Capítulo 6: Bajo La Lluvia, Algo Inesperado
Las nubes sueltan truenos, pero no lluvia. ¿Por qué les cuesta tanto escupir su agua? Me levanto de mi cama y cojo el celular de la mesilla, que ha empezado a sonar con algunas notificaciones. Las miro y son del WhatsApp. Dejo en visto algunas y miro las que más me importan.
Pablo: Quiero abrazarte bajo la lluvia y besarte. ¿Podemos hacerlo?
¿Le contesto? Aún sigo pensando en si ser su novio o no. Sigo teniendo miedo a mi lado atrevido, porque puede volver a lanzarme a la oscura tristeza. ¿Pero y si me lleva a la luz alegre? Podría ser que pasara. Decido contestarle con una simple fras.
Kyle: Claro, yo también tengo ganas. √√
No lo tiene visto, le ha llegado por lo menos. De mientras miro las redes sociales y veo que en Instagram me han metido en un grupo llamado "Nuevas Parejas". Me salgo de inmediato y al minuto me vuelven a meter. Esta vez me pone la opción de rechazar o permitir. Le doy a rechaza y también a bloquear. Al final ya no me meten en ningún grupo, menos mal. Seguramente eran unos pesados que solo quieren hacerme perder la paciencia.
Me llega una notificación de WhatsApp y no es de Pablo, sino de un nuevo grupo. Miro el nombre y se llama "Futboleros 2K16". Un buen nombre. Miro el icono del grupo y veo que es una foto reciente de nosotros recién jugando al fútbol.
Tyler te ha metido en el grupo.
Desconocido 1: ¿Quién es al que habéis metido?
Desconocido 2: ¡Bienvenido al grupo, Kyle!
Kyle: ¡Gracias! √
Tyler: ¿Sabes algo de Pablo? Le llega los mensajes, pero no los mira.
Kyle: Conmigo también lo hace. ¿Qué tal Lenko? √
Tyler: Ah, pues está bien. Le dejé en casa y lo metí en la cama para que descansara. Te hablo por privado.
Tyler y Kyle.
Tyler: Recién te preocupas por él, ¿estás bien?
Kyle: Claro, ¿por qué no iba a estarlo? Solo me preocupo. √√
Tyler: Te preocupas mucho, ¿no estarás volviendo a tener sentimientos hacia él, verdad?
Kyle: Sí. √√
Tyler: ¡Lo sabía!
Kyle: Déjame terminar. √√
Kyle: Siento sentimientos por él. Pero de asco como persona. Me dan ganas de matarlo, pero al momento pienso que no merece la pena. Y tampoco quiero el mal a nadie, excepto a mi padre. √√
Tyler: Ah, vale. Espera, ¿deseas el mal a tu padre? ¿Pero no está muerto?
Kyle se ha desconectado.
Creo que me he pasado de la lengua, más bien de los dedos. No debería haberle dicho eso, pero tenía que dejarle en claro que solo siento repugnancia hacia él. Miro el mensaje que le envié a Pablo y veo que está todavía sin ser visto. ¿Qué estará haciendo? Debo dejarle su espacio, no es mi novio aún, solo somos amigos. Pero es noche, tan mágica y lleno de sentimiento. Me sentí bastante agusto en ese momento, me sentí protegido entre sus brazos fuertes que daban calor. ¿Como puede ser tan jodidamente perfecto? ¡Es como un príncipe y yo su maldita rana que nunca se convierte aunque le den el beso de amor verdadero!
Miro los mensajes que no he contestado y me golpeo la frente al haber dejado en visto a Elena. Le envío un "hola" y se pone en visto en un minuto.
Elena está escribiendo...
Elena: ¿Qué tal todo, Kyle?
Kyle: Estupendamente, gracias por preguntar. ¿Qué tal con Roy? √√
Elena: ¡Es genial! Tan solo llevamos unas semanas como novios y nos necesitamos el uno al otro como el bien y el mal.
Kyle: ¿Como el bien y el mal? √√
Elena: Sí, no hay bien si el mal no está. Tampoco hay mal sin bien. ¿Lo captas?
Kyle: Sí, lo pillo. ¿Ya habéis hecho el...? √√
Elena: No cuento mi vida sexual. Ahora, cambiemos de tema. ¿Estás bien con Pablo?
Kyle: Seguimos siendo amigos, si es eso lo que te preguntas. √√
Elena: Amigos con derecho a roce -emoticono pícaro.
Kyle: Déjalo, me voy a ver si Pablo me ha hablado, o sino lo dejaré a sus anchas. √√
Elena: Pues creo que está cerca de aquí. ¿Quieres que te dé la dirección?
Kyle: Sí, por favor.
Me da la dirección y me bajo al salón, donde no hay ni un alma. Algún día publicaré una fiesta, y será en esta casa, porque siempre está vacía. Me pongo la chaqueta y me voy corriendo a la dirección donde supuestamente está Pablo. ¿Qué le debe de estar pasando para estar solo? ¿No me suena mucho esta dirección? Llego y veo que es el parque. ¿Está triste por algo o está solo? Muchas preguntas, que las voy a solucionar pronto.
Paseo por el parque y noto una gota de lluvia caer en mi hombro, otra en la cara, otra en el labio y así hasta por todo el cuerpo. ¡Se me ha olvidado coger un paragüas! Debo darme prisa y encontrar a Pablo para refugiarnos en algún sitio de la lluvia.
Empieza a llover a cántaros y me empapa totalmente. La ropa la tengo lo bastante mojada como para empezar a resfriarme por el frío. No alcanzo a ver a Pablo, hasta que miro en un banco. No hay nadie en todo el parque, y solo veo una figura humana. Me acerco y, en efecto, es Pablo. Reconozco su peinado mojado y su espalda ancha y fuerte. Me acerco y poso mi mano en su hombro. No se inmuta, está totalmente concentrado en otra cosa.
Me siento a su lado, con la lluvia cayendo en todo nuestro cuerpo. Ya estoy mojado, no se puede estar mas mojado de lo que está. Tiene algo entre las manos, una carta mojada, su tinta ya corrida. No puedo identificar de qué es. Lo miro a los ojos y siento que expresan tristeza, soledad, destrozo.
-Pablo -le llamo lentamente, en voz baja-, ¿qué te pasa?
Gira su vista y fija sus ojos en mí. Como está lloviendo no pude ver sus lágrimas. Y justo ahora me entero de que está llorando. Le paso mi mano por sus mejillas, intentando quitar al menos su lágrimas saladas. Me extiende la carta y la cojo con cuidado de que no se rompa. Es imposible entenderlo, la tinta no está y se ha desecho por varias partes. Intento leer lo que puedo.
-"Lo siento... Su... Muer... No pudi... Salv... Nec... Que venga a... Notar... Para hablar... Madr... Ha dejado... Hasta pron..." -leo sin voz.
Esto me deja totalmente desconcertado. Hay varias palabras destrozadas, y varios espacios grandes que no pone nada. Necesito saber lo que pone, solo Pablo puede decírmelo.
-No entiendo, está muy borroso -le digo y entonces Pablo me lo explica.
-Dice: "Lo siento, su madre ha muerto por una navaja en el pecho que un hombre le ha clavado. No pudimos salvarla dado a que fue directo en el corazón. Necesitamos que venga a ver al notario para hablar sobre lo que su madre le ha dejado de herencia. Hasta pronto, señor Pablo."
Su madre está... muerta. No puede ser. No la he conocido, pero podía imaginármela por como me lo ha descrito él. Una mujer como mi madre, dulce, cariñosa, tierna, divertida... Que ahora esté muerta me entristece.
-Mi madre -solloza mientras habla-, una gran mujer como la tuya. Va y la matan -rompe a llorar, apoyándose en mi hombro-. ¿Por qué? ¡¿Por qué?! -grita, soltando su dolor de dentro.
Yo también lloro con él, al saber que a los dos nos están pasando tantas cosas que no podemos soportar. Si yo perdiera a mi madre... no sabría qué hacer. Aprieto los puños ante tanta impotencia. ¿Qué podemos hacer nosotros ahora? Nada, sinceramente nada. Y yo intento encarcelar a mi padre, sabiendo que no puedo solo. Nos levantamos, aún llorando, pero dejamos de hacerlo al momento. Nuestras madres no querrían vernos llorando, sino fuertes y hacia delante.
Caminamos hacia fuera del parque. Cuando salimos, nos ponemos de camino a su casa, ya que en la mía, si mi madre veía toda el agua, nos mataba. Pablo se adelanta un poco sin enterarse, aún en sus pensamientos. De pronto me acuerdo de una cosa que deseo hacer.
-¡Pablo! -lo llamo, haciendo desaparecer sus pensamientos-. ¿Y el beso bajo la lluvia?
Sonríe al recordar que tenemos la oportunidad y se acerca a mí. Paso mis brazos por su cuello y nos acercamos poco a poco, hasta que la distancia entre nuestros labios llega a cero. El beso es profundo, triste y a la vez alegre, con pasión y amor. Me encanta este beso, la lluvia lo mejora. Se aleja un poco. Vemos que una furgoneta blanca pasa por detrás mío, pero no sabía que la puerta estaba abierta cuando de pronto, alguien intenta agarrarme para hacerme entrar. El coche retoma la velocidad, pero menos mal que Pablo me tiene en sus manos, porque ahora se pelean por tenerme. Me entra un miedo increíble. ¡Es mi padre! Está con el ceño fruncido y gritando que me suelte. Pero no afloja su fuerza. La mano se posa en mi hombro y reacciono. Le muerdo la mano lo más fuerte que puedo, notando un sabor metálico que debe de ser el de la sangre. ¡Me suelta! Pablo me mantiene entre sus brazos y entonces grita.
-¡Corre! -oigo como la furgoneta hace un derrape para quedarse mirando a nosotros.
Corremos por nuestras vidas bajo la lluvia, este podría ser nuestro fin.
-¡Vamos, vamos, vamos! -sigue gritando.
Nadie en sus casas nota lo que está pasando, y no es normal. ¡No lo veo ni medio normal! Giramos una esquina y vemos que es nuestra calle. La furgoneta vuelve a hacer un derrape y se encamina a nosotros. Tomamos un callejón, en el que la furgoneta puede entrar pero a duras penas. Seguimos corriendo y al parecer, él también lo hace, dejando los retrovisores detrás.
-¡Tengo una idea! -grito, se me ha ocurrido algo de lo que podría salvarnos o matarnos.
Me quedo quieto ante un árbol y Pablo entiende lo que quiero hacer. (y vosotros también, seguro) La furgoneta se acerca con gran velocidad, y cuando está apunto de atropellarnos...
-¡YA! -le doy la señal y cada uno salta por su lado, haciendo que mi padre y su compañero se estrellen en el árbol.
Ya en el suelo, puedo ver que la puerta trasera está abierta. ¡Maldita sea! ¡Se ha escapado! ¿Oh, no? Me levanto y me acerco. Solo veo de conductor a un hombre que no he visto en mi vida. ¿Por qué le ayudaría a mi padre? ¿Acaso se conocen? No tengo ni idea, pero prefiero tampoco saberlo.
¡Pablo! Giro por la furgoneta y veo que está levantado, con sangre cayendo por su brazo. No puede ser. ¿Cuando se lo ha hecho? Y sobre todo...
-¿Cómo te lo has hecho? -pregunto, señalando su brazo.
-Me he peleado con tu padre, me ha clavado su navaja. Necesito... Ir a casa.
-¡Necesitamos ir a un hospital!
-¡No! -su grito me ha asustado, es cabezota-. No quiero pasar por la policía para testificar cuando esté en el hospital.
-¡Vamos a ir y punto! -lo agarro de su brazo buemo mientras llamo a emergencias.
Les digo todo lo que sé hasta el momento. Me dicen que traen a la policía y una ambulancia para Pablo. Llegan en tan solo diez minutos y Pablo está totalmente mareado por la pérdida de sangre. Lo atienden en la ambulancia mientras la policía toma nota de lo ocurrido. Yo también hago lo mismo, pero no voy a la ambulancia. Nos dejan ir y una patrulla nos lleva a casa en coche. Llegamos y entramos, y justo vemos a Geronimo. Tras posar su mirada en la venda, este me ayuda a llevarlo a la cama. Nos deja solos en la habitación y entonces puedo ayudarle yo solo.
Le voy quitando la ropa mojada, mientras yo también hago lo mismo o me pondré malo. Al quedarnos solo en bóxers, lo llevo al baño y le pongo una bolsa pequeña en la venda para que no se moje, ya que se lo han puesto hace poco. Hago que salga el agua caliente de la ducha y le quito el bóxer. No les voy a mentir, me he sonrojado demasiado que parezco la nariz del reno de papá noel. Hago que se meta en la ducha, yo también lo hago, ya que nos duchamos juntos en las duchas del equipo. Terminamos y salimos con una toalla en la cintura y otra en el cuello. Dejo que se siente en su cama y le seco el pelo.
¡Se me olvidó! Voy al piso de abajo y le pido a Geronimo una estufa de esas eléctricas. Me da la que tiene y hace una broma sobre lo bien que estoy así, que me cogía ahora mismo. Le doy una cachetada en la mejilla y voy con Pablo. Enchufo la estufa y lo pongo un poco alejado de nosotros, lo suficiente para no sentir que nos quemamos.
-Kyle, te amo -suelta sin venir a cuentas-. No me dejes nunca -susurra en mi oído.
¿Que no lo deje nunca? ¿Está loco? Claro que no lo voy a dejar nunca, es el único que me ayuda en todo esto. Aunque, claro, siento algo muy fuerte por él. Debo pensar con tranquilidad sobre este amor que siento. Sobre lo de ser novios.
-Duerme, anda.
-Prométeme que nunca me dejarás -susurra mientras se va acostando en la cama-. Quiéreme, por favor.
Me meto en las mismas mantas en las que está él y se me olvidaba que me estamos con las toallas. Pablo me quita las mías y las deja en suelo, junto con las suyas. Se pega a mí y puedo notar su miembro rozar la mía. Me abraza, pero menos mal que su herida está encima mía, sino la liamos parda. Me siento protegido ante sus brazos, ante sus cálidos y fuertes brazos. Escondo mi cara entre su cuello y su pecho y le respondo ante mi repentino pensamiento.
-Nunca te dejaré, porque quiero ser tu novio -al decir eso, me aprieta más fuerte comtra su pecho y se duerme.
Ser el novio de Pablo. ¿He superado el daño que me hizo Lenko? Creo que sí. Y si no lo he superado, lo superaré con él. Junto con muchas otra cosas. Porque estoy... enamorado de él. Ahora me doy cuenta de eso. Estoy... ¡Enamorado de Pablo! Y me inundo en un sueño que es maravilloso y horrendo a la vez. Un sueño que me duele ver e imaginar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top