Capítulo Treinta y Ocho.
Alemania y Rusia habían vuelto a su casa luego de pedir permiso a Egipto, quien junto con Serbia se comprometió a averiguar respecto a la matrícula del auto para encontrar a la manada del germano pues era un delito amenazar de esa manera a un Omega. Por otra parte, luego de que el menor se durmiera en su nido.. el eslavo llamó a su padre para pedirle rastrear a la familia de su pareja, tras oír todo lo ocurrido URSS aceptó.
. . .
-Så Omega aksepterte avtalen? -El tricolor de piel roja miró hacia el de ojos esmeralda sentado del otro lado de su escritorio, habían tenido que viajar un par de horas para obtener una respuesta y ver si dejaba a su hermano o no para ocuparse del asunto-.
(Entonces, ¿El Omega aceptó el trato?)
-Es wird nicht lange dauern, bis er es tut, er weiß, was gut für ihn ist... also wird er die nötigen Würfe haben, bis er den Alpha findet, den wir brauchen. -Dritte entrelazó sus manos y las apoyó sobre sus papeles muy seguro de lo que decía, le desagradaba la idea de que alguien de su manada fuese quien recibiera.. pero el trato era más importante-.
(No tardará en hacerlo, sabe lo que le conviene.. así que tendrá las camadas necesarias hasta dar con el Alfa que queremos.)
-Minusta tämä on terveydelle vaarallista. -Decidió hablar el menor presente dándole una mirada desconfiada con sus ámbares fríos, ni siquiera conocía a la persona con la que debería formar una familia pero que lo manipularan como objeto era detestable, habían Omegas en su manada y se les trataba con respeto-.
(Me parece que eso es algo riesgoso para su salud.)
-..Misstrauen Sie der Stärke eines Deutschen? -Siseó el de esvástica, no le agradaba para nada ese mocoso pero su sangre era pura y con eso aumentaba la posibilidad de obtener un cachorro Alfa en la mezcla con su inútil hijo que no por nada venía de varias generaciones Alfa-.
(..¿Acaso desconfías de la fuerza de un germano?)
-Tiedät, etten tarkoittanut sitä. -Finlandia frunció el ceño pero no dijo más debido a una mirada seria de su hermano mayor, debió morderse la lengua para no causar algún problema a su manada-.
(Sabe que eso no es lo que quise decir.)
• • •
El alemán estaba envuelto en mantas dentro de su nido dándole la espalda a las puertas entrecerradas del closet mientras se mantenía en posición de ovillo pensando en su mamá, recordaba muy pocas cosas de ella debido a lo que los separaron de espacio cuando aún era un cachorro. Lo más resaltante que aún mantenía en su memoria era su largo y precioso cabello rubio que caía en rizos sobre su espalda, también sus ojos.. sus tristes ojos cafés, pero a pesar de las circunstancias en que lo tuvo ella siempre lo amó hasta donde la dejaron hacerlo.
Sus ojos se aguaron y retuvo un momento el aire para no comenzar a llorar otra vez, no sabía en dónde podía estar pues la única vez que preguntó por ella su padre sin el más mínimo ápice de tacto le dijo que la había "Regresado", pero él no le había dado una fecha límite o un nombre.. así que..
-¡Russland! -Llamó en un grito seco oyendo poco después cómo este se levantaba rápidamente del sofá, tal vez no debió gritar así-.
-¡¿Estás bien amor?! -El eslavo abrió las puertas del closet y se arrodilló algo agitado fuera del nido para intentar revisar si estaba todo correcto, haber visto en ese estado a su pareja hace unas horas fue algo igual de traumático para él-.
-Tengamos un cachorro. -Alemania lo miró fijamente sentándose frente a él, su voz sonó seguro pero por dentro su mente estaba hecha un lio entre tantas cosas que estaban pasando-.
-..¿Qué dices?... -Murmuró confundido, que le dijera eso de la nada era demasiado extraño y más aún luego de lo que sucedió en su segundo y en el último Celo cuando creyó que estaba embarazado y se alteró-.
-Podemos intentarlo, hay posibilidades de tener un Alfa nosotros dos, eso es lo que necesita para que tome mi lugar -Le dijo con rapidez mientras movía sus manos, no tenía que entregarlo, solo hacer que ellos le diesen la educación que debían pero lo criaría él mismo en su casa-.
-¿Alemania estás pensando antes de hablar?.. -Rusia frunció un poco el ceño, no tendrían un hijo para que otras putas personas lo trataran como un títere con sus reglas clasistas y comportamientos déspotas solo por la casta que tenían, su padre URSS había luchado por años para que él y sus hermanos fuesen mejor que eso-.
-.....No sé cómo está mi madre o dónde, si mi cachorro pertenece a la manada tendrá mejores oportunidades para su futuro así como mi tío Weimar...... ellos solo quieren un Alfa para el cambio de mando, por eso.. quiero tenerlo contigo y no con alguien más que repugne... -Los ojos del de esmeraldas se llenaron de lágrimas que bajaron silenciosas por sus mejillas tomando las manos del mayor, tenía la mente demasiado controlada por los ideales de Dritte y solo había sido educado para obedecerlo incluso cuando no lo deseaba-.
-No necesitas forzarte a darles lo que ellos quieren, mi vida, vamos a encontrar a tu madre y ninguno de los dos tendrá que volver a acercarse a esa manada. -El Alfa ruso suspiró entrando al nido para abrazarlo y acomodarlo en su pecho esperando a que se calmara quitando esa idea de su mente, no iban a tener un cachorro solo por un motivo desesperado de cumplir el capricho de un bastardo maldito- Vamos a tener al cachorro más hermoso del mundo, pero cuando estemos listos..
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