Me niego a escribir "vivieron felices y comieron perdices".

Siete meses más tarde.

Una pequeña patada en su vientre despierta a Thomas ese domingo en El Claro, abre los ojos con dificultad porque está muy cansado y un suspiro escapa de los agrietados labios mientras el sol se refleja en su piel. Poco a poco toma conciencia de la situación, está solo en la cama y eso no es exactamente extraño, después de todo Dylan se despierta más temprano y él hace meses que duerme más de lo normal, lo extraño es la sombra de alas que se refleja a su vez sobre su cuerpo como si las plumas estuvieran abrazándolo y cuidándolo.

- ¿Sabes lo creepy que resultas en este momento? Mirándome en silencio a contra luz - masculla, dándose la vuelta como puede, su mente retrocediendo en el tiempo hasta la primera vez que vio a Dylan en las oficinas de Nueva York a las que ya no va tanto porque se trae el trabajo a la base, a casa.

- Buenos días a vosotros también - Dylan se aparta de la ventana, se inclina y le da un beso en la frente y otro en la barriga.

- Estoy taaaan roto - masculla, abrazando al demonio por el cuello y deteniéndolo para que le dé un beso como debe ser.

Dylan sonríe contra sus labios.

- La próxima vez que te diga que tener sexo te pasará factura me harás caso.

- Nunca - replica Thomas, riendo.

- Arriba, dormilón, los demás ya han empezado a llegar - lo ayuda a incorporarse mientras niega con la cabeza y se sienta en el borde de la cama en lo queThomas se levanta de la cama, las sábanas deslizándose por su piel desnuda.

- Pues vete o no saldremos nunca de aquí - suspira, cuando Dylan lo abraza desde atrás y deja un suave mordisco en su hombro.

- Está bien - le besa el lóbulo de la oreja antes de salir por la puerta.

- Tessa, mi vida, compórtate, ¿vale? Vamos a darnos un baño caliente - habla poniendo una mano sobre su pronunciada barriga en lo que abre el grifo de la bañera con la otra.

Viste con los leggins que Rosa le ha conseguido y la amplia y preciosa camisa hippie que le robó a Kaya cuando era evidente que las suyas no le iban a servir, mete las piernas en las desgastadas converser  blancas pensando que quizás debería comprarse unas nuevas y sale de la habitación que comparte con Dylan desde la tardía noche de bodas.

Los pasillos de El Claro están iluminados por el sol y él camina despacio, sabiendo a dónde tiene que ir y tomándose todo el tiempo que puede, disfrutando de la tranquilidad y la paz que llena su vida desde la noche que Dylan regresó con, literalmente, la cabeza de Garrett metida en un saco. Nunca pensó que una visión tan tétrica le causara tanta satisfacción, pero podía permitirse ese pequeño desliz por toda la mierda que ese cabrón le había hecho pasar desde el principio.

- ¡Thom!

Una voz femenina que se escucha por el edificio desde hace más o menos dos meses hace que se detenga con suavidad para esperar. Una chica más joven lo que pensó que sería en un principio (el grupo ha llamado asalta cunas a Will más veces de las que se pueden contar) llega hasta él con una sonrisa de oreja o oreja y preciosos ojos llenos de vida.

- ¡Hoy es el día, Thom, por fiiiin! - da saltitos a su alrededor.

- Cierto, por fin conocerás a Caleb y a Stiles - recuerda que es la primera vez que vienen desde que ella es oficialmente parte del grupo.- Quizás padre Cielo y madre Tierra se pasen por aquí también, aunque no es seguro, les gusta hacer una gran entrada.

- ¡Ay, estoy muy emocionada!

Entrelaza sus dedos con los de Thomas que la recibe con gusto mientras se dirigen hacia el ascensor, hace mucho que se resignó a dejar de usar las escaleras.

- Lo he notado, (T/N), creo que todo el complejo lo ha hecho - admite, divertido, cuando están en la primera planta y buscan los accesos a los jardines traseros.

- La verdad es que su emoción da miedo.

Ambos se giran hacia la voz masculina, Thomas nota el sonrojo subir a las mejillas de (T/N) cuando localiza a Will en las puertas de cristal, dándoles paso.

- Muy gracioso - masculla la chiquilla, separándose de Thomas y saliendo al jardín, dejándolos atrás.

Will la sustituye como apoyo y lo ayuda a bajar las escaleras.

- ¿Sabes? Estoy bastante a favor de la técnica que usó Stiles para que no hubieran malentendidos con Derek - comenta el humano, haciendo que esta vez el sonrojo sea cosa de Will.

- Yo...

- Está aquí por ti, Will, se ha metido en todo esto por ti - le recuerda, golpeando con suavidad el hombro.- Igual que hice yo por Dylan en su día.

Escuchan un grito emocionado que corta la intención de Will de responder, Thomas ríe porque eso significa que Caleb y Stiles ya han llegado y que (T/N) ha descubierto el parecido entre los tres hermanos.

- Tenemos que seguir invitando a gente nueva, no quiero dejar de ver esa reacción.

Consigue que Will ría.

- ¡Thomas!

Rosa y Malía lo llaman desde la entrada de la cafetería. En cuanto llegan a su altura, el aludido es arrancado del lado de Will para ser mimado por sus amigas.

- ¡Eh, yo también quiero!

Lydia se levanta y le sede su sitio en el sillón donde están sentados, cae entre Dylan y Caleb con resignación.

- Estoy embarazado, no inválido, de verdad que no hace falta que me cuidéis tanto.

- Calla, en esto no tienes ni voz ni voto - sentencia Allison, acariciando el brazo de Scott.

Thomas resopla.

- Así que tú eres la nueva - el mayor observa a (T/N) de arriba abajo que todavía sigue un poco en shock.- Y supongo que... ¿estás disponible? - Caleb arquea las cejas, insinuante y coqueto.

Dylan bufa al otro lado de Thomas mientras pasa un brazo por sus hombros y lo atrae, el rubio se deja caer contra su pecho.

- Por supuesto que no lo está.

La única sorprendida por la declaración de Will es la propia (T/N) que lo mira con sorpresa mientras el demonio la atrae a sus brazos. Caleb alza las manos en son de paz con una sonrisa divertida.

- ¿Cuánto te queda, Thomas? - pregunta Stiles, apoyando la cabeza contra el hombro de Derek que está sentado y revolviendo el café.

- Dos meses, ¿dejarás de preguntármelo algún día?

Stiles sonríe de esa forma que tiene ahora, sigue dando un poco de miedo, pero es mucho más suave que antes. Thomas cree que se debe a la influencia de Derek que es bastante buena para él, en general, ambos son buenos el uno para el otro. Está tan orgulloso de lo bien que lo han hecho desde aquel día como si fueran familia suya. 

Aunque, en realidad, lo son. Todos. Ese es su hogar, el sitio más seguro del mundo, el lugar más cálido. Rodeado de peligrosas criaturas sobrenaturales que lo cuidan como si fuera lo más preciado que tienen en el mundo. Está seguro de que con Tessa será igual, tendrá un montón de tíos y tías dispuestos a matar por su seguridad, por su felicidad. Y Thomas no podría estar más agradecido por ello.

EPÍLOGO.

El llanto llena la habitación.

Lydia sonríe aliviada mientras deja el pequeño bulto en los brazos Thomas que está exhausto.

Dylan siente la emoción atascarse en la garganta cuando se dirige hacia su pareja y su hija.

- Hey - lo llama Thomas, ronco.- Lo conseguimos.

- Sí, lo hicimos.

Las únicas lágrimas en la habitación no son las de Tessa, pero ninguno habla sobre ello.

.·*FIN*·.

¡Muchas gracias por haber llegado hasta aquí a pesar de todo el tiempo que ha pasado!

Este viaje, en particular, por fin llega a su fin y espero que os haya gustado el desenlace. 


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