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Jimin nunca se había esperado vivir el gran romance con Eunwoo, sabía que lo suyo sería algo suave y bastante serio, lo sabía desde que aceptó empezar una relación con el y posteriormente al aceptar ser su prometido, pero, aunque había aceptado el no vivir su romance juvenil, aún esperaba de alguna forma vivirlo con su prometido. Pero las veces que Eunwoo le había fallado a sus citas era un gran balde de agua.
Sabía que Eunwoo lo quería, se lo demostraba cuando lo besaba tan suavemente que hacía a sus mejillas sonrojarse, pero, Jimin quería que lo quisiera con pasión. Era joven después de todo, aún tenía las hormonas alborotadas y la diferencia de edad con su prometido era denotable.
Jimin suspiro guardando su celular, recogiendo sus cosas y viéndose al espejo, estaba de maravilla, se había arreglado por demás para Eunwoo y le había cancelado la cita. No quería que su look de hoy fuese desperdiciado, así que aceptaría salir con sus amigos.
Despejarse la cabeza con la compañía de tus amigos siempre es bueno, ¿no?
—Ay, Jiminnie, te ves muy guapo hoy. —Dijo Taemin abrazándolo por los hombros.
—Gracias, me arregle para Eunwoo. —Se encogió de hombros. —Pero bueno.
—Le dan pan al que no tiene dientes. —Rio Jongin. —Pero no te preocupes, tu look de muñeco no se va a desperdiciar.
—Claro, se va a desperdiciar en una fiestucha. —Rodó los ojos, quería estar a esta hora cenando en su restaurante favorito, viendo el mar y escuchando la mejor música de la ciudad, no planeando ir a una fiesta de dios sabe quién.
—No es fiestucha, iremos a una discoteca.
—Más bien, por lo menos será algo caro.
—Jimin en su posición de riqui ricon. —Dijo Sungwoon riéndose a su lado.
Haciendo que Jimin recordará a la primera persona que le comparó con aquel singular personaje. Rodó los ojos por la repentina intromisión, últimamente Jungkook irrumpía bastante en su mente, era bastante molesto, mucho más cuando recordaba las veces que Jeon trato de besarlo; resaltando el día anterior donde le había aceptado que le compre un helado.
Jeon le disgustaba, podría estar todo el día hablando pestes de él y alegrándose de la mala racha que solía tener, pero no dejaba de pensar en el aroma de su perfume. Era molesto.
—No me digas así. —Dijo Jimin, mostrándole una cara de disgusto a Sungwoon.
—Cuando estás fastidiado eres tan gracioso. —Hablo Sungwoon, colgándose del hombro del rubio. —Pero se te pasará con algunas copas encima.
Y así fue.
En cuanto llegaron lo primero que Jimin hizo fue comprarse un mojito para empezar la noche suave, pero al llegar a su mesa le agregó borbón a su mojito, así que poco a poco iba embriagándose como nunca. Le gustaba el sentirse tan ligero teniendo la cabeza hundida en alcohol, todo se veía más fácil y sencillo, era una maravilla.
El malhumorado Jimin se desvaneció y fue reemplazado por un risueño y juguetón Jimin.
—Iré al baño, mi vejiga va a reventar. —Se levantó de su asiento, siendo golpeado por la ola de alcohol que había bebido. Se mareo más.
Sus amigos lo despidieron con otro shot de vodka, luego dejaron que se fuera. El camino hasta encontrar los baños se le hizo muy difícil, pero llegó. Después de cumplir sus necesidades se lavó la cara con agua fría, no quería lucir tan borracho, le haría perder clase. Cuando se sintió lo suficientemente bien, salió del baño.
Teniendo un interesante descubrimiento, algo que sí mismo como borracho no pudo evitar acercarse.
—¿Qué haces aquí? —¿De dónde había sacado las ganas de hablarle a quien detestaba? Estaba muy borracho.
—¿Jimin? —preguntó Jungkook, estaba más ocupado en su cigarro que en el rubio que se había acercado hasta su sillón privado. —¿Tú qué haces aquí?
—Yo pregunte primero. —Dijo, parado frente a Jungkook, mientras el pelinegro le miraba desde su asiento con una sonrisa socarrona en los labios y un cigarro en sus manos.
—Pues he venido a encontrarme con mis amigos, pero aun llegan. Tu turno. ¿Qué hace la crème de la crème en un lugar tan sencillo como este? ¿no deberías de estar en el teatro o algo parecido?
—¿Por qué estaría en el teatro? ¿tú crees que soy un anciano o qué?
—No, claro que no, ningún anciano es tan guapo como tú. —Y ahí viene, pensó Jimin. —Siéntate, me pones nervioso ahí parado.
Y Jimin obedeció, por alguna razón de su borracha cabeza se sentó al lado de Jungkook, quedando a la merced de Jeon.
—¿Y? ¿Qué tal? ¿la has pasado bien? —preguntó Jungkook, dándole toda su atención a Jimin.
—Bastante, pero tu presencia me jodio un poco la noche.
Jungkook río, dándole una calada a su cigarro y tirando el humo a otra dirección, siendo bastante atractivo ante los ojos de Jimin.
—¿Tanto te jodi la noche que ahora estás aquí sentado conmigo?
—¿Quieres que me vaya? —Hizo el manojo de levantarse, siendo detenido por la mano de Jungkook.
Negó con la cabeza, calando su cigarro y volviendo a tirar el humo en otra dirección.
—Quédate. —Sonrió de lado. —Creí que tenías una cita con Eunwoo ¿Qué pasó?
—¿Y cómo sabes eso?
—Ayer tu me lo dijiste, antes de darme el rodillazo.
Jimin rio bajito, recordando con mucha gracia la cara de dolor de Jeon. —Te lo merecías.
—Tal vez. —Se encogió de hombros. —Te invito un helado y así es como me pagas, que mal educado, Jimin.
—Así te pague el helado. —Se encogió de hombros riendo.
Ambos se rieron, luciendo a la lejanía como un par de amigos. Algo demasiado lejano a la realidad.
Su charla fue interrumpida por el mesero que traía la orden de Jungkook, un coctel ligero. A Jungkook se le ocurrió algo y lo puso en marcha, coqueteo por unos largos minutos con el mesero, llegando al punto de darle su número—era un número falso, se lo había inventado en el momento—quería ver como reaccionaba Jimin.
El rubio parecía perdido en su borrachera, viendo fijamente el cenicero de la mesita enfrente suyo.
—Dices que te gusto ¿no? —preguntó Jimin.
—Aja. —Asintió, apagando su cigarro en el cenicero y bebiendo de su cóctel, ocultando la gran sonrisa que se ceñía en su rostro.
—¿Entonces por qué sigues coqueteando con otros? —Jungkook lo tenía.
—Te dije que me gustas, no que te amo y te soy fiel. —Se encogió de hombros.
—¿Y cuál es la diferencia? —Jungkook no sabía si era el alcohol que tenía nublada la cabeza de Jimin o es que en verdad tenía muy poca experiencia en lo que resultaba ser el amor.
—Es demasiada. —Rio, echándose hacia el espaldar del sofá y acercándose a Jimin. —El amor es un sentimiento muy profundo y el gusto es deseo.
—¿Me deseas? —preguntó Jimin, demasiado cerca del rostro de Jungkook.
Eureka. Pensó Jungkook.
Llevó su mano hacia la mandíbula de Jimin, acariciándola y mirándole fijamente a los ojos, tan profundo como el océano. —Bastante.
Las palabras de Jungkook fueron como el canto de una sirena, envolvieron a Jimin desde los pies hasta el cuello, el alcohol y el olor de su perfume le marearon mucho más. Porque lo siguiente que hizo fue algo que jamás haría estando serio.
Jamás besaría a Jungkook, pero ahora lo estaba haciendo, con tanta prisa y pasión que sus mejillas se sonrojaron. Lo sostenía de las mejillas mientras trataba de ir al ritmo de Jungkook, saboreando el cóctel y el cigarro de menta de los labios de Jeon, haciendo una gran combinación con el vodka que había estado tomando. Era bastante agradable para su gusto y bastante arrebatador para su cabeza.
Por el lado de Jungkook, él estaba satisfecho, había podido envolver a Jimin al punto de tener al rubio sosteniéndole firmemente de las mejillas mientras lo besaba. Ahora se daba cuenta que esa era la mejor forma de tener a su merced a Jimin. Endulzarlo con palabras huecas.
Jungkook escurrió sus manos por la cintura de Jimin, acercándolo más hacia él, sorprendiéndose por el rápido movimiento de Jimin subiéndose a su regazo, aún sosteniéndolo mientras lo besaba, de vez en cuando moviendo sus caderas y creando fricción entre ambos.
Jimin se separó del beso por falta de aire, Jungkook aprovechó aquello para comenzar a besar el largo y blanquecino cuello de su acompañante, acariciando su piel por debajo de su camisa, haciéndolo sentir deseado. Y cumplía una buena labor, Jimin se sentía en el cielo mientras tenía las manos de Jeon sobre su cuerpo, le nublaba la mente al máximo límite, quería estar todo el tiempo sobre él siendo besado y acariciado.
El rubio se separó de los besos que Jeon repartía en su cuello y lo miro a los ojos, estaba en un limbo entre la embriaguez y la sobriedad, pero decidió seguir el instinto que le pedía volver a besar a Jungkook, besaba bastante bien.
Una vez más se encontraban besándose, creando fricción entre ambos de vez en cuando, acariciando sus cuerpos y sonrojando sus mejillas por el momento caluroso.
—Al fin me concediste el beso. —Susurro Jungkook sobre los labios de Jimin, lamiéndolos con su lengua. —Te ves muy bien encima mío, bombón.
Y fue cuando Jimin se dio cuenta de lo que hacía.
Espantado se alejó de Jungkook, saltando de su regazo para volver a pararse frente a él.
—¿Qué pasó, bombón? —Sonrió Jungkook.
—Nada de esto pasó. —Dijo antes de darle la espalda y buscar un camino para salir del lugar.
—Como tu digas, Park. —Susurro Jungkook, limpiándose los labios y mirando como Jimin se iba.
Sabía que en algún momento pasaría, aún no había atrofiado lo suficiente la mente de Jimin. Pero el regalo que dejo sobre su cuello mantendría el momento tan caluroso entre ellos por mucho tiempo en su cabeza.
Ese era el plan.
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