Capítulo 8 (Haría todo por tenerte)
https://youtu.be/Dzr3DbVV3uQ
Despierto por los movimientos de él al despertarse, aún así no abro mis ojos. Finjo estar aún dormida.
-¿Lexa?, ¡Jodeeer!-suspira, agarrándose de la cabeza.
-¿Que pasa?-finjo acabar despertarme, abriendo mis ojos mirando fijo a los suyos.
-¿Por qué estás aquí?, ¿Por qué?...joder me duele la cabeza-se queja, sin comprender aún. Al vernos desnudos.
<<No jodas, que no recuerda>>
Lo miro fijo al verlo que está frustrado porque aún no comprende nada. Enserio me acabo de aprovechar de él.
<<Te aprovechaste de mi>>
<<Mierda me acabo de aprovechar de Aizen que estaba borracho, me puede demandar esto es un delito>>
-Aizen, ¿enserio no recuerdas?-pregunto recostando mi peso en el codo, girándome para mirarlo completamente.
-no, sino no te preguntaría...joder que lo hicimos-se auto reclama, sin dejar de recorrer mi rostro y mi seno expuesto.
-En el bar te besé, ¿te acuerdas?-digo intentando hacerlo recordar.
Su rostro está lleno de frustración y eso me hace sentirme culpable, pero al menos se que todo lo que dijo, lo dijo porque lo sentía. Se quedó un segundo pensativo mirando a la nada, cuando sus ojos se vuelven a encontrar con los míos.
-¡¿Por qué!?, Se supone que íbamos a seguir como compañeros, íbamos hacer que funcionará -dice como sino se lo pudiera creer.
-Sabes que no es cierto-capto su atención-sabes perfectamente que no podemos estar sin el otro. Aizen yo te quiero, y se que tú también lo haces-sus ojos se pierden en la nada, en lo que muerde su labio inferior.
-Tienes razón...todo lo que te dije borracho es verdad, es lo que siento. Te perdono...-lo corto.
-Yo no hice nada con...-me interrumpió el a mi.
-¡shh!, No quiero saber nada. No me lo digas... Ya te perdono-me toma de la barbilla al ver que la bajo haciendo que lo mire, una sonrisa melancólica cruza su rostro -Yo te quiero y no te quiero perder, tu quieres experimentar como todos y yo no me voy a oponer a tu libertad. Somos una cosa rara ¿no?-asiento- Casi me haces cambiar, pero no yo estaba mal, no eras tú. Tu quieres ser libre y pues estaremos juntos como una cosa rara, sin quitarle libertad al otro de hacer lo que quiera. Estaba siendo egoísta, ¿me disculpas?-habla tan convencido, como si enserio tuviera la culpa.
Al final es verdad yo y el dijimos que éramos una cosa rara, nunca dijimos que éramos una pareja así que yo no puedo juzgarlo a el, ni el a mi. Somos una cosa rara y ahora que estoy completamente clara, que aunque me duela o me ponga celosa verlo con otra tengo que asimilarlo, porque somos una cosa rara. Se acabó la guerra entre la mente y el corazón. Ganan los dos, uno me dirá cuándo tengo que parar, y el otro me dirá que si de verdad lo amo como digo, lo aceptaré por estar con él. Somos una cosa rara y me gusta. Nos amamos desde la libertad y así será. Volveré a ser la chica madura y responsable de siempre. Yo estaba equivocada nunca debería haber dejado de serlo, ni por el ni por nadie. Haré lo que quiera aún si eso les molesta o jode a los demás. Solo debe importarme a mi lo que quiero hacer, no me privaré de nada. Lo haré todo, y cada una de las cosas que quiera. Hare lo que quiera, si quiero tomar lo hare, lo que me apetezca. Mientras no lo vea, me haga la tonta. Todo esta perfecto. Porque como dice el dicho, ojos que no ven corazón que no siente. Me dolerá al principio porque yo soy así. Por mas que acepte las cosas, al final no es lo mismo que verlas, escucharla y vivirla. Yo le seré fiel, no soy como el que todo es por placer, yo tengo que tener de por medio sentimientos sino, no pasara. Verlo es algo que si no podría aguantar, es demasiado.
<<Te lo dices ahora pero luego te va a doler.>>
<<Lo superaré y seguiré. Cállate conciencia ahora no te necesito>>
-si, seremos una cosa rara-sonrío acariciando su cabello.
-no seremos una cosa rara, serás mi cosa rara-habla convencido, uniendo sus labios con los míos.
Ahora solo me queda adaptarme, solo pido que nadie me odie por mi decisión . Yo soy capaz de hacer cualquier cosa por su amor y eso hago.
-¿Echamos uno por la reconciliación?-insinúa con una sonrisa juguetona en sus labios.
-niñito-formulo con una gran sonrisa en mi rostro solo para molestarlo.
-ven aquí, que te voy a enseñar lo que te va hacer este niñito-dice con la voz llena de fastidio, tirándome encima de él.
-esta vez, te voy a enseñar yo a ti-me siento recta encima de él, moviendo mis caderas incitando, tentando.
-Joder, enséñame que no sé, ni siquiera como me llamo-su tono es rendido, en lo que con una de sus manos aprieta una de mis nalgas y con la otra acaricia mi pecho.
(...)
Después de unos seis cogidas...pero seis cogidas. Nos levantamos de la cama yendo a bañarnos dónde volvimos a coger en la bañera y después de salir, en resumen ocho cogidas. Bajamos encontrándonos a los chicos sentados todos en la sala, excepto Kaito que no estaba.
-¡Eeeeee!-exclamaron con gritos, mire a Aizen viéndolo sonreír.
-¡Que peste Sexo!- insinuó Agner con una inmensa sonrisa en el rostro.
-¡Que peste a mierda!-soltó Aizen, haciendo que Violectt se removiera en el sofá.
-dejen que coman que se mueren -hablo Vale.
-gastaron mucha energía- Agner rio.
Estaban todos bromean al rededor de nosotros, con tanta diversión en su rostro que no pude evitar sonrojarme.
-Aizen te recomiendo que te pongas hielo que eso hace quemadas por fricción-bromeo Kris.
-ya iba a gritar suéltala que es asmática-grito Roy.
Aizen no podía aguantar la risa, así que estaba rojo de tanto reír, yo estaba que no sabía dónde iba a meterme. ¿Qué vergüenza?, Rápidamente me perdí hacia la cocina haciendo el café, cuando Aizen entro sentando en la mesa.
-Te ves hermosa sonrojada-sonrió, sin apartar la vista de mi ni por un segundo.
-gracias-respondí, sonrojándome aún más.
Nos sentamos en la mesa a tomar el café cuando entro Kaito por la puerta de atrás de la cocina, lo sé porque lo conozco está enojado y mucho. Miro a Aizen de una manera que si la mirada matará ya lo hubiera hecho.
<<¡Alerta problemas!>>
-¿Te pasa algo?, ¿Quieres café?- pregunto Aizen preocupado.
-Jodete-pronunció con tal enojo que hasta mi me molestaría.
-¿que dijiste?-pregunto Aizen calmado dándole una oportunidad.
-Jodete-dijo firme.
Vi el enojo en la cara de Aizen, como en un momento de tranquilidad paso a una de sumo enojo, como si lo hubieran hecho perder la paciencia. Luego paso a una de seriedad invensa, mezclada con malicia.
-¡Jump!, ¡Jump!-esa risa, nuevamente.
-Mira chaval, ya estoy arto de ustedes. He intentado llevarme bien con ustedes, pero es imposible...-lo interrumpo.
-Aizen, creo que estás siendo algo duro.
-no es verdad, desde que están todo se ha tornado incómodo, han comenzado los problemas. Tu y Roy le dan un ambiente incómodo a todo, son unos pesados. De Agner no tengo queja el se puede quedar si quiere, pero ustedes dos son muy tóxicos. Los quiero fuera del equipo-hablo sin tapujos.
-es un placer-paso Kaito a toda velocidad por nuestro lado
sus ojos se encontraron con los míos y a demás de enojo, ví dolor.
-Aizen, creo que fuiste demasiado duro-digo sincera.
-no lo soy-aclaro.
Su rostro cambio a uno nuevamente de calma, y sus ojos se encontraron con los míos como si hubiera tenido una idea.
-Lexa, llama a Kim que nos vamos a Madrid, ¿claro, si quieres ir?- está contento.
-vale.
- ¿que hora?-pregunto.
-para las 5 está bien -aclara saliendo de la cocina.
Llamo a Kim, para luego subir a ayudar a los chicos. Kaito salió primero que todos. Mi mejor amigo me lleno de lecciones, y si Aizen me lastimaba que lo llamara, le dió la razón a Aizen. Roy se molestó pero admitió que ellos no se comportaron. Para luego verlos marcharse. Vale y Kris con ellos para acompañarlos.
Aproveche para darme un baño relajante, tome uno de los trajes formales que son unos de mis favoritos, haciendo la maleta mía y de Aizen. Las lleve a la sala a esperarlo en lo que me sentaba a ver una película.
(...)
Nos fuimos a Madrid, allí Aizen y yo probamos la comida española por primera vez de tantas veces que hemos estado ahí. Dimos un gran paseo por las magnificas calles, todo es sumamente hermoso. Estuvimos los dos solos para disfrutar de nuestra reconciliación, y al día siguiente nos reunimos con las chicas en Berlín. Fuimos hacer una excusión por la inmensa muralla de Berlín, fue super cómodo y divertido compartir unos días entre los cuatro. Aun así eche de menos la presencia de los chico, porque por mas que fuera raro tenerlos ando por la casa me adapte. Estuvimos por otros sitios, haciendo nuestra unión mas fuerte.
Día del regreso.
Regresamos a la comisaría con una sonrisa en el rostro y Lorenzo con los panolis ahí.
-¿Que hacen ellos aquí?-reclamo Aizen.
-El equipo que trabajará con ustedes a partir de hoy- respondió Lorenzo con suma calma encarando a Aizen.
<<Esto será el inicio de una gran guerra amistad>>
-¿por que te empeñas a que trabajemos juntos?-replica Aizen, sin dejar de hacerle entender a Lorenzo.
-Porque son buenos chicos, y ustedes necesitan relacionarse por eso-aclara intentando hacer entrar en razón.
-Como quieras viejo-su irritación es graciosa.
-Aquí esta todo sobre el caso-me entrega la carpeta-chicos ya les di el de ustedes así que apúrense-se dirige a ellos.
Enserio espero que los chicos puedan arreglar sus problemas con Aizen, ya los vi en el equipo y los quiero. Abro el documento leyendo todo lo referente, la verdad no es mucho. Una explosión en una de las Empresas mas importantes del país.
-Aizen, una empresa exploto, vámonos no hay tiempo que perder- lo apuro montándonos en el coche.
-muy bien, vamos allá-habla abrochándose el cinturón de seguridad.
(...)
Parqueo el coche casi frente por frente de la empresa que anterior mente era hermosa, para hora no ser mas que un montón de escombros y vidrios rotos. Es un desastre y por la magnitud tuvieron que haber muerto muchas personas.
-Lexa, echa un vistazo a ver si hay cámaras, si encuentras algo. Kris ya tu sabes, Vale tu....tu, te encargaras de llamar a la los parientes de los fallecidos y darle la triste noticia. Que yo iré a interrogar a uno de los guardias de seguridad-ordeno.
-Pero yo, ¿por que tengo que hacer esa basura?-pide explicación Vale, algo disgustada.
-¿Te parece una mierda?, no sabes que eso es un duro trabajo-habla Aizen para hacerla sentir bien.
Salgo del coche junto con Kris, me coloco los guantes ala entrar. Kris coge por un lado y yo por otro, exploro por el sitio en buscas de pistas o alguna cámara que aun sirva. Pero es en vano, entro en la cocina donde esta Kris, tal vez tenga algo que me sea de ayuda.
-¿que crees?, no creo que sea una bomba-digo con certeza.
-bueno todo parece indicar que fue el gas, no hay muchas pistas. Las que tengo deben esperar a que vaya al laboratorio- deja claro.
salgo volviendo a mirar todo encontrándome con una de las cámaras viva, pero parece que hace mucho no esta en movimiento.
<<Mm, eso si es raro, ¿por que estarían las cámaras apagadas?>>
Me dirijo a la salida encontrándome con Aizen, Me acerco para yo también hacerles unas preguntas al guardia.
-Permiso, buen día-me dirijo al hombre.
-¿que encontraste, Lexa?- pregunta.
-Algo que espero que le guardia de seguridad me responda- miro al hombre fijo.
-buen día, con gusto responderé- se dirigió calmado, no creo que oculte algo.
-Muy bien, primero que todo necesito saber con certeza, ¿hace cuanto las cámaras están desconectada? -Interrogo.
-Hace dos meses-responde con sinceridad.
-¿Y no sabes la razón?-pregunta esta vez Aizen.
-Pues, porque le costaba muy caro según el, el mantenimiento- contesto con honestidad.
-¿tu jefe se encuentra?
-no, se fue ayer temprano, y hoy no se ha aparecido por aquí.
<<interesante>>
-¿Sabe como podríamos contactarlo?
-no la verdad, solo sabemos que a veces llega a desaparecer yendo a casa de la amante.
-¿como podríamos contactarla, nombre o algo?
-No, eso si nadie sabe, aunque podrían hablar con el secretario.
-Muchas gracias por su colaboración-agradece Aizen, caminando conmigo a pasos lejos de ahí.
-Lexa, algo me dice que el jefe tiene algo que ver.
-Y yo igual, es muy sospechoso. el fuego inicio por la cocina...-me interrumpió.
-lo se, necesito que contactes con la empresa, ya sabes.
-Vale.
Hago las llamadas, cuando Kris llega nos montamos en el coche conduciendo de vuelta a la comisaria, al llegar están ahí los que trabajaron el día del gas. me dirijo a la base de datos a buscar la dirección del jefe.
-Lexa, necesito que me busques a este chico-me pasa el papel con el nombre.
tecleo encontrando al chico, tiene un antecedente limpio. Al igual que le jefe de la empresa.
-Ya veo, iré con la novia a su casa a buscar pistas, ya que el chico anda perdido. Lo cual es raro y sospechoso-dice, demasiado pensativo.
-Yo iré a ver a la esposa del jefe. Odio que todos los putos hombres sean iguales-reclamo, levantándome.
-Lexa...-me sujeta del brazo.
-Un café, ¿cierto?-digo soltándome de su agarre.
-No era...-intento decir, para al final completar-si.
-Ahora mismo-camino hasta la sala donde se prepara el café.
Es algo que por más que quiera asimilar, dejar sigue en mi mente muy presente y latente. Solo me pregunto si pasara, porque por mas que diga que todo estará bien, y demás. No puedo olvidar el hecho de que es así, que duele. Pero que hare...dije que lo aceptaría es cuestión de adaptarme. Solo me pregunto si alguna vez, ¿mi padre se lo hizo a mi madre?. Con la duda en la mente y el caso también. Termino de preparar el café, caminando de regreso.
-Toma-se lo entrego en la mano-me voy-salgo sin dejarlo decir ni un gracias.
Saliendo me encuentro con Kaito, nos miramos un segundo y aunque en su rostro ahí dolor me regala una hermosa sonrisa.
-Hola, Kaito-hablo, regalándole una sonrisa.
-Todo bien, Lexa- sigue su camino hacia dentro de la comisaria.
<<Genial, todos se molestan>>
Me monto en el coche, conduciendo hasta la dirección.
(...)
Llego a una cosa de color verde claro, de dos piso. Pensé que seria una casa un poquito mas exagerada pero la verdad no. Se ve bastante acogedora al igual el barrio se ve tranquilo. Me bajo del cocho comprobando que se la dirección, al comprobarlo. Toco el timbre esperando a que me abran, al minuto sale una mujer de cabellos castaños, con una sonrisa amable en su rostro.
-¿En que puedo ayudarla?-pregunta jovial.
-Buenas, mi nombre es Alexa Hill policía-enseño mi placa- me gustaría hacerles unas preguntas.
-Claro, por aquí-se corre a un lado dejándome pasar.
Lo primero es un recibidor con muebles de madera a juego con el color blanco de las paredes. Recorro con mis ojos el recibidor encontrándome una foto de ella y el marido. Nuestro hombre.
-Siéntese, ¿café, juego, agua?- me invita.
-Café por favor, si no es molestia. sin azúcar lo mas amargo posible- Digo, sentándome.
-Bien, enseguida regreso-desaparece.
A los minutos aparece con los dos café, el olor el mío me vuelve loca.
-Mire-me ofrece sentándose.
-Gracias-agradezco, con una sonrisa.
-Bien, a que se debe su visita agente.
-¿Su esposo se encuentra?-la pregunta parece incomodarle.
-Lamentablemente no, esta en casa de la otra-la tristeza en su voz, me demuestra que no esta para nada de acuerdo.
-Lo siento...-me veo interrumpida.
-Tranquila no es tu culpa, es la mía por aceptarlo. Pero estoy alta, de que cada vez que se meta en problemas soy yo la que tenga que dar la cara, que sea yo la que reciba la mitad de el. Mientras yo le doy todo de mi. Estoy cansada de ser la mierda para el, solo ser la que se queda en casa esperando por el, la que no pide nada a cambio. y termine recibiendo tan poco, mientras ella lo recibe todo-su voz se quiebra y su labio inferior comienza a temblar con cada palabra dicha, en lo que contiene las lagrimas que en su rostro amenazan con salir.
-Cálmese, estar así no le hará ningún bien -Suelto el café sujetándola de la mano en un gesto tranquilizador.
Las lagrimas caen ensuciando su hermoso rostro, solo puedo sentir pena por ella. No puedo parar de preguntarme si eso mismo me pasara a mi. Un gran temor me invade pero trato de no demostrarlo, sujeto fuertemente su mano dándole aliento. Después de unos minutos se limpia el rostro con el dorso de su mano. Respira profundo volviendo a recobrar su postura, centrando los ojos en mi.
-Siento que tuviera que presenciar-se disculpa apenada.
-Tranquila, imagino que a veces uno necesita desahogarse -suelto, con cuidado.
-Gracias, la ayudare...le daré la dirección de la otra casa-habla levantándose, yendo algún lado.
Regreso con un papel en la mano
-Tome aquí esta, espero que se joda-finaliza.
-Vale, gracias-me levante para irme, no sin antes-Quiérase usted, cuando lo haga no le volverá a pasar.
Salgo montándome de regreso en el coche. Arranco cuando suena mi celular, y el nombre de: Aizen (niñito) aparece en la pantalla.
-dime-respondo cortante.
-Lexa, ya tengo al chico aquí en la comisaria, con las pruebas para inculpar a ambos . Solo necesito que traigas al jefe aquí.
-Vale-cuelgo. dirigiéndome a la dirección.
(...)
Parqueo el coche, al llegar esta casa es muy diferente a la otra esta parece una casa de millonarios, me bajo a toda velocidad. Tocando el timbre.
-hola, ¿eres?-sale una chica mucho mas joven.
-¿Tu esposo se encuentra?-Pregunto completamente irritada.
-¿de parte de?
-La policía-dicho esto intenta cerrar la puerta.
De una patada, la empujo haciéndola caer al suelo, entrando a toda velocidad, corriendo detrás del hombre que intenta huir de la casa saliendo al patio. Corro a toda velocidad, que por cierto lo mas rápido que él. Tirándolo al suelo, rápidamente colocándole las esposas. Lo levanto metiéndolo en el auto, luego cojo las esposas de repuesto, poniéndosela a la esposa y montándola en coche también. Ignoro todo lo que dicen. Conduzco de regreso a comisaria.
(...)
Se los entrego a los becarios, en lo que me encamino hacia Aizen.
-Buen trabajo-dice con una sonrisa en su rostro.
-Gracias-digo seria.
Ven aquí, me lleva del brazo hasta el interior de la oficina.
-¿Que sucede?-pregunto, al verlo con tanta intriga.
-Nada-responde con sinceridad.
Se me acerca tomándome de las caderas pegándome a él, su calor, su aroma, su aliento a café. Me vuelve loca, sus manos viajan a mi trasero dando un fuerte apretón y cuando nuestros labios se rozan. Apunto de besarnos. El recuerdo de el con la mujer de Roy inunda mi mente haciendo que me separe de el con delicadeza.
-¿Que pasa? -Pregunta ananorado.
-nada, solo que se me olvido, que tengo que decirle algo a Kris antes de que se me olvide-digo, sonando convicente.
-Lexa...-dice tan bajito.
-lo siento, luego continuamos en casa-salgo a toda prisa de ahí.
¿Oh no, que creen?
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