Capítulo 7: Miradas Cruzadas
*-*Narra Tyler*-*
En la calle, paseando con mi reciente amigo del baile. La verdad es que es buen chico y no me esperaba que me cayera tan bien. No me puedo explicar el por qué lo dejaron en el día del baile. Sea quien sea, debo hablar con él o ella. La verdad es que no sé si le gusta los chicos o las chicas. Es su privacidad y no quiero incomodarle.
Llegamos al parque y parece ser que va a llover pronto. Aprovechamos que estamos aquí para tomar el aire y darnos un respiro de los sentimientos. Nos sentamos en un banco y seguimos hablando de nuestras cosas. Y me salta con un agradecimiento.
-Gracias por todo, Tyler -me agradece-. Por lo del baile.
-De nada. No quería ver en ese día a nadie llorar -aunque me acuerdo que el chico que se puso a correr me hace sentirme mal, ya que era Kyle.
Caí en esa cuenta ya que Pablo fue tras él y no hay nadie más de quien debía preocuparse. He oído que están casi todo el tiempo juntos y que los han visto besarse, ¿serán novios ya? Creo que sí, aunque me duele que Kyle o Pablo no me lo confirmen.
-Por fin ya no siento nada por lo del baile -me dice-. Me dolía tanto lo que me hizo.
-¿Quién te creó ese daño en tu interior? -le pregunto y se pone un poco incómodo-. Nadie debería hacer daño a un chico tan guapo como tú -al momento se sonroja levemente, pero se disuelve ese color de su cara.
-Yo... Gracias por el cumplido -evita mi mirada, es lo que ha hecho en todo el rato, al igual que en todos los días.
Desde el baile, solo ha mirado de frente, a los ojos, a su familia. Los conozco, son buenas personas, son sociables, caen bien a cualquiera. En cambio, Phillip ha cambiado algo. La forma en que mira a la gente ha cambiado. Ya no mira a los ojos, sino al suelo. Eso me preocupa, debo hacer algo para que vuelva a hacer eso.
-¿Nos vamos? -le propongo-. Creo que ya va a llover, y mi intuición aveces da en el blanco.
-Claro -se levanta de golpe-, mejor vámonos.
Y se pone a caminar en dirección afuera del parque. Cuando paseamos un poco por el camino que hay, veo a un chico en un banco sin paragüas ni nada. Al acercarme lo suficiente, puedo reconocerlo. ¡Es Pablo! ¿Qué hace aquí?
-Hola, Pablo -hago que Phillip se detenga y miro a Pablo, se le nota bastante mal, triste, tiene una carta en la mano que parece ser que ha leído, no contesta, así que le hablo otra vez-. ¿Estás bien? ¿Pasa algo con Kyle?
-No pasa nada -me dice fríamente-. Vete.
-No me voy a ir si no me dices lo que te pasa -me siento a su lado y en sus ojos noto una chispa casi apagada-. A ti te pasa algo, puedes confiar en mí -me señalo.
-Por favor, solo quiero estar solo -no debería hacerlo, pero es tan terco que no va a aceptar mi ayuda ni me va a contar nada.
-No creo que debas quedarte aquí, va a llover y te vas a constipar.
-Eso ahora no me importa, la lluvia refleja lo que siento.
-¿Tristeza? -y en ese momento sé que he acertado.
-Sí, tristeza -murmura lentamente.
No voy a lograr convencerle para venir conmigo, así que me levanto y me pongo al lado de Phillip otra vez, ya que lo ha visto todo. Volvemos a caminar y antes de desaparecer del círculo de visión de Pablo, le grito.
-¡Sabes que puedes contar con tus amigos! ¡Yo soy uno de esos amigos!
Y ya desaparezco de su círculo, empieza a llover. Poco a poco se va haciendo más fuerte. Le digo a Phillip que hay que correr a mi casa y empezamos una carrera.
-¡El que llegue el último tendrá que hacer tres cosas que el otro quiera! -grita y sigue corriendo como alma que lleva el diablo.
Mi casa está un poco lejos, pero no descarto la posibilidad de que en tan solo un minuto lo veamos cerca. Cuando creo que ya llevamos corriendo por lo menos dos minutos, vemos mi casa a lo lejos. Damos una última carrera y llegamos totalmente empapados a la verja que rodea mi casa, y he ganado yo. Al volver a verla, Phillip se queda expectante. Es la segunda vez que viene y miró la mansión con una cara que aún recuerdo. Solo pensarlo me hace reír.
Abro la verja y llegamos al portal totalmente empapados. Abro la puerta y entramos, mojando el suelo que acaba de limpiar la limpiadora.
-Espera aquí, voy a traer unas toallas -no quiero que mojemos todo el suelo.
Llego al baño y cojo un par de toallas, me los llevo y le doy uno a Phillip para que al menos se seque la cara. Me quito la chaqueta y también la camiseta.
-¿Pero qué haces? -evita mirarme y se pone sonrojado, es tan lindo cuando se ve así.
-Quitarme la ropa mojada, no quiero estar chorreando por toda la casa. Deberías hacer lo mismo -me acerco a él y le susurro al oído-, si no quieres que te la quite yo.
Al momento sabe que se la tiene que quitar. Me pide saber donde está el baño, se lo digo y se va corriendo para evitarme. Ya me he quitado toda la ropa, menos los bóxers. Me seco bien con la toalla y me llevo mi ropa a lavar. Phillip aparece con la toalla secando su cuerpo. Tiene un bonito cuerpo, no lo voy a ocultar.
-Tienes un bonito cuerpo -se vuelve a sonrojar, pero más.
-G-Gracias -tartamudea ante mi reciente elogio-. Tú también tienes buen... cuerpo -le ha costado decir eso, se nota bastante.
-Gracias, ¿donde está tu ropa? Tengo que meterla en la secadora para que tengas algo con lo que vestirte e irte.
-Está en el baño -voy al baño y lo recojo.
Lo llevo a la secadora y le pongo el tiempo de secado. Lo pongo en marcha y empieza a funcionar. Tan solo hay que esperar ahora. Vuelvo con Phillip y noto que está un poco incómodo al estar así en esta casa y delante de mí.
-¿No vas a hacer algo para reirte? -me pregunta de golpe, esa pregunta me desconcierta.
-¡No! -grito, ya que no ha pillado nada de mí, es como si no me conociera-. Si lo preguntas es que alguien te ha hecho algo malo. ¿Quién ha sido? -me acerco un poco más a él.
-No te lo voy a decir, ya que está todo resuelto.
-¿Estás seguro?
-Sí.
Lo abrazo sabiendo que estamos en bóxers. No quiero que piense que no voy a estar a su lado para lo que haga falta. Soy como Pablo con Kyle, yo soy Pablo y Phillip es Kyle. Aún me desconcierta lo que me dijo Pablo de Kyle sobre ayudarle. ¿Qué quiso decir con eso? Me tiene intrigado, pero prefiero no inmiscuirme.
Dejo de abrazar a Phillip y lo miro con cariño. Este chico ha conseguido mucho de mí y yo he conseguido poco de él.
-¿Te apetece ver alguna serie en el ordenador de mi habitación? -por hacer algo no me mata.
-¿Qué series? -mira mis ojos, y ese momento es bastante mágico.
Nuestras miradas se han cruzado, se han unido durante un momento, ya que aparta su mirada al enterarse de lo que hacemos, con un poco de sonrojo.
-Cualquier cosa -digo solamente.
-¿Podemos ver anime? Aún me falta por ver Tokyo Ghoul.
-Lo que tú quieras -y beso su pelo, ya que me parece tan suave y blandito.
Nos vamos a mi habitación, ya que los bóxers están secos. Mientras él se sienta en el sofá, yo llevo mi portátil a la cama y busco esa serie.
-Déjame, yo lo encuentro bastante rápido -y ocupa los mandos..
Nos metemos en una página y buscamos Tokyo Ghoul. Lo encontramos y pone un capítulo, es el número 8. Yo nunca lo he visto, pero al parecer es bastante interesante. Le digo que puede verlo cuando y cuanto quiera y me da las gracias mientras cruzamos miradas otra vez. Esta vez ha sido diferente, no la ha apartado y no se ha sonrojado. ¿Se ha acostumbrado ya? Yo creo que sí.
Acaba con el capítulo y yo dejo mi celular en la mano, ya que he hablado un poco por los grupos. Ninguno tenía nada que decir y se fueron. Pone otro y yo me voy de aquí, si no he visto el capítulo que ha puesto es porque quiero verlo desde el principio.
Me levanto y me voy al baño un momento para hacer mis cositas. Ya al salir veo que Phillip sigue con su serie. Solo verlo me hace sonreír, ¿por qué? Es como cuando hice el tonto con Kyle al intentar que estuviera conmigo. Después de eso, va y Lenko hace como que no lo ha visto en el baile, después de lo que han vivido. No ha sido mucho tiempo, pero al menos eso se les queda en la mente marcado con fuego.
Me vuelvo a acercar a la cama con el celular aún en la mano y miro a Phillip de reojo. Es tan lindo, quiero... ¡No lo hagas, Tyler! ¡Prohibido! Es alguien con quien me gustaría estar todo el tiempo, literalmente. ¡No puedo aguntarlo más!
Cojo su barbilla y giro su mirada a la mía. De inmediato se pone rojo y ya sé por qué es. Me acerco lentamente, sin pensar en si le gustan los chicos o no. Los centímetros son escasos cuando puedo notar su respiración agitada. Esos centímetros se quedan a cero y nuestros labios se unen para hacer un suave y dulce beso. No hace nada para separarme, lo único que hace es pasear sus manos por mi pecho fuerte y trabajado. Entonces perdemos el control y dejo el portátil a un lado para que no se rompa.
Nos dejamos llevar, solo nos besamos y eso me confirma y me hace feliz que le guste los chicos. Los besos son interminables, y no voy a hacer algo que él no quiera hacer.
No sé cómo acabamos debajo de las sábanas besándonos, pero agradezco eso, ya que nos iríamos a morir de frío. Se me olvidó poner el aire acondicionado. Aunque no lo necesitamos ya que tenemos el roce de nuestra piel.
Como toda bella historia de un amor reciente, no voy a dar detalles de la historia. Así que os diré solo una cosa.
Bajo esta grande lluvia, dos cuerpos se duermen abrazados. Son los nuestros y me alegra que me quiera. Solo tengo que ayudarle a superar sus dolores y todo estará solucionado. ¿Verdad que sí? Solo pido que nunca me deje, que siempre me quiera como yo lo voy a querer yo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top