•Capítulo 2: Identidad revelada•
Narra Levi
Apenas nos dividimos, noté a lo lejos que un titán estaba por devorar a unos novatos, así que me apresuré en llegar hasta ahí y cortar su nuca.
Cuando el titán cayó al suelo, me coloqué en su encima, dándole la espalda a los novatos.
—Esas son... Las alas de la libertad. —habló uno de los mocosos que estaba casi medio muerto, tenía su cabello castaño y a las justas podía mantenerse en pie
—Oigan. —llamé viéndolos por sobre mi hombro— ¿Qué ha pasado aquí?
—¡Levi! —escuché el llamado de mi hermana, llegando a mi lado
—¿Y mi escuadrón? —pregunté al no verlos con ella
—Oh, pues los dejé atrás para seguirte. —respondió algo nerviosa
—Tsk, no queda de otra más que adelantarnos. Tal vez la otra semana trabaje en su velocidad. —añadí sabiendo que esta misión llevaría tiempo
—¡Sí! —respondió determinada— ¿Eh? ¡Cuidado! —exclamó tratando de advertirles a los mocosos de tres titanes detrás suyo
Nuevamente fui con mi equipo tridimensional rápidamente y le rebané la nuca a uno, mientras que Tn se encargó de los otros dos.
—Sigues sin poder actuar rápido, a este paso no podrás salvar tantas vidas. —la regañé
—Perdón... —susurró bajándose del titán, al igual que yo, ambos nos colocamos frente al trío de mocosos
—¿Y bien? ¿Qué pasó aquí? —volví a preguntar
—Pues... —el chico rubio con cabeza de coco estaba por responderme, pero vino otro titán hacia donde nos encontrábamos
—Yo me encargo. —habló Tn, yendo directo a por el titán y a por los que venían
—E-eh, bueno... —balbuceó nervioso mientras sujetaba con fuerza al castaño, que aparentaba ser de su misma edad
Luego de eso, comenzaron a llegar todos los miembros pertenecientes a la Legión de Reconocimiento y también tuvimos ayuda de los soldados de la Guarnición. Gracias a ello, el muro Rose fue cubierto a tiempo de la amenaza, aunque lamentablemente duró todo un día eliminar a los titanes de su interior. Hanji fue la única en aprovechar la situación, pues elaboró una misión aparte para capturar dos titanes, a los cuales les colocó nombres ridículos.
Esta pudo ser la primera victoria para la humanidad, pero perdimos una cantidad aproximada de doscientos siete soldados. Además de que, según la complicada situación que se presentó a causa de un mocoso que se transformaba en titán, tendríamos que ir a juicio.
Narra Tn
Finalmente llegó el día del juicio de Eren, donde se decidiría si iba con la Policía Militar o con la Legión de Reconocimiento.
—Hola, Eren. —saludé acercándome a las rejas que apresaban al castaño
—¿Eh? ¿Quién eres? —me preguntó tras los barrotes— ¿Cómo sabes mi nombre?
—Eso no lo sabrás por el momento. —respondí escondiendo mi rostro bajo la capucha lo más que podía
—E-está bien. —noté que el castaño bajó la cabeza
—No te preocupes, pronto te sacaremos de acá. —le dijo Hanji, colocando una mano en mi hombro— Tú estarás encargada de esto. —me dio las llaves de la celda
Solté un suspiro y la abrí sin más.
—¡Ah! Diablos... —escuché maldecir al castaño por lo bajo— No me puedo parar.
—Déjame ayudarte. —cuando estaba por ir con él, Erwin me detuvo
—Espera, Tn. —ordenó el cejotas— No te confíes. —advirtió para luego asentir con la cabeza
Yo imité su gesto y finalmente entré a la celda de Eren, pasé uno de sus brazos por mi cuello, permitiendo que se recargase en mí.
En un descuido mío, se me cayó la capucha, dando a conocer mi rostro.
Mierda... No me había peinado.
—T-tú eres... —Eren me miró con sorpresa
No sabía qué decir, sólo me quedé ahí parada como una estatua, sin atreverme a hablar.
—N-no es nada. —bajó la cabeza decaído— Me he confundido de persona...
Narra Eren
—N-no es nada. —bajé la cabeza decaído— Me he confundido de persona...
—Ya veo. —ella desvió la mirada
De manera inconsciente un aroma floral llegó a mis fosas nasales, parecía venir de ella.
Comencé a olfatear disimuladamente, pues su perfume no era tan fuerte o empalagoso, mas bien era atrayente. Sin darme cuenta, me acerqué más a ella, con el objetivo de oler con claridad.
—¡O-oye! —se alejó rápidamente, aunque por suerte no me soltó
—¡L-lo siento! ¡No fue mi intención! —exclamé nervioso, mintiendo hasta cierto punto
—Tsk, parece que ya puedes caminar solo. —me soltó de golpe, provocando que casi me caiga de trasero al suelo— Voy adelantándome. —avisó
—A la enana no le gusta que invadan su espacio personal. —comentó la mayor Hanji— Debiste ver la cara de los cadetes que se acercaban a ella y terminaban sin cabello o con el ojo morado... ¡Jasjaskja! —se rió escandalosamente, pero paró de reír en un segundo
¿Ahora qué hará? Hanji-san parecer ser muy rara y extrovertida.
—La pregunta es... —hizo una pausa dramática— ¿Por qué a ti no te ha hecho nada?
—¿Eh? —la miré procesando información
—Mayor Hanji, los estamos esperando desde hace cinco minutos. —informó un soldado, llegando hasta nosotros
—Ah, ¡perdona por eso! —se disculpó la castaña, juntando sus manos en modo de disculpa— Es que tuvimos un contratiempo con el chico titán.
—Bueno. —el soldado se fue corriendo nuevamente
—Acompáñanos, Mike. —le dijo Hanji a un tipo alto y rubio, quien se limitó a asentir con la cabeza
—E-eh... —hablé nervioso cuando el sujeto me estaba oliendo mi cuello, tal como lo hice con Tn hace un momento
—Uhmmm. —pronunció alejándose de mí, para luego sonreír
—No te preocupes, eso lo hace con todos. —me tranquilizó la mayor Hanji— Nos olfatea para después sonreír. —agregó de lo más calmada
—Y-ya veo.
—Bien, ya llegamos. —nos detuvimos frente a una gran puerta color gris— Trata de no hacer nada imprudente, ¿si? Eres nuestra última esperanza, Eren Jaeger.
—Un segundo, pero yo no... —no me dejó continuar y me empujó dentro de la sala
Narrador omnisciente
Lamentablemente te tuviste que quitar la capucha por órdenes del juez Darius Zackly, sólo porque sí.
Igual no creías que alguien por ahí presente te reconociera o volviera a encontrarse contigo, así que le restaste importancia al tema, intentando no ponerte incómoda debido a la costumbre de tapar siempre tu rostro con dicha capucha.
—Eren idiota. —dijiste viendo al castaño con el ceño fruncido— ¿Cómo se le ocurre dar un discurso así en esta situación? Sólo hará que lo maten. —susurraste algo cabreada por la imprudencia del castaño
Viste cómo Levi le daba una patada en la cara, sacándole un diente en el acto. Lamentablemente, ahora esa la única manera fiable de salvar a Eren de la Policía Militar y su idea de mandarlo a diseccionar.
Por supuesto que te preocupaste por el ojiverde, sin embargo no podías hacer nada, tu hermano lo tenía todo bajo control, pese a que parecía todo lo contrario a los ojos de una enojada Mikasa.
—No necesitas ser educado con palabras. —Levi tomó al castaño por el cabello, alzando el rostro de éste y mostrando su rostro lleno moretones, a causa de la paliza que le acababa de dar— Lo que necesitas es un entrenamiento severo.
—¡Levi-aniki, esta vez te pasaste! —gritaste molesta al ver el estado del pobre castaño, casi apunto de desmayarse
—Tn. —pronunció el comandante en tono serio, a lo que te callaste rápidamente
—¡Ya no le pegues! ¡Se puede transformar! —advirtió Nile, perteneciente a la Policía Militar
—¿Tú crees? —Levi le dio otra patada a Eren en el estómago, provocando que éste escupiera sangre— ¿No decían que lo iban a matar? ¿Cómo podrán con él si ni siquiera se atreven a tocarle? Yo soy más fuerte que él. —miró a Eren con desprecio— Mocoso, si haces un movimiento en falso vas a estar tres metros bajo tierra.
Apretaste la mandíbula, sabiendo que en realidad Levi lo hacía para demostrar que era más fuerte que Eren y sólo de ese modo, obtener su custodia.
Sin embargo Mikasa se logró zafar del agarre de Armin, pues no iba a quedarse de brazos cruzados viendo a Eren siendo golpeado otra vez.
—¡Aaah! —dio un grito de batalla y corrió dispuesta a todo contra Levi
Abriste los ojos sorprendida, así que sin esperar más, la alcanzaste y le diste un golpe con tu rodilla en sus costillas, impidiendo que la asiática cometiera una tontería y acabara expulsada del cuartel, o peor, en la cárcel.
Pese a que Mikasa no se dio cuenta de tu presencia, sus reflejos la ayudaron a esquivar tu ataque, mas no se libró del golpe por completo y terminó en el suelo. No habías controlado tu fuerza, pero ya era tarde para arrepentirse.
—¿Qué querías hacer, novata? —le hablaste en tono serio— Por eso podías ir a la cárcel o ser condenada a muerte.
—¿Q-qué ha pasado? —el rubio de brillantes ojos azules te miraba con asombro, pues no se esperaba que lograras derribar a Mikasa de un solo golpe
—Lo siento, Mikasa... —susurraste con pena— Pero no podía permitir que golpearas a mi hermano. —añadiste tratando de que solo Mikasa te escuchase, pero debido al silencio de la sala todos lograron oírte
Los espectadores se quedaron atónitos por tu confesión, pues casi nadie estaba enterado de que Levi tuviera una hermana menor, sólo en ese momento ellos se dieron cuenta del parecido entre ustedes, el cual no era mucho en realidad.
—¡¿C-cómo es posible?! —exclamó el rubio de antes, sin creérselo
—Armin. —llamó Mikasa viéndolo de reojo
—¡¿Ella es la hermana del hombre más fuerte de la humanidad?! ¡¿Por eso derribó a Mikasa de un solo golpe?! —se preguntó el rubio internamente
—¿En serio son hermanos? —se atrevió a preguntar un soldado, tú soltaste un suspiro y viste a Levi, esperando su aprobación para hablar de ello
Tu hermano asintió luego de unos segundos.
—Sí, somos hermanos. —confirmó él— Simplemente no nos gusta divulgar nuestras vidas privadas, así que agradecería que tampoco conviertan esto en un chisme por las murallas, de lo contrario me veré obligado a encontrar el culpable personalmente.
Los demás tragaron saliva ante la amenaza del azabache.
—¿Cómo sabes mi nombre? —te preguntó Mikasa con duda, frunciendo su entrecejo un poco
Dudaste en decirle la verdad, pero al final se acabaría enterando debido a que le habías dado tu nombre.
—Yo fui la soldado que los dejó a salvo del ataque de los titanes, cuando Shiganshina cayó...
—¿Tú eres Tn? ¿La que nos llevó a la embarcación? —preguntó tratando de no tartamudear debido a la sorpresa
La viste preocupada por el golpe que le habías dado hace unos minutos, así que intentaste ayudarla, pero la azabache ya se había levantado como si nada, recomponiéndose rápidamente.
—Pensé que no volveríamos a verte... —comentó Mikasa
—La verdad me agrada este encuentro, pero vas a tener que acostumbrarte a las palizas de Levi-aniki... Es algo brusco aveces. —añadiste recordando lo malhumorado que podía llegar a ser tu hermano
—¿Tn? ¡¿Cómo... —Eren iba hablar otra vez, pero lo callaste con una patada en la cara
No podías arriesgarte a que los demás pensaran que, sólo por ser conocidos, Levi y tú no serían capaces de mantener a Eren bajo control por consideración. Lamentablemente estabas contra la espalda y la pared, pues tampoco te gustaba la idea de golpearlo.
Te acercaste al oído de Eren fingiendo una mirada de molestia, provocando que el castaño te mirara asustado.
—Perdón, Eren. —susurraste en su oído, en un tono totalmente arrepentido— Te prometo que te compensaré luego... —te separaste del castaño sin añadir más
—¿Eh? —Eren parpadeó un par de veces, incrédulo
—Ya he tomado una decisión. —dijo el juez
—Ugh. —se quejó Mikasa, caminando hacia el asiento de testigos con ayuda de Armin
—Le concedo la custodia de Eren Jaeger a la Legión de Reconocimiento, bajo el cargo del capitán Levi.
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