Capítulo 40

Los chicos se encontraban entre risas y abrazos disfrutando de esa tarde. Julie y Kang aun no podían creerse que tuvieran el trofeo allí mismo, escondido entre varias mochilas para que nadie se los robaran. Marc se alegraba por su exnovia, ya que sabía lo mucho que significaba ese concurso para ella.

— Me alegro mucho por ti, Julie — la abrazó y le dedicó una amplía sonrisa —. Al final supiste escoger y cumplir tu sueño.

— No podría haberlo hecho sin ti, Marc. Tú siempre me has apoyado.

La tarde se convirtió en noche rápidamente, y cuando se quisieron dar cuenta ya era el día siguiente. Una chica interrumpió a Julie y Kang cuando estaban bailando pegados.

— Bueno, Kang, a ver como te escapas de ésta — le pegó un tortazo, el cual le hizo retroceder varios pasos. Los ojos de la chica estaban nublados por las lágrimas.

— Melanie, pu... puedo explicártelo todo, pero mejor vámonos fuera...

— ¿Quién es esta chica, Kang?

— Soy su novia. Pero la pregunta correcta sería, ¿quién coño eres tú?

— ¿Tú... tú novia? — Miró a su compañero de baile a los ojos —. Guau... al final si que has sabido jugar con mis sentimientos, enhorabuena ya has conseguido lo que querías... Ahora olvida mi nombre, ¿quieres? Tú hermana...

La chica salió del restaurante con su bolsa de tela y el trofeo entre sus manos. Kang fue a seguirla, pero Marc se adelantó a él. Mandy miró al chico a los ojos.

— Kang, pensé que ya no hacías estas cosas. Buena suerte en tu vida, ha sido un honor ser tu profesora — salió del restaurante en busca de su sobrina.

— Vaya, quién lo iba a decir... disfruta con tu chica, o con tus chicas, ya me espero todo de ti... — Jenna también salió de ese lugar, dejando a Kang y a Melanie a solas. la chica comenzó a gritar a su novio mientras este tenía ganas de matarse y de llorar y gritar lo que nunca había gritado.

Ahora sí que la has cagado... muy bien hecho Kang...

Julie se había sentado en el suelo de la estación de metro, con la cabeza encogida entre sus brazos. No podía creer lo que acababa de vivir allí dentro. Se sentía sucia y estúpida, se había dejado enamorar por unas palabras cursis y por esos ojos.

— Ey, Julie... — el chico se sentó a su lado —. ¿Estás bien?

— Marc, yo... yo no sé qué hacer, no sé qué decir... yo... me... me siento basura... me he dejado engañar por él de nuevo... tenías razón, la gente no cambia de la noche a la mañana. Y me he dejado engañar por cuatro cosas que ha dicho e incluso corté contigo... Yo... Me siento sucia, Marc.

— No tienes por qué sentirse así, Julie. Estoy aquí para ti...

— Lo siento mucho... de verdad que lo siento... me equivoqué cortando contigo... Tú siempre nos has ayudado y apoyado en todo, y voy yo y te lo agradezco así... De verdad que lo siento.

— Yo también lo siento, no estuvo bien no contarte nada. Pero no tienes por qué culparte, nos podría haber pasado a cualquiera.

— ¿Y qué pasaría sí volviéramos?

— Julie... yo no...

— Sí, ya sé que la he cagado y la voy a volver a cagar, pero eso es lo que hacen todos los humanos, ¿no? Aún tenemos arreglo, juntos. ¿Y si lo volviéramos a intentar?

— Julie... — la tomó de las manos y la miró a los ojos —, me encantaría poder volver contigo, de verdad que sí. Eres la chica que más he querido de todas las que he conocido, pero...

— ¿Pero qué, Marc?

— Mañana a primera hora de la mañana me voy a Alemania con Chloe.

Julie no pudo evitar quedarse paralizada. ¿Acaso Marc iba a abandonar?, ¿así, tan de repente?

— ¿Có... cómo? No, no, no... no puedes irte Marc, no puedes dejarme sola... Me moriría sin ti.

— Julie, no te quedarás sola... tienes a Emily.

— Pero Emily no está bien, y nunca creo que vaya a estarlo... necesito a alguien con quien poder llorar y reír siempre que lo necesite. Te necesito a ti, Marc.

— Julie, mi cielo... — le acarició la mejilla —. No puedo cambiar de planes ahora, también tengo que ayudar a Chloe. Creo que su madre se quitó la vida por culpa de su padre, y me da miedo que pueda hacerle algo.

— ¿Y no podrías ir a buscarla y volver los dos?

— Julie, las cosas no van así, no siempre sale todo como creemos, pero no significa que sea algo malo. Igual el destino te tiene algo mejor preparado para ti — levantó la vista a las estrellas —. Igual vuelves a brillar más que ellas por alguien mejor que yo.

— Eso nunca, Marc, nunca — miró las estrellas durante unos instantes —. Mi padre me ve desde ahí arriba, brillando solo para mí — apoyó su cabeza en el hombro de este —. Tu no me abandones... necesito que cuando vea algo también te vea a ti...

— Los copos de nieve también son de tu padre, pero no me importa compartirlos con él... — ambos se miraron con los ojos llorosos —. Mi copito de nieve, te quiero con toda mi alma. Buscaba algo en este gran universo, hasta que encontré al universo personificado.

Julie se acercó a su chico, con lágrimas en los ojos, a la vez que apoyaba sus labios en la comisura de los de él. Vió como una estrella fugaz pasaba por el cielo, iluminandolo todo. Papá...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top