20:"Creí haber visto..."
Capítulo anterior:
—Sí —Dijo Eliz con emoción —¿Por qué lo dudas?
—Esque no puedo creer que un hermoso Ángel sea mí novia.
—¿Ángel?
—Sin ti estaría muerto, o en un hospital psiquiátrico... llegaste a mí vida para salvarme. —Respondió comenzando a besarla.
Y el chocolate caliente ya no era de importancia.
Al día siguiente:
Harry le pidió de favor a Eliz que recogiera a Cheryl ese día, ya que como el no tenía auto y aún debía estar en reposo, no podía recogerla él.
Cuando Eliz llegó a casa de Harry junto con la pequeña, encontron a este último tirado en el sillón durmiendo. Las dos sin hacer ruido, subieron a la habitación de Cheryl, que dejó su mochila en su cama.
—¿Quieres comer pasta? —Preguntó Eliz.
—¿Tú y el tío Harry son novios? —Preguntó Cheryl ignorando la pregunta de la chica a la que tomó por sorpresa.
—¿Por qué lo preguntas?
—Esque ayer, después de que te fuiste, encontré a Harry brincando en su...
—¿Brincando? se supone que está en reposo —Interrumpio Eliz.
—Eso no importa —Dijo Cheryl —Estaba brincando en su cama diciendo una y otra vez ¡Sí!, le pregunté que le pasaba y me dijo que fuera a ver Bob esponja, luego hice como si me fuera y vi por el espejo su reflejo, estaba cantando con un cepillo: ¡Eliz y yo! ¡Eliz y yo! ¡Eliz y yo somos novios!.
Eliz río ante ese comentario, una imagen de Harry con un cepillo en su mano y cantando era algo que tenía que ver en vivo.
—Y hacía movimientos extraños con sus manos. —Agregó Cheryl. —¿Entonces es cierto?
—Tal vez, puede ser, sí.
Cheryl gritó tan fuerte que tuvo que taparse los oídos.
—Shh, puedes despertar a Harr...
—¡Tengo una tía! ¡Tengo una tía! —Cantó la pequeña mientras salía corriendo de la habitación.
Eliz bajó las escaleras, justo por donde había pasado la pequeña segundos antes.
—¡Cheryl, no hagas rui...!
—¿Qué esta pasando? —Se escuchó la ronca voz del que ahora era su novio.
Ay Cheryl...
—¡Tengo una tía! —Gritó la niña una vez mas, brincando en los sillones.
—Basta Cheryl, te vas a caer —Dijo Harry aún adormilado.
—¡Esque tengo una tía!
—¿De qué estás hablando?
—¡De Elizabeth! —Dijo Cheryl.
La mencionada se sorprendió al escuchar su nombre completo viniendo de la pequeña.
El chico rizado se congeló, ¿Cómo es qué Cheryl lo sabe?, miró a su novia que se encogió de hombros.
—Te escucho ayer mientras dabas un concierto con un cepillo —Le explicó riendo.
Harry levantó las cejas y luego bajó la cabeza avergonzado, pero después miró de nuevo a Eliz con una sonrisa torcida en la boca. Iba a hablar pero su sobrina lo interrumpió.
—¡Debiste verlo! ¡Parecía un borracho loco!
—¡No es verdad! —Se defendio Harry.
—¿Alguien quiere pasta? —Preguntó Eliz.
Fue ignorada por el chico y la niña que seguían discutiendo a modo de juego. Se encogió de hombros y se fue a la cocina. Sacó de una alacena un paquete de espaguetis y puso una cacerlola con agua en la estufa esperando a que se caliente un poco.
Abrió el paquete de pasta y cuando estaba a punto de vaciarlos en la cacerola, unas manos en su cintura y un ¡Buuu! la asustó, provocando que todos los espaguetis se regaran por la estufa, el suelo y algunos hasta en su ropa.
—¡Lo siento! —Murmuró Harry riendo —Quería asustarte...
—Y lo conseguiste —Dijo Eliz queriendo reír.
Ella se agachó y comenzó a recoger los espaguetis. El también se agachó y le tomó las manos.
—Así dejalos —Le dijo levantandose, haciendo que ella también se levantara —¿Te parece si vamos a un restaurante?
Eliz sonrió y asintió. Levantaron los espaguetis, los lavaron y los dejaron en el fregadero.
Se colocaron un abrigo, la temperatura seguía muy baja, y salieron hacía el auto de Eliz, Cheryl corrió y se subió en el asiento trasero.
—¿Puedo manejar? —Preguntó Harry.
—¿Sabes manejar? —Preguntó Eliz.
—¡Hey! que ni tenga auto no significa que no sepa.
—Yo creo que no estás en condiciones de...
—Estoy bien —Dijo Harry tomandola de las manos y dandole un casto beso en los labios.
—Bien.
Le tendió las llaves en sus manos. Casi pudo ver la imagen de un niño emocionado, como si fuera la primera vez que conducía, era muy tierno.
Los dos rodearon el auto y Harry le abrió la puerta.
—Pase usted señorita Martelli —Le dijo.
—Gracias señor Styles —Le respondió sonriendo.
Harry rodeó de nuevo el auto y entró por el lado del piloto. Una vez que cerró la puerta del coche suspiró.
—Hace mucho que no manejo, creo que estoy un poco oxidado, pero por si acaso ¿Tiene seguro tu auto?
Eliz lo miro horrorizada.
—Es broma cariño, no dejaría que les pasara nada a las dos mujeres que mas amo en la vida.
A las dos mujeres que mas amo ena vida...
Ella sonrió y Harry puso el auto en marcha.
—¿A qué restaurante vamos? —Preguntó Cheryl desde el asiento de atrás.
—Es una sorpresa —Respondió Harry regalandole una sonrisa por el retrovisor.
—¿Después podemos ir con la abuela?
El amiente cambió repentinamente, y la sonrisa de Harry desapareció. Eliz puso su mano en la rodilla de él y la apreto.
Cheryl seguía esperando una respuesta atentamente. Harry se aclaró la garganta.
—No creo que eso vaya ser...
—¡Pero tenemos que darle la noticia de que ustedes son novios y...!
—Ella ya lo sabe Cheryl
—Pero...
—No Cheryl, em, Eliz tiene algo que hacer y se llevará su coche después de comer.
—Pero podemos irnos en tax...
—¡Que no Cheryl! —Gritó Harry con una voz profunda.
La pequeña se sobresalto, jamás en su corta vida le había gritado su tío. Hasta Eliz se sorprendió por el tono de voz.
—Pero ¿por qué no?
—Después de la comida vamos a hablar, pero por favor ahora disfruta el trayecto y no preguntes nada más ¿Entendido? —Dijo lanzandole una rápida mirada por el retrovisor.
Cheryl sólo asintió con la cabeza abajo. Harry se sintió mal por haberle gritado, pero no se le ocurrió otra cosa que hacer en esr momento. Quería disfrutar el paseo, no arruinarlo.
Eliz comenzó una platica sobre un documental que vio sobre el mar para aligerar el ambiente, que por suerte, sirvió.
Una vez que llegaron al lugar, Eliz no pudo evitar sonreír. Era un restaurante italiano.
—¿Irónico, no? —Preguntó Harry.
Cuando entraron al lugar Cheryl ya estaba más animada, pero hablaba más con Eliz que con Harry. El se sintió dolido, pero no dijo nada.
Pidieron lasaña y pizza, refresco de manzana y jugo para Cheryl.
Mientras comían Harry volteó hacía el mostrador al mismo tiempp que daba un sorbo a su refresco, para ver que más tenían ahí de comida, pero casi escupe el líquido, Eliz al ver eso se asustó y miró hacía donde él lo hacía. Frunció el ceño.
—¿Estás bien? Te ves muy palido.
—Yo, ah, yo...
—¿Qué pasa?
—Nada —Susurró Harry haciendo un ademán con la mano para restarle importancia.
Pero seguía pálido.
—Harry ¿Qué pasa?
—Esque, no es nad...
—No Harry, ¿Qué pasa?
Él suspiró.
—Sólo, no vayas a creer que me volví loco.
Eliz negó con la cabeza.
—Creí haber visto a mi mamá, pero no...
—¿A tú mamá? ¿Cómo?
—Creo que no, es difícil explicar, como que un recuerdo de éste lugar me vino a la mente y me imaginé a mi mamá sentada en una mesa de por allá, solíamos venir seguido aquí, es un lugar especial para mi.
—¿Por eso me trajiste aquí? —Preguntó Eliz.
Harry asintió, ella sonrió y le tomó la mano. Harry se acercó por encima de la mesa ye dio un beso corto a Eliz.
—¡Que asco! —Exclamó Cheryl.
—¿Asco? Ya te veré a los cuarenta años.
—¿Cuarenta?
—Sí, a esa edad te dejaré tener novio.
—Pero si tu tienes a Eliz y tienes 20...
—Pero yo soy tu tío.
—¿Y eso qué?
—Que cuando tengas un novio, si se besan, lo voy a golpear.
—La violencia es mala ¿Verdad Eliz?
La chica asintió riéndose, era entretenido ver discutiendo a un tío con su sobrina siempre.
Después de comer regresaron de nuevo a casa de Harry, cuando llegaron él le dijo a su sobrina que esperara en su habitación porque tenía que hablar con ella de algo.
Era hora de que supiera la verdad.
Harry miró a Eliz y se rasco la
nuca incómodo.
—Yo... no quiero que te vayas, pero tengo que hablar con Cheryl, sobre... ya sabes, y...
—Esta bien Harry, yo tengo tarea de la universidad para hacer, que por cierto tengo tus deberes, si quieres te los doy mañana.
—Perfecto—Dijo Harry.
Luego la abrazó y le dio un corto -pero con mucho amor- beso.
Como amaba hacer eso, ahora que podía hacerlo con total libertad.
—Nos vemos mañana —Dijo Eliz.
—Hasta mañana cariño —Respondió Harry.
Cariño, cariño, cariiiño. Amaba esa palabra.
Eliz se montó en su coche mientras Harry la despedía con una mano por la ventana. Una vez que arrancó y ya no se vio más por la calle, se separó de la ventana y suspiro.
Tenía que contárselo algún día a su sobrina, no lo podía seguir ocultando.
Aunque no quisiera, tenía que decirle que su abuela no estaba más con ellos.
Subió las escaleras y entró al cuarto de Cheryl, la vio ahí sentada haciendo su tarea mientras veía las chicas superpoderosas en la televisión con una expresión muy alegre.
Le dolería decírselo. Le dolería ver desaparecer esa alegría de su rostro.
Pero tenía que hacerlo.
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