Capítulo Veintitrés.
El cuerpo del Omega sonrojado se arqueó al sentir su miembro rozar con el del contrario que se veía más grande y grueso debido a su casta, Rusia los tomó ambos comenzando a mover su cadera para que fuesen rozándose mientras que jadeando también con gruñidos bajos apoyó su espada en la pared cercana para poder acostar parcialmente al de esmeraldas sobre su pecho y que no se resbalara cuando la mano que tenía en su cadera volvió a hundir los dedos en su interior agregando uno más que hizo al menor aferrarse a su cuello en un abrazo.
-Si...sigue, Russland.. -Gimió bajito escondiéndose en su cuello, ser atendido por ambos lados lo tenía bastante caliente haciendo que expulsara un poco de líquido pre seminal al igual que el azabache que resoplaba por la nariz para mantener el control-.
La temperatura de ambos en ese espacio relativamente pequeño había aumentado teniendo al de piel roja en una batalla mental contra sus instintos que demandaban montar a su pareja para entrar en él y marcarlo cuando llegasen al orgasmo, pero su voluntad era más fuerte debido al amor que le tenía y esperaría lo necesario hasta que Alemania en sus plenos sentidos le pidiese que se unieran. Suspiró comenzando otra vez a mover sus dedos a la par de su cadera haciendo un vaivén rítmico en el que no pudo evitar que sus feromonas de apareamiento se liberaran a pesar de no estar en ello... lo más seguro era que tendría que conseguir ropa nueva para más tarde y darse un baño largo para evitar que sus padre pudiesen sentirlo y mal entender su procedencia, pero en ese momento no importaba mucho.
-¿Estás.. bien, amor?.. -El eslavo preguntó entre gemidos roncos para asegurarse de no estarlo lastimando o sobre exigiendo debido a que Alemania gemía muy alto y se aferraba con fuerza a su cuello, pero lo sentía mover sus caderas y gotear mucho generando un sonido exquisito cuando su mano golpeaba su trasero al entrar sus dedos más profundo-.
-Voy.. voy a...ah, quiero.. que lo hagas dentro de mi.. -Gimió el rubio dándole una pequeña mordida en el hombro descubierto, estaba embriagado con sus feromonas fuertemente mezcladas en ese espacio que llamaba más a sus instintos diciendo aquello de manera no muy consiente sino más como un reflejo de su Omega interior deseando cumplir con el propósito reproductivo de su Celo-.
-Shh cariño.. sigue tranquilo si lo.. necesitas.. -Esas palabras a su oído lo habían excitado demasiado y por un momento se planteó al menos entrar un momento para sentir su cálido interior, pero de hacerlo sabía que no podría solo probar un poco y su instinto alfa lo dominaría por completo, con su Omega en celo la probabilidad de embarazarlo aumentaba y no podían permitirse un cachorro aún, primero le gustaría establecerse mejor con él además de sus trabajos y hablar a conciencia sobre uno-.
Apenas dos minutos después entre tanto caos sensorial estimulante el germano acabó por correrse manchando el estómago de ambos, estando tan cansado que apenas pudo seguir erguido aunque el Alfa algo avergonzado lo hizo acostarse sobre su nido para colocar su miembro palpitante entre los muslos ajenos para hacer un poco de presión juntándolos y mover su cadera otra vez pues aún no había podido llegar también al orgasmo y de no hacerlo tendría un estrés detestable el resto de la semana por la frustración. Aún agotado el de piel amarilla alzó su diestra para acariciar con su pulgar la punta del miembro contrario cada vez que se asomara entre sus piernas logrando así que el ritmo aumentara junto con los gruñidos y las feromonas de posesión de su pareja cuyos colmillos habían crecido para dar la marca en el momento en que terminase.
En determinado momento el de ojos lavanda se volvió un poco más rudo en sus movimientos y luego soltó un gemido ronco de alivio, había estado tan al límite en su primera situación sexual que a pesar de no haber penetrado a su Omega se le formó el nudo apenas la última gota de semen abandonó su interior, se dejó caer al lado del más bajo y lo abrazó de manera sobreprotectora en lo que se distraía mordiendo fuertemente una manta enrollada que por suerte estaba cerca para así relajar su instinto de marcar, Alemania se giró despacio para acurrucarse entre sus brazos ignorando los fluidos de ambos entre sus piernas al estar satisfecho en buena parte ya con su Celo desapareciendo junto con el calor hasta el siguiente mes aunque lo más probable es que ambos faltarían a la organización ese día. El guardia esperó a que el nudo bajara debido al ligero dolor que le producía, antes de tomar una de las mantas allí y cubrir a ambos que dormirían profundamente hasta alguna hora de la tarde en que el hambre voraz los hiciera volver en si para alimentarse. Aunque antes de que el cansancio lo venciera el mayor le dio un beso lento aferrándolo a él, lo amaba demasiado y esperaba poder hacer su vida juntos como últimamente había estado soñando.
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