Capítulo 3
—¡Sensei miré logré dar en el blanco!— Tenten vió a su pequeña alumna saltar emocionada señalando uno de los blancos frente a ellos.
La maestra de armas sonrió orgullosa hacia ella.
—Excelente Sayuri— le mencionó acercándose al blanco e inspeccionando el Kunai enterrado en el— mmm un poco más de profundidad— tocó el Kunai y este cayó al suelo— ¿ves? no tiene tanta resistencia, sigue intentándolo está vez pon más fuerza en tu muñeca cuando estés apunto de lanzarlo.
—Ok— respondió la pequeña decidida tomó el Kunai de nuevo y práctico una vez más.
—Sensei, ¿qué tal este sello?— un niño de cabellos negros se acercó a ella colocando de frente un pergamino con tinta escurriendo de el.
Tenten se acercó inspeccioandolo con una mano en su barbilla.
—Mmm si los trazos están bien, buen trabajo— sonrió mostrándole un pulgar arriba al chico.
El chico corrió con entusiasmo para mostrárselo a un grupo de sus compañeros.
Tenten suspiró cansada y miró el reloj de su bolsillo, dando clases las horas se le hacían agua entre sus manos.
Lo amaba más que a nada.
—Bien clase— Tenten aplaudió y los niños alrededor del campo de entrenamiento de la academia voltearon a verla con atención— se terminó la sesión, no olviden que mañana practicaremos con sellos explosivos, por favor traigan papel y tinta suficiente.
Todos los alumnos le contestaron afirmativamente mientras vaciaban el campo de entrenamiento y ella recogió sus cosas, mientras caminaba le daba sus últimos retoques a su reporte de clase del día.
Era más de medio día en las calles de Konoha cuando ella salió por las puertas de la academia.
—¡Bella flor!— sintió de inmediato y por sorpresa uno de los abrazos asfixiantes de su compañero y amigo Lee— ¡Tenías razón!, ¡La tenías!
—Lee...— dijo apenas pudiendo respirar entre los brazos de su amigo, Lee se dió cuenta de inmediato y se separó de ella.
—¡Lo siento Tenten pero estoy tan emocionado que no puedo casi respirar!— sus ojos se llenaron de un mar de lágrimas mirando hacía el cielo.
—Ya basta Lee — frunció el ceño irritada hacía el comportamiento exagerado de su amigo—no entiendo nada de lo que quieres decir cálmate ya.
—¡Es que dijo que si!— la tomó por los hombros y le sonrió alegremente.
Tenten frunció el ceño enojada, no le gustaba para nada la sensación del no saber de lo que hablaban los demás.
Entonces su boca se abrió ligeramente en sorpresa recordando.
—Mei... ella...— balbuceo sin creerlo.
En ese instante Lee la volvió a abrazar pero esta vez un poco menos fuerte.
—¡Dijo que si!, somos novios Tenten, me casaré con ella— dijo Lee separándose de ella y saltando de alegría con los puños cerrados levantados— Gracias a tu consejo de no dejar las cosas a medias, ella dijo que si y yo soy tan feliz bella flor que vine hasta acá para decírtelo después de que terminaran tus clases.
La chica sonrió feliz por su compañero.
— Es un gusto Lee, me alegro por tí en serio— lo abrazó tiernamente, ella sabía que el debía de ser feliz, se lo merecía.
—Iré de inmediato a decírselo a Gai-Sensei a su casa de descanso, ¿Quieres acompañarme?
— Amm en realidad estoy algo cansada Lee, ve tú solo estoy seguro de que estorbare en el discurso que Gai-Sensei tiene preparado para ti— rio un poco nerviosa mientras observó cómo Lee le dedicó un pulgar arriba y una gran sonrisa.
—Entiendo Bella flor, descansa, nos veremos después celebraremos junto con Mei y Gai-Sensei.
— Si— cerró los ojos y le dedicó una sonrisa en afirmación.
Y luego Lee se fue y Tenten suspiró caminando sola por las calles de Konoha hacia su departamento.
Así habían sido los años después de la guerra sus amigos formando familias, a ella le daba un poco de envidia aquello pero nunca había sido buena para estar en una relación y cosas del amor, le encantaban los niños pero su trabajo en la academia era suficiente para llenar ese gusto.
Decidió pasar un poco al campo de entrenamiento y probar aunque fuera una sola vez se moría por estrenar su técnica nueva.
Shin observó como la mujer voluptuosa frente a él lo examinaba con detenimiento, su mirada dorada y sin expresión se dirigio hacia Kankuro quién miraba seriamente hacia la mujer.
—¿Y bien?— mencionó Kankuro con curiosidad.
—Interesante, nunca había visto nada igual— Tsunade respondió mientras levantó la camisa del niño y miró su estómago y la tocó con su mano— las radiografías muestran que tiene un estómago y varias partes en el son humanas.
—No escucho el latir de su corazón—Dijo Kankuro con algo de incomodidad rascándose detrás de la cabeza y desviando su mirada.
—Es por qué no tiene— Tsunade se levantó cerrando los ojos y suspirando—tampoco bombea sangre como nosotros, no sé cómo funciona seguramente tiene sellos especiales en su interior no lo sé tendría que hacer más radiografías y estudios para estar más segura.
—¿Entonces qué tan humano es?— Kankuro dijo confundido mirando a Tsunade.
—No lo sé con exactitud— volteó de reojo al niño que no dejaba de verlos a ambos en intervalos— hablemos afuera Kankuro.
El niño se quiso levantar cuando Tsunade salió por la puerta y Kankuro se percató de eso y lo detuvo con un gesto en sus manos.
—Esperame aquí Shin, sólo serán unos segundos te lo prometo— Kankuro le dedicó una sonrisa amigable y después de unos segundos el niño asintió con la cabeza ligeramente volviéndose a acomodar en el cama de examinación del cuarto de hospital.
Kankuro salió por la puerta y Shin lo siguió con la mirada hasta que observó cómo él no había cerrado por completo la puerta, hablaba con la mujer rubia mientras asentía con la cabeza, no podía escuchar lo que decían.
Miró hacia la ventana admirando aquel atardecer de la aldea a la que habían llegado apenas aquella mañana, se levantó de la cama y caminó a la ventana y se detuvo, el brillo de sus ojos se incrementó, como un parpadeo que no duro demasiado, su pequeña boca se abrió ligeramente al igual que sus ojos mostrándose sorprendido y en segundos sonrió, colocó un pie en el marco de la ventana observando el árbol que había frente a ella, a la rama que caería al impulsarse por ella.
—¿Jutsu prohibido?— el tono de Kankuro se alarmó.
— No estoy cien por ciento segura de eso pero no veo otra explicación lógica— Tsunade sostenía su barbilla pensativa— una clase de Edo Tensei pero es algo extraño, sus ojos no se parecen en nada a los de los cadáveres reanimados con ese jutsu, tendrías que investiga más.
—¿Es más humano que marioneta?
—Me atrevería a decir que si, un 60 por ciento, su piel es humana al igual que su cabello y me temo que sus ojos— Tsunade suspiró — aunque hay algo que me molesta y es la parte del corazón, déjame analizarlo más y te daré respuestas concretas.
Kankuro asintió con una expresión preocupada, dio unos pasos hacia atrás entrando al cuarto y se sorprendió al ver que estaba vacio.
—¿Shin?— alarmado buscó por toda la habitación y se detuvo en seco cuando vio la ventana abierta— Maldición.
—¿Que es lo que esperas? ve a buscarlo— Tsunade le miró seriamente— hasta que no sepamos lo que es, Ebizo podría tener razón en sus sospechas, puede ser peligroso.
Respiró agitada y observó que la combinación de sus dragones de viento y diferentes tipos de espadas tal vez no habían sido la mejor idea que había tenido en años.
Pensó que tal vez habría tenido un poco más de inspiración si Neji estuviera con ella entrenando.
—Tenias que jugar al héroe ¿verdad?— frunció el ceño irritada mirando hacia el cielo apuntando una de sus espadas.
Suspiró cuando hizo un movimiento de manos para regresar todas espadas al pergamino grande extendido en el centro del campo de entrenamiento, tomó el pergamino en su espalda y se dispuso a irse.
Cuando volteó se dio cuenta de que no se encontraba sola.
Un niño estaba frente a ella, Tenten observó su particular color de cabello y sus ojos que era lo que más llamaba la atención, dorados.
La chica notó cierto brillo en ellos que fue como un parpadeo y luego desapareció.
—Hola— Tenten se sonrió hacía el amigable— ¿Estás perdido?
El niño le sonrió y a Tenten le pareció que estaba emocionando, se acercó a ella y se detuvo a una distancia considerable frente a la chica sin dejar de verla aún sonriendo.
Tenten se puso nerviosa al ver que no respondía, se arrodilló a la altura del niño.
—¿Cómo te llamas?, no te había visto en la aldea, ¿estás buscando a alguien?
El chico contestó levantando su mano y señaló al pecho de la castaña, Tenten miró sin entender.
—Mi nombre es Tenten— pensando que a eso se refería al señalarla.
De inmediato el niño dejó de apuntar a su pecho y extendió su mano hacia ella con la palma hacía arriba y Tenten miró extrañada y al final tomó la pequeña mano sonriéndole al niño.
El dorso de la mano de Tenten brillo y algo negro se formó en el de inmediato, Tenten observó con atención retirando rápidamente la mano asustada.
En ella había un número escrito.
2:12:60
Abrió los ojos sorprendida cuando el último 60 se cambió a 59 y después a 58 como una cuenta regresiva en el.
—¿Que...— Tenten se quedó sin palabras y luego miró al niño que aún la miraba atentamente sonriendo feliz.
—¡Shin!— Los dos voltearon a ver a Kankuro que corría hacia ellos agitado— ¿Tenten?, ¿Qué haces aquí?
Tenten frunció el ceño de inmediato viendo al castaño.
—¿Qué te parece que hago? esta es mi aldea idiota— lo observó con enojó.
Ahí estaba al último ninja que ella quería ver desde hace años después de aquel "incidente"
Cuando Kankuro se topó de nuevo con los ojos castaños de la chica sintió de nuevo ese salto del pecho que sentía cada vez que la veía.
Apretó los puños desviando su mirada, por supuesto ella seguía enojada con él.
Y luego de unos segundos reaccionó al ver a Shin sonríendo hacia él y miró extrañado y luego cada detalle en el cuerpo de la chica, y aunque le pareció más bonita de lo que había sido hace un año que no la veía su mirada se detuvo en sus muñecas.
—¿Que...que diablos es lo que tienes en las muñecas?— Tenten dejó de mirarlo enojada cuando levantó las dos manos observando en sus dos muñecas cadenas en ellas, así como los números parecían estar hechos de tinta—¿Tenten?, aléjate del niño ahora.
Tenten le miró sin entender y en ese momento sintió una fuerte pulsada en el pecho y sus ojos se sintieron cansados así como todo su cuerpo, lo único que observó antes de caer inconsciente al suelo fueron los ojos dorados de aquel niño que la veía ya sin una sonrisa en su rostro.
Pff tarde mucho en actualizar esta historia pero al fin está listo, gracias por leer:3 cuídense mucho
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