|CAPÍTULO 33|
Maratón final 1/3 ♥
—¿Nerviosa? —pregunta Fresita.
Niego con la cabeza, pero de mi boca sale lo contrario.
—Sí.
—Puede que hoy conozcas al amor de tu vida —añade Ashley; ya la hemos puesto al día con el tema de 1Fan y aunque hubo un poco de incomodidad de su parte porque no se lo conté antes, ha preferido emocionarse conmigo—. No estés nerviosa.
—Es fácil decirlo. Sigo temiendo que se arrepienta ahora... o después de conocerme.
—¿Por qué se arrepentiría después? —dice Ash—. Está super enamorado... o enamorada de ti.
—Pues por eso. ¿Y si es Sam? Es obvio que no le voy a corresponder.
—Es decir que estás predispuesta a corresponderle si es un chico —tantea Fresita. Elevo la vista de golpe y me encojo de hombros.
—No del todo, pero tampoco me negaría a la posibilidad.
—¿Y qué hay de Brad? —dice de nuevo Ash—. No has hablado con él.
Estas noches que he tenido para reflexionar varias cosas he concluído que yo quiero mucho a Brad, que de verdad me gusta y que no le veo ningún contra por el momento para lanzarme y pedirle u ofrecerle una oportunidad; si no lo he hecho es por respeto a 1Fan, no quiero que piense que justo ahora que decidió aparecer he optado por empezar de nuevo con Brad. A decir verdad, si él o ella no me hubiera dicho que se me iba a presentar hoy, ya habría vuelto con él porque muy adentro sé que es a él a quien quiero... o eso creo. Maldita confusión.
Vale, lo admito, estoy muy confundida pero cualquier balanza hasta el momento se inclina más a que Brad me conviene y me respeta y me quiere, no le veo lo negativo y... es por eso que lo dudo tanto. Puede que luego de pasar todo lo que me ha pasado no me acaba de cuadrar que todo sea tan perfecto y en el intento de buscarle lo malo baila mi duda.
—De hoy no pasa. Veré qué pasa con 1Fan y tras las cosas aclaradas, hablaré con Brad. Sea como sea no quiero seguir siendo indiferente con él, lo extraño así sea como amigo.
Fresita y Ash comparten una mirada algo angustiada y sé que ambas tienen en su mente que tal vez estoy tomando a Brad como segunda opción, pero omiten decir cualquier cosa.
Estamos cerca de los vestidores pues ya en un rato debo cambiarme para animar al equipo; mi vista se detiene en un grupo que va entrando al área compartida y entre ellos está Ethan. Paseando su mirada se encuentra con la mía y me sonríe; las cosas entre nosotros no quedaron de lo mejor porque lo traté mal en el momento de mi ira, mas debo aceptar que el gesto que tuvo de hacer que Brenda hablara mientras yo escuchaba, valió mucho para mí.
Sin pensarlo dos veces me levanto del suelo donde estamos y me dirijo hacia Ethan.
—Ya vengo —les digo a mis amigas que me miran curiosa. Al llegar a él le sonrío—. Hola.
—Hola.
—¿Hablamos un momento?
Parece un poco desconcertado pero asiente y camina hacia afuera de los vestidores, lo suficiente para que ya no estemos en el campo visual de mis amigas o de sus compañeros.
—Dime.
—Quiero agradecerte.
—¿Por qué?
—Por lo que hiciste con Brenda, hacerla hablar... te había dicho lo confundida que estaba por todo el tema de Brad y que dejaras que yo escuchara todo eso de ella hizo que dejara de verlo a él como el malo, así que gracias.
Ethan balbucea un poco, como si no esperase que yo le dijera eso luego de cada ofensa que le ofrecí antes.
—Primero, de verdad lamento todo lo que pasó entre nosotros, ya sabes, incluso lo del pasado que no te incluye. Alguna vez te dije que de algún modo todo lo que hacía con o por ti me salía mal y eso se volvió la norma entre nosotros. Siento que de no haber metido la pata en el principio, nosotros...
—No lo digas. Las cosas pasan por algo y mi mamá decía que lo que nos conviene simplemente se da, así que no hay que lamentarse por lo que no fue.
Ethan asiente.
—Soy sincero al decir que quisiera conservar tu amistad.
Muerdo mi labio y entrelazo mis propias manos con un poco de incomodidad en la espalda por querer decir cosas que mi mente me grita que son groseras pero mi corazón me impulsa a que por mi bien las saque de la garganta.
—Sé que la mayoría de los problemas no me incluyen, Ethan, pero algunos sí y aunque lamento haberte dicho cosas hirientes en el calor del momento, no retiro nada de lo dicho, quizás lo hubiera querido decir de otra manera, pero... me entiendes, ¿sí? —Ethan asiente de nuevo—. Me cuesta verte como amigo y no quiero ser tan hipócrita como para fingir que te quiero como tal cuando no es así... por ahora. No te veo como una mala persona, Ethan, ni tengo rencores u odios contigo, no es que te vaya a mirar mal o a insultarte cada vez que te vea —Eso lo hace sonreír un poco—, pero no te voy a ofrecer mi amistad.
—¿Por ahora? —aventura.
—Por ahora —confirmo, dándole condicionalidad al tiempo y a sus actos para que quizás eso cambie más adelante.
—Me conformo.
—Y lo que hiciste por mí, de verdad que lo aprecio mucho. Así que volviendo al comienzo... gracias.
—Me sentiría feliz de tomar todo el crédito, pero en pro de sumar puntos a mi buena disposición contigo, te confieso que no todo es gracias a mí.
—Bueno, fue Fran quien me llevó allí, pero tú se lo pediste y eso es lo mismo.
—¿Te dijo eso? —cuestiona un poco sorprendido.
Arrugo la frente.
—Sí. Me dijo que le pediste llevarme allí porque era una ofrenda de paz o algo así.
—No fue así, fue ese chico raro el de la idea.
—¿Qué?
—Sí. Él es amigo de Brenda, pocos lo sabemos, pero lo es, tú misma lo escuchaste. Yo la verdad no sabía que lo del beso con Brad era un engaño de ella, te lo juro, yo ni siquiera había querido hablarlo con Brad así que ni supe su versión. Fue Franco quien ese día se acercó y me dijo que él sabía la verdad, obviamente no le creí porque es un rarito que no me cae muy bien, pero me lo aseguró.
»Luego me dijo que si le podía hacer un favor y me pidió que hiciera hablar a Brenda, que ella confiaba en mí y que por orgullosa de sus actos me lo iba a decir todo, le pregunté que para qué querría yo saber el chisme de su propia boca y ahí me dijo que él se iba a encargar de que estuvieras escuchando y arreglamos para que fuera en la gradería. Sí admito que estaba un poco reacio a hacerle eso a Brenda pero a fin de cuentas entre ella y tú, quien merece más amabilidad eres tú... y sí le pedí que te dijera que era una ofrenda de paz, eso es verdad, pero yo solo ayudé.
Siento un vacío de vértigo en el estómago al escuchar eso; Fran ya me confesó que sí es algo así como un buen amigo de la loca pero ni siquiera insinuó que él hubiera planeado eso. Él mismo sabe lo agradecida que estuve con el gesto así que no entiendo por qué quiso de algún modo darle todo el crédito a Ethan, con quien sabía, no me llevo de maravilla ahora.
—No me lo dijo —susurro, más para mí pero él lo escucha.
—No sé el motivo, pero lo que te digo es verdad. Además, creo que yo también necesitaba escuchar a Brenda decir eso. —Agacha la mirada y se sonroja un poco—. Sé que lo escuchaste todo, incluido cuando le dije que yo de verdad la quería. Brenda y yo tenemos mucho en común pero es cierto que ella no actúa como debería.
—No quiero hablar más de Brenda —manifiesto—. Me quedó claro que me odia y aunque no sé el motivo, tampoco me interesa una reconciliación. —Aún siento un pequeño nudo de confusión en la garganta, quisiera ir ya corriendo a interrogar a Fran y a la vez quiero irme a casa y no saber de nadie—. Gracias por decírmelo.
—¿Te puedo decir una cosa más?
—Claro.
—Mi relación con Brad no está en su mejor etapa, todos lo saben y creo que aún siento un algo por ti, ¿sabes? Pero me siento empujado a decirte que tú y él deberían estar juntos. —Mis ojos encuentran los suyos y sé que no hay precisamente alegría en los míos, más bien desconcierto y extrañeza—. Brad es una buena persona y te puedo dar fe, basado en los años de conocerlo y en el cariño que a pesar de todo le tengo, que te quiere. Desde que llegaste le has gustado; cuando supo que yo te iba a invitar a salir por una apuesta con Brenda tuvimos una fea discusión porque él te defendió a capa y espada, una vez te conté eso.
—Cualquiera lo haría, lo que hiciste es malo —espeto.
—No Brad. Él sabe que no soy un santo pero nunca se mete en mis asuntos, si hubiera sido otra persona él solo lo hubiera ignorado, pero contigo no. Por esos días estábamos intentando recuperar nuestra amistad, no sé si recuerdas pero cuando te invité a salir mientras estabas trabajando, él estaba con nosotros en la mesa.
—Sí, recuerdo. —Sacudo la cabeza en medio de un enredo—. Espera, tú ya me habías contado que esa noche discutieron, ese día me di cuenta de que te había defendido en vano.
Frunce el ceño, como si no recordara que ya me lo había contado, e irónicamente, igual que la primera vez, es en medio de una especie de disculpa.
—¿Te dije lo que pasó en la discusión?
—No, solo que discutieron y que Brad me defendió.
—Vale, entonces te cuento. —Aunque algo de mí se niega a escuchar más cosas pasadas, solo le asiento—. Ahí cuando Brenda me ofreció la apuesta fue cuando todo con Brad se fue al caño. Le reclamé que en el pasado no habríamos dejado que nuestra amistad se dividiera por una chica, en este caso tú, y él recalcó que no había amistad a la cual aludir. Me dolió y le dije que no se metiera y ese enojo hizo que me dieran más ganas de cumplir con la apuesta. Él terminó diciéndome que hiciera lo que me diera la gana pero que él no iba a quedarse callado con su opinión.
Tengo un corto circuito en las neuronas y recuerdo todo por esas épocas como si hubiera sido literalmente ayer. Yo ya había sacado esa conclusión antes pero ahora con la explicación todo toma más significado; yo había pensado que el que Brad me dijera que Ethan no me convenía era algo que haría por cualquier chica porque él es buena persona y ya pero ahora Ethan me dice que era por mí, que en otro caso no habría dicho nada... fue por mí específicamente.
—Ahora todo tiene más sentido.
—Supongo que sí. Él te quiere, Emily y aunque al principio yo quería tener algo contigo, con el tiempo me fui dando cuenta de que él puede ofrecerte lo que mereces, lo que yo no puedo. La lealtad de la que se ha demostrado, yo carezco.
La confusión que he albergado hacia el tema con Brad se disipa un poco al saber más de la verdad. Cuando a ellos refiere siento que nunca terminaré de saber todo lo que han hecho o han dicho sobre o por mí, pero le creo a Ethan y mi cariño por Brad se amplifica.
Antes de que le responda a Ethan veo a Brenda que viene con un par de amigas camino a los vestidores. Si ella no hubiera ofrecido esa apuesta en primer lugar las cosas no serían tan mierda como lo son ahora; me ha tenido entre ceja y ceja y eso aunque no lo quiera, me ha afectado mucho directa e indirectamente. Ya estoy aburrida de jugar el papel de la buena que alude a su buen corazón incluso hacia alguien que la odia; no, no más, Dios sabe que yo no soy una mala persona y por eso sé que no merezco su odio o el de nadie, al menos no porque yo les haya hecho algo.
Cuando Brenda nos observa, primero a él con indiferencia y luego a mí con desdén, me decido a no ser más la tonta que solo deja que le pasen por encima por temor a hacer eso mismo con alguien más. Brenda se pierde por las puertas del vestidor de mujeres y dejando a Ethan con la palabra en la boca, la sigo.
Mis amigas siguen cerca de la puerta y al verme entrar con el gesto serio, se levantan y van tras de mí. Aparte de Brenda y sus dos amigas nadie más ha llegado.
—Brenda —llamo, mi voz suena enojada. Veo a mis amigas ponerse ambas tras de mí—. ¿Cuál es tu problema conmigo?
Si se sorprende de mi tono, no lo demuestra, de hecho actúa como si fuera una pared la que le habla. Eso solo logra que mi rostro enrojezca pero esta vez de enojo.
—No sé de qué hablas.
Me acerco a pasos rápidos. Sus dos amigas en reflejo retroceden y las mías se quedan en su lugar; Brenda ni se inmuta y ya que es un poquito más alta, enaltece más el mentón como si quisiera recalcar que ella es más valiosa que yo.
—Desde que llegué a Winston me has odiado sin motivo alguno. No me trago esa mierda de que crees que soy una frente a la gente y otra por dentro. Yo no soy mala con nadie, no he planeado ser quien soy acá en Winston, no fue mi intención sentir algo por Ethan o que él lo sintiera por mí, no es mi culpa que Ashley quiera ser mi amiga o que las porristas me tengan aprecio, dime qué carajos te he hecho.
Mis ojos arden y quisiera llorar de la rabia que siento.
—No debiste llegar y llamar la atención de todo el mundo —espeta en voz muy bajita. Yo estoy a pocos centímetros de ella y por eso escucho pero dudo que mis amigas o las suyas la oigan—. Llegaste a ocupar el puesto que yo tenía con ellos, tú, con una estúpida sonrisa te los has ganado a todos.
—¿Y cómo es eso mi culpa? No puedo influir en lo que los demás sientan y si yo les agrado no es mi culpa. Si nadie te quiere acá o en cualquier lado, nunca será culpa de nadie sino tuya.
Veo sus ojos vidriosos también pero lejos de ser lágrimas de algún sentimiento compasivo, noble o arrepentido, es uno de furia y aquí noto lo mucho que me odia... y sigo sin comprender.
—¡Porque todo se te hace tan fácil, Emily! —explota—. Hacer amigos, tener trabajo, tener una familia perfecta, gente que te ama, ser feliz, ¡todo! ¡Y no es justo!
—¡¿Justo con quién?!
—¡Conmigo! —Su voz resuena en el lugar y noto que alguna de las que están acá ha cerrado la puerta para que nadie entre u oiga nada. Ahora la voz de Brenda sale en grito, perdiendo por completo la compostura—. ¡Me quema pensar que tú lo tienes todo en la palma de la mano porque no mereces nada y yo sí! ¡¿Yo que tengo?! Reputación y pasado, eso es todo. Y a ti la vida te sonríe como si fueras un puto ángel, tienes un trabajo como pasatiempo porque tienes la libertad de tenerlo, Brad es romántico contigo, Ashley te ofrece la amistad más sincera del mundo, tienes todo en la vida perfecto y no es justo porque es como si todos y todo te pusieran en un altar solo por joderme a mí.
—¡Eso no es culpa mía! Y en todo caso, eso no es cierto.
La lágrima de Brenda baja al mismo tiempo que la mía, sus ojos llamean y aprieta la mandíbula.
—¡Claro que lo es!
—¡¿Piensas que mi vida es perfecta?! —chillo, con los puños apretados—. ¡¿Perfecta, Brenda?! ¡Trabajo para ayudarle a mi papá con las cuentas de la casa, no es un pasatiempo, Ashley es mi amiga porque quiere, Brad no está conmigo pensando en perjudicarte, tengo dos hermanas pequeñas a las que debo ayudar a criar y mi madre murió el año pasado! ¡No vengas a decirme que mi vida es perfecta porque más equivocada no puedes estar! ¡Deja de canalizar tus problemas en mí porque no es justo! ¡Que la gente no te quiera es culpa de tu carácter de mierda y no de la amabilidad de los demás que te rodean!
Cuando me callo por falta de aire me arrepiento de inmediato de lo que he dicho porque aparte de que me desencadena más llanto, no quería contarle mi vida a Brenda, nadie debe saber eso, no quiero la compasión de los demás ni que se rieguen más chismes con mi nombre y conociéndola, me imagino que para hoy en la noche ya todos sabrán que mi mamá ya no está conmigo.
Mi arrebato parece también callar y bajarle los humos a Brenda, que ahora luce esa expresión indeseable de lástima, aunque pronto la recompone para la de indiferencia y desprecio de siempre. Aún con los ojos llorosos pero con gesto enojado, habla entre dientes.
—No me interesa.
—Renuncio —digo de inmediato—. Renuncio a tus porristas, a tu equipo, a intentar que no me odies. No merezco esta mierda, nadie la merece.
—No puedes abandonar el equipo —espeta.
—Pues a ver cómo me obligas a bailar en cada partido entonces.
—Teníamos un trato.
—Trato que se rompió cuando engañaste a Brad para que te besara. —Cierra la boca de golpe—. Ya lo sé todo. Y ese tipo de cosas rompen tu parte del trato en el que me debías respeto. Aunque no te preocupes, les diré a las demás que me doblé un tobillo o algo, tranquila, tu preciado equipo no se va a desintegrar.
Agacha el mentón y me observa con más furia que nunca; no era mi intención empezar a agradarle pero tampoco que me odiara más, que es lo que sí he conseguido. El semblante odioso de Brenda vuelve junto a sus palabras.
—Eres una estúpida.
—Pero al menos no estoy resentida con la vida y esparciendo odio injustamente. —Doy media vuelta, guardando espacio entre ambas—. Hoy bailaré y mañana te devuelvo el uniforme.
Al caminar hacia la salida, me cruzo con mis amigas que tienen sus ojos llororos pero una sonrisa de orgullo en los labios. Me ubico en la esquina y sin prestar más atención a las demás, me propongo a colocarme mi uniforme; Fresita abre la puerta y se ve claramente que tres de las porristas estaban ahí al otro lado escuchando todo, mas ingresan en silencio, como si nada. Brenda finge que nada pasó y las demás actúan de la misma manera, incluyéndome.
Tengo el corazón a mil por hora y las mejillas húmedas pero me seco las lágrimas con brusquedad y me ato el cabello en una coleta alta, dispuesta a elevar el mentón ante cualquiera que quiera mirarme con compasión si es que escucharon lo que dije.
—¿Estás bien? —murmura Ash, sobando mi espalda con cariño. Fresita flaquea el otro lado por lo que me tapan del resto de personas dentro del vestidor—. Eso fue muy valiente.
—Estoy bien.
—Mira los dos lados positivos —apunta Cris—. Uno, ya renunciaste a esto y no tendrás que ver a Brenda en los ensayos.
—¿Y la otra?
—Dentro de poco conocerás a 1Fan.
Siendo consciente de mi aspecto y mi humor, me pesa un poco eso pero aún con todo, sonrío. Espero que el día se me mejore de acá al finalizar el partido.
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