Capítulo 3: Una Ducha Caliente

Llego al campo de fútbol, donde vuelvo a ver a los mismos chicos de la última vez entrenando. Llego a las gradas y me vuelvo a sentar en el mismo sitio de hace un par de semanas. Al momento percibo la vista de Pablo en mí, eso hace que se acerque corriendo para subir las gradas y sentarse a mi lado. De golpe vuelvo a percibir el olor a sudor de su cuerpo. Esta vez no es tan fuerte como antes, debo de haber llegado pronto.

-¿Vas a jugar con nosotros un partido? -me pregunta, ni un saludo ni nada.

-Para eso estoy aquí -digo solamente.

-¿Te vas a apuntar al equipo? -se mete el entrenador, cosa que no me ha gustado.

-No, señor. Aún lo estoy pensando.

-Pues piénsalo bien, eres bueno de portero y me gustaría que estuvieras dentro -se va alejando para vigilar a sus jugadores.

Pablo me mira, pero de pronto se acerca y me da un beso en los labios. No dice nada al separarse, está cumpliendo la promesa que le hice. Eso me gusta. Me mira con una sonrisa y yo me quedo embobado con él. Tan guapo y yo... Siendo un estúpido. Se levanta y me tiende la mano, y de golpe me llega la imagen de él teniéndome la mano para aceptarla. Ha sido un flash bastante fuerte y los sentimientos que en ese momento pasé vuelven.

-¿Vienes conmigo? -su pregunta deshace mis pensamientos, cosa que me esperaba totalmente.

Su mano, sus dedos que deseo volver a rozar con los míos. No puedo decirle que no, ya que deseo cogerle de la mano y jugar un poco al fútbol. Lo miro a sus ojos miel embobado y acepto su mano. El tacto es agradable, me encanta.

Me levanto y bajamos de las gradas para acercarme al equipo. Les digo que hoy estaré aquí y aceptan con mucho gusto. Nos ponemos a jugar y a hacer un partido amistoso entre el equipo. El entrenador me pasa la misma ropa que la última vez, claramente está limpia, y me voy a los vestuarios a cambiarme. Salgo y veo que en el equipo que voy está Tyler, pero no Pablo. Me voy a la portería y me pongo los guantes para parar sus tiros.

El partido dura como media hora y me he parado como 25 tiros, solo nos han marcado 2 goles. Nosotros hemos marcado 3. ¡Toma! Ha sido bueno, ¿no? El partido termina y nos vamos yendo a los vestuarios. Me agarran, me pasan los brazos por los hombros, me dan un golpe flojo en la cabeza y demás.

Cuando entro en los vestuarios recuerdo que no me gusta ducharme con mucha gente alrededor. Eso es lo malo de estos vestuarios, ¿por qué tienen que ser así los de este sitio? En varios lugares del mundo son cubículos para una sola persona. Hay privacidad y demás, pero aquí no hay ni eso.

Me espero a que todo el mundo vaya terminando mientras ne voy quitando la ropa. Termino con la toalla en la cintura y me acerco a las duchas. Ya no hay nadie, así que entro y enciendo el agua. Siento el agua caliente recorrer por mi cuerpo, quitándome el sudor de hoy. De pronto oigo pasos que vienen hacia las duchas. Espero un momento y veo que es Pablo. Solo tengo que aguantar a echarme agua encima para quitarme el gel de cuerpo. Me coloco debajo del agua y dejo que se me quite el jabón por todas partes.

Sin haberme enterado, noto el pecho de Pablo en mi espalda, pegado a mí. Me abraza, bastante fuerte que no me deja respirar. Lo nota y afloja el abrazo. Él también se moja y nuestros cuerpos mojados se pegan aun más.

Hay algo que me molesta y se coloca por mi espalda cerca de... Oh, no. Por favor, dime que no es eso. Deja de abrazarme, me da la vuelta y me pone contra la pared. Su mirada expresa deseo, ¿deseo de qué? Me besa apasionadamente, una y otra vez. Coje mi mano y la guía hasta una zona que se nota abultada bajo la toalla.

Un momento, la toalla está por la cintura. Eso significa que estoy tocando su... Tocando su miembro que se nota dura y erecta. Mi mano se desliza por su miembro tapado y noto un gemido en mi boca por su parte. Esto le está poniendo aún más caliente que el agua. Le voy a tener que echar agua fría para que se calme. Con mi mano libre intento alejarlo de mí, pero recuerdo que tengo una fuerza muy baja y dejo de esforzarme inútilmente. Mi mano sigue en el mismo sitio, rozando su miembro.

La mano de Pablo se desliza por la toalla y la deja caer para que al final mis dedos rocen su miembro destapado. ¡Se la estoy tocando! No quiero hacerlo, pero a la vez no quiero parar. ¿Qué hago? No quiero hacer esto, es demasiado pronto para mí. Agarro su miembro y la masajeo lentamente. Deja de besarme y suelta un par de gemidos que me gustan escuchar. Al final es él quien me detiene y me mira a los ojos. Su miembro está erecto y muy duro. Miro a Pablo a los ojos y no al miembro y dejo que hable.

-Ahora que lo pienso, no creo que sea buena idea esto. Ya que estamos en los vestuarios del equipo, donde alguien puede sorprendernos.

-Ya... Lo sé. Bueno, yo ya he acabado de ducharme, te toca a ti.

-A eso iba -voy a irme de los baños, pero su mano agarra mi muñeca y no puedo huir-. ¿Quieres que te lleve a casa en mi moto? Hoy Tyler ni Roy nos van a acompañar.

-Sí, claro -acepto, porque sé que está deseando ir a mi casa.

Salgo de las duchas, dejando a Pablo solo. Mi mente no para de dar vueltas de peonza, este momento ha sido muy incómodo, pero a la vez muy excitante. Pablo está consiguiendo que piense como la última vez de mi otro amor inexistente. Él me hace recordarlo, pero solo él está consiguiendo que lo olvide. Veo a Pablo salir de las duchas justo cuando termino de vestirme. Llega a su taquilla y veo como se viste. No puedo apartar la mirada de él, me estoy viciando de su cuerpo fuerte, robusto y trabajado. ¿Cómo no hacerle caso?

Terminamos de vestirnos y nos salimos a la calle, donde el entrenador -que se ha quedado por algo que no tengo ni idea- nos espera para cerrar los vestuarios. Nos alejamos de ahí y veo que nos dirigimos a su moto, que está aparcada al lado de un coche descapotable. Nos montamos y pone rumbo a mi casa.

Ya a mitad de camino, no puedo resistirme a abrazarle por la espalda, como aquella noche. Su espalda, reconfortante, me hace sonreír. No noto que Pablo se ponga tenso, sino más relajado. Llegamos a mi casa, pero nos la saltamos. Espera, ¿qué? Ah, seguramente nos vamos a la suya, aún es demasiado pronto para irse a casa. La última vez nos quedamos hasta la noche, fue raro por mi parte. Llegamos a su casa y nos bajamos de la moto para entrar en su casa. Al entrar, no veo a Geronimo por ninguna parte. Seguramente estará fuera, mirando parejas e imaginándose... Prefiero ni pensarlo.

-Vamos a mi habitación, te tengo una sorpresa -me dice, cosa que hago caso y subimos a su habitación.

Cuando entramos, veo que está su piano desordenado, lleno de papeles. Se acerca y quita los papeles. Me pide que me siente en la cama y yo lo hago. Mueve el piano, justo en el sitio para poder verme.

-Me gustan las sorpresas, pero no tanto -le informo, las sorpresas pueden ser desagradables o agradables, en mi caso prefiero las agradables.

-Me lo imaginaba. No te preocupes, no es nada malo ni bueno.

-¿Intermedio?

-Intermedio. Depende de si te gusta o no.

Deja unos papeles delante del piano y prepara sus dedos para lo que parece ser tocar el piano. Va a darle a un botón, pero se para y me mira.

-Voy a cantarte "Joel Adams - Please Don't Go". Seguro que te gusta.

Le da a un botón y suena una música de fondo, pero no aparece el piano hasta que él toca. (Os dejo la canción subtitulada en español aquí debajo)

https://youtu.be/zS_eraKlTL4

Me encanta como canta. Es muy bueno, y parece que siempre ha cantado. La letra es muy bonita, sé que es copiada, pero viniendo de sus labios y de su voz, se nota bastante bonita. Se levanta mientras apaga el teclado. Se pone al mío en la cama y se acerca lentamente. No me alejo y eso hace que nuestros labios se vuelvan a encontrar. Me besa cariñosamente, con pasión. Me encanta sentir sus suaves labios, su respiración en mi piel.

Me tumba en la cama y pasa su mano por debajo de mi camisa, haciendo que pasee por mi pecho. Sus dedos calientes, tocan cada centímetro de mi pecho y me encanta el roce. Baja la mano lentamente hasta los pantalones y pasa por debajo de mis bóxers. Un gemido sale de mi boca al tocar mi miembro. Lo masajea, haciendo que saque más gemidos que suenan mientras nos besamos. Deja de hacerlo y coje mi mano para pasarlo por debajo de sus bóxers, y toco su miembro, que parece estar duro y erecto.

Debería parar, pero no puedo. Esto que siento, es como lo que sentí con Lenko. Pero más fuerte. No sé explicarlo con detalles. Nuestras camisas acaban en el suelo, al igual que nuestros pantalones y nuestros bóxers. Quedamos desnudos bajo las mantas de la cama, besándonos una y otra vez. Se pone encima mía y entonces ocurre lo que me esperaba. Su miembro se nota en mí, dentro de mí. Al principio duele un poquito, pero al final ya todo es placer. Sus embestidas son cada vez más rápidas y los dos estamos gimiendo del placer. ¡Dios! Esto... Me... ¡ENCANTA! Sus embestidas son cada vez más lentas y entonces, la saca fuera de mí y su semen caliente sale. Al igual que el mío y los dos acabamos pringados.

-He esperado esto mucho tiempo -murmura entre gemidos-. No sabes cuanto lo he deseado.

Yo no puedo decir nada, el placer que he sentido me ha dejado las piernas temblando y me ha dejado sin pensamientos.

-Creo que deberíamos ducharnos -dice y me levanta, me lleva al baño y ahí nos metemos en la ducha.

Ya puesto el agua caliente, nos ponemos debajo y nos mojamos el cuerpo. Pero sin dejar de besarnos ya debajo del agua. Entonces dice algo que me hace reír.

-¿Esto cuenta como un beso bajo la lluvia?

-No -respondo entre carcajadas.

Nos echamos champú, nos echamos gel para el cuerpo. Todo sin parar de besarnos. ¿Como es posible? Quiero decir, ¿como puedo ser tan adicto a sus besos ahora?

Salimos del baño y nos vestimos. Él con un pijama y yo con la ropa de antes. Pero antes de que me ponga los pantalones, me para.

-Quédate a dormir -me pide, con una carita de ángel.

-No puedo, tengo que estar en casa para vigilar a mi madre.

-Dile que estás conmigo, y que si necesita algo que te lo pida. ¿Tienes las llaves, no?

-Sí, las tengo.

-Pues entonces habla con ella -me suplica, poniendo pucheros. Eso me hace reír y darle un corto beso.

-Está bien, se lo pediré -y salta de la alegría.

Cojo el celular y hablo con mi madre.

Kyle: Mamá, ¿puedo quedarme a dormir en casa de Pablo? √√

Mamá: Claro. Una cosa.

Kyle: ¿Sí? √√-aunque sé lo que va a hacer.

Mamá: ¡BOYFRIEND!

Mamá se ha desconectado.

¡Qué cobarde mi madre! Vaya, ha rimado y todo. Se lo cuento todo a Pablo y se alegra mucho. Llamamos a una pizzería y nos traen dos pizzas tamaño familiar, con Jamón York, queso y peperoni. Nos terminamos la primera en tan solo diez minutos y de la siguiente nos sobra media. Nos sentimos cansados, sobre todo porque estamos viendo una película bastante mala. No hay nada más que esto. Al final, Pablo se levanta y me lleva en brazos a la cama. Me acuesta y se tumba al lado mío. Me pongo cómodo, apoyado en su pecho y con su brazo rodeándome. Al final caigo en el sueño mas bello que podría haber tenido, estar con Pablo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top