Único

Las flores eran tan bonitas, maldición el desgraciado tenía buen gusto, a demás de que el peluche era tan tierno.

—Tranquilo me estas empezando a fastidiar, todo saldrá bien.—Gavi tenía ganas de darle un golpe ya, mira que estar preguntando a cada rato si se veía bien, si su pelo estaba bien, Pedri estaba a nada de subir por las paredes de lo nervioso que estaba.

—Eres perfecto.—No se arrepentía de decir esas palabras, Pedri lo era, era perfecto.

—Gracias, gracias por ayudarme en estos momentos.

Era el día de los enamorados, un día en dónde todos tenían, o tomaban el valor suficiente para declarar sus sentimientos a esa persona especial.

Hoy Pedri con insistencia de Gavi, iba a decirle a Ferran que lleva enamorado de él desde hace tiempo, fue difícil convencer al canario, pero Gavi se las ingenio.

Porque... ¿Qué mejor acto de amor le puedes dar a la persona que amas? Que reunirlo con su amado.

Gavi estaba feliz por Pedri, aun que en un principio hubiera dolido, ahora sabía que era lo correcto, al ver la sonrisa más dulce y los ojos más brillantes de su amigo, sabía que Pedri iba a ser muy feliz con Ferran.

Así que se propuso hacer eso, reunir a dos idiotas enamorados. Lo preparo todo, el lugar, las flores y al futuro novio.

A Pedri por poco y no lo noquea para que se dejase arreglar, pero ahora ya todo era perfecto.

—Ya esta por llegar.—Dice el sevillano, al ver en una de las ventanas el auto de Ferran.

—Ay Dios...

—Mira Pedro González, si llegas a cagarla, juro que te mato, me esforcé muchísimo para esto, mas te vale no acobardarte.

Pedri sonrió y sin poder evitarlo, le dio un gran abrazo a su amigo.

—Te lo agradezco mucho, de verdad no sé qué sería de mi sin ti, eres mi otra mitad, mi compañero de crímenes, somos uña y mugre, gracias Gavi.

Gavi quería llorar, y no por estar perdiendo a su amado, eso es una estupidez, él nunca va a perder a Pedri, siempre serán amigos y siempre van a estar el uno para el otro, quiere llorar por la felicidad que le causaba esto, sabía lo mucho que Pedri amaba a Ferran y se alegra de que él pudiera unirlos.

—Ya, ya, me vas a hacer llorar animal.—Gavi le dio unos golpecitos en la espalda y se separo del canario.

—Ahora toma las flores, yo ya tengo que irme.

—Espera, ¿Qué? ¿Cómo que irte?

—Pues sí animal, no puedo quedarme aquí, es el momento especial de los dos.

—Pe-Pero...

—Nada de peros, vamos amigo tú puedes.

Gavi sonrió y le dio un tierno beso en la frente, tuvo que ponerse de puntitas para eso, tomó su abrigo y se fue por la puerta de atrás.

Una vez a fuera, sonrió para si mismo, se sentía en paz y feliz.

—Serán muy felices, y espero que por el bien de Pedri, que su primer hijo sea mi ahijado.

Tomo rumbo hacia una de las cafeterías de Barcelona, quería un dulce café calentito, eran fechas frías.

—¡Cuidado!—Pudo escuchar el grito preocupado de un hombre, antes de sentir como era tomado por los brazos y cintura y ser jalado hacia atrás.

Cayó de cara sobre un fornido pecho, como puedo subió la mirada para encontrarse con los ojos más bonitos y azules que haya visto en su vida.

El hombre lo observó por unos momentos y luego volvió en si.

—Dios, ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? ¿Te duele algo?

El hombre no paraba de hacer preguntas mientras lo ayudaba a pararse.

—No, no, tranquilízate estoy bien, muchas gracias.—Con las mejillas sonrojadas y las manos temblando, Gavi agradecía que el frío cubriera el hecho de su cara toda roja.

—¿De verdad estas bien? Podemos ir al hospital.

—Estoy bien, de verdad.

El hombre todavía lo tenía en sus brazos, cualquiera que los viera, diría que eran una pareja de enamorados que se estaban dando un bonito abrazo.

—Bien, soy Robert.

—Pablo, pero me dicen Gavi.

—Es un bonito nombre, mira ahí hay una cafetería te invito un café y así me aseguro de que estás bien ¿Aceptas?

Gavi podría haber dicho que no, que iba con prisa, pero algo en los ojos de Robert le decían que era correcto.

—Acepto.

Quien diría que con ese "Acepto" empezaría una de las historias más bonitas, y que el próximo 14 de febrero, Gavi estaría haciendo los mismos preparativos, pero esta vez serían para él y Robert.

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