Capítulo díez: Dios, la burra y el buey

: hola, ¿A qué hora te fuiste? pensé que yo te llevaría a tu casa

Envío el mensaje y miro el techo de madera, concentrando mi atención en el ventilador que da vueltas.

Mi teléfono vibra, aparto la mirada y rápidamente lo desbloqueo. Es un mensaje de WhatsApp, solo no de la persona que esperaba.

alcohólico anónimo: me duele todo, ayuda

Ruedo mis ojos, y le doy una respuesta rápida a mi hermano.

: te tomaste hasta el agua de los perros de lexi, cómo planeabas sentirte??

La respuesta no tarda mucho en llegar.

alcohólico anónimo: me muero, estoy muriendoo

Me levanto del cómodo sofá donde estaba acostado y bajo las escaleras, me detengo en el piso de mi hermano.

—Ay, hermanito —me burlo al llegar a su habitación.

—Me muero, hermano mayor, me muero —responde el bulto de sábanas que se supone es mi hermano.

Rio, destapando su cabeza de las sábanas.

—¿Te busco algo? —cuestiono, jugando con sus rizos.

—Una pistola.

Ya casi es de noche y todavía no he recibido señales de vida de Raven.

«Celebramos antes de tiempo, si te odia»

Querrás decir nos odia.

Vuelvo a actualizar la bandeja de mensajes, no hay nada nuevo, solo ciento setenta y ocho mensajes del grupo de mis hermanos.

: de qué hablan??

No me leeré todos esos mensajes.

aXa: ALEXIS TIENE NOVIOOOOOO

melliza malévola: eso es falso, llizo

melliza malévola: NO LE CREAS

Axxxx: entonces te besas con él sin ser nada...?

Axxxx: tanto que te quejabas de axa, MAL AHI HERMANA

: quien es el afortunado

melliza malévola: nadie, no hay nadie

aXa: por que te alteras?

aXa: si no son nada no deberías alterarte

alcohólico anónimo: OOOOOH

alcohólico anónimo: te gano lexi, te gano

melliza malévola: anda a dormir Alexahi, ya se te pasó tu hora

: si que está alterada

Axxxx: y mucho

melliza malévola: buenas noches, me iré a dormir

melliza malévola: sueñen bonito <3

aXa: sueñen bonito? jummm ese deseo sonó falso

: muy falso

Axxxx: pobrecita, ella cree que se va a librar de nosotros tan fácil

: pregunta

Axxxx: respuesta

Tú: por qué estamos hablando por mensajes cuando estamos bajo el mismo techo????

—Ni idea —responden mis hermanos en unísono.

—¿La costumbre? —cuestiono riendo, dejando mi teléfono a un lado.

—O la flojera —señala Axael.

—También —agrega Xahi, todos reímos.

—No mentí cuando dije que me iría a dormir —aclara mi melliza, levantándose del sofá mientras se estira.

—Axael, hoy es el día de los enamorados —señala Axel.

—Sí, lo sé.

—¿Tu no deberías estar no sé... en una cita excesivamente cursi con tu prometido?

—Le tendré una sorpresa, cuando llegue del trabajo —anuncia, con una sonrisa.

—¿Qué tipo de sorpresa? —Xahi alza una de sus cejas. Axa ríe.

—Sí, hermanito. Es ese tipo de sorpresa —exclama gloriosa, ruedo mis ojos.

—Ya que sé que Axael no terminó con Dustin, me iré a dormir —se despide Alexis, saliendo de la sala de ensayo.

—Yo igual, buenas noches, hermanos.

—Dale una vuelta a Lizy —le pido, Alexahi asiente, saliendo de la habitación.

—¿Y Raven? —cuestiona de la nada Axel.

—¿Qué pasó con ella? —respondo con otra pregunta.

—Nada, solo preguntaba... ¿Pasó algo?

—No, ¿por qué?

—Porqué te alteraste, por eso —interrumpe, Axael.

—No lo hice, ¿o sí? —la última pregunta la agrego cuando mis hermanos me empiezan a ver mal.

—Si lo hiciste —exclaman al mismo tiempo, ruedo mis ojos.

—Raven me invitó a una cita —termino por decir.

—Maldición... ¡Tengo cuñada! —grita Axel, con sus puños al aire.

—¡Chasquidos, por favor!

—Uno —empiezo a enumerar—; no maldigas, Axel. Dos; No estamos en un bar. Tres; no somos nada. No estamos saliendo, no somos novios y menos amantes.

»Conclusión, Raven no es su cuñada —finalizo mi comunicado. Por alguna razón que no entiendo mis hermanos mayores ríen.

—No te gusta —se burla, Axel.

«Alguien está pasado mucho tiempo con Alexahi»

Demasiado tiempo, diría yo.

—No, no me gusta.

—¿Ni un poco? —intenta mi hermana.

—Ni un poco —respondo, viéndola con mis ojos entrecerrados.

—Si tú lo dices —no me agrada el tono de voz con que Axa habla.

Mi teléfono suena a mi lado, extiendo mi brazo para tomarlo.

Sonrío cuando veo el nombre en el identificador.

—Pensé que me odiabas —es lo primero que digo al responder.

—Buenas noches, Aleix. ¿Cómo ha ido tu día? El mío bien, gracias por preguntar.

—Hola, Raven. —Solo basto decir su nombre para que Axel y Axa empezarán a dar grititos como si algo no estuviera bien en su cabeza—. Me alegra mucho que tu día haya estado bien. —Me levanto del cómodo suelo de mármol y empiezo a caminar fuera de la sala.

—¿Por qué pensabas que te odiaba?

—Porqué te rechacé —señalo dubitativo.

—¿Por qué te odiaría por eso? —Bajo las escaleras, llegando al primer piso.

—Si no me odias, ¿por qué desapareciste? —Cruzo la puerta de la entrada y me siento en el último escalón.

—No desaparecí, traumado. —¿Traumado?

»A veces solo necesitamos espacio —explica. Asiento lentamente con mi cabeza, luego me doy cuenta que ella no me ve.

—Tranquila, lo comprendo totalmente —la única respuesta que obtengo de Raven es una risita, que me hace reír a mí.

—¿Qué haces, lento? —pregunta después de unos segundos, donde los únicos protagonistas de la conversación eran nuestras respiraciones.

—Iba a prepararme para dormir.

—¿Y Lizy?

—La dejé dormida en su cama hace un buen rato —expreso.

—¿Estás en tu casa?

«¿Y este cuestionario, Raven?, ¿tienes complejo de detective?»

Ay, cállate. Deberías estar celebrando que no nos odia.

Nope, estoy en la casa blanca. Iba a quedarme aquí hoy —explico, jugando con los hilos que salen de mi suéter.

—Ah, vale —responde sin ánimos.

—¿Por qué preguntabas?

—Por nada —exclama, rápidamente.

—¿Por nada? —Suelto una carcajada—, ¿segura que es por nada?

—Bueno... Digamos que no disfruto mucho estar en mi casa.

»Básicamente, quería invadir tu dulce hogar. —Estalla en risas, aunque parece más una risa nerviosa.

—Pensé que vivías sola —comento, dándome cuenta que estoy deshaciendo mi suéter.

«Chasquidos para ti, Aleix»

Había tenido mucho tiempo de paz sin ti.

—Ojalá —el tono soñador de Raven me hace reprimir una risa.

«¿Riéndote de Raven? Que mal amigo»

Que mala conciencia.

»Vivo con mi madre —concluye, yo no sé qué decir.

—Si quieres te paso buscando a tu casa —propongo.

—¿Y qué haremos? —pide saber más.

—No sé. Hace media hora pensé que me odiabas así que...

—Acepto.

—¿Tanto odias estar en tu dulce hogar, Raven Stokes? —cuestiono burlón. Volviendo a entrar al edificio.

—Sin comentarios —comenta riendo, la imito.

En el camino me encuentro con Axel y Axael, quienes están viendo algo en el televisor.

—¿A dónde vas? —cuestiona mi hermana, cuando tomo las llaves de mi camioneta.

—A buscar a Raven. —Alejo el teléfono de mi boca, así Raven no escucha la absurda discusión.

—¿Y para qué la vas a buscar?

—Pasaremos la noche juntos.

—¿Y harán qué?

«¿Otra detective?»

Axael siempre ha sido detective.

—No sé. —Me encojo de hombros—. Lo pensaré en el trayecto.

—Y Raven no te gusta —interviene esta vez Axel. Ruedo mis ojos.

—No, Axel. No me gusta —declaro, saliendo de la sala. Obvio ellos me siguen.

—No te gusta, pero irás a buscarla a las once de la noche para "pasar una noche juntos" —"imita" mi voz, lo que me hace estallar en carcajadas.

—Es solo mi amiga —lo corto, con el pomo de mi habitación en la mano.

Lo giro y me adentro al cuarto, mis hermanos se quedan en el umbral.

»Buenas noches, estrellita. —Dejo un beso en su frente y la cubro mejor con las sábanas—. Te amo. —Salgo de la habitación.

Gracias a Dios, a la burra y al buey.

«Exagerado»

Como seguía diciendo... El jarabe que recetó Asher hizo su trabajo. Lizy no ha vuelto a tener cambios abruptos en su temperatura.

Solo fue un susto, un mal susto.

»Pendiente de ella, por favor. Si su temperatura cambia o algo llámame, tendré mi teléfono cerca por cualquier cosa.

—Vale, papá oso.

El junte con Alexahi le está afectando, definitivamente.

—Idiota —hablo entre dientes, caminando a la salida—. No es necesario que me escolten —comento, cuando mis hermanos me siguen como un perrito a su dueño.

—Me llevarás a mi casa.

—¿Yo? —cuestiono riendo.

—Iba a decirle a Draco que me llevara, pero si vas para la misma ruta... ¿para qué molestarlo? —explica.

—Yo si los escolté —señala Axel, en el arco de la puerta de entrada. Axa y yo ya estamos en la acera.

—Gracias por escoltarnos, no podíamos haber perdido —añado, caminando hacia mi auto.

—De nada, perras —con ese lindo comentario regresa a su hogar.

El camino hacia el apartamento de Axael es silencioso.

—¡Te gusta Raven Stokes!

«Celebramos muy pronto. Otra vez»

—Y sigue y sigue. —Bufo, con mi mirada en el camino.

—Pero admítelo, te gusta. Aunque sea un poco —intenta, ruedo mis ojos.

—No me gusta.

—¿Por qué eres tan amargado?

—¿Por qué eres tan intensa? —contraataco, viéndola, aprovechando que estamos en semáforo rojo.

—Lo siento. —Se hunde en su asiento.

Automáticamente la culpa me consume.

—No me gusta Raven. ¿Podrían dejar de insistir en el tema, por favor? —pido, con cuidado.

—Bueno, está bien —acepta.

«Chasquidos, por favor»

»Si te permitieras que te gustara estaría seguro que te gustaría.

«Otra vez, celebramos demasiado temprano»

—¿Por qué crees que no permito que me guste?

—¿Por qué tu última relación te dejo con traumas y crees que todas las mujeres estamos locas...?

Esto es personal.

Apoyo mi frente en el volante, aprovechando que no tengo el cinturón.

—Tal vez tengas razón. No permito que gente nueva entre en mi vida, mucho menos con intenciones románticas. —Retomo mi postura en el asiento, está vez si me pongo el cinturón de seguridad.

—Yo siempre tengo razón —añade, con desdén.

—Tonta —la acuso. El semáforo cambia a verde, pongo el automóvil en marcha.

—Te amo, hermanito. Solo quiero que seas feliz.

—¿Por qué mi felicidad dependería de una persona? —la interrumpo.

—No me refiero a eso —chasquea su lengua.

»Me refería a que... A veces solo queremos estar y hacer cosas con la persona que nos tiene enamorados. Hacer cosas cursis y despertar con la persona que amamos todos los días. Sobre todo tú.

—¿Sobre todo yo?

—Sí, sobre todo tú. Te dejó de gustar una niña cuando tenías nueve solo porque su nombre no combinaba con nuestro apellido —me acusa, con los ojos entrecerrados.

—¿Mérida Miller? ¿Vas a decir que no suena horrible? —no puedo evitar decir, mi hermana solo ríe.

—Tienes razón, suena muy mal.

»Tenías solo nueve años, ¿porque debía preocuparte si combinan o no los nombres?

—Porque sí, esa era mi mayor preocupación —confieso, Axa ríe.

—Raven Miller, no suena mal. —Axael ríe de su propio comentario, yo solo niego con mi cabeza.

—Son veinte dólares —aviso, deteniendo la camioneta frente a su casa.

—Idiota. —Rueda sus ojos, saliendo del auto.

Espero a que mi hermana entre a su casa para seguir con mi camino.

: te has emborrachado??

Raven: No solo beber, así que la respuesta es no :)

: creo que ya sé que haremos hoy

Raven: que cosa??

: lo averiguaras pronto

: por cierto, estoy abajo de tu edificio

No recibo respuesta de Raven, pero en menos de dos minutos la tengo de copiloto.

—¿Nos embriagaremos? —cuestiona confundida.

—Yo lo quiero hacer, ¿te apuntas? —Le regalo una sonrisa de medio lado, ella se pone el cinturón.

—Por supuesto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top