Harry odiaba a los psicológos.

No es que fuera a odiar a Eliz si ella estudiaba éso,  pero simplemente no le gustaba ir con una persona desconocida y contarle todo sobre su vida.

Sabía que iba a llorar si le contaba todo a la persona que lo atendiera. Y no quería llorar, no quería sentirse debil.

Harry seguía en el hospital, Eliz había salido por un café y también a ver cómo estaba Cheryl en la guardería. El psicólogo iría a la habitación de Harry, ya que el aún estaba un poco (a decir verdad, muy) débil. Sólo llevaba un día ahí y le dolía todo el cuerpo.

La puerta se abrió dejando ver a Eliz con el café capuchino en la mano. Detrás de ella estaba un señor viejo con lentes muy gruesos y una bata. En su placa decía: "Dr. Alexander Hyde. Psicológico".

<Viejo amargado, vaya y metase en sus problemas> Pensó Harry.

—Buenos días joven— Saludó el psicólogo.

— Buenos días — Dijo Harry serio.

—Mi nombre es Alexander Hyde y soy el psicólogo de este hospital, el doctor dijo que usted necesitaba yn tratamiento psicológico,  ¿Vamos a ver si es cierto?

—Claro— Respondió Harry.

—¿ Desea que esté aquí la señorita o prefiere que se retire?

—Que se quede.

— Bien

El psicólogo se sentó al lado de la cama y Eliz ayudó a Harry a levantar con un control la cama y que Harry pudiera sentarse.

— En la primera sesión escuchamos al paciente para determinar cuál es el motivo que le lleva a consultar. A veces está clara cuál es la petición de ayuda, pero a menudo es necesario ayudar a clarificar los objetivos que se persiguen realmente. — Dijo Alexander.

— Éste es el trabajo del psicólogo en la primera consulta: facilitar que puedas sentir la confianza para expresarte libremente, de cara a encontrar soluciones a los problemas que planteas. En ocasiones, el paciente no sabe qué tiene que decir o qué se espera de él.-Dijo haciendo una pausa.

— En realidad, lo único que esperamos del paciente es que esté dispuesto a dejarse ayudar. Nuestro trabajo consiste en darte las herramientas y la ayuda necesaria para que llegues a encontrarte bien — Dijo enfatizando cada una de las palabras.

— Tras esclarecer la demanda del paciente, se determina si puede estar sufriendo algún trastorno que requiera tratamiento psicológico, si es necesario realizar una exploración en mayor profundidad o si es preciso derivar al paciente a otro tipo de profesional, dada la problemática que presenta, algunas veces, con una consulta es suficiente para normalizar la problemática que presenta el paciente y no es necesario iniciar tratamiento psicológico. — Explicó.

<Aburrido>Pensó Harry.

— Cuando la persona sufre un problema psicológico que requiere un tratamiento, entonces se valoran las distintas opciones y se elije un tratamiento adaptado a la problemática y las circunstancias particulares del paciente, en estos tratamientos nos fijamos objetivos concretos, unos plazos de tratamiento cortos y se emplean estrategias de terapia cómo terapia individual, terapia de pareja o terapia familiar.

A Harry se le hizo un nudo en la garganta. Si necesitaba terapia tendría que escoger la individual, no tenía de otra.

— En la terapia individual te ayudamos a que tengas un mayor conocimiento sobre ti mismo. Te ayudamos a entender tus emociones, tus conductas… y cómo tus pensamientos dan forma a tu malestar. De esta forma aprendes a dominar tus emociones negativas, mejoras tu capacidad para tomar decisiones y desarrollas una autoestima sana, que te permite relacionarte mejor.-Dijo el psicólogo.

— Una terapia individual para problemas de ansiedad, por ejemplo, dura entre 8 y 15 sesiones; para depresiones, la duración puede ser algo mayor, acercándose a las 14 a 18 sesiones. Pero repetimos, la duración depende mucho de cada paciente y de la problemática por la que consulta — Explicó.

— Debería ser capaz de salir adelante por mi mismo, ¿ir a terapia significa que soy débil? — Preguntó Harry.

— Más bien al contrario.-Dijo el psicólogo — Acudir a terapia significa que se reconoce la necesidad de pedir ayuda y esto es un gesto valiente, pues no todo el mundo está dispuesto a reconocerlo. Muchas personas tardan en acudir al psicólogo porque sentían que tenían miedo de reconocer sus problemas ante otra persona. Además del sufrimiento que esto produce, la demora en pedir ayuda suele hacer que los problemas psicológicos se hagan más graves y el riesgo de cronicidad aumenta, entonces ¿Quieres que comencemos?

—Esta bien — Dijo Harry.

— Dime ¿Cómo te sientes ahora mismo?

— Mal.

— ¿Puedes ser mas explícito? —Preguntó con amabilidad Alexander — Es necesario que te abras y desahogues todo.

Harry suspiró.

— Mal, por cortarme, por ni ser fuerte, por no tener familia, porque fue mi culpa estar solo.

Eliz, quien estaba sentada en el sofá de la habitación hizo una mueca, Harry seguía culpandose de todo.

— ¿Por qué crees que tienes la culpa, qué fue lo que pasó?

— Mis padres murieron hace 2 años y medio, en un accidene de auto, mi madre antes de eso estaba embarazada pero por un susto que yo le cause perdió al bebe. Mi hermano murio hace unos días,  al igual que mi abuela en navidad, mi sobrina hija de mi hermano solo me tiene a mi, porque su madre la abandonó,  y yo no tengo familia, no tengo padres, ni tios, ni primos, ya no tengo hermanos y todos mis abuelos ya murieron.

— ¿Hay algo más?-Preguntó el psicólogo.

— Mi supuesta novia en la secundaria me lastimó mucho, aún me sigue doliendo — Dijo Harry negando con la cabeza. Las lágrimas querían comenzar a salir.

Las palabras salían por si solas de su boca.

—¿Tenías algún amigo o algún trabajo que hayas dejado por tratar de estar solo?

—Amigos no —Dijo Harry—Trabajaba en un Starbucks, pero ya no he ido.

—¿Sólo has tenido ese trabajo?

Harry se quedó sin habla, volteó a ver a Eliz, cómo preguntandole si debía decirle, ElIz sólo se encogió de hombros queriendo sonreír.

-S... no-Dijo Harry.

-¿Seguro? Recuerda que hay que ser sincero.

-Sí,  completamente.

De ninguna manera le contaría que era striper. No era un trabajo normal.

—Bien, ahora, ¿Cómo te desahogas?

Y esa era la pregunta que no quería que llegara.

—Cutting —Dijo Harry.

—Es por eso que estas en el hospital ¿Verdad?

Harry asintió.

— ¿Tomas alguna otra cosa?

— En realidad vino, me emborrachaba, y... antidepresivos.

— ¿Consultabas con alguien?

Harry negó.

— Me automedicaba.

El psicólogo asintió.

—¿Puedo ver los cortes que te hiciste? ¿O están vendados?

—Están vendados —Respondió Harry.

—¿Cuántos te hiciste y por qué?

—Muchos, no sé cuántos, más de 30, muchos más, y fue porque ya no aguantaba más, me quería morir.

—¿Aún quieres morir? — Preguntó el psicólogo.

Eliz volteó a ver al psicólogo inmediatamente. ¿Hacían ese tipo de preguntas a todo el mundo? Que profundo.

Harry no respondió hasta despues de segutndoa, lo que parecía una eternidad.

—Sorprendentemente no—Dijo Harry.

—¿Por qué? —Preguntó Alexander.

—Quiero cumplir mis sueños,  mis metas, quiero ser alguien en la vida, quiero ser felíz... y quiero estar con la persona que amo —Dijo Harry volteando a ver a Eliz.

El café cayó de entre las manos de ella y se esparcio en el suelo. ¿Qué era lo que él había dicho? ¿Y por qué la miraba a ella?

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Perdón si estuvo muy aburrido con el psicólogo LOL.

—Karly.