Capítulo dos: modo incógnito
—Tengo hambre, ¿quieres ir a comer algo? —le ofrezco a la no secuestradora de blancas. o me dio tiempo de desayunar.
—Claro —responde, con una gran sonrisa.
»¿Tu auto o el mío? —me pregunta, al llegar a la planta baja del edificio.
—Conozco un buen restaurante/cafetería que está cerca, ir caminando no vendría mal...
—Si activamos el modo incógnito, sí podemos ir sin problema —por segunda vez en el día no sé de qué está hablando.
—¿Modo incógnito? —cuestiono sin poder evitarlo.
—Modo incógnito, ya sabes cuando vamos camuflados con la gente —me explica y yo sigo sin entender—. Cuando vamos con gorras, gafas, pelucas, para que no nos reconozcan...
—¡Ah, ya! —exclamo cuando logro comprender.
«Literalmente te lo tuvo que explicar con peras y manzanas, Aleixander»
—Que lento eres, Aleix, eres muy lento. —Niega con la cabeza y se cruza de brazos.
—¿Cómo lento? Que yo sepa camino rápido, tú eres la que está atrás —me defiendo, haciéndola reír, una risa que la tiene agarrándose el abdomen, con lágrimas en los ojos y golpeando el aire.
Nunca había visto a alguien reírse así.
»¿Y el chiste? —pregunto confundido. Ella ríe con más ganas.
»¿Estás bien? —pregunto preocupado, ya varios segundos han pasado y su ataque de risa no se va.
Dios, esta mujer está loca.
—De verdad que eres lento, Aleix Miller, eres muy lento. —Poco a poco intenta recuperar la compostura.
—En fin, tengo que ir a mi auto a buscar mis cosas para ponerme en modo incógnito.
—Te acompaño, lento —dice y una pequeña risita se le escapa.
¿Por qué siempre me rodeas de mujeres locas, señor?
Llego a mi auto y saco la gorra que está en la guantera, gracias a la necesidad de llevar lentes con aumento no puedo llevar gafas de sol.
Miopía: 1
Aleix: 0
Al voltear, me encuentro a Raven con gafas en forma de rayo y un gorro de lana cubriendo su castaño cabello.
—Siempre he pensado que mientras intentamos pasar desapercibidos, más rápido saben que somos nosotros —comento cuando siento unos flashes sobre nosotros.
«Estamos en Los Ángeles, ¿por qué te sorprende?»
»Ya me imagino la descripción de esa foto: Aleix Miller y Raven Stokes, al parecer está naciendo una romance entre los dos jóvenes actores —comento, con voz de narrador.
—Solo espero que a tu chica no le importen estás fotos. —Me mira, a través de sus lentes.
—Yo no tengo chica —le respondo, secamente.
—¿Y tu esposa? ¿La mamá de Astrid? —pregunta confundida.
—Ella no está con nosotros.
—¡Uh!, lo siento tanto, no lo sabía, ¡en serio perdón! —habla tan rápido que apenas y le entiendo.
—Creo que me expliqué mal. —Suelto la carcajada que me estaba reteniendo—. Ella no está con nosotros, o sea, no está involucrada en la vida de Lizy, mucho menos en la mía —explico, lentamente.
—¡Pensé que te referías a que había muerto!, agh. Me confundes. —Al llegar a la cafetería abro la puerta para Raven, a ella le sorprende el gesto, pero luego me regala una sonrisa.
»Me gusta este lugar, tiene buena vibra —menciona Raven, observando la decoración del lugar, la imito.
Las paredes pintadas de un rosa pastel que queda muy bien con el lila y blanco de las encimeras y mesas. Del techo cuelgan cestas con plantitas en ellas. El piso es el clásico de cuadros negros y blancos.
Sí, este lugar tiene buena vibra. Raven también tiene buena vibra.
Nos guío a la mesa en la que siempre me siento cuando vengo: la que está más alejada de las ventanas, mesa que pertenece a la sección de Melia, hija de los dueños del lugar y también de nuestras lexer favoritas.
—¡Aleix, mi Milex favorito! —La sonrisa es inmediata en su rostro al notarme.
—Sé que le dices eso a mis hermanos también, ya deja de actuar —la acuso.
—¡Qué mentira! Todos saben que yo soy equipo Aleix. Pregúntale a mi hermano si quieres —no tarda en defenderse—, puras blasfemias salen de tu boca. —Me apunta con el lapicero.
—Haré como que te creo —le respondo, haciendo que ella frunza los ojos.
—¿Qué van a ordenar? —nos pregunta. Cortando el tema.
—Ceo que probaré la milanesa con puré de papas —señala Raven, observando el menú.
—¿Algo de beber?
—Creo que con un Coca-Cola estaría bien. —La rubia le sonríe gentilmente, antes de dirigir su atención a mí.
—Hmmm... Creo que ordenaré lo mismo —Melia nos regala otra de sus sonrisas antes de irse.
—¿Desde qué edad actúas? —le pregunto, en un intento de empezar una conversación, intento que funciona.
—Desde los dieciocho, que fue cuando obtuve mi primer papel protagónico, si te los preguntas, actualmente tengo veintidós.
»¿Tu desde cuándo estás en este loco mundo? —pregunta, divertida.
—Desde los diez, cuando tenía doce obtuve mi primer papel protagónico. —Ella asiente distraída con la mirada y atención sobre su teléfono.
—¿Siempre invitas a tus coestrellas a almorzar? —pregunta, dejando su teléfono a un lado.
—No, sola a las que se ríen sin razón —respondo con ironía y ella empieza a reír.
No, otra vez no.
«Tú la invocaste, ahora no te quejes»
Sí. Sí. Sí. Ahora tú cállate.
—¡Qué lento! —exclama, siguiendo con su ataque de risa. Todas las personas en el local nos observan.
Dios, mátame, mátame ahora.
Raven saca una botella de agua de su bolso y la bebe, intentando calmarse, aunque el verdadero resultado es ella escupiendo toda el agua.
Insisto, Señor, mátame ahora.
Me levanto de la silla y le doy palmadas en la espalda. Ahora soy yo el que está riendo.
—Respira lentamente —le sugiero y ella lo hace—. De verdad que estás loca, Raven Stokes.
—Las locas tenemos encanto —Desliza sus lentes por el puente de su nariz para guiñarme uno de sus ojos grisáceos, por lo cerca que estamos logro fijarme que estos tienen motas verdes.
Nuestros ojos se conectan por unos segundos que se sintieron eternos, el aire no tarda en ponerse pesado sobre nosotros.
Bien, esto es intenso.
Melia nos trae nuestra comida y yo vuelvo a mi silla; destapo una de las latas con gaseosa y me tomo la mitad de un trago.
»Creo que tenías sed —comenta, llevándose el tenedor con milanesa a la boca.
Raven deja de comer, para dejar su atención en su teléfono.
Qué bueno que Ariel Miller no está aquí, porque te hubiese echado el sermón de tu vida, Raven Stokes.
«¿Habla la voz de la experiencia?»
Obviamente, sí.
»Eso es de mala educación, Raven —susurro con voz divertida.
—Lo siento, tengo que irme —dice, antes de ponerse de pie.
Que sensible.
«Miren quien habla»
Me estás hartando, mala versión se Pepe grillo.
—No tienes porqué irte, solo fue una broma. —Me levanto de mi lugar, dispuesto a ir detrás de ella.
—Tranquilo, no fue por ti. —Deja unos billetes en la mesa y toma la botella de Coca-Cola.
»Ten buena tarde y muchas gracias por enseñarme este lugar. ¡Saludos a Astrid y a Kitty! —lo último lo grita desde la puerta del local. Haciendo que la mayoría de las personas dirijan su atención a ella, aunque no parece importarle en absoluto.
Yo solo le sonrío en donde estoy, analizando la rara escena.
—Cuéntamelo todo —exige Melia sacándome de mi trance—, quiero saberlo todo —se sienta en el lugar que antes ocupaba Raven.
—No tengo nada que contar, solo que trabajaremos juntos —respondo distraídamente, volviendo a mi puesto y tomando otro bocado de mi comida.
—¿En qué? —Yo tomo otro trozo de mi milanesa y ella resopla— ¡Vamos Aleixander! Tienes que contarme más.
La ignoro, divertido.
»Obviamente debe ser algo genial, porque en todo lo que trabajas tú y tus hermanos lo es —comenta, rindiéndose por fin.
—Te adoro, Meli. —Ella me da otra de sus sonrisas, levantándose la silla para seguir haciendo su trabajo.
Melia regresa unos minutos más tarde a recoger los platos, aprovecho para pagarle y dejarle una gran propina.
Salgo del local, caminando en silencio de regreso al estacionamiento, donde el guardaespaldas asignado para mí hoy me espera.
—¿Te llevo a la casa blanca? —pregunta Dan, niego con mi cabeza.
—Pasaré por Lizy a la escuela. —Él asiente, abriéndome la puerta del asiento trasero. Él sube de piloto.
El camino se hace eternamente silencioso, pero no incómodo. Adoro los silencios y eso es algo que Daniel sabe.
Tú: que hacen???
Escribo al grupo con mis hermanos para matar el tiempo. Xahi es el primero en responder.
alcohólico anónimo: Siendo consentido por mis papis :p :p
alcohólico anónimo: Sin celos por favor, de todos modos ya deben estar acostumbrados que me quieran mas a mí que a ustedes :)
Después de ese mensaje, el resto de mis hermanos salen a protestar.
Axxxx: no es por ofenderte hermanito... pero fui el primer hijo
Axxxx: lo que significa que soy el favorito. Simplemente fui su primer amor
aXa: CUAL NOMBRE PAPA TIENE TATUADO????
aXa: exacto, es el mío
melliza malévola: ¿¿¿ y que tiene que se haya tatuado tu nombre?????
melliza malévola: tal vez lo hizo para que no sospecharas que te demuestran menos amor :)))))
aXa: aleix ni siquiera se defiende
Tú: hoy no tengo argumentos
alcohólico anónimo: tu nunca tienes argumentos
Axxxxx: y asi quería ser abogado...
Tú: lo de yo queriendo ser abogado solo era un juego
Melliza malévola: es obvio
aXa: Aleix de abogado sería algo tipo: se pone a llorar porque va perdiendo el juicio
Axxxxx: Le juro señor juez, mi cliente en inocente solloza
Axxxxxx: JAJAJAJAJAJAJA
Tú :DEJEN DE BURLARSE DE MI
Tú: yo no soy un llorón
alcohólico anónimo: de hecho, hermano mayor, está confirmado por expertos que si lo eres
aXa: expertos y científicos
Tú: LOS
Tú: ODIO
Tú: MUCHO
Apago la pantalla del teléfono ofendido, Dan me observa desde el retrovisor.
—Odio a mis hermanos —es lo único que digo.
—Si me pagaran por cada vez que uno de ustedes dice eso, no estaría aquí —asegura con la vista en la carretera.
Antes de darme cuenta, llegamos a la escuela donde estudia Astrid Lizeth.
—¿Podrías buscarla tú? Ella no sabe que la vine a buscar —Dan asiente y baja del auto, caminando hacia la escuela.
Unos minutos más tarde, una niña sorprendida y con dos coletas me observa.
—¿Qué haces aquí? —pregunta, abalanzándose hacia mí.
—Nada, solo que tengo todo el resto del día libre para ti —le respondo, abrazándola tan fuerte como ella me abraza a mí.
—¿En serio? —Sonríe.
—Te amo, estrella. —Dejo un beso en la coronilla de su cabeza.
—Yo te amo mucho, con demasiado —responde, yo niego con mi cabeza.
Confirmado, todas las chicas que me rodean están un poco locas.
—¿En serio quieres que pasemos nuestro día libre haciendo tarea? —Observo su cuaderno de matemáticas, donde operaciones esperan ser resueltas— La haremos después —le aseguro, ella duda durante otros segundos, hasta que se rinde.
—¿Qué haremos? —La ayudo a guardar sus útiles en un su mochila.
—¿Qué quieres hacer?
»Acepto cualquier cosa, menos los deberes —agrego lo último cuando saca su cuaderno de nuevo.
»Una niña responsable. Eres una mala influencia, Aleix»
—¡Ya sé! —exclama emocianada, corriendo hacia su habitación.
Tengo un dilema entre ir o esperarla aquí. Ella regresa antes de que yo pueda escoger una opción, sosteniendo una caja entre sus manos, reconozco la caja.
»Nunca la probamos —me recuerda, con una gran sonrisa—. ¿Compraste el polvito para hacerlos? —me pregunta, refiriéndose al polvo base para hacer helados.
—Hace tiempo, pero se me había olvidado decirte. —Empezamos a vaciar la caja.
No sé quién está más emocionado, si Lizy o yo.
Llevo todo lo que usaremos a la mesa del comedor, Lizy ya está armando la heladería.
Desde que la compré, como regalo para navidad de Lizy, quería usarla. Mis hermanos me cuestionaron si el juguete era para mí o para ella, yo solo me encogí de hombros y seguí forrando la caja con papel de regalo.
En menos de quince minutos Lizy se encuentra dándole vueltas a la manecilla, haciendo que el helado rosa empiece a salir, dejo uno de los vasos debajo de la rueda, para que le helado caiga en el, cuando ya están llenos dos vasos, le echamos chispas de colores.
Solo espero que su sepa igual de bien, que como se ve, sino, me decepcionaré.
—¡Qué rico! —exclama, metiéndose otra cucharada de helado en la boca— Hmm, hmm, hmm.
Tomó otra de las cucharas y si, efectivamente esto está delicioso.
Saco mi teléfono y abro la cámara, enfocando a mi hija, cuando nota que la le estoy tomando fotos sonríe, cerrando sus ojos.
Con una sonrisa, selecciono unas cinco fotos para subirlas a mi Instagram, pongo una corta descripción.
12/10 al helado hecho en maquinita, admito que no le tenía fe :)
Le doy a publicar sin pensarlo mucho, rápidamente la publicación obtiene muchos me gustas y comentarios, hay uno que sobresale dentro del resto, gracias a la verificación de la cuenta.
Cierta cuenta pertenece a una linda chica de cabello corto un poco loca.
¡Yo también quiero probar! Para la próxima me invitassss
Tomo otro bocado del helado, antes de responder.
Por supuesto, la maquinita estará esperandote :)))
Nuestros comentarios no tardan en tener la atención del público.
Después de todo, dos de los actores del momento están hablando; teniendo en cuenta las fotos que nos tomaron en la mañana, ya nos planearon hasta una boda.
Al entrar en Twitter lo confirmo, el hashtag raleix ya es tendencia en la plataforma.
—¿De qué te ríes papi? —pregunta la pequeña. Intentando ver mi móvil.
—¿Te acuerdas de ella? —Le muestro la última selfie en el Instagram de Raven.
—Sip, la chica del aeropuerto, ¿no? —asiento, viendo como ella cambia "disimuladamente" su vaso, casi vacío por el mío, mucho más lleno. Rio internamente.
—Trabajaré con ella en una película. Subí las fotos que te tomé, ella la comentó y ahora los lexer's nos están shippeando —le explico, ella ríe.
—Se verían lindos de novios —comenta lamiendo la cuchara—, nunca has tenido novia y yo quiero tener hermanitos.
—¿Qué tiene que ver con que tenga novia, con qué tú quieras tener hermanitos? —le cuestiono divertido.
—Para tener hermanitos tú tienes que tener novia y hacerle un bebé, que sería mi hermanito; pero si tú no tienes novia, no podrás hacerle un bebé, así que no tendré hermanitos —explica lentamente.
—¿De dónde sacaste eso? —pido saber sus fuentes, afectado por toda la información que acabo de recibir.
—Mi tío Alexahi —responde, orgullosa.
Y después el desgraciado pregunta porque no me gusta dejarlo cuidar a Lizy.
Niego con mi cabeza y tomo otro bocado del helado.
Dios, iluminalo o elimínalo.
Ya listo para dormir y en la comodidad de mi cama, analizo la locura de día que tuve hoy.
Suspiro, apagando la lámpara y dejando los lentes en un lado de la cama.
¿Lento? ¿Por qué soy lento?
Esto no me deja dormir.
No camino lento, ni conduzco lento...
—¡Ah! Si soy estúpido. —Con mi palma golpeo mi frente.
Soy lento, porque tardo en entender las cosas.
Cubro mi rostro con la almohada. Dios, que vergüenza ¿cómo no me dí cuenta?
De un momento a otro empiezo a reír como desquiciado. Que suerte que estoy solo.
«Y después dice que te rodeas de loco, cuando el loco mayor eres tú»
Cállate.
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