Capítulo 16

—¿Embarazado? —arrugó su frente, —Cómo... ¿Cómo es eso posible? —La doctora Linh soltó una gran risa burlona. 

— Jungkook, es obvio que sabes cómo se hizo ese bebé, me comentaste que pasaste tu celo con tu alfa y no usaron condón....

Estaba asustado.

¡Tenía veinticuatro años y va a tener un bebé! Seguramente todos se iban a poner a gritar con esta noticia.

—Demonios, no se me había pasado por la cabeza.

No se atrevía a mirar a Taehyung, con el silencio del alfa bastaba.

—Cuando decidas regresar, me gustaría darte una pequeña revisión, solo para asegurarme de que todo está bien, ¿sí?

—Sí, sí claro, iré al hospital en cuanto llegue.

—Muy bien, adiós.

Colgó.

No sabía que decir, su mente estaba completamente en blanco, por instinto llevó una de sus manos a su vientre y lo acarició con sumo cuidado, como si fuera a romperse.

Estaba mal y el silencio de Taehyung no ayudaba para nada, no quería verlo ni de reojo, no iba a soportarlo.

—Lo he arruinado.

Taehyung lo miró y entonces cayó en cuenta de que había pensado en voz alta.

Se imaginó con un bebé en brazos, sin marca y sin alfa... se imaginó abandonado por Taehyung... Su mente lo estaba haciendo trizas y su lobo lloraba con el simple hecho de pensar en que el Alfa los iba a abandonar.

—Lo siento —dijo antes de salir corriendo para ir a la habitación.

Cerró la puerta con seguro y se sentó en el piso, esperando a que Taehyung comenzará a golpear la puerta y a que estuviera gritando como un loco demente, pero no pasó nada de eso, no se escuchaba ni un solo sonido, solo su respiración.

No podía creer que en unos cuantos meses iba a tener un bebé, deseaba con todas sus fuerzas que la doctora le llamara de nuevo diciendo que había sido un error del laboratorio.

—Omega —llamó el alfa, — abre por favor la puerta.

No, no quería abrirle.

—Necesito saber que estás bien —le dolía en su pecho escucharlo, el alfa tenía su voz entrecortada, como si de un momento a otro se fuera a derrumbar. — Ábreme, me quema por dentro que hagas esto.

Ya no quería arruinarlo más, ya no quería alejar a Taehyung de su vida.

—¿Me vas a gritar? —dijo, muy apenas con voz fuerte.

—Nunca sería capaz de gritarte.

Quería creerle, en verdad quería.

—Abre, omega.

No confiaba en sus piernas, las sentía débiles y muy temblorosas, pensó en que no se iba a poder mantener de pie por mucho tiempo, con mucho esfuerzo caminó hacia la puerta y abrió, tan solo se dejó caer en los brazos de Taehyung, sintiendo el aroma del alfa.

—Aquí estoy omega, siempre estaré para evitar que caigas —se aferró al cuerpo de Taehyung, necesitaba oler el fuerte aroma de su alfa, —si por mí fuera, no dejaría que tus pies tocaran el suelo.

Taehyung era un buen alfa y Jungkook deseaba ser un buen omega, aunque quizá en el fondo ya lo era solo que no quería admitirlo.

—¿Por qué te disculpas?

—Sentí la necesidad de hacerlo y porque en un cortejo no hay un bebé, además tener un bebé no estaba en nuestros planes...

—Siempre es un buen momento para tener un bebé... un cachorro nuestro, además todo contigo está en mis planes.

Entonces se imaginó a un cachorro o cachorra con los ojos de Taehyung, su cabello y su sonrisa...Quizá con su nariz de botón.

—Pero tú aún eres joven, ¿Cómo vas a querer tener un bebé ahora mismo?

Taehyung lo calló con un tierno beso.

De un momento a otro estaban en el piso, Jungkook sentado en el regazo de Taehyung, el alfa enterró su nariz detrás de la oreja del Omega, ahí era donde su aroma era aún más fuerte.

—Quiero esto, en verdad quiero estar a tu lado, marcarte y tener un cachorro o dos o los que tú quieras.

—Pero... ¿Estás seguro?

—Completamente.

—Entonces tendrías que marcarme y así no es como el cortejo va.

—Estaría encantado de marcarte antes de terminar el cortejo, porque el cachorro y tú necesitan la marca.

—Bien...

—Te haré un nido, uno grande para ti y el cachorro o cachorra —amaba la idea de un nido, siempre había querido tener uno, —tendrá mi aroma y el tuyo.

—Me agrada la idea.

El alfa lo abrazó aún más.

—Yo no quiero que mi madre se entere de esto. No ahora. Podemos decirles a tus padres, pero no a los míos.

—¿Qué hay de tus amigos?

—Pueden saber, pero lo mantendrán en secreto.

Taehyung rio.

—Podemos quedarnos aquí por un tiempo y luego cuando ya esté a punto de nacer, regresamos a Seúl.

—Haremos lo que tú digas, omega.

—Claro que sí —afirmó.

—¿Puedo tocar...? —Jungkook asintió, —de tan solo pensar en que tienes a un ser creciendo aquí... me dan ganas de llorar.

—Sí, ese ser ahora tiene el tamaño de un frijol.

—Y pensar que estos... — se inclinó para rozar sus labios con los pezones del Omega —van a crecer...

—Que no se te ocurra decirlo —trató de sonar serio, no lo consiguió porque una sonrisa apareció en sus labios.

Taehyung alza las cejas muchas veces.

—¡Alfa!

—Me calmo.

—Sí o te vas del cuarto.

—Omega, mi omega. Hueles tan bien.

—Lo sé.

Jungkook se acomodó más en su regazo, haciendo su cuello de lado para que ahora enterrará su nariz ahí.

—Mimado.

Ronroneó al escuchar ese apodo.

—Conejito. Sí, eres como un conejito —lamió el cuello del Omega, —necesitas ser cuidado y que te hagan mimos, ser alimentado, quizá.

—Sé lo que haces, alfa.

—¿Qué hago?

—No pretendas que no lo sabes, Taekyun.

—Adoro que me llames así.

Sonrió y beso la frente del alfa.

—Sí, lo sé y por eso te sigo llamando así.

—Me gusta.

—¿Cuándo vamos a lanzar la linterna volante, alfa? — preguntó, muy ansioso. No podía esperar mucho tiempo, quería lanzar esa linterna ¡Ya!

—Hoy te he dado el broche, así que mañana la vamos a lanzar.

—¿Habrá muchas parejas?

Asintió.

—Me emociona mucho el cortejo — dijo, tomando tiempo para poder continuar, —me emociona porque es el primer cortejo que he aceptado en mi vida.

Taehyung estaba seguro de que se iba a poner a llorar en cualquier momento.

—Trato de esforzarme para ser un buen omega para ti, porque, aunque tú digas que soy bueno yo creo que no lo soy.

Me gusta que lo intentes. Quería decir.

✷✷✷

Había un gran revoltijo en una esquina del cuarto.

Jungkook observaba a Taehyung con mucha atención, estaba ahí a pesar de que el alfa le había dicho que lo esperase en la cocina o en cualquier otra parte de la casa, a decir verdad, no sabía lo que estaba haciendo, veía al alfa con sábanas de un lado a otro y con muchas almohadas esponjosas en los brazos. Era extraño, pero a su vez se veía lindo.

Taehyung estaba frustrado, lo sabía, lo sentía en su pecho, no comprendió por qué sentía eso, por qué sentía que Taehyung estaba frustrado y cansado.

Se ofreció a ayudar a hacer algo.

—¿Puedo ayudarte? —se recargó en la puerta.

—No. Tú ve a la cocina, yo me encargo de todo esto.

Después de eso, ya no le dieron ganas de volver a preguntarle si podría ayudarlo o no.

Cuando sus pies se cansaron, decidió que era hora de irse a sentar por un rato, prendió la televisión y buscó algún programa para poder entretenerse, pero al poco rato se aburrió.

Fue a la cocina por unas barras de chocolate y regresó a sillón.

"Quiero dormir"

Justamente bostezó.

Taehyung pasó a un lado del sillón, con un cojín en los brazos.

—¡Jungkooooook!— gritó, alargando la o.

—¡¿Qué?!

—¡Ven aquí!

—Ya voy, ya voy —fue corriendo hasta el cuarto, — ¿Qué pasó?

Vio lo que había en el cuarto, era como un sueño.

Era irreal.

Es un nido!"

Ahí estaba el nido, en una de las esquinas del cuarto, quería llorar.

—Cuando estemos en mi departamento te haré otro, uno más grande y más cómodo que este.

Era perfecto.

—¿Puedo entrar? — preguntó.

—Claro, es tuyo, yo soy quien pide permiso para entrar a tu nido, omega, tu darás las órdenes, yo obedeceré.

Lentamente se fue metiendo en el nido, acariciando las sábanas que estaban ahí y las almohadas esponjosas, no podía creer que estaba dentro de un nido, de su nido, era hermoso y muy cómodo, no quería salir de allí jamás.

—Podemos dormir aquí — dijo Taehyung, después de un tiempo, —si es que cabemos los tres —hizo una cara de disculpas. —¿Me dejas entrar?

—Sí, a ver si entras.

Jungkook se acostó de lado para que Taehyung pudiera meterse, pegaron sus cuerpos y fue ahí que el Alfa aprovechó para besarlo por toda la cara, hasta dejarlo con una capa de saliva.

—Me gusta el nido —sus mejillas se calentaron, — siempre he querido tener uno, gracias.

—Pues este es tuyo.

"Amo nuestro nido, tiene el aroma de Taehyung"

—Nos hará otro, uno más grande así que no te acostumbres a este.

Pero como no hacerlo, si es hermoso! Técnicamente estamos anidando.

—Entonces, así es como un omega anida

Era hermoso y muy cómodo, ya no quería salir de ahí, había amado ese nido, aunque fuese muy pequeño, pero aun así lo amaba y quería estar ahí todo el día todos los días.

Aún recuerda cuando su madre lo tenía en el nido, cuando dormía con ella y comida ahí. El dulce olor que las sábanas tenían y las almohadas muy suaves y cómodas, recuerda como su madre siempre le daba mimos en la cara, y ahora él iba a hacer todo eso con su futuro cachorro.

"Así es"

—Me encanta.

—Cuando nos vayamos a tu departamento, ¿El nido será igual o diferente?

Taehyung lo besó en la frente y luego lo lamió de la mejilla.

—Será como tú quieras que sea, omega —volvió a besarlo, —este es solo para que te sientas bien, pero cuando nos vayamos será más grande y habrá lo que quieras.

Taehyung siempre era tan considerado con él, le gustaba eso.

—Okay — murmuró y se acercó más al Alfa. —Ya que estamos aquí, solos... — acarició la ropa que el alfa tenía puesta, —¿Te gustaría que fuera niña o niño?

Suspiró.

—No he pensado en eso ¿Tú?

—Niña, quiero que sea una niña.

—¿Por qué?

—Siempre he querido tener una niña y después un niño.

—¿Y si es un niño?

—Después tendremos una niña —dijo. —Quizá solo tengamos dos.

—¿Tres?

—Dos o tres.

Jungkook suspiró y enterró su nariz en el pecho de Taehyung para oler el fuerte aroma de su alfa.

—Te amo.

—Y yo a ti.

Se frotaron para marcarse con sus aromas.

—Es hora de irnos.

—¿A dónde?

—Ya sabes a dónde.

Jungkook sonrió muy feliz, porque claro que sabía a dónde iban a ir.

✷✷✷

El sol estaba dando sus últimos rayos de luz, las parejas estaban sentadas y abrazadas, agarrando sus linternas volantes entre sus manos y pensado en los deseos que iban a pedir.

Jungkook estaba nervioso.

Veía a las demás parejas, muy unidas y dándose muchas pruebas de amor, pensó en si era correcto darle por lo menos un beso, ya que todos los omegas lo estaban haciendo, dudoso, tomó el rostro del alfa y lo acercó a sus labios, Taehyung se sorprendió por eso, pero aun así le siguió el beso, lento y saboreando los dulces labios de su amado omega.

Se separaron por falta de aire, pegaron sus frentes y aún con los ojos cerrados frotaron un poco sus cuerpos, no en una forma sexual.

Tenían su linterna muy cerca de los pies, atada a una piedra para que el aire no se la llevará; había pasado muchas veces, se podían ver a omegas y alfas ir corriendo detrás de sus linternas porque el aire se las había llevado.

Ya casi se metía el sol por completo, Jungkook se puso aún más nervioso, pero supo ocultar su aroma.

—¿Tienes sed?

—Solo... un poco.

Taehyung le pasó una botella un poco pequeña.

—Gracias, Alfa. —Taehyung lo abrazó enterrando su nariz en su cabello.

—Esta vista es hermosa.

El río Chao Phraya era lo más hermoso que Jungkook había visto en sus veinticuatro años, no muy lejos de ahí estaba un puente, aunque ya casi no había personas ahí.

—Ya no hay sol —anunció, en voz muy baja, — ¿Empezará ya?

—Sí, en unos minutos.

Las luces alrededor del puente se apagaron y todos quedó en completa oscuridad, el omega se aferró al cuerpo del alfa, esperando a que este dijera algo.

La luna estaba llena.

—Toma tu broche en la mano izquierda. —dijo con voz firme.

Con manos temblorosas logró tomar su broche en su mano, miró alrededor y todos los omegas tenían el suyo en la mano, unos tenían forma de rosa, flor de vainilla, fresas, chocolates, observó su broche, era lindo y perfecto y lo podía tomar en su mano por lo pequeño que era.

—Antes de lanzar nuestra linterna, tengo que hacerte una pregunta y decirte una cosa —hubo un murmullo de alfas, —cuando nos conocimos, tu aroma era de uva porque estabas nervioso y es por ese que tu broche es de un ramillete de uvas.

Entendió el primer paso, aunque no recuerda si alguna vez le dijo sobre todos los pasos del cortejo, supuso que sí.

—Te prometo que seré fiel a ti —sus ojos tenían un brillo especial, —prometo que, aunque pasen los años nuestro amor va a perdurar. Esta noche no solo te prometo amor, te prometo un para siempre en los buenos y en los malos momentos, prometo tomar tu mano y sujetar tus miedos.

Su corazón latía con fuerza y por un momento, solo por un momento, creyó que se le saldría del pecho, amaba a Taehyung, en verdad lo amaba y no lo iba a negar, cada vez que alguien le preguntara si lo amaba él iba a responder un sí, con la cabeza en alto y con voz fuerte.

Los omegas estaban felices, casi dando saltitos al escuchar las dulces palabras que sus alfas les estaban diciendo, había gemidos y jadeos de omegas, otros estaban sonriendo como unos locos llenos de felicidad y no podría estar más feliz.

Necesitaba esto, lo necesitaba demasiado, necesitaba a alguien que le tomara la mano cuando sus miedos lo estuvieran consumiendo, alguien que lo amara como si no hubiera un mañana, lo necesitaba a él.

"Bésalo"

—En un momento, lobo. En un momento.

—¿Me aceptas como tú alfa?

—Sí, te acepto como mi alfa.

Todos se besaron, en verdad lo hicieron. Los omegas eran sostenidos de la cadera, mientras que los alfas del cuello.

Jungkook besaba a Taehyung con tanta intensidad, como si no quisiera dejar de besar a su alfa.

—Ahora es tu turno, omega. Tienes que hacer una promesa.

"Oh genial, ahora es el turno de los omegas"

—Déjame hablar a mí.

"¿Estás loco? Nos vas a dejar en vergüenza"

—¿Cuándo nos he dejado en vergüenza?

"Cuando no, tú déjame a mi yo soy el romántico aquí"

No sabía que decir, se estaba esforzando por decirle algo, pero no salía ni un solo ruido de su boca, definitivamente iba a tener que dejar hablar a su lobo.

"Di algo que se te venga a la mente"

—No, no haré eso, se esforzó por hacer un gran discurso...promesa para que yo diga algo estúpido.

"Solo di algo que salga de tu corazón, de nuestro corazón, para que nuestro alfa se ponga con las mejillas rojas... y nos dé un beso"

—Yo... —cerró la boca. Vio a su alrededor como algunos omegas ya estaban diciendo sus promesas, se sentía excluido, —prometo que seré yo quien cuide de tus sueños y cuando estés despierto te ayude a tenerlos.

Taehyung pareció satisfecho con eso, el alfa sonrió, bajando la mirada porque sus mejillas estaban un tanto rosadas y no se dio cuenta del cambio en los ojos de Jungkook, porque por supuesto su lobo iba a tomar el control y decir lo que Jungkook no sé atrevía.

"Prometo amarte con todo mi corazón, aunque esté sea pequeño, prometo vivir al abrigo de tu corazón y llamarlo nuestro hogar, prometo sin importar los retos que pueden separarnos, que siempre vamos a encontrar el camino para volver a casa, a nuestro hogar"

¿Debía decir algo más? ¿Darle un beso o qué? Los omegas aún seguían diciendo cosas y él estaba en blanco, no le quedó de otra que aceptar la ayuda de su lobo que al parecer si tenía mucha inspiración esa noche.

"Prometo que te amaré, como a mí me gustaría ser amado" citó las mismas palabras que Taehyung dijo alguna vez, justo antes de iniciar todo.

Su pecho se apretó y sintió un gran escalofrío recorrer todo su cuerpo... Taehyung estaba llorando, en verdad estaba llorando, no importaba quien pronunciará las palabras, él sabía que ambos, lobo y humano lo amaban con todo su corazón, tenía una ligera sonrisa en su rostro, pero aun así las lágrimas caían por sus mejillas.

"¿Nos aceptas como tu omega?"

"Los aceptamos como nuestros omega, siempre" por supuesto el lobo de Taehyung también quería interferir.

Volvieron a darse un beso, esta vez fue más corto, ya que tenían que lanzar la linterna justamente a las once con once minutos.

—Deseos, ¿Cuáles son los deseos? —preguntó, en voz baja.

—Los que quieras, los que queramos.

—¿Los...tenemos que escribir ahí?

Taehyung negó, muchas veces.

—Solo deseas y se cumplen... —Jungkook lo miró muy dudoso.

—¿De verdad se cumplen? —frunció el ceño.

—No sé... dicen que sí y dicen que no —se encogió de hombros —lo averiguaremos después... en unos meses o días... quién sabe.

Jungkook seguía dudoso.

—Ya, — no sé qué desear.

—Puede elegir tu lobo — tan solo Taehyung dijo eso, el lobo de Jungkook hizo una lista de todo lo que iba a desear, tenía razón, era el romántico de los dos —o pueden hacerlo los dos.

"¡Ya sé que voy a decir!"

—Contrólate.

—Creo que los dos —afirmó, —esto... esto es raro.

—¿Por qué?

—En ningún cortejo — aclaró su garganta —se ha incluido a los lobos, creo que somos los únicos.

—En este sí, es importante que ambos estén de acuerdo con el cortejo. No es raro, es hermoso, además ellos también tienen que aceptarse entre sí.

—Raro y hermoso.

—Sí, lo es.

—¿Estás listo? —sonrió como repuesta, —ve preparando tu deseo.

Comenzaron a prender las linternas, las sostuvieron en sus manos, mirándose muy fijamente a los ojos, estaba a punto de ser las once, y ya todos estaban listos, con sus deseos ya preparados.

"Lo tengo, ya lo tengo"

—Es el mismo...

"Lo es"

Mordió su labio inferior, mirando a Taehyung quien tenía aún su sonrisa y lágrimas en los ojos, se acercó a él y comenzó a limpiarlo, al parecer esto lo calmó.

El reloj marco las once con once minutos y todos comenzaron a soltar las linternas, se abrazaban y besaban y se estaban dando mimos, mientras veían como las linternas se elevaban cada vez más, la ciudad se llenó de estás linternas, el cielo era lo más maravilloso.

"Deseo poder estar contigo siempre y formar una familia"

"Te deseo a ti, siempre te desearé a ti"

Se besaron.

Después vieron como su linterna se iba y se perdió entre todas las demás.

—Esa linterna será quien nos ilumine en los días oscuros —peleas, se refería a las veces en que ellos iban a pelar, Jungkook lo entendió.

No puede haber oscuridad sin su luz, Taehyung era oscuridad y Jungkook era la luz de su vida y ellos no podían estar separados.

—Te amo Taehyung.

—Yo te amo más Jungkook.

Unieron sus cuerpos, para sentir sus aromas, eran dulces y muy fuertes.

—Cuando lleguemos a casa... —no quería terminar de hablar, —yo quiero que me anudes.

—¿Si?

—Te quiero cerca, muy cerca —frotó su cara con el pecho del Alfa como si fuera un pequeño conejito, —y estar en el nido, los dos.

—Claro que sí.

—Y quiero comer unos wonton, se me antojaron.

—Veremos si venden unos aquí.

—Pero que no estén rellenos, así solos.

—Lo que quieran, omegas.

Ambos, lobo y humano suspiraron al mismo tiempo.

—¿Mañana haremos el siguiente paso del cortejo? —preguntó —no recuerdo que seguía.

—No, ese es la próxima semana. —miró al omega. —Es algo referente a tu aroma.

—Tendrás que darme más de un regalo.

—Sí, un brazalete que tenga los dijes de todos tus aromas.

—Eso es lindo.

Le guiño el ojo al omega.

—Serán de plata, menos dos. El de coco será de oro para que resalte entre los demás y el tercero, el de los destinados será de oro blanco y diamantes.

Sonrió ante la idea de tener un brazalete con sus aromas, estaba tan feliz de ser tratado así, con mucho amor. —Aun, no me dices cuál es mi tercer aroma, Alfa y no sé si tengo que darte uno yo.

—Paciencia Omega y no, solo yo te doy un brazalete. Ya después, cuando cumplimos todos los pasos nos regalamos algo con nuestros aromas.

—¿Cómo?

—Yo te regalo un dije que haga referencia a mi aroma y lo pones en tu broche — asintió, —y tú me regalas una cadena con un dije de tu aroma.

—Creí que solo los alfas eran los que regalaban.

—Tenemos que asegurarnos de que el omega este de acuerdo, siempre.

—Oh, eso es nuevo. —llenó sus mejillas de aire, para después soltarlo de un solo golpe, —esto es mucho mejor que una rosa blanca.

—¿Sí?

—Sí.

—Cuando terminemos el cortejo y te marque, tengo que hacerte un nido.

—Ya tengo uno.

—No, ese no es un nido — negó varias veces, lentamente, —cuando estemos ya en nuestra casa te haré un nido muy grande, para que hagas lo que quieras en el.

—¿Tendrá tu aroma?

—Lo tendrá.

—¿Habrá almohadas esponjas y luces para que iluminen?

—Todo lo que quieras, omega.

Las linternas ya casi no se veían en el cielo, tan solo unas luces pequeñas que parecían estrellas, las parejas aún seguían ahí, abrazadas y no se iban a ir hasta que ya no se vieran las linternas, así era el cortejo. Los omegas tenían sus broches en sus pechos, luciéndolos de maravilla.

Jungkook quería ir al nido y tumbarse en el.

Volvieron a la casa de los padres de Taehyung, no sin antes pasar a comprar los wontons que tanto quería, había dicho que no los quería rellenos, pero cuando estuvieron en la tienda dijo;

—El cachorro quiere uno relleno.

A lo que Taehyung respondió.

—¿Y cuando el cachorro nazca y quieras algo de comer, ¿cuál será tu excusa?

Jungkook solo pudo ponerle una mala cara, al mismo tiempo que acariciaba su estómago y volvía a repetir que el cachorro quería unos rellenos. Taehyung no tuvo de otra más que comprarle todo lo que el omega quería.

Llegaron a la casa y las luces de afuera estaban prendidas, se podría ver que los señores Kim estaban sentados en la sala.

Taehyung se bajó del auto para ir corriendo a abrirle la puerta a Jungkook y ayudarlo a bajar.

—No tengo ni un mes, puedo hacerlo por mi cuenta.

—Es mejor prevenir las cosas.

Entrelazaron sus manos y fueron hasta la puerta.

—Cambie de opinión, no quiero que me anudes —el Alfa iba a decir algo, pero Jungkook se le adelantó, — no con tus padres abajo.

—Lo entenderán.

—No.

—Jungkook.

—No.

—Es normal anudar cuando estamos en el cortejo.

—Siempre y cuando estemos solos.

—Podemos ir a mi departamento.

—No, allá no hay nido.

Taehyung rio y lo abrazó más a su cuerpo, haciéndole cosquillas en la mejilla.

—Quieres decir que, si hubiera un nido en mi departamento ¿Me dejarías anudarte?

—Sí. Pero que lastima que no hay un nido allá.

—Bien —sonrió a tal grado que sus ojos se cerraron.

Taehyung iba a decir algo más, pero la puerta fue abierta por Hyeji, quien los miraba con una sonrisa, detrás de ella salió TaeJoon.

—Creímos que tardarían más.

—Pasamos a comprar unas cosas que Jungkook quería.

El vientre de Hyeji estaba muy hinchado, en unos pocos días iba a dar a luz a su cachorra, aún no sabían que nombre le iban a poner.

—Pasen, pasen.

Fueron hasta la sala, se sentaron a tomar café, ahí estaban su prima y la Omega de esta, con su lindo bebé en brazos, los ojos de Jungkook se iluminaron al ver al bebé.

—¡Jungkook! hace mucho que no te veía. Mírate, estás más lindo que antes y tu olor es más dulce... ¿Acaso tu... estás?

—Omega, deja que respire —una alfa se acercó a la omega y pasó uno de sus brazos por la cadera de esta, —soy la prima de aquel idiota. —Taehyung la miró mal.

—Soy... Jungkook.

—El omega de Taehyung, lo sé, mis tíos no han dejado de hablar de ti.

Oh...

—Ya conoces a mi omega, es muy parlanchina.

—¡Oye!

—No le veo la mentira. — habló Taehyung, ganándose una mirada no muy linda de la omega de su prima — Nos iremos a mi habitación, estamos muy cansados.

—¿Lanzaron la linterna? —preguntó TaeJoon, con una taza de té entre sus manos. Taehyung asintió, —supongo que ahora irán a anudar.

Jungkook se ahogó con su propia saliva y tosió, Taehyung miró mal a su padre.

—Eso no se dice —murmuró Jungkook para sí mismo, nadie escuchó más que Taehyung.

—Ya nos vamos. —Se despidieron de todos.

Jungkook tenía las mejillas rosadas por la vergüenza y Taehyung no dijo nada, pues sabía que el omega le iba a gritar o cualquier otra cosa.

Ya en la habitación, el omega se dejó caer en la gran cama que estaba ahí, dejando de lado el nido que estaba en la esquina, Taehyung se quitó la ropa que tenía puesta, quedando únicamente en ropa interior.

—No vuelvas a dejarte caer así en la cama, omega — dijo despacio, casi como no queriendo hablar, —puede pasar algo malo si haces eso.

Jungkook no respondió.

—¿Quieres ir al nido?

—No lo sé.

Comenzó a frotar la espalda del Omega, haciendo que este soltará un par de gemidos muy bajos.

—Un masaje no vendría mal.

Comenzó a masajear la espalda de su omega, tratando de no hacerlo muy fuerte para no lastimarlo, algunas veces se escuchaba como su espalda tronaba, haciendo que el omega soltará suspiros llenos de alivio, bajó hasta la espalda baja, en donde se encontraban los hoyuelos de Venus, a Taehyung le gustaron mucho.

Quería el nudo de Taehyung, pero había personas abajo y eso lo ponían en mucha vergüenza.

—Taehyung...

—Dime.

—Quiero... —cerró la boca de golpe, —tu nudo.

A Taehyung se le hizo agua en la boca.

—Hay que hacer poco ruido ¿sí? —dijo entre la almohada, —no quiero que tus padres y tu prima y su omega nos escuchen.

—Bien. Déjame quitar tu ropa.

Comenzó a quitar la ropa de Jungkook, sin ningún cuidado.

—No la rompas, este suéter es uno de mis favoritos.

Iba a decirle algo más, pero simplemente el rasgueo de algo lo detuvo, Taehyung había roto su suéter.

—Te compro otro, los que quieras.

—Más te vale.

Lo dejo en ropa interior y comenzó a besarle todo el cuerpo, besó los ligeros huesos que sobresalían de su cadera, se veían hermoso y cayó en cuenta de que era un poco flaco, se iba a encargar de que comiera más.

Se entretuvo con uno de sus pezones, lamiendo y mordiendo hasta dejar sus dientes marcados. Escuchaba los gemidos de Jungkook, tratando de no hacerlo muy alto para que no lo escucharan, pero le era muy imposible, Taehyung era muy bueno en lo que hacía, sabía cómo mover las manos y qué hacer con su boca.

Lamió el otro pezón del omega, este apretaba sus manos en puños y apretando las sábanas al sentir atención en sus partes más sensibles, su lubricante natural salía sin poder ser evitado, mojando y arruinado las sábanas color crema que estaban debajo de él.

Taehyung se quitó el bóxer y lo tiró en algún lado de la habitación.

—Alfa... te necesito.

Quería márcalo en ese momento, pero tenía que aguantar las ganas que tenía de enterrar sus colmillos en el cuello del omega.

Metió uno de sus dedos en el interior de Jungkook, era cálido y muy apretado, sus paredes anales estaban húmedas y muy cálidas, no tardó mucho en meter otro y moverlo casi en seguida, deleitándose con los suaves gemidos de Jungkook, eran la más hermosa melodía para él.

—No aguanto... ¡Alfa! —gimió, —tu nudo. Lo quiero ya.

—Ya voy, ya voy.

Se acomodó entre las piernas de Jungkook, besando su cuello y sus labios, mordió su oreja y después lamió donde había mordido.

Entró en él muy lentamente, sin dejar de mirarlo, tardó un rato sin moverse, esperando una señal por parte de Jungkook, olió su cuello, lo besó, lo lamió y mordió, iba a dejar marcas en todo el cuerpo del omega.

Le hizo un pequeño chupetón en el cuello, justo en el mismo lugar que antes.

Comenzó a moverse con un vaivén muy lento, sintiendo como se enterraba más en su interior.

El omega arqueó su espalda a tal grado de pegar su cuerpo con el de Taehyung, ya tenían en una gran capa de sudor en el cuerpo. Jungkook no dejaba de gemir en su oído, despacio y casi audible.

—El nudo...

Bastaron unas cuantas embestidas más para que el nudo creciera en el interior de Jungkook, el omega se abrazó de Taehyung y pegó sus frentes, esperando a que el nudo bajara.

—Me siento... —tragó saliva, —me siento tan bien.

—Digo lo mismo.

El nudo no tardó mucho, se separaron y se tumbaron en la cama.

—¿Quieres ir al nido?

—Necesito ir al nido y llamarle a Namjoon.

Taehyung lo cargó y lo llevó al nido, en donde lo dejo con mucho cuidado, luego el salió y se arrodilló afuera del nido.

—¿Me dejas entrar a tu nido, omega?

—Sí, pasa.

Jungkook envolvió sus piernas alrededor de Taehyung, para tenerlo más cerca y sentir el calor de su cuerpo.

—Eres un buen alfa, el mejor alfa.

—Y tú eres un buen omega, aunque digas lo contrario.

Después de eso se durmieron en el nido.

Despertaron una hora después, en donde aprovecharon para bañarse juntos ya que según el lobo de Jungkook así iban a ahorrar agua, o eso era lo que le había hecho decirle a Taehyung, hubo besos y caricias, el Alfa lavó el cabello de Jungkook y lo talló con la esponja, él simplemente se dejó querer por su alfa.

Al salir del baño, Taehyung lo envolvió en una toalla y lo sentó en la cama, buscó algo de ropa para su omega y ayudó a ponérsela, dejó un beso en la comisura de sus labios y luego lo marcó con su aroma.

—¿Me pasas mi teléfono? —

—Toma.

—¡Namjoon! Sé que es algo tarde, pero tengo que contarte muchas cosas — exclamó feliz, —me han dado otro broche de cortejo y acabamos de lanzar una linterna volante...

Del otro lado de la línea no se escuchaba nada, muy apenas la pesada respiración de su amigo.

—Sucede algo. — afirmó.

—Siempre que te hablo es porque sucede algo...

No quería presionarlo, pero comenzaba a ponerse nervioso.

Estaba sintiendo miedo, Taehyung lo notó y fue hasta él.

—¿Estas bien? —murmuró en su otro oído, —Jungkook...

—Namjoon, entre más silencio guardas más me pones nervioso.

—Vas a querer golpearme cuando llegues... Todos querrán hacerlo, incluso yo quiero golpearme.

Pensó lo peor.

—¡Yo quiero golpearte ahora mismo por no decirme que está pasando! —no fue su intención gritarle, pero ya estaba completamente desesperado.

Le dio su tiempo para que hablara, ya no iba a volver gritar o presionarlo.

—He marcado a Félix y a Hoseok.










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