O16;; Ocluye tu mente

(No me creo que hice maratón 2/2 para esta historia; ya que yo traduzco todo, intento no copiar absolutamente nada de la obra original, y en serio cansa cuando son tantas palabras, estoy orgullosa de mí misma, ay. Esta es mi disculpa por tardar tanto en actualizar este fanfic, hoy estuve inspirada, y con fiebre, ahr)

(Dedicándole el capítulo a rinanya por sus comentarios que me dieron fuerza para traducir este capítulo, muchas gracias T-T)

Capítulo O16: Ocluye tu mente

—Creo que es suficiente whisky por ahora.—anunció Snape, inclinándose hacia delante para quitarle el vaso a Harry de los dedos.—Queremos que estés relajado, no que te caigas borracho.

Harry rió un poco.—Solo bebí uno y medio. Ah no, fueron dos.

Snape apuntó su varita a la chimenea y encendió el fuego con un rápido Incendio, luego se sentó con las piernas cruzadas en el suelo cerca de las llamas, haciendo un gesto para que Harry se uniera a él. Cuando Harry se sentó frente a él, Snape indicó con un movimiento giratorio de sus dedos que el chico debería girar y retroceder.

—¿Es esto cómodo para tu cadera?

Harry tenía la sensación de que no lo era, en realidad, pero todo tenía una neblina tan agradable después del whisky, que en realidad no era demasiado consciente de ello. Bostezó un poco. —Está bien.

—Bien. Ahora, inclínate hacia atrás. Descansa tu peso en tus palmas si quieres. Necesito tocar tus sienes.

Después de que Harry hizo lo que le dijo, sintió las yemas de los dedos fríos recorriendo su pelo para masajear ambos lados de su cuero cabelludo. La sensación pareció revivirlo de la pausa del whisky. Al imaginar la imagen que debían hacer los dos, no pudo evitar reír de nuevo.

—¿Mmm?

—Um, estaba pensando que es bueno que no probaras esta técnica el año pasado.—admitió Harry.—Estoy seguro de que habría intentado hechizarte, y las cosas habrían ido de mal en peor. Sin embargo, no veo cómo podrían haber empeorado al final, en realidad.

—¿Estás pensando en el pensadero?

—No.—admitió Harry. Había estado pensando en Sirius.—¿Usaste el pensadero antes de venir?

—No, Harry.—escuchó la voz de Snape, con una lenta pronunciación mientras sus dedos continuaban masajeando las sienes de Harry.—Esto no será como la batalla del año pasado, cuando te arrebataría tus recuerdos y temía que me hicieras lo mismo. Esto será... armonioso. Ahora, mantente relajado. Recuéstate más si quieres; por mucho que quieras no me derribarás.

Harry dejó que un poco más de su peso cayera sobre sus palmas.

—Bien.—lo tranquilizó Snape.—Vamos a trabajar para aclarar tu mente, Harry. No significa no pensar en nada, no en la forma en que lo entendiste. Significa concentrarte en una cosa hasta que llene tu mente por completo, hasta que no quede ningún pensamiento, sólo una imagen que te consume por completo. Cuando se hace bien, dejarás de ser consciente incluso de la imagen, por lo que bloqueará completamente todo pensamiento.

—Uh-huh.—murmuró Harry. Se estaba perdiendo en las sensaciones, en el zumbido constante de la voz de su maestro, y más allá de todo eso, era difícil concentrarse. Sacudió la cabeza un poco, tratando de aclararla, y los dedos de Snape se apretaron en sus sienes.

—Lo estabas haciendo bien antes.—dijo.—Relájate, de nuevo.

Pero Harry no pudo.—Prácticamente me estás poniendo a dormir.—se quejó.—Y no podré seguir tus instrucciones.

—Deja de ponerte tenso. Puedes hacerlo.—Con un leve juramento, Snape estiró las piernas a ambos lados del chico y lo apretó contra su pecho.—Siente mi respiración.— instó.—Empareja la tuya con la mía. Esto es como hipnosis, Harry, ¿has oído hablar de eso? No necesitas concentrarte en mantener tu mente clara. Necesitas dejar ir el pensamiento y dejar que te guíe hacia una imagen.

Harry respiró hondo cuando Snape lo hizo, y mientras lo soltaba, esos dedos volvieron a deslizarse hacia arriba y hacia abajo por su sien. Snape siguió hablando, su voz baja y tranquila, y Harry descubrió que cada vez que exhalaba, se inclinaba más contra su maestro, hasta que se sentía sin huesos. Era una sensación que no le había gustado cuando Lockhart la había provocado, pero ahora era realmente agradable.

—Está bien.— murmuró Snape.—Ahora no trates de pensar, Harry, no trates de sentir, recordar o reaccionar. Déjate llevar, déjate ser. Sí, eso es, derrítete en mí. Voy a entrar en tu mente, ahora, pero no te alarmes.

En un lado de la cabeza de Harry, esos dedos aún lo acariciaban, pero en el otro, fueron reemplazados por la punta dura de la varita de Snape.

Los encantamientos llenaron el aire, susurros entrecortados que Harry pensó que podría haber entendido si realmente hubiera escuchado. Se movieron a la deriva a su alrededor, girando contra su cuello y cara, y luego pareció que los inhaló por la nariz, y sintió una alteración, una presencia, junto a él en su mente.

No era como estar poseído por Voldemort o estar bajo Imperio. Él todavía estaba allí también, y en control, pero la tenue alteración estaba allí con él. Snape, tardó en reconocerlo. Snape, esperando pacientemente a que Harry le dejara entrar más.

Harry se desplomó, apoyándose completamente contra su maestro, y dejó que su profesor llenara su mente.

Ríos fluían a través de él, ríos anchos como nunca podrían existir fuera del reino de los sueños. Luego, solo un río, ensanchándose mientras miraba, hasta que llenó todo el paisaje del pensamiento. Lo vio desde arriba, hasta que las aguas se elevaron en una gloria incandescente para envolverlo. Sumergido, rodeado por seis lados, sintió la corriente, sintió el frescor, sintió la calma de las olas.

Y entonces el cuadro que tenía ante él sufrió un cambio, porque ya no estaba en el agua, sintiendo y viéndolo; se había convertido en el agua misma, y ​​no había nada en toda la existencia salvo ese gran río. Ya no Harry, y con él, no hay recuerdos. Solo una gran ráfaga de agua que llenó el universo hasta desbordar, bautizando a toda la creación en un reino del ser más puro.

Salir de todo a la vez fue como estar sumergido en el río que acababa de visualizar, fue una gran conmoción. Harry jadeó y se tensó contra Snape, pero el brazo de su maestro lo sujetó rápido hasta que su respiración se hizo más lenta hasta algo casi normal. Entonces Harry se incorporó y giró la cabeza para mirar a Snape.

—Eso fue... bueno, malditamente magnífico, creo.

Snape asintió con la cabeza, con los ojos entrecerrados y el cuerpo sumido en líneas de agotamiento.

—¿Es así como se supone que es la Oclumancia? Pensé que se suponía que debía apagar mis emociones, o algo así.

—No es de extrañar que lo hayas hecho tan mal el año pasado.—respondió Snape con cansancio.

Harry sintió como si acabara de atrapar la snitch; era la misma sensación de triunfo y excitación, la misma oleada de adrenalina llenando sus venas.—El año pasado, ¿por qué no me dijiste que se trataba de... no sé, no existencia en lugar de puro estoicismo?

Un suspiro largo y doloroso recibió la pregunta.—¿No lo entiendes? Ni siquiera es una habilidad aprendida para mí, Harry. Es un poder de nacimiento. Solo necesitaba que me apuntasen con la varita, de verdad, y el que me enseñó fue... bastante duro en sus métodos.

—Oh.—dijo Harry, pensando en eso. Lo que Snape le había dicho antes de la sesión estaba volviendo, y tenía más sentido que entonces, incluso a través de la bebida y la oleada de sensaciones que era la Oclumancia. Snape le había enseñado a Harry de la única forma que había conocido, de la forma que le habían enseñado a él mismo. Pero no había funcionado bien, verdad, porque para Harry esto no era un poder de nacimiento.—Hmm, supongo que la Oclumancia es para ti un poco como lo que la Lengua pársel es para mí.—murmuró.—Aunque eso no es estrictamente un poder de nacimiento, no lo creo. Pero aún así, nunca he tenido que trabajar en eso. Simplemente lo tengo.

Snape solo dio un gemido en respuesta a todo eso.

Sintiéndose un poco idiota porque solo había pensado en sí mismo hasta entonces, Harry se dio la vuelta más y miró bien a su maestro.—Eso fue un poco duro para ti, supongo. Lo siento. ¿Es tan terrible estar dentro de mi mente?

—Las preguntas que haces.—Snape se despertó para murmurar, frunciendo el ceño mientras cruzaba las piernas de nuevo y se inclinaba sobre ellas.—Es como si todos esos años escuchando a tu tío hablar de personas normales te hubieran convencido de que no eres una. No es más terrible estar en tu mente que en la de cualquier otra persona, Harry. Dirigir pensamientos puede ser agotador, eso es todo.

Nadie más tiene a Voldemort acechando en su mente.

—No es cierto, aunque nadie más tiene tu cicatriz, ciertamente. De todos modos, el Señor Oscuro no estaba allí esta noche. Creo que eliminar a Kreacher de tu casa ha ayudado considerablemente a fortalecer las protecciones encantadas en la estructura.

Algo en las palabras de Snape llamó la atención de Harry. Ahora que lo pienso, también había escuchado esa frase antes. Tu casa. Quería preguntar sobre eso, pero lo primero es lo primero. —Usted... um, no se ve tan bien, profesor. ¿Hay algo que necesite? ¿Un vaso de agua, tal vez, o más whisky?

Snape se levantó del suelo, tropezó un poco y se derrumbó en un sillón tapizado densamente, aunque hecho jirones.—Solo habla.—dijo, la petición extraña en los oídos de Harry.

—¿Hablar?

—Sí, ¿es un concepto demasiado complejo para que lo sigas?—Cuando Harry retrocedió levemente ante su tono, Snape suspiró, inclinó la cabeza hacia atrás contra los cojines y explicó: —Ahora podría regresar a la red flu, aunque no sería prudente cuando estoy tan debilitado, pero tampoco debería quedarme dormido aquí. Así que habla conmigo, Harry. Mantenme despierto hasta que me sienta... más yo mismo.

—Uh, está bien, claro.— respondió Harry, dejándose caer en el sofá y acomodando sus cojines para sostener su cabeza lo suficiente como para ver a Snape.—Entonces, ¿cuánto tiempo hace que se está durmiendo, profesor?

Snape soltó una risa baja y áspera.—Un rato. Esa no es tu preocupación.

Mmm, no es exactamente una vía fructífera para conversar. Bueno, Snape había mencionado que la casa era más segura para Harry ahora que esa malvada excusa para ser un elfo doméstico estaba muerta, y Harry tenía la intención de preguntar, así que siguió adelante.—Está bien... ¿qué le pasó a Kreacher?

Ante eso, Snape abrió un ojo y miró fijamente a Harry como si estuviera determinando cuánto divulgar. Pasó un largo momento, y luego otro, hasta que finalmente Snape dijo tres palabras que Harry no esperaba:

—Lo maté.

—Tú. Lo mataste. A él.—Harry se quedó boquiabierto lentamente, su mente se sentía como si estuviera jugando a dar saltos consigo misma.—Um, ¿por lo que le hizo a Sirius?

—Eso ciertamente hizo que fuera más fácil matarlo.—admitió Snape, su voz absolutamente plana. Harry tuvo la sensación de que al Maestro de Pociones no le importaba un comino que hubiera matado a un elfo doméstico. No es que Harry haya perdido el amor por Kreacher; probablemente lo habría matado él mismo, si tuviera la mínima oportunidad. Sin embargo, estaba francamente sorprendido de que Snape lo hubiera hecho. No era como si Snape se hubiera puesto de luto por Sirius, ¿verdad?

Pero Snape lo confundió una vez más, detallando, todavía en ese nivel y tono sin emociones. —Sé lo que piensas, Harry, pero no quería que Black muriera. Lo hice una vez, no lo negaré, pero en ese Una vez, honestamente lo creí responsable de la muerte de tus padres y de una masacre de muggles. Me tomó un tiempo repensar todo eso y entender que había sido Pettigrew todo el tiempo. Después de eso, todo lo que viste que pasó entre nosotros... era solo el viejo antagonismo que todavía estaba encajonado, pero él estaba luchando contra el Señor Oscuro como podía, al igual que yo. No debería haber estado burlándome de él por las heridas infligidas veinte años antes. No estoy orgulloso de ello.

—Eso es lo que dijo.—recordó Harry, rodando de costado y apoyando la cabeza en un brazo. —Sobre cómo él y James te trataron. No estoy orgulloso de eso.

Snape levantó las rodillas para sentarse de lado en la silla, dejando que lo acunara.

—Pero Kreacher.—presionó Harry.—¿Por qué lo mataste, si no fue por Sirius?

—Por muchas razones.—suspiró Snape, encrespando su cuerpo un poco más.—Traicionó a su maestro el año pasado; no se podía confiar en él. Ya había mostrado afinidad por los magos oscuros, y por los Malfoy en particular. Darle ropa lo enviaría directamente a ellos, y aunque no podía traicionar la ubicación de esta casa, podría dar la información que la Orden necesita para mantenerse en silencio. Liberarlo estaba fuera de cuestión, pero también lo era mantenerlo, una vez que estuviste aquí. ¿Cómo podría saber que no saldría de esta casa? de nuevo, ¿esta vez contando historias de que Harry Potter perdió su magia? 

—Una vez que estuve aquí.—repitió Harry.—Espera. ¿Cuándo lo mataste?

—Aproximadamente una hora antes de que te despertaras esta mañana.

Harry dejó escapar un suspiro.—¿No podrías haberme esperado?

—¿Entonces podrías estrangularlo?—Snape cuestionó en un tono extraño.—Puede que lo desees, pero no es un impulso que yo animaría. Además, se necesita magia para matar a un elfo doméstico;. Tienen de las defensas más formidables, por no hablar de la capacidad de sobrevivir a un buen montón de castigo.

Harry pensó en Dobby golpeándose la cabeza contra la pared e hizo una mueca.

—Se necesitan Artes Oscuras.—agregó Snape.

Harry soltó una risa sorprendida.—¿Usaste Artes Oscuras en la casa? ¿Hoy?

—Ayer, para ser precisos.

—Pensé que querías el lugar libre de manchas.—admitió Harry, confundido.—Sabes, para que Voldemort no pueda alcanzarme a través de mi cicatriz.

—A veces sólo el mal vence al mal, Harry.—explicó su maestro.—Ya había usado las Artes Oscuras para despegar ese retrato infernal y el tapiz de las paredes. Kreacher no estaba contento, aunque no creo que se diera cuenta de que él era el siguiente. Y luego, una vez que me ocupé de él, Lupin y yo limpiamos la casa de magia oscura, lo cual no es un asunto simple, te lo aseguro. Creo que es un mejor maestro de Defensa de lo que le creí. Terminamos la tarea poco antes de que te despertaras. Hmm, se me ocurre preguntarme si fue una coincidencia o parte de la razón por la que te despertaste.

—¡Kreacher estaba de pie en la mesa de la cocina bebiendo vino de la copa de plata de Sirius!— Harry exclamó, su sueño se enfocó vívidamente en su mente.

—¿Y cómo, exactamente, lo sabrías?—vino una pregunta suave de los labios tensos de Snape.

Harry también se tensó.—Um, lo soñé, esta misma tarde.

—Lo soñaste.—repitió Snape, todo escepticismo.

—Bueno, ¿de qué otra manera podría saberlo? Quiero decir, ¿es verdad?

—Es verdad, y lo sabrías si Lupin te lo dijera.

—¡Bueno, no lo hizo!—Replicó Harry.—Si crees que soy tan mentiroso, entonces pregúntale.

—Harry, es solo que he visto tus marcas de Adivinación. No eres exactamente un vidente. Pero si dices que lo soñaste, entonces lo hiciste, ¿de acuerdo?—Snape se estiró y se sentó más recto. —Bueno, al menos esto demuestra que Marjygold se perdió algo. Tu magia no se ha ido por completo, no si estás adivinando cosas mientras duermes. ¿Qué más soñaste?

—Es bueno que hayas matado al pequeño de mierda; estaba haciendo planes para atraparte, mientras se felicitaba a sí mismo por lo que le hizo a Sirius.—recordó Harry en voz alta.—Oh, y también soñé que la casa de los Dursley escupía energía negra por todas las ventanas y una especie de... no sé, colapsaba sobre sí misma mientras Dudley gritaba en el césped. Oh, sí, y la Marca Tenebrosa estaba en el cielo.

Snape se sentó muy erguido y lo miró fijamente, luego se puso de pie.—¿No pensaste en mencionarle esto a Lupin? No pensaste en decirme de inmediato que en esta casa pensé que había hecho un lugar seguro para ti, ¿tuviste un sueño de Voldemort este mismo día? El primer día?—Snape lo tomó de los hombros, como lo había hecho esa mañana, pero esta vez, más o menos lo sacudió y bramó:—¡Necesito saber estas cosas, Harry!

Harry echó la cara hacia atrás lo más que pudo, el reflejo se apoderó de él mientras se arqueaba fuera del agarre de Snape y se deslizaba al suelo. Una vez libre, saltó y retrocedió cautelosamente, la prudencia y la experiencia lo llevaron lejos del alcance de ataque.

—Querido Merlín.—suspiró Snape, su expresión horrorizada mientras se levantaba del sofá y vio la desconfianza de Harry. Luego, en tono de autorreproche, susurró:—No te iba a pegar, niño.

—Lo sé.—susurró Harry en respuesta, sintiéndose tan horrible como parecía Snape.—Quiero decir, lo sé, profesor. Quiero decir, si no me hubiera golpeado hasta convertirme en pulpa por mirar en su pensadero...

Snape negó con la cabeza.—Nunca debí haberte hablado de Kreacher.

—¡No, no es eso!—Harry exclamó, sorprendido, dando un paso delante cuando parecía que Snape no podía moverse hacia él.—No le tengo miedo, profesor. Escaparme es instintivo, eso es todo. Un poco estúpido, de verdad. Sé que no es mi tío, ¿de acuerdo? No diga que lo comparo con él porque no lo hago, lo juro.

—Lo hiciste.—señaló Snape suavemente.—Dijiste que éramos bastante parecidos.

—Ambos menosprecian a la gente.— trató de explicar Harry. ¿Cómo le había dicho algo así a Snape? La verdad era que ambos hombres sabían cómo ser terriblemente desagradables, pero las razones del comportamiento eran día y noche.—Pero contigo, es sólo una cosa de humor sarcástico oscuro, ¿crees que no lo sé? O de lo contrario es absoluto y genuino. Quiero decir, cuando le gritas a alguien que acaba de explotar un caldero, estás realmente enfadado, creo, y ansioso por inspirar un poco de miedo bien colocado para que los errores estúpidos no vuelvan a ocurrir. Aunque creo que podrías transmitir tu punto de manera más efectiva si nos dejas algo de orgullo.—tuvo que agregar.—Pero con el tío Vernon, es solo... bueno, básicamente es sadismo. Le gusta verme encogerme.

Harry respiró profundamente y miró a Snape a los ojos.—El hecho es que, cuando se enfadaba mucho, mucho, solía sacudirme los hombros de esa manera, y aprendí que era mejor alejarme que quedarme quieto para que me abofetearan.

—Muggles.—respiró Snape con disgusto, negando con la cabeza.

—No los culpes por eso.—lo corrigió Harry.—He visto a Lucius Malfoy con Dobby. Eh, es un elfo doméstico. De todos modos, Malfoy era mucho peor para él que el tío Vernon para mí. Los magos pueden ser tan malos como los muggles. Peor, si tomas en cuenta el tipo de maldiciones que podemos lanzar.

—Es cierto.—admitió Snape, suspirando profundamente.—Se me ocurre preguntarme por qué no le has pedido a nadie que controle a tu familia, después de un sueño como ese.

Harry abrió mucho los ojos.—La misma razón por la que no te lo mencioné antes. Sabía que el sueño no era de Voldemort; mi cicatriz ni siquiera me dolió.

—Si es así, dímelo a mí, o a Lupin, de inmediato.

—Pensé que estaba enojado con ellos.—admitió Harry, haciendo una mueca.—Nunca se me ocurrió pensar... ¿Pero si lo de Kreacher fuera cierto? ¿Crees que...?

—No.—anunció Snape, su tono corto.—Si se hubiera llevado a cabo un ataque a tu casa, o incluso se hubiera contemplado, lo sabría.

—¿Podemos tener una charla de fuego con la Sra. Figg, solo para estar seguros?

—No a esta hora de la mañana.

—Pero...

—Créeme, Harry. No ha pasado nada en Privet Drive. Si aún te sientes inquieto por eso más tarde, haz que Lupin hable con la Sra. Figg a través de la red Floo. En ningún caso debes hablar con ella tú mismo.

—Sí, señor.—murmuró Harry, reconociendo el valor de ese consejo. Probablemente también era la razón por la que Snape no quería lidiar con la situación; cuanta menos gente supiera que estaba involucrado con Harry, mejor.—¿Podrías al menos decirme qué le hiciste al tío Vernon en el cementerio? Quiero decir, ¿está bien? Tenía la intención de preguntar.—agregó Harry, sintiéndose más que un poco culpable por no haberlo hecho cuanto antes.

—Francamente, no veo por qué te importaría.—dijo Snape arrastrando las palabras.

Harry realmente tenía que pensar en eso; se le ocurrió que había pedido más por un sentido del derecho que por un interés desgarrador en el asunto.—Hmm. Bueno, tienes razón. A una parte de mí no le importa, pero luego hay que pensar en Dudley. No es que haya mucho amor perdido entre nosotros, pero él realmente fue decente durante esa última visita. Incluso me advirtió de no ir al funeral. Y acaba de perder a su madre, ¿vale? No necesita perder a su padre también, incluso si el tío Vernon es un grandísimo idiota.

Snape reflexionó sobre eso por un momento, antes de ofrecerse como voluntario.—Usé Troneo-Relampagare para dejarlo inconsciente, eso es todo. Una explosión de trueno y relámpago. Me imagino que estaba de pie a los cinco minutos de mi aparición contigo aquí. No dudo que todavía estuviera gritando insultos.

—Sí, sin duda.—murmuró Harry. Nunca había tenido un padre decente. Solía ​​desear uno, antes de conocer a Sirius. Sin embargo, después de que el destino le arrebatara toda posibilidad de vivir con su padrino, más o menos llegó a aceptar que había algunas cosas que nunca tendría.

—Creo que ahora puedo usar la red flú.—continuó el maestro de pociones. Es curioso cómo podía mantener su rostro en las sombras cuando le convenía, pensó Harry. La iluminación no parecía importar. No estaba seguro de cómo lo lograba Snape.

Harry asintió entendiendo.—Está bien. Gracias, profesor.

Snape se detuvo en su camino hacia la chimenea.—Te dije que no me agradecieras.

—Sí, pero tengo que hacerlo.—comenzó a explicar Harry.

—Dígale a la Srta. Granger que también tiene algo de agradecer a la gente, ¿entendido?—Snape espetó. Claramente, el hombre estaba conteniéndose.—No toleraré esta idiotez, Potter, ¿está claro? Recibirás lecciones de Oclumancia y cualquier otra cosa que se considere necesaria, porque las necesitas para sobrevivir a lo que aparentemente será tu destino en la vida. Preferiría que no murieras y sumergir al mundo mágico en una era de oscuridad sin fin. No es necesario agradecer.

Con eso, el maestro de pociones tomó un puñado de polvo gris del manto.

Harry pensó en simplemente callarse, pero la verdad es que no quería.—No te estaba agradeciendo por la maldita Oclumancia.—gritó al otro lado de la habitación, con cierta dificultad para abstenerse de agregar una frase como tú, gran idiota.

Sorprendentemente, Snape mordió el anzuelo.—Oh, ilumíname.—se burló.

—Me tratas como si fuera normal, no como si necesitara ser compadecido, adorado, odiado y temido.—anunció Harry, manteniéndose firme contra la mirada de un par de ojos muy, muy negros.—Y puede que no lo creas, pero eres el único adulto que lo hace. Dios mío, incluso Remus hoy rezumaba compasión hasta que me enfermó. ¿Pero tú? No tienes miedo de usar tu magia frente a mí solo porque ahora mismo no tengo ninguna. No crees que me derrumbaré por eso. No crees que soy débil.

El polvo flu cayó a través de los dedos de Snape mientras los flexionaba.—No lo creo.—confirmó. —Pero Harry, tarde o temprano, todo el mundo se derrumba por algo.

Bueno, eso le dio a Harry algo en que pensar, pero no tuvo tiempo para reflexionar en ese momento, porque Snape no había terminado de hablar. Justo antes de arrojar el polvo Flú y gritar un destino en las mazmorras de Hogwarts, agregó una cosa más.

—¿Y Harry? De nada.

Con eso, se fue en un destello brillante de fuego verde.

LOS SUEÑOS DE HARRY, ME MUERO, AQUÍ EMPIEZA TODO GENTE, AJSAJSJASA (fangirleando a tope)

En el siguiente capitulo aparecerá un personaje nuevo, YA LO VEREIS AJSJAJAJA.

El Harry todo empoderado, y amé la escena de oclumancia, ahhhh.

Nada que ver con la historia, pero amo esta canción, pido perdón :D

https://youtu.be/QbKqpe9rxzo

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