3: Temores


White

¡Black! ¡Black, qué es esto!
¿¡Qué rayos hace la cabeza de un esqueleto en su casa!?
¿¡QUÉ RAYOS!?

Retrocedí 2 pasos atrás cuando de pronto sentí algo tocar mi hombro. Se sentía muy puntiagudo, muy duro, y esquelético, así que decidí girar a ver qué es, y era...

—¡¡AH!! ¡¡El-El hueso de un-un de-dedo de-de esque-esqueleto!!—gritaba muy asustado con muchos nervios.
¿¡En dónde rayos estaba!?
¿¡La casa embrujada!?

Volví a retroceder ahora 4 pasos, cuando volví a sentir un objeto esquelético, pero este venía de arriba. Con mucho temor, casi mojando mis pantalones, giré mi cabeza mirando arriba, y pude ver que ese objeto esquelético y huesudo era...

—¡¡AHHHH!!—gritaba demasiado fuerte, con mucho temor,—¡¡Pie-Piernas col-colgantes!!
Había dos piernas colgantes de hueso, atadas a un cordón muy grueso, ¡y algunas partes tenían sangre seca!

Volví a retroceder ahora 2 pasos, cuando siento que choco con un abdomen.

—¡¡AHHHHHH!!
—¡White, soy yo!
—¡Ah! Perdón.—me disculpé con Black, cuando volteo de nuevo al frente, y vuelvo a gritar muy fuerte.
—¡White! ¡Por favor, haz silencio! ¡Vayan a decir los vecinos que te estoy matando!
—¿¡Me-Me vas a ma-matar..!?
—¡Que no!
—¡Black! ¡Debemos salir de aquí!
—White, es mi casa...—me estaba afirmando Black cuando lo agarro de su mano y, junto a él, salgo disparado a hacia la puerta más cercana.
—¡Aquí debemos estar a salvo!
—¿Prendo la luz?
—¿Hay luz?
—Sí, mira.—me responde Black.
Se oye un click en una parte del cuarto, y la luz se enciende.
—¡Un baño!
—Sí, es el baño para invitados. Sé que es un poco espacioso, pero...—me explicaba Black cuando le dejo de poner atención.
Me dirigí al mingitorio, y empecé a bajarme el pantalón.
—...y la construcción bajo la escalera lo hace un poco menos ancho, pero...
—¡Black! ¡Tápate los ojos! ¡No veas!
—¿Ver qué?—me preguntó Black cuando vio lo que estaba haciendo.

Me había bajado tanto el pantalón como el bóxer. Estaba completamente desnudo, y haciendo del baño. Vi la cara de Black por un segundo, y estaba muy roja, al igual que la mía.

Black se me quedó viendo, y, por alguna razón, no me apartaba la vista de encima. Parecía estar clavado a mi cuerpo.

Yo terminé de hacer del baño, y, rápidamente, me subí tanto el bóxer como el pantalón.

—Vi el trasero y las bolas del chico más popular de la clase...—estaba murmurando Black con un tono de victoria y alegría.
Yo no le encontraba lo bueno a eso.

—¡No seas pervertido!—le exclamé a Black.
—No lo soy, pero no creo que puedas ver a tu amigo, o el chico más popular de la clase, bajarse los pantalones y el bóxer, dejándose ver su trasero y bolas.—me contestó Black un poco alegre.
—¿¡Me viste en verdad el trasero y las bolas!?
—Sip. Y por cierto, que buen trasero.
—¿Eh?
—Nada. Mira, será mejor que te explique cómo funciona mi casa...—me explicaba Black ya un poco serio cuando se fija en mi cabeza.
—¿Qué pasa?
—¿Eso es una estrella amarilla, lo que está en tu cabeza?
—Sí, ¿por?—le contesté.
Cuando Black oyó mi respuesta, se volteó y se sonrojó mucho, pues el rojo le llegaba hasta el cuello.

—¿Por qué te sonrojas mucho? No creo que seas tú mi "amor verdadero", aunque seas rubio.
—Recuérdame que te enseñe algo después, ¿okay?
—Okay...—le respondí, asintiendo con la cabeza, lleno de misterio.
Después de esto, Black me enseñó mejor la casa.
Me enseñó la cocina, los baños, el comedor, la sala de estar, la estancia, su cuarto, el cual me gustó mucho ya que la cama es muy suave, cómoda, verde militar, como mis pantalones, y grande, del tamaño Queen o King, y por último, el pasillo de madera.

De este pasillo, pude saber porqué había esqueletos, los cuales aún me asustaban, y estuve aferrado, o abrazando, a Black mientras me lo explicaba.
Se supone que, en la religión de Black, cuando un ser querido muere antes de lo previsto, para La Muerte significa que han tratado mal a ese ser querido, y como castigo, deben de cuidar lo que resta de su cuerpo como si fuera un tesoro. Es por eso que están así.
Y el altar, según Black, es para que se mantenga "vivo" el recuerdo de esa persona.

—¿Y quién es ella?—le pregunté a Black un poco angustiado.
—Yellow Scarlett, mi mamá.—me respondió Black un poco más serio de lo normal.
—Oh. Lo siento.
—No te preocupes. Tuvo que haber una razón por la que La Muerte la eligió a ella.
—Entonces, ¿no estás triste?
—A mi mamá nunca le gustaba que estuviera triste.—me respondió con un tono más alegre, pero con la sensación de querer romper en llanto,
—Y, ¿cómo murió?—le pregunté con ansiedad.
Se me escapó la pregunta de la boca, porque no quería hacerla en verdad, y no debía. Ante esto, Black agachó la cabeza, giró al lado dónde yo estaba, pues no quería estar muy lejos de él, y se acercó a mí.
Cuando estaba al frente mío, me abrazó muy fuerte, y puso su cabeza en mi pecho. Se sentía un poco raro e incómodo, pero a la vez se sentía cálido. Pude notar que mi camisa estaba un poco húmeda, y no había nada más húmedo que las lágrimas.
Black me volteó a ver a la cara, y, como me lo suponía, estaba llorando, pero estaba llorando de una forma en la que su cara estaba pálida y asustada. Me dio un poco de miedo, pero le respondí el abrazo para que no siguiera llorando.

—Mi madre..,—decía Black entre lágrimas,—murió de la misma forma en que voy a morir.
Esta respuesta me dejó atónito, pues aún no sabía cómo murió su madre, pero sabía que no era nada bueno.
Black se secó en mi pecho, pues estaba muy caliente, y se me quedó abrazando así por un tiempo. Esto me puso muy rojo, pero me extrañaba que él solo estuviera rojo por las lágrimas.
Creo que yo estaba exagerando. Solo era un abrazo para consolar a un amigo, ¿verdad?
Después de eso, me dijo...
—Mañana ocupo contártelo todo. Ahorita ya es tarde, y te pueden regañar. Será mejor que te vayas a tu casa.
—Espera. ¿Me puedes pasar tu número de celular?—le pregunté ansioso.
—No había pensado en eso. Bueno, creo que será lo mejor.

Black me pasó su número de celular, y, después, me dirigí a mi casa. Al llegar, saludé a mis padres, les expliqué porqué la tardanza, y subí a mi cuarto. Rápidamente me cambié, quitándome la camisa, cuando me llega una notificación al celular.
En la pantalla se podía observar el nombre "Black Golden".
Supuse que era Black, así que le piqué en "Aceptar".
La pantalla plasmó un cuerpo 3D, y era Black.

—White... ¡White! ¿Me escuchas?—me preguntaba Black desde la video-llamada.
—Si, claro y fuerte.—le respondí.
—Bueno, eso espero... White, ¿por qué no tienes camisa?—me preguntó Black con un tono de extrañeza y pervertido, en un sentido un poco angustiado.
Black se puso rojo al verme, pero se me quedó mirando.
Luego, lo recordé.
¡No tenía la camisa!

¡Aquí el autor!
Bueno, espero y les haya gustado.
Como siempre, si les gustó, ¡no olviden dejar una ⭐️!
¡Gracias!

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