Taciturno, asi te vas, en silencio.

Me quedé amando el reflejo de un amor a medias.

cavo mi propia tumba entre las garras de tu mirada fija.

Exiliada en tu carne, me rindo a los labios húmedos de esa boca que tanto hice mía.

Eres parte de mi más oscura adicción,

estás aquí para acabarme, devorarme, sentenciarme.

Me aferro al recuerdo y a lo incierto, a esa sensación que me produce tu recuerdo.

A esa espalda tuya que arañé cada noche, con ganas de ti.

Hoy te alejas de mi, sin pudor alguno.

Hoy el frio se mete en cada partícula, en cada poro.

Agridulce,

es tu ausencia, que entre desvelos me acompaña hasta la mañana.

Son las ganas que sacio junto a cuerpos ausentes y deseos a medias.

Es ver tus ojos en cualquier rostro,

Saborear la locura que brinda el desamor, el adiós y mi cuerpo a merced de las heridas que dejaste.

Soy un simple espejo de tu desenfreno, de tu juego de cartas al azar, de tu risa nefasta.

Soy aquella que devoraba tus ansias de amar.

La misma que tantas noches jugó con tu risa, con tu alma despavorida y tus manos traviesas.

La que hoy dejas como se deja un trapo sucio en medio de la nada.

Desquiciada

Sensación que ha calado hondo entre mis huesos y se mete en mi conciencia devorando mi cordura.

Es lo único que siento al tocar la piel de un alma desconocida gritando tu nombre.

Es hundirme en la pasión desenfrenada, desgastar mi piel, apaciguar mi instinto.

Intentar crear amnesia en mis neuronas que solo piensan en tu piel de sal y en tu cuello desnudo.

Es la aberración de mi locura por tu presencia ausente,

que se ha instalado en el lado derecho de mi cama.

Cavo mi propia tumba entre las garras de tu mirada fija,

la cual solo imagino ante este delirio intermitente que se hace palpable,

en medio de esta soledad que agoniza, junto a los fragmentos de mi...

...que se fueron contigo.