mentira. Ya lo había vuelto adicto a él, por eso es que habían sido muchas las veces en las que ambos se enredaron en algún callejón o en el vestidor de natación. Ya era una costumbre el estar encima del otro, Jungkook consumía poco a poco a Jimin.

Pronto sería suyo por completo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top