Capítulo 5: Discusión

*-*Narra Kyle*-*
(Al entrar al instituto)

Llego a mi clase, y justo a tiempo, ya que el profesor entró antes que yo. Me siento en mi asiento habitual e intento prestar atención a la clase. Pero no puedo, mi mente está en la noche que tuvimos Pablo y yo, y en esta mañana. Es tan dulce y cariñoso. Es como un sueño que él quiera amarme de verdad.

La clase de Matemáticas es un poco difícil, pero no lo suficiente. Me piden que salga a la pizarra y hago el ejercicio que me han dicho. Voy a la pizarra con la hoja donde tengo el ejercicio y lo copio en la pizarra. El profesor dice que está bien y entonces me dice otra cosa.

-Kyle, quiero hablar contigo en el pasillo cuando suene el timbre -asiento con la cabeza y sigue con la clase.

El profesor James se ha ganado un poco mi confianza. Aparte de ser mi profesor, es ahora un amigo. Al ver que estaba triste en clases, ha intentado animarme, y solo lo consiguió un poco. Ahora me pregunto, ¿de qué querrá hablar?

Lo voy a descubrir ahora, porque suena el timbre y yo me salgo con la mochila en la espalda. Espero al profesor James y por fin aparece. Me aparta un poco de la salida y habla conmigo.

-¿Te encuentras mejor? -me pregunta, se preocupa por mí.

-Sí, me encuentro mejor. ¿De qué quería hablar? -le pregunto.

-Ah, sí. Tus notas de mates son muy buenas. He hablado de esto con la jefa de departamento de matemáticas y dice que deberíamos llevarte a una clase más avanzada. ¿Te parece buena idea? Incluso a mí me van a cambiar a tu clase y podré enseñarte.

-Una clase más avanzada... -es una buena oportunidad de poner mis dotes matemáticos a algo más difícil-. Acepto.

-Genial -hurga en el bolso que lleva y saca un papel-. Dile a tu madre que firme esto, si a ella le parece bien, y me lo entregas mañana. ¿De acuerdo?

-De acuerdo -cojo el papel y me lo guardo en la mochila.

-Voy a acompañarte a tu clase, que llegas tarde.

Caminamos hacia mi clase y de seguro él también llega tarde a la suya.

-¿Usted no llega tarde a su clase? -le pregunto, quiero saber si lo estoy molestando.

-Ahora no tengo clase, así que me tomaré un respiro en el aula de profesores.

Llegamos a mi clase y entro. El profesor James le dice el motivo de mi retraso y este me quita la falta del parte. Se va y me vuelvo a sentar al lado de Lenko. Por favor, que termine pronto esta clase.

(╥﹏╥)

Por fin termina la clase y me voy corriendo al recreo. Me voy al lado solitario del instituto y inspiro aire fresco. Pero al parecer no estoy solo. Alguien más ha tenido la misma idea.

-Hola -saluda el odioso Lenko.

-Hola -correspondo al saludo, pero con brusquedad y con mirada de odio.

-Te quiero -suelta de golpe, pero eso no arregla lo que hizo.

-Pues yo no.

-Quiero volver a tenerte en mis brazos -se va acercando a mí, pero que por favor, aléjate de mí.

-No te acerques -le gruño, no quiero que corte un centímetro más.

-Sé que no me vas a perdonar, pero por favor, dame la oportunidad.

-No me has contestado a lo que te dije.

-Lo sé, pero es porque no tengo palabras para eso.

-Lárgate de mi vista.

-No lo voy a hacer si no me dices que me quieres.

-No lo voy a hacer, no te lo mereces -será mejor que me vaya yo, ya que no quiero dirigirle ni una palabra más.

Me retiene por el brazo y yo le doy un golpe en la mano para que me suelte, pero no resulta. Me mira, y en sus ojos puedo notar un poco de tristeza y mucha soledad. Él me ha provocado muchas emociones más, así que se joda. Intento liberarme de su agarre, pero no funciona.

-Vuelve a quererme -repite, pero sabe que no lo haré.

-¡No! -alzo la voz, pero como aquí no hay nadie no pasa nada.

-Haré que te vuelvas a enamorar de mí.

-¡Nunca me voy a volver a enamorar de ti! -grito, pero dudo que alguien nos haya oído.

Me acerca a él de golpe y planta sus labios con los míos. Pongo la mano en su pecho, intentando hacer que se aleje, pero no funciona, mi fuerza es muy mala. El beso solo es apasionado por su parte, pero a mí me da asco que él lo haga, ya que es la persona que me ha hecho tanto daño. Deja de besarme y escupo al suelo la saliva de su lengua. Lo odio. ¡Lo odio! ¡Nunca me volveré a enamorar de él!

Levanto la mirada y me llevo una mala sorpresa. Pablo está ahí, mirándonos. Debe de haber visto el beso, pero debe saber que no me ha gustado y que he intentado separarme de él, resistirme.

-Pablo, esto no es lo que parece -y otro gran cliché en mi vida.

Veo cómo aprieta los puños, como se esfuerza por no saltar encima de Lenko. Consigo zafarme de su abrazo con fuerza, que no sé de donde he sacado. Cuando me alejo, Pablo por fin abre su boca para sacar unas palabras.

-No estoy enfadado contigo, Kyle. Yo no te podría hacer daño en la vida -levanta su mirada y sus ojos se centran en un único objetivo: en Lenko-. ¡Pero voy a matarte pequeño hijo de puta! -y se abalanza a Lenko.

Se tiran al suelo y empiezan a pelearse. Pablo es quien está encima y pegándole en la cara, haciendo que sangre por la nariz.

-¡Querías volver a tirártelo y hacer como si no hubiera pasado! -otro puñetazo le cae.

Estoy petrificado, no sé qué hacer. Hasta que por fin reacciono. Corro al cuerpo de Pablo e intento separarlo, pero no lo consigo, se libra de mi agarre.

-¡No deberías haberle besado! -vuelve a gritar.

Solo puedo hacer una cosa.

Kyle: Tyler, por favor, ¡te necesito con urgencia! √√

Tyler se ha conectado.

Tyler: ¿Donde estás?

Kyle: En el lado solitario del instituto. ¡VEN CORRIENDO! √√

Tyler se ha desconectado.

De mientras intento que pare su agresión, pero no puedo y lo único que lo parará es una cosa que no creía que haría.

-¡Pablo, para por favor! -grito, pero no me hace caso.

Ahora o nunca. Pongo mi cara encima de la de Lenko y espero que el puñetazo caiga, y cierro los ojos por el miedo. Pero el puñetazo no llega. Abro los ojos, veo que Tyler ha llegado justo a tiempo y lo aleja con su agarre. Veo cómo Pablo tiene los ojos como platos.

-Lo siento, Kyle -se disculpa, y veo cómo le sale una lágrima por la mejilla-. Casi te pego, lo siento. ¡Lo siento! -grita antes de desaparecer por la esquina.

Me levanto y me giro para ver a Lenko. ¿Por qué he hecho esto? A lo mejor es porque no quiero que le pase nada tan malo como eso. Parece que ya sufre sin mi amor. Lo levanto con el brazo pasado por mis hombros y lo intento llevar a la enfermería.

Mientras caminamos por el pasillo, las miradas se unen en un solo punto que somos nosotros. Con murmullos de "¿qué habrá pasado?", "¿quién le habrá pegado?", "pobrecito". Todos esos murmullos son molestos, ya que no ayudan para nada. Llego a la enfermería y al parecer está una de las enfermeras. Corre hacia nosotros y prepara la camilla para Lenko. Lo dejo acostado y me siento en una de las sillas que hay cerca.

Mientras la enfermera lo cura, el director llega y se pone a gritar. Cosa que no es bueno para la enfermera, ya que se le puede escapar la mano por el susto.

-¡¿Qué ha pasado?! -se acerca a donde está Lenko y viene hacia mí-. ¿Tú le has hecho eso?

-Si se lo hubiera hecho, yo no estaría aquí. Piense mejor antes de acusar a alguien.

-Háblame con más respeto, jovencito. Soy el director.

-¿Y por ser el director tengo que estar tranquilo mientras usted me acusa de algo que no he hecho?

Va a hablar, pero la enfermera lo interrumpe diciendo que Lenko ya ha despertado. Vamos todos y vemos que es verdad, pero la cara está como un mapa. La nariz sangrando, los ojos morados, el labio partido y las mejillas pintadas con su sangre y inflamadas. Menuda fuerza la de Pablo.

-Lenko -lo llama el director-, ¿quién te ha hecho esto?

Lenko no responde de inmediato. Me mira y puedo notar compasión en él, cosa que me desconcierta. Vuelve a mirar al director y le responde.

-No lo conozco, pero es fuerte -responde a duras penas.

-¿Pudiste ver quien te lo hizo? -niega con la cabeza y noto que le duele demasiado-. Bueno, si descubres quien te lo ha hecho, me lo dices y lo denunciamos. Ahora descansa.

Y se va de la enfermería, dejándonos solos a nosotros dos. Lo miro con desconcierto y compasión. No ha delatado a Pablo.

-¿Por qué no lo has delatado? -le pregunto.

-Porque sé que no puedes vivir sin que él esté a tu lado en tu casa.

-¿Me has estado espiando?

-Tu casa me pilla de paso para algunas cosas.

-Pues no lo vuelvas a hacer. Sino, el que te va a denunciar soy yo.

-Está bien.

El timbre suena y entra Tyler en enfermería. Se acerca a nosotros y mira a Lenko.

-Uff, eso debe de doler un montón -me mira a mí-. ¿Cuanto tiempo estará así?

-Contando que estuvo así en el día del baile, creo que un par de semanas -me acerco más a él-. ¿Qué pasa con Pablo?

-Le he prohibido la entrada a la enfermería, así que está a salvo. Pero no ha parado de decir "lo siento" repetidas veces y a empezar a llorar. Una vez dijo "¡Soy un monstruo!". Creo que deberías ir a hablar con él.

-Lo haré, quédate con Lenko por si necesita algo. ¿Donde está Pablo?

-Está fuera, al lado de aquí.

Asiento con la cabeza y salgo de enfermería. En efecto, está Pablo aquí al lado, en el suelo abrazando sus rodillas, balanceándose y diciendo "Lo siento". Me acerco, me siento en el suelo y apoyo mi cabeza en su hombro. Al momento se relaja y se queda quieto y callado. La gente nos mira raro, no sé describir sus miradas.

Me pongo delante suyo y veo que sigue llorando. Acerco mi mano para quitarle las lágrimas, pero aparta su mirada y me dice algo que no me esperaba en tan poquito tiempo.

-Soy un monstruo, no merezco que me seques las lágrimas.

-No eres un monstruo.

-¡Casi te pego a ti! -grita, y lo callo poniéndole la mano en la boca.

Como se entere el director de que él fue el que le ha pegado, lo va a denunciar y creo que se lo llevarán a la cárcel. ¿Podría ser? Prefiero no arriesgarme.

-No importa, sabía que te detendrías. Y si no, me daba igual por tal de que pararas.

-No quiero hacerte daño, me he prometido a mí mismo no hacerte ningún rasguño y casi lo hago.

-Pero no has llegado a hacerlo.

-Pero, ¿y si la próxima vez sí te pego? No me lo perdonaría en la vida.

-No lo harás, confío en ti -uno nuestras frentes-. No te preocupes más por ello.

-Solo quiero mantenerte feliz, no hacerte daño. Que sonrías, no que llores. Que me ames por amor, no por pena.

-Nunca será por pena.

-Prométeme una cosa.

-¿Qué cosa?

-Que si te hago daño, que me dejes de inmediato. Huye de mí. No controlo a veces mi rabia, y puedo descargarlo en alguien que no quiero.

-No te preocupes, esa rabia no saldrá nunca.

-No saldrá, si estoy contigo -eso me llega al corazón.

Sus palabras, llenas de arrepentimiento, hacen que quiera tranquilizarlo. No quiero amarlo por pena, quiero amarlo por amor.  Me acerco a él y lo beso, con cariño, con ternura, con pasión. Cada vez los dos superamos barreras que nos benefician, y cada vez supero mis grandes, altas y gruesas murallas.

Siento como los que están en el pasillo nos miran raro, pero no me importa. Dejo de besarle y le quito las lágrimas de debajo de sus ojos miel. Esta vez no se aparta, y me alegro. Lo levanto y hago que ande a su última clase.

-¿Sabes lo que me apetece? -le digo.

-No. ¿Qué te apetece?

-Al mirar tus ojos, me apetece miel.

Se echa a reír y yo le sigo, la verdad es que ahí he estado bien, creo.

-Cuando salgamos, te compraré miel.

-Pero lo pagaré con mi dinero.

-Está bien -y nos volvemos a besar una última vez, antes de que él se meta en su clase.

Me voy a la mía, le digo al profesor el motivo de mi retraso y me deja entrar. Dejo que Tyler se encargue de Lenko y yo me quedo en mi sitio, mirando a la ventana y al cielo que se ha vuelto gris. La lluvia, creo que ya sé el momento en el que Pablo y yo nos vamos a besar bajo la lluvia.

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