Micro relatos VIII

Enterrador

Plantó árboles de tronco grueso y espinas grandes. Enredaderas y verdes hierbas trepadoras todo a lo largo de una cerca derruida. Se aseguró de que el portón de entrada, un armatoste de metal oscuro, chirriara con cada movimiento ya sea de mano humana, o del viento (que soplaba sin contemplación en cada noche del año).
Después de esto arrojó piedras grandes al azar, rastrillo caminos de tierra que no iban a ningún lado, sembró plantones de largas hojas que la humedad del amanecer mojaría.
Al final, cuando todo esto fue terminado, se encargó de cavar las tumbas en plena noche de luna llena. Después una a una las iría ocupando, después habría tiempo para eso.

El horror que vengo a mostrar

Acecha en el barro sucio de cada "puertas adentro".
Es gusano que se nutre y crece, devora y muerde, cambiando su forma a cada momento que pasa.
Es olvido.
No viene, sin embargo, del interior ni del exterior. Pero es preexistente. Estaba antes de nosotros, nos acompaña, son las figuras que corretean por las esquinas o susurran en las casas viejas, los pasos en la madrugada, es el horror que se adhiere y oculta.
Es eterno.
No pasa que tema ser descubierto, pasa que entendió la locura inmediata que acarrea si es visto desnudo de máscaras. Pelea consigo mismo, lo hace porque se da miedo.
Algo sospecha, al fin.
Que estaba allí antes de estar, sin saber lo que significa.

El tiro del final

Fue el mayor y más extraño fenómeno mundial de todos los tiempos. Por semanas no se habló de otra cosa.
El ruido, como un grito potente que resonó en toda la Tierra. Como el eco tras la caída, un sonido que todo ser vivo escuchó sin entender.
Similar a lo que produce un disparo a la nada misma.
Cuando los árboles, en todo el planeta, comenzaron a morir, algunos lo entendieron.
Cuando la tierra prospera ya no lo fue y se secaron los ríos, mares y océanos.
Lo llamaron "el gran suicidio" pero siempre me gustó el nombre que yo mismo le invente.
El tiro del final. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top