Capítulo 6
La casa olía a café.
Quiso acomodarse mucho mejor... Casi se cae, tuvo que agarrarse muy bien.
—Carajo —murmuró por lo bajo, talló sus ojos un par de veces, lo hizo por un largo minuto.
El olor a café recién hecho hizo que su estómago se revolviera, odiaba mucho el café, no entendía por qué había muchas personas que les gustaba, a tal grado de tomarlo a cualquier hora del día, su sabor amargo hacía que le doliera el estómago, cuando alguien le ofrecía un poco, decía que era alérgico, era algo así como su vieja confiable.
Estiró sus pies al otro extremo del sillón, arqueó su espalda para que sus huesos tronaran un poco, después movió su cuello para ambos lados, escuchó como este también tronaba.
Y si, no podía ser aún más extraño —de lo que ya era —se preguntaba por qué su cuerpo no dolía, ya que los sillones de su casa no solían ser para nada cómodos, quizá se debía a qué cierto chico, con hermosos ojos durmió abajo de él, a veces sus instintos podían llegar a ser su enemigo.
Casi se hecha a reír cuando vio sus tenis en sus pies, no podía creer que se haya dormido con los tenis puestos, tenía dos opciones, la primera; estaba muy cansado como para subir a su habitación y cambiarse de ropa por algo mucho más cómodo y la segunda; simplemente se durmió al sentir el aroma de Taehyung, podía usar de excusa las dos opciones.
Había mucho ruido en la cocina, e incluso varios murmullos que provenían de Taehyung.
Taehyung, Taehyung, Taehyung.
Había pasado la noche con él.
Justo ahora estaba muy apenado, nunca había dormido con nadie, estaba acostumbrado a dormir solo, con una almohada a su lado y con el frío de la noche como único compañero, porque la mayoría de las noches pasaba frío, así se tapará con dos cobijas gruesas y calientes, pero anoche durmió muy bien, cálido y cómodo, a pesar de que durmió arriba del alfa, se preguntaba, cómo le hizo para no despertarlo, cuando se levantó del sillón.
Se puso de pie y fue hasta la cocina, se quedó parado en el marco de la puerta, viendo como Taehyung hacía el desayuno y muchas más cosas.
—Preparo un omelette ¿si te gusta? —no lo volteó a ver, aún seguía moviendo varias cosas en la cocina.
—No suelo comerlo a menudo, pero sí, si me gusta.
—¿Café?
¡No!
—Paso, prefiero un té.
—Está bien, pondré agua para hacerte un té.
No contaba con eso.
—Puedo hacerlo yo, no es necesario que hagas todo — se apresuró a decir, —en serio, puedo hacerme un té.
—Noooo —alargó la o y sonrió.
¿Por qué demonios estaba sonriendo?
—Iré a tomar un baño. Puedes tomarlo también, no me molesta —suspiró,
—quiero decir... Juntos no, eso no sería para nada normal, puedo tomar yo el mío y luego tú el tuyo... Tengo ropa grande y así.
—Está bien. Anda, ve a bañarte. —Caminó hasta las escaleras, más bien corrió y casi se tropieza, su pie derecho se dobló y tuvo que apoyarse en el barandal. La cama estaba hecha, justo como la última vez que entro, la luz entraba por la ventana que estaba aún lado de la cama.
Miró la hora. Eran las nueve de la mañana con diez minutos.
Eligió la ropa que usaría ese día, sus típicos suéteres más grande que el, de un color rojo bajo, casi rosita, sus pantalones negros —muy pegados, que hacían forma en sus piernas y trasero —y, por último, los zapatos que ya tenía puestos, no tardó mucho en la ducha, está vez no, quería desayunar con Taehyung, probar el desayuno que había preparado para ambos.
Por su cabeza cruzó el pensamiento de que, si fuera el omega de Taehyung, despertaría con el alfa, preparando el desayuno mientras él se iba a bañar, todos los días, se sonrojó de tan solo pensar en eso, ni siquiera sabía de dónde había salido ese peculiar pensamiento, pero bueno, siempre podía echarle la culpa a su omega.
Se miró un momento en el espejo, siempre había sido delgado y con muchas curvas, su trasero no era muy grande, aun así todos siempre estaban preguntándole si era real o si se lo había operado, a lo que siempre respondía muy amablemente "Es más real que el amor que ese alfa tuyo te jura" si, siempre daba esa amable respuesta.
Cuando se cambió se apresuró en bajar a desayunar.
El alfa estaba mirando su teléfono, con el ceño ligeramente fruncido, en sus manos había un par de anillos, casi se derrite al tener esa vista.
Ambos se fueron a la mesa para poder conversar más a gusto.
—¿Mucho trabajo? — preguntó un tanto tímido.
—Más bien problemas en la empresa.
La empresa, Jungkook tenía que ir para poner todo en orden, ya que sabía que todos los empleados iban a estar como locos, y también sabía que cuando pusiera un pie dentro de la empresa, le iban a llover varios informes y más informes, juntas que su padre seguramente tenía pendientes y quizá todo se volvería estresante. Tenía que admitir que le daba miedo no hacer muy bien su trabajo, sus padres siempre fueron duros con él, y se podía decir que lo educaron para que hiciera todo bien o al menos eso pensaba.
—Hablando de eso, quizá me encargue de la empresa por unos días, aunque la verdad no tengo ni la menor idea de que es lo que tengo que hacer... Mi padre siempre está de un lado a otro y siento que eso me va a ¿Frustrar?
—Puedo ayudarte con todo lo que necesites, —tomó la mano de Jungkook y la acarició.
Carajo. Carajo. Carajo. Carajo. ¡Carajo!
No quería ponerse húmedo.
—G-Gracias —fingió toser, —lo voy a considerar. —Taehyung le guiño un ojo.
"Estamos goteando lubricante, Jungkook"
¡Carajo!
El omega apretó sus piernas, no quería que el alfa se diera cuenta de que estaba goteando lubricante, quería ir a su habitación para cambiarse de pantalones y ropa interior, pero había un miedo en el, miedo de que la silla también se haya mojado con su lubricante natural.
—¿Dormiste bien? —quiso desviar su atención de sus pantalones.
—Dormí mucho mejor, eres muy liviano y cálido.
Siempre tan directo.
—Lo mismo digo. No me di cuenta cuando te levantaste, ¿cómo lo hiciste?
Se encogió de hombros.
—Cuando me moví casi te caes, es broma. Me las arreglé para no despertarte, te veías tan lindo dormido, quise tomarte una foto, pero sabía que no era correcto.
"Más lindo no puede ser"
—¿Lindo? Nadie es lindo.
—Oh.
—¿Iras al hospital?
—Sí, pero será como a las cinco o seis. ¿Qué día es hoy?
—viernes.
—¿viernes? Dios, olvide que los viernes Jimin, Hoseok y Namjoon vienen a ver películas. ¿Iras a tu hotel? ¿A un departamento?
—¿Quieres que me vaya?
—¡No! ¡Eso no es lo que quise decir! Lo siento.
—No tengo problema en hacerlo, si quieres estar con tus amigos te daré tu espacio.
—Me gustaría que te quedarás.
—¿Estás seguro?
"Si lo estamos"
—Absolutamente sí.
—Está bien, me quedo.
—Genial. —sonrío a tal grado que sus ojos se cerraron un poco y aún lado, en el costado de sus ojos se formaron unas pequeñas arrugas. Taehyung tocó dichas arrugas, lo que hizo que Jungkook sonriera aún más, y el alfa sin dudarlo susurro:
—Estar a tu lado se siente como estar en mi hogar.
Jungkook se quedó quieto, sintiendo los dedos del Alfa sobre su cara. Quería salir corriendo.
—¿Ah? —susurro.
—Quiero vivir aquí, justo a tu lado. —Jungkook cerró sus ojos, deseando no sonrojarse de nuevo.
—Pero...Pero ¿qué dices? — sentía que el aire le faltaba.
—Sé muy bien que escuchaste, no hay necesidad de que lo vuelva a repetir.
Taehyung se paró de la silla, estaban cerca, quizá demasiado. Su mano fue directo hasta el cuello de Jungkook, en donde la dejo un buen rato, acariciando el cuello del omega. Fue raro cuando lamió su cuello, o sea, ¿Cómo es que podía estar tan inclinado sobre una mesa?
—Taehyung...
Estaba perdiendo todo su auto control.
—¿Crees que no me di cuenta de que estas lubricando? —y definitivamente Jungkook quería morir en ese momento. —Tu aroma cambió, no sabía que podías ser tan sensible.
—No sigas... Para... —En realidad no quería que parará de decir esas cosas.
—¿Siempre eres así? Sensible y...
El timbre sonó.
Fue un alivio para Jungkook, literalmente fue salvado por la campana.
—Ire a mi habitación.
Taehyung caminó hasta la puerta para ver quién era.
Cierto alfa, estaba en la puerta. Su mirada mostraba cansancio y también que había llorado.
—¿Está Jungkook?
—Namesis, ¿verdad?
El alfa lo miro divertido.
—Es Namjoon.
—Oh disculpa, suelo ser muy malo con los nombres.
—Se nota.
—Pasa, Jungkook se está cambiando.
Namjoon siempre estaba serio y se mostraba intimidante, pero al final su lado dulce siempre salía.
—Entonces, ¿Puedo preguntar por qué estás aquí?
—No quería que Jungkook estuviera solo, creí escuchar que tú le dijiste que me quedara.
—Sí, pero jamás creí que te ibas a quedar hasta la mañana.
—No fue planeado.
—Lo sé. —suspiró y se sentó en un sillón. —No habíamos tenido la oportunidad de hablar.
—Siempre estoy ocupado.
—Con Jungkook — se apresuró a decir, —es divertido ¿no?
—Algo tímido.
—Deja que tenga más confianza y créeme que no podrás quitártelo de encima.
—¿Son muy amigos?
—Casi hermanos, no te sorprendas si un día lo escuchas llamándome hermano, es algo que hemos estado haciendo estos últimos meses, es feliz a tu lado —dice despacio, —sus ojos brillan cada vez que te ve o se sonroja, lo he visto un par de veces... Realmente me gustaría verlos juntos.
—Dios, creí que seríamos algo así como enemigos.
—¿De qué hablas?
—Jungkook. Sé que intentaste cortejarlo y...
—Eso pasó hace tiempo. No debes preocuparte por mí —le dio una sonrisa. — Ahora solo lo veo como un amigo y quiero lo mejor para él.
—Ya.
—No lo hagas llorar.
—¿Cómo podría?
—No lo sé, pero simplemente nunca, nunca lo hagas llorar —resaltó el nunca, —odia llorar. Y creeme, te odiare si lo haces llorar.
—Está bien.
—No debes preocuparte de mí, sino de Jimin, suele ser aún más protector con él. —Mientras hablaban, Jungkook escuchaba la conversación que ambos estaban teniendo.
—¿Estarás en la noche?
—Sí, Jungkook me ha pedido que me quede a ver películas.
—Era de esperarse, aunque en realidad, nos la pasamos más riendo que viendo la película o haciendo cualquier otra cosa, suelen tratarme como un omega, es genial que haya otro alfa en el... No importa.
—No me imagino lo que te han de hacer. —bromeó.
—¡Deja te cuento! Compraron un perfume que tenía aroma a omega y me hicieron salir a la calle con eso y con una maldita mini falda.
Ambos alfas estallaron en risas.
Namjoon era un alfa muy risueño —bueno no siempre —pero si era muy amable.
A Taehyung le cayó muy bien.
—¡Hola! —la voz chillona de Jungkook se escuchó por la sala. El omega tenía otro pantalón negro, corrió para abrazar a su amigo, quien lo recibió con los brazos abiertos.
—Te he dicho que no corras.
—Y nunca te hago caso. ¿Has llorado?
—Quizás.
—¿Por qué? ¿Has visto a mamá? ¿Qué te ha dicho?
De tan solo pensar en ella, le daban ganas de volver a llorar. Namjoon había llorado casi toda la noche, escribiendo una carta, una maldita carta, la cual estaba en un sobre blanco, sobre su mesa de noche, tenía pensado en enviar esa carta muy pronto, sabía que esa carta iba a destrozar a varias personas, estaba consciente de eso, pero también era consciente de que todos merecían saber lo que estaba escrito en ese pedazo de papel blanco.
—Es muy temprano para hacer preguntas, Jungkook. —trató de sonar serio, no funcionó.
Jungkook gimió, frustrado.
—¿Que películas veremos hoy? —cambió de tema.
—La que sea está bien.
—Mmm. Después nos ponemos de acuerdo en eso—chasqueo la lengua,
—¿nos vamos ya?
—Si —ambos alfas hablaron al mismo tiempo.
Los tres salieron de la casa, Namjoon se fue directo a su auto, en donde puso algo de música y manejó hasta la empresa.
✷✷✷
Trataba de poner su máxima atención en su amigo.
—...Y compramos un perro—le oyó decir, —¿Sabes cómo le puso? ¡Jiminie! ¿Me quiere joder? ¿Quién se le ocurre ponerle así a un perro? ¡Exacto! a Yoongi.
Quería echarse a reír.
—Jiminie es un bonito nombre. Aunque quizá no para un perro, teniendo en cuenta que tu nombre es Jimin. —aguantó la risa.
—Vamos, si quieres puedes reírte.
Jimin tenía aproximadamente una hora al lado de Jungkook, ayudaba a su amigo a ordenar los informes que los empleados le estaban dando, estaban en los comedores, ya que no quería que nadie, absolutamente nadie entrará a su oficina. Taehyung había formado una fila, en donde todos los empleados iban y dejaban todos los informes a su oficina, después el alfa iba con Jungkook y le daba todos esos papeles con letras pequeñas.
Estaba un poco mareado, había pasado casi toda la mañana leyendo y leyendo, su vista se estaba cansando. Tenía unos lentes en su oficina, pero le daba mucha pena ponérselos, ya que nadie lo había visto usando lentes. Hace un mes compró lentes de contacto, pero no tenía mucha paciencia para ponérselos, así que descartó esa idea.
—Te hará sentir mal.
—Para nada, incluso yo me he reído de eso.
Amaba su amistad con Jimin, el omega siempre estaba para él, literalmente parecía ser un chicle pegado a Jungkook, le era muy difícil separarse de él. Casi no peleaban, y cuando lo hacían era algo muy trágico, pues ambos omegas se ponían muy agresivos y aventaban cosas, en una ocasión se dejaron de hablar por casi dos meses.
—Necesito ver a Yoongi para que me diga porqué le puso ese nombre.
—¡Si! Hobi se rio por una hora cuando le conté. A ese cabeza de tomate todo le da risa. —fingió molestia. —Por cierto, ¿qué película veremos hoy?
—No lo sé. Namjoon dijo que cualquier película estaría bien, pero la verdad es que no sé cuál.
—Tengo una idea— una sonrisa apareció en su rostro, —cincuenta sombras de Grey, aunque tú puedes subir a tu habitación con Taehyung y hacer su versión del libro. —alzó ambas cejas repetidas veces.
—¡No! ¿De dónde has sacado eso? —frunció el ceño, —Taehyung y yo somos... ¿amigos? Creo que ni a eso llegamos.
—Podrían ser algo más que "amigos"
—No, gracias.
—¡Estás que te mueres por él!
—No grites —le dice en voz baja, —estoy enfrente de ti, no hay necesidad de que andes gritando como un loco.
—¡Así hablo! —Jungkook negó divertido.
Jimin siempre hablaba alzando un poco la voz, todos siempre estaban diciéndole que bajara la voz y demás cosas.
—Como sea. No me gusta, no es mi tipo.
—Y dale con eso —golpeó la mesa, —ni is mi tipi.
—Deja de hacer eso.
—Primero acepta que te gusta.
—No me gusta.
—Claro que sí.
—No.
—Si.
—¡No!
El omega frotó su frente con su mano, quería acabar de leer todos los papeles que estaban sobre la mesa y una silla.
—Mira, ¿Qué es eso? ¡Taehyung con otra omega! —señaló.
Jungkook volteó a ver a dónde Jimin señalaba, pero para su mala suerte era una broma.
—Bueno, —tal vez me gusta un poco. —y como si lo hubiesen invocado, el alfa comenzó a caminar en dirección a ellos, luciendo un gran traje negro, el cual había mandado a traer de su casa, parecía caminar en cámara lenta, se veía tan perfecto con el traje que tenía. —Quizá más de lo que creo.
—¡Si! ¡Ve y dale un beso!
—Jimin, eso no se dice.
—dice entre dientes. —Hola, Taehyung. ¿Qué te trae por aquí?
—Vine a dejar unos últimos informes —miro a Jungkook, después a la silla que tenía una montaña de puras hojas. —Oh.
Jimin saco su teléfono, comenzó mandar varios mensajes, riendo y tecleando varias cosas, Jungkook supuso entonces que estaba hablando con Yoongi. Su teléfono sonó en ese momento.
—¡Hola, nenito! Estoy con Jungkook en la cafetería y con Taehyung — dice levantando la voz, —el futuro alfa de Jungkook, pero ambos son unos tontitos y no saben cómo declararse su amor. —Jungkook apretó sus labios, para evitar decir algún comentario. Taehyung por su parte, rasco un poco su cabeza. —Quizá necesitan una pequeña ayudadita, pero hay que dejar que ellos batallen. ¿Cómo va tu día? ¡Genial! Cuando llegue te daré una sorpresa. No, no puedo decirte que es.
—¿Has terminando?
—Hablamos luego, Jungkook se está desesperando. —mando unos cuantos besos antes de colgar. —Me voy. Adiós.
Jungkook le hizo una seña para que Taehyung tomara haciendo en donde antes estaba Jimin.
—Si esto es lo que haré cuando sea dueño de la empresa, creo que solo duraré una semana.
—Opino lo mismo.
—¿Cómo va tu día? —se atrevió a preguntar.
—Bien, no tan casando. ¿Por qué preguntas?
—Quería ser amable, no volveré a preguntar.
Taehyung ladeo sus labios en una sonrisa un tanto burlona.
—Puedes preguntar lo que sea, no me molesta. Es solo que, se me hizo algo raro, ya que nunca me habías hecho esa pregunta.
—Estoy comenzado a ser más amable con todos. ¿Cómo voy hasta ahora, señor, trato a todos con amabilidad?
—De un diez tiene un cinco.
Frunció el ceño.
—Aburrido.
—¿Ya comiste?
—No.
Taehyung se preocupó.
—¿Por qué?
—No te tenido tiempo.
—Iré a comparte algo para que comas.
—No es necesario, puedo comer algo después.
—Nada de eso, iré a comparte algo y no es una pregunta. No puedes estar pasando hambre solo por poner el trabajo primero.
Se sentía regañado.
—Está bien, Dios.
Taehyung se paró de la silla, se quedó matando tiempo en arreglar su traje, quería darle un pequeño beso en su nariz o frente, se veía tan perfecto, concentrado y con el ceño levemente fruncido.
—¿Qué pasa? —dijo el omega, confuso, iba a agregar algo más, pero unos labios se posaron en su frente, justo arriba de sus cejas. Fue raro, lo fue porque sintió algo en su estómago, quizá eran esas famosas mariposas de las que todo el mundo hablaba.
—Oh.
El alfa sonrió satisfecho, mirando su expresión, la cual era confusa, tenía su boca un poco abierta y la mirada baja. Estaba avergonzado.
Taehyung salió de la cafetería de la empresa, sabía que a Jungkook no le gustaba la comida de ahí, era pésima, era muy simple, demasiado simple. Quería que comiera algo sano y rico, pero no tenía ni idea de que, supuso que no le gustaba comer ensalada, así que descartó esa idea, tuvo la idea, de comprarle un licuado, como el que había comprado en la tienda de Los Fender, no quería ir a comprar ahí, no quería ver la cara de ese alfa.
Jungkook.
Toda en su mente ahora era, Jungkook.
Ese omega lo tenía como loco, con su sonrisa pequeña y labios delgados, sus ojos brillantes. Quería todo de él, su risa contagiosa, su mirada intimidante y su hermoso cuerpo, él era diferente, no solo por el simple hecho de que sus aromas eran muchos, sino que, había algo en él que lo hacía diferente a los demás.
Recuerda que cuando lo vio por primera vez, el nerviosismo se le notaba a kilómetros, recuerda a la perfección el aroma a uva que el omega desprendía, sin duda, le era muy difícil olvidar ese día.
Quería cortejarlo.
Quería darle más que una rosa blanca y sin ningún significado, quería cortejarlo como sus padres le enseñaron, a la forma tailandesa, con una linterna flotante, un broche que sea símbolo de sus aromas y las otras cosas, sabía que, se merecía más que una rosa blanca. Quería poder besarlo libremente a cualquier hora del día, y que no le importara si las demás personas los vieran, cuando estaba con él, no le importaba nada más que hacerlo feliz.
Sería difícil.
Lo sabía porque Jungkook no era fácil, no era de esos que se conforman con una simple rosa y una cita al cine o a otro lugar, iba a tratar de hacer todo lo posible para tener a ese omega a su lado, con su marca. De tan solo pensar en la idea de que portara su marca, se sentía muy feliz, su alfa aullaba de alegría.
Se iba a esforzar para ser un buen alfa para Jungkook, porque él se merecía ser tratado bien, admitía que quería estar oliendo el cuello del Omega a toda hora, sintiendo su dulce aroma, ese que nadie más le ha dicho que tiene, se sentía muy afortunado de saber cuál era el tercer aroma de Jungkook, su verdadero aroma, ese que solo un destinado puede percibir. Lo sabía desde el primer día que lo vio, no era un aroma muy común en omegas, pero tampoco lo había olido en alfa.
Llegó a dónde iba a comprar el licuado de Jungkook, se bajó de su auto y entro al local.
Olía a chicle de moras.
—Un licuado de plátano con cacahuate por favor.
—¿Algo más? —Negó.
Tan solo bastaron unos minutos para que el licuado estuviera listo, la linda beta que lo atendió, le entrego su pedido con una sonrisa en su rostro.
Enfrente del local de licuados había una joyería, no dudó en ir hacía ella.
Había una gran variedad de collares, brazaletes, aretes y más cosas que tenían diamantes, se fijó en unos hermosos brazaletes de cortejo que había en una estantería, todos eran bonitos y de diferente diseño, siguió viendo todo lo que estaba ahí, en las estanterías de vidrio por un rato más.
—¿Busca algo en especial?
—¿Hacen cosas personalizadas?
No tardó mucho en la tienda, le dijo a la chica exactamente lo que quería, dejo instrucciones exactas, quería que todo saliera como él se lo imaginaba en su mente, compró una cajita feliz para que Jungkook comiera junto con el licuado y regresó a la empresa.
No tardó mucho en llegar, Jungkook seguía sentado en el mismo lugar.
—Llegue — puso dos bolsas en la mesa, ayudó a Jungkook a quitar todos los informes que estaban desparramados por toda la mesa.
—Has tardado un poco, pensé que te habías ido a tu casa o a otro lugar.
—Me distraje en algo.
Jungkook comenzó a rebuscar en la bolsa que Taehyung había dejado ahí, soltó una risa al ver el contenido.
—Una cajita feliz, no recuerdo la última vez que comí una.
—También compré un licuado de plátano con cacahuate.
—Gracias. —El omega comenzó a comer muy a gusto.
—Aprovechando que estamos solos —acomodó su traje y peino su cabello,
—me gustaría terminar de hacer lo que estábamos haciendo en la cocina, justo antes de que Namjoon llegará a la casa, —Jungkook se atragantó con la hamburguesa.
—¿Qué?
—Sé que escuchaste muy bien, admito que te quería besar.
—¿C-Cómo dices? sentía como su garganta le picaba por la falta de agua.
—Quería besarte, quiero besarte. —se corrigió.
Jungkook se quedó callado, tenía comida en la boca y le era muy difícil masticar, miró para todos lados, deseando no sonrojarse.
—¿Le dices eso a todos? —se atrevió a preguntar.
—No.
—Mientes. Estás mintiendo, quieres hacerme creer que soy el único al que le dices esas cosas.
Y vaya que estaba realmente equivocado.
—Eres muy lindo.
Quería decir; lo sé, me lo dicen todo el tiempo, pero no encontraban su voz, era como si, se la hubiesen quitado.
—Me gustaría invitarte a una cita. —y esa fue la gota que derramó el vaso.
¿Enserio le estaba pidiendo una cita? ¿De verdad? No podía creerlo.
Con el simple hecho de pensar en que podría tener una cita con Taehyung, se le ponían los pelos de punta. Nunca imagino tal cosa, de hecho, nunca imagino que el socio de su padre le iba a llegar a gustar, porque si, ya le había dicho a su amigo que le gustaba.
Y, a decir verdad, le daba miedo el amor, le daba mucho miedo enamorarse de Taehyung y que este hiciera algo que lo destrozara, le daba miedo no ser lo suficientemente bueno para él, tenía miedo a muchas cosas, pero al amor siempre era lo primero.
¿Qué debía responder? ¿Un sí? No sabía.
—Debo ir al hospital.
—¿Quieres que te lleve?
Mierda, lo había dicho en voz alta.
—Puedes responderme cuando quieras, no es necesario que sea hoy, toma tu tiempo, despeja tu mente.
Pensó en que quizá lo había hecho sentir mal.
—Puedo ir solo al hospital.
—Has regresado en mi auto.
No pensó en eso.
—Puedo tomar un taxi.
—¿Y si te asaltan?
—Iré en el autobús.
—Te pueden faltar al respeto.
—Caminando.
—No, yo quiero llevarte.
—Pero yo no quiero que me lleves.
—Igual te llevaré.
¿Por qué le gusta complicar todo?
—Está bien. — dice al fin.
Fueron directo al auto y una vez más, pudo oler el aroma de Taehyung, impregnado en todo el auto.
Se sentía triste.
Podía sentir como el alfa daba leves suspiros, tenía ganas de llorar y era su culpa.
—No es que no quiera salir contigo, es solo que no me siento listo para estar contigo en una cita, a solas. Siempre digo cosas estúpidas, y aburren a los demás, no quiero que te sientas así estando conmigo—pauso, —no me gustaría ir a una cita con alguien que piensa que soy aburrido, o que me diga que soy demasiado infantil, puedo verme como una persona normal, que tiene el ego hasta las nubes y manda a volar a todos, pero en realidad soy completamente diferente, algunas veces no tengo autoestima, también suelo llorar en las noches, soy un desastre, no sé lo que quiero, he pensado en regresar a terapia, realmente pienso que necesito regresar. Hay varias cosas que siempre están en mi cabeza, y me dan ganas de decírselas a alguien, pero cuando estoy a punto de decirlo, no encuentro las palabras exactas.
Taehyung se quedó sin palabras.
—¿Sabes por qué nunca acepto un cortejo? porque sé que los alfas solo me buscan por el dinero de mi padre, no porque les guste o les parezca lindo, me ven como un objeto, como un cuerpo al cual creen que pueden follar todos los días, no quiero que nadie me vea así, como un objeto, no lo soy, se me hace injusto que solo por ser omega digan que no puedo hacer trabajos de alfa; como jugar fútbol, ser arquitecto o cualquier otra cosa, los omegas somos más que simples incubadoras de bebés, un omega también tiene derecho de hacer las cosas que un alfa hace ¿Ahora entiendes?
—Sí, Jungkook —se aclaró su garganta. —Y quiero que sepas que yo no te veo como un objeto o como una incubadora de bebés, sé que puedes hacer muchas cosas y eso me gusta de ti, me gusta que nunca sigas los estúpidos estereotipos, que seas tú mismo, en el tiempo que tenemos trabajando juntos, nunca he llegado a pensar que eres aburrido o infantil, está bien que seas así, está bien que te gusten los libros para colorear o los juegos de mesa, la persona que quiera estar contigo no tiene porqué burlarse de tus gustos.
—¿Por qué eres así?
—¿Cómo?
—Amable y lindo. Siempre dices cosas que logran calmarme... Y si te soy honesto, me confundes. — miro hacía la ventana. —Haces que quiera estar contigo, pero a la vez no, porque una parte de mi piensa que solo dices cosas lindas para que caiga rendido a tus pies y otra parte piensa que lo dices de verdad.
—Todo lo que te he dicho es verdad, no tengo que mentir.
—¿Quieres estar conmigo?
—Si.
—¿Deseas marcarme?
—Es lo que más quiero.
—¿Y si conoces a una omega más linda?
—Nadie es más bonito que tú.
Llegaron al hospital.
—Te veo luego, Taekyun.
—Jungoom.
Jungkook bajó del auto del alfa y caminó hasta la entrada del gran edificio.
"¿Qué piensas hacer ahora?"
—Preguntar.
"¿Qué vas a preguntar?"
—Sobre el amor.
"¿A quién?"
—A mamá.
"Ella se pondrá feliz, ha esperado mucho tiempo por esto"
—Lo sé.
Fue hasta la habitación en donde estaba su madre ¡Dios! Odiaba tanto el olor a medicina y más medicina.
Llegó al pasillo en donde estaba la habitación de su madre, dio unos cuantos pasos más y llegó hasta la gran puerta blanca, iba a abrir la puerta, pero escuchó unas voces.
—Ese derecho era mío. Yo tengo que decirle, no tú.
—Ya está hecho.
—No te reconozco, Namjoon, este no eres tú, el Namjoon que conozco jamás haría una cosa como esa.
—En realidad no me conoces, jamás terminas de conocer a una persona.
—Lo vas a poner en mi contra.
—¡Esa no es mi intención! ¡Solo quiero que sepa la verdad! ¡Que le digas!
—¡Se lo diré cuando esté listo!
—¿Y eso será cuando ya esté marcado?
Abrió la puerta.
Ambos lo miraron con los ojos muy abiertos.
—Hola —musitó, —¿No me invitaron a su reunión?
—No fue planeado. — dice su madre con una gran sonrisa que él sabía que era falsa.
Namjoon tenía la mirada gacha, como si estuviera triste.
—¿De que hablaban?
—Darán de alta a tu madre—se apresuró a decir, —Yo quería decirte, pero ella también.
—Oh. Es bueno saber eso.
—Paso a retirarme— dice el alfa.
—Quédate.
—Tengo cosas que hacer —salió de la habitación, Jungkook corrió hasta la cama y le dio un fuerte abrazo a su mamá, la omega lo recibió con los brazos abiertos, dándole besos en su frente.
—¿Te sientes bien? —le preguntó.
—Mucho mejor ahora que estás aquí.
—¡Qué bien! ¿Y papá?
—Fue a comprar café, ha estado conmigo todo este tiempo, está cansando.
—Okay ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Si.
—¿Cómo sabes si estás enamorado?
—No sabes cuánto he esperado para tener está conversación. Hay muchas maneras de saber que estás enamorado de alguien, por ejemplo, cuando despiertas y piensas en esa persona, imaginas un futuro a su lado, crees que no puedes vivir sin él o ella e inventas cualquier excusa para hablarle.
Quizá encajaba en todas.
Siguieron hablando por mucho más tiempo, de cosas diferentes.
Llegó el momento en donde Jungkook tenía que irse, su padre iba a llevar a su madre a la casa, pero eso sería dentro de unas cuantas horas más, le dio un beso a su madre antes de irse y salió, caminó hasta la parada de autobuses, en donde espero a que pasará uno, escondió sus manos en las largas mangas que tenía su suéter, se sentía demasiado vulnerable y entonces le marco a Taehyung.
—¿Jungkook?
—Si quiero salir contigo. —Colgó.
Tan pronto como colgó la llamada se puso demasiado ansioso y nervioso, no sabía qué se iba a poner para la cita, no sabía a dónde iban a ir o a qué hora pasará por él, bueno, esas eran las consecuencias de haberle colgado tan pronto. Por suerte recibió un mensaje del alfa, el cual decía que pasaría por él a las ocho con treinta, tenía mucho tiempo para poder decidir la ropa que usaría.
Era su primera cita después de mucho tiempo.
Pensó en llamar a Hoseok para que le dijera que usar o cosas como esas, pero sabía que su amigo se pondría a gritar como un loco desquiciado, y Jimin, bueno, sería aún peor que Hobi. Esa era una de más cosas por las cuales eran amigos, se contaban todo, hasta el más mínimo secreto que tenían. Las cosas con Namjoon eran diferentes, si Jungkook le pregunta que usar para una cita, seguramente él diría algo como " Un traje negro, no importa si vas al cine, lleva un traje, la primera cita solo es para conocerse, no para algo más." era demasiado formal, pero aun así lo quería, a pesar de que tenía un vocabulario un tanto formal, era divertido y algunas veces le entraba la locura de andar maldiciendo a todo el mundo, el alfa era muy protector con sus amigos.
Quería gritarle a todo el mundo que iba a tener una cita, aunque lo miraran rato.
Subió al autobús, por suerte aún había asientos desocupados, jugó con sus manos, estaba muy impaciente por llegar a casa, se le hacía muy eterno ir en un maldito autobús, no le gustaba que se detuviera cada dos minutos a recoger personas o a bajarlas, eso le frustraba. Suspiró, esas eran las consecuencias de haber aceptado que Taehyung lo llevará a la empresa y no haberse ido en su amado auto de hecho, ya casi no conducía su auto, normalmente Taehyung lo llevaba a todos lados y realmente no sé había dado cuenta de eso hasta ese momento.
Llegó hasta la parada, se apresuró en bajar, después corrió hasta llegar a su casa, lo cual era un error porque iba a llegar demasiado cansado, pero no importaba eso o al menos a él no le importaba llegar todo sudado a su casa, el solo quería llegar y ya.
Se alegró tanto de llegar a su casa, abrieron el portón para que pudiera pasar, saludo a los empleados que iban caminando a su lado, abrió la puerta de la casa y adentro estaba Mina, la omega que lo cuidaba cuando era tan solo un niño, solía cuidarlo cuando sus padres llegaban hasta tarde del trabajo, siempre se ponía a ver películas con él y en una ocasión se pusieron a hacer galletas.
—Hola y adiós Mina.
Corrió hasta su habitación, en donde cerró la puerta con seguro y después se recargo en ella, dejo salir todo el aire que tenía retenido, se puso de pie y fue directo a su closet, comenzó a tirar todo para afuera, desde trajes de noche hasta suéteres demasiado grandes. Al final dejo completamente vacío el closet, no encontró nada para ponerse, pensó en que quizá podría salir a comprar un bonito conjunto, pero no, realmente no le gustaba comprar algo que solo lo usaría una noche, jamás le había gustado hacer ese tipo de cosas raras que las omegas mujeres suelen hacer, se tiró en la cama, completamente rendido, no quería quedarse, quería volver a ver toda la ropa que tenía, porque créanme, la mayoría de la ropa que estaba en su closet estaba ¡Completamente nueva! Casi siempre estaba usando los mismos suéteres y pantalones.
Decidió que sería una buena idea llamarles a sus amigos por video llamada y espero a que estos se dignaran a responder.
—¿Qué pasó? — habló Hoseok.
—Hay que esperar a que Jimin se con...— fue interrumpido.
—¡Hola perras! —exclamó, el vocabulario de Jimin, no era el mejor.
—Tengo algo que decirles, aunque no es nada grave.
—Si no es tan grave ¿por qué hablas como si te quisieras morir? —Hoseok estaba comiendo unas papas fritas, siempre estaba comiendo, literalmente le daba hambre cada dos segundos, y lo más raro era que aún seguía estando flaco.
—Por dos lo de Hobi.
—Taehyung me pidió una cita y yo acepte, pero no tengo que ponerme, bueno si tengo que ponerme, pero no sé qué ponerme. —hablo rápido, tanto que la lengua se la trabó un poco.
Hoseok tiro sus papas fritas, Jimin fingió caerse de la silla en donde estaba sentado.
—¿Cita? ¿Taehyung? ¿Ropa? ¿Qué? —titubeo Hoseok.
Jimin aún no se dignaba en pararse del piso, se le podía escuchar que solo repetía varios "¡Sí! ¡Si! ¡Si! "
—No creí que fueran unos exagerados. —Jimin comenzó a gritar y Hoseok se le unió.
—Paren ya. —dijo molesto.
—¡Van a tener una cita! — dijeron al mismo tiempo.
Jimin se acomodó de nuevo en la silla y Hoseok siguió comiendo de sus papas.
—No es una novedad, chicos, ya sabían que tarde o temprano iba a pasar.
—No creí que fuera tan pronto. ¿Qué te vas a poner? — pregunta Jimin.
—¡Que no sé qué ponerme!
—Tanta agresividad por aquí. —rodó los ojos.
—A ver la ropa que tienes.
Jungkook comenzó a mostrar la ropa que tenía, sus amigos a cada rato le decían un ¡No! Y siempre terminaba rodando los ojos se probó un traje color negro, era muy común, lo rechazaron, se probó un suéter color azul marino sin ningún diseño, junto con unos pantalones negros un poco flojos, lo rechazaron, se probó un traje blanco, lo rechazaron, se probó un hermoso traje color vino y una vez más sus amigos lo rechazaron.
—¡Espera! —gritó Jimin
—ponte ese Azul.
Jungkook hizo caso, se probó el traje azul que su amigo decía, era simple, la tela era brillosa y suave y realmente se le ajustaban a su cuerpo, pero aún más a su trasero, era el traje que había usado en una fiesta de su madre, hace algunos meses, le sorprendió que aún le quedara ese traje.
—Perfecto. —dijeron al mismo tiempo.
—Taehyung se volverá loco cuando te vea con ese traje —Hoseok sonrió con demasiada ternura.
—Les juro que voy a llorar. Mi Jungkookie ya está creciendo.
—No inventes Jimin.
—¿No es muy formal?
—Para nada, es sencillo y lo puedes usar para cualquier ocasión, ¿Verdad Jimin?
—Aja.
—Está bien, me lo quitaré para poder bañarme, adiós.
Todos se despidieron y el omega se metió a bañar.
Y por otra parte...
Cierto alfa tampoco sabía que traje elegir, tenía dos hermosos trajes en la cama. Uno era negro, completamente negro, al igual que la camisa que llevaría abajo, junto con un moñito de flor roja, el otro era completamente diferente, era de un tono azul platinado con botones un poco dorados, ambos trajes estaban nuevos, los había comprado hace dos días en una famoso tienda Gucci, esa marca lo tenía enamorado.
Su amigo, Min Yoongi estaba sentado enfrente de él, con un whisky en su mano derecha, tanto él como Taehyung, estaban en un debate sobre que traje tenía que usar para su primera cita, Taehyung eligió el negro y Yoongi el azul platinado.
—¿Ya? —murmura su amigo.
—No.
Frotó sus ojos en forma de cansancio, nunca le había pasado algo así, cuando salía a lugares y sabía que atuendo que iba a llevar, pero esto era muy diferente, muy pero muy diferente.
—No puede ser tan difícil elegir un traje para una cita.
—Lo es cuando es la primera cita.
—Le estás dando mucha importancia a la ropa, ya le gustas a ese omega y estoy seguro que no le importa lo que lleves puesto. —dice Yoongi tomando un trago.
—¿Así fue con tu omega?
—Si. Aunque desde un inicio nos gustamos y el me dejó muy en claro que era lo que quería conmigo, de hecho, trabaja en la misma empresa que Jungkook.
—Lo he visto unas veces, suele ser muy hablador.
—Como Jungkook.
—Jungkook no es tan hablador como Jimin.
—Es porque aún no tiene mucha confianza en ti, me tomo mucho tiempo poder crear una conversación larga con él, la primera vez que hablé con él solo me dijo un "Hola" y eso fue todo.
Suele hablar mucho conmigo.
—Ya. Es algo tímido.
—Lo es.
—Me pondré el azul.
—Buena elección.
Fue hasta el baño en donde se cambió, por suerte ya se había duchado hace una hora. Arreglo muy bien su traje, cuidó de que no se le arrugará, peinó su cabello, no se puso gel, no le gustaba.
—Pero que galán. ¿Seguro que vas a una cita?
—¿Algún consejo que quieras darme?
—Solo que disfrutes tu cena, procura preguntarle acerca de su día o cosas así, no todo se tiene que basar en ti, hablen de las cosas que tienen en común, dile que se ve bonito.
Siguieron hablando un poco más, sobre diversos temas, eran amigos desde la preparatoria, justamente se hicieron amigos en el último año, que fue cuando Yoongi se mudó a Tailandia, cuando se graduaron regresó a Corea, pero siguieron hablando por teléfono y mensajes de texto, nunca se separaron.
Eligió un lugar muy bonito para su cita con Jungkook, un restaurante con una bella vista de la ciudad, contaba con que no había ido a ese lugar.
Llegó a la casa de los Jeon, estacionó su auto, bajó de este y camino hasta la puerta, todo el timbre dos veces, no quería ser muy insistente.
Jungkook le abrió la puerta y a Taehyung casi se le sale la saliva.
—Te ves muy hermoso. — aclaró su garganta.
—Opino lo mismo de ti, ¿Nos vamos?
—Si.
Taehyung abrió la puerta para que entrará al auto, este le agradeció con una sonrisa.
—Me gusta tu traje, es muy lindo, se acomodó en el asiento y se puso el cinturón de seguridad —¿Dónde lo compraste?
—Gracias, —y es Gucci.
—¿Te gusta Gucci?
—Si.
A Jungkook no le gustaba la ropa Gucci.
—Ya.
—Tu traje también es lindo.
—Gracias, está es la segunda vez que lo uso. —cayó en cuenta demasiado tarde de que quizás esa información no era necesaria.
—Te queda bien, aunque algo ajustado, ¿no crees?
—Me queda perfecto, Taekyun.
La verdad era que, desde que vio a Jungkook le dieron ganas de besarlo, el traje se le ajustaban perfectamente a su cuerpo e iba a hacer que todos en el restaurante soltaran suspiros de tan solo ver semejante obra de arte que era y el hecho de que Taehyung sabía que iban a ser muchos los que lo miraran, le daba celos, no es que fuera tóxico y posesivo, aunque todos los alfas son posesivos, unos más que otros, pero era algo así como un alfa posesivo sensible.
El aroma del omega era muy fuerte y demasiado dulce, la vainilla con chocolate se impregnó en todo el auto de Taehyung y en cierto modo, le gustaba eso, que dejara su aroma por todos lados, que fuera fuerte y demasiado dulce, sin duda ese omega es y será siempre su perdición. El aroma del alfa estaba bajo, no era tan fuerte como el del omega, algunas veces solía ser así, escondía un poco su aroma, para que nadie pudiera olerlo.
Llegaron al restaurante en donde iban a cenar; estaba decorado con luces amarillas, de esas que se utilizan en los árboles navideños, en el segundo piso había un hermoso balcón, en el cual se lograba ver la ciudad de Seúl.
Cuando entraron, todo era aún más hermoso, los colores crema, y rosa palo resaltaban en el lugar, casi no había ruido y eso en algún punto, era fabuloso.
Fueron al segundo piso, era casi igual, mesas color crema, floreros con rosas y flores de diferentes colores, todo era como un sueño.
Tomaron asiento en donde terminaba el balcón, justo en donde la ciudad tomaba un perfil hermoso, las luces de la ciudad eran como una fotografía, las luces rojas de los autos eran demasiado notables... Y para hacer todo aún más mágico, había luna llena.
—Me gusta este lugar.
—A mí me gustas tú. —Pensó Taehyung.
—Es muy lindo, aunque no tanto como tú.
¿Qué tenía ese alfa que a cada rato Jungkook se sonrojaba?
"Belleza, tiene belleza" Oyó a su omega.
Y si, tenía belleza.
Tomaron las cartas que estaban en la mesa y comenzaron a ver todo lo que estaba en el menú.
—Estoy entre pedir un filete cocido o una sopa de champiñones. ¿Qué pedirás?
—Pasta.
—¿La has probado antes?
—En Bangkok es algo diferente, la verdad es que si está rica.
—Entonces pediré lo mismo. —Taehyung quería besarlo ahí mismo, contenerse las ganas era todo un reto.
—¿Ya eligieron que van a ordenar? —preguntó un beta.
—Ambos pediremos pasta.
—¿De tomar?
—El mejor vino que haya.
—Y un vaso de agua también, por favor. —agrego Jungkook. —Se me seca la garganta con el vino.
Jungkook le dio la carta al mesero, quien no disimulo el roce que hizo de sus manos y Taehyung vio eso.
—¿Te pagan para tocar las manos de los clientes?
El beta simplemente se fue.
Jungkook se había asustado de escuchar a Taehyung hablar así.
—No quise sonar muy fuerte, perdón. —le dice con voz dulce. —¿Quieres que me acerca a ti, cariño?
—Estoy bien. —Jungkook se obliga a decir. —Solo no hables tan... Tan Alfa.
—Bien.
Jungkook puso sus codos sobre la mesa y se recargo en las palmas de sus manos.
—¿Por qué quisiste tener una cita conmigo?
Ya se esperaba esa pregunta.
—Me gusta pasar tiempo contigo, además de que... Eres lindo. —en realidad, iba a decir que me gustas, pero simplemente creí que no era el momento para hacer esa declaración.
—Entonces, sales conmigo porque soy lindo. —eso no era una pregunta.
—Sí, bueno... Me agradas y eres lindo, aunque eso ya lo sabes. —Taehyung estaba nervioso.
—También eres lindo, Taekyun.
—Me gusta que me digas así.
—Y a mí me gusta decirte así.
—Jungoom
—Taekyun.
Otro mesero dejo las órdenes en la mesa, realmente no le tomaron mucha importancia.
—¡Esto es delicioso! —exclamo el omega.
—Demasiado.
—Esta pasta se volverá mi favorita, gracias a ti.
—Despacio, puedes ahogarte.
—Oh si, perdón.
Jungkook siguió comiendo pasta y se manchó un poco la comisura de sus labios.
—Tienes algo aquí. —Taehyung agarró la servilleta que estaba en la mesa y comenzó a limpiar su rostro. — Ya está.
—Gracias.
—¿Aún tienes informes por leer?
—Si. Son un montón, me voy a tener que quedar despierto para terminar de leerlos todos, no sé cómo mi padre puede soportar todo esto, te juro que estaba a punto de llorar.
—Puedo ayudarte para que no te desveles. —El omega negó varias veces.
—Ya has hecho mucho por mí.
—Quiero hacer más por ti.
—No, no puedo aceptar que me sigas ayudando, debo aprender a manejar todo por mi cuenta, mi padre se podría como loco si se enterara que alguien me ayudó.
—Somos socios, nos tenemos que ayudar.
Bueno eso era cierto.
—Lo que quería decirte es que, siempre me ha gustado hacer todo por mi cuenta, para no depender de nadie, así fue como crecí.
—¿Tus padres te explotan?
—¡No! Cómo se te ocurre.
—¿Bien?
—¿Qué hiciste en el tiempo en que no estábamos juntos?
—Me aburrí mucho sin ti, no tenía con quién reírme y realmente no hice casi nada, solo estar sentado en la oficina viendo un montón de papeles, leyendo algunos tus informes y quitándome de encima a Bangchan.
—¿Quién es ese?
—Un nuevo empleado.
—Con razón no me dio su nombre, como sea...
"Ya me cae mal"
—Tengo una pregunta que me ha estado intrigando todo el día. —limpió sus labios.
—Dila.
—¿Aceptarás el cortejo de Mingy?
Se había olvidado completamente de Mingy.
Literalmente, no le había dado tiempo de llamarle y decirle su respuesta.
—¿Cómo sabes que quiere cortejarme?
—Todos en la empresa hablan de eso.
Bueno, ese momento se estaba volviendo algo incómodo.
—Que chismosos.
—¿Y bien?
—No me gusta. Está más que claro que no aceptaré su cortejo, no tenemos nada en común y si lo tuviéramos, aun así, lo rechazaría. ¿Por qué quieres saber?
—Porque quizá yo quiero cortejarte, omega. —Jungkook se ahogó con su saliva.
—¿Cómo dices?
—Quiero cortejarte.
—¿Ahora?
—No ahora, en unos días, tal vez.
—Oh...Vaya... Que sorpresa. —Jungkook tomó un sorbo de vino para poder calmarse un poco.
—Podemos hablarlo después.
—Sería perfecto.
Volvieron a comer, esta vez un poco más relajados.
—¿Cuál es el secreto? — pregunta Taehyung, Jungkook no entendió muy bien esa pregunta.
—¿El secreto de qué?
—El secreto de tu aroma.
—El secreto es, que no hay secreto. —respondió.
"Pudiste decir algo mejor que eso"
Jungkook sonrió tanto que se le arrugaron los costados de sus ojos y mejillas.
—Sé que algún día descubrirás el secreto de tu aroma o aromas por ti mismo.
—Cuando era niño, pensaba en que quizá era un ángel caído o un Dios, me gustaba bromear con eso.
Cuando la cena terminó, Taehyung llevo a Jungkook a su casa, checando el reloj a cada segundo, no quería que llegará muy tarde a su casa, bueno, estaba siendo demasiado formal pero no le importaba.
En el auto no hablaron.
No tenían de que hablar, intentaron una conversación sobre cualquier tema, pero esta moría después de cinco palabras, llegaron a la casa y acompaño al omega hasta la puerta.
Iba a entrar a su casa, pero unas manos se posaron en su cadera, haciéndolo girar y quedar frente a frente con Taehyung, el alfa sin pensarlo mucho unió sus labios con los de Jungkook y él le respondió el beso.
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