Capítulo 24: Debes Vivir

Vuelvo a abrir los ojos, me encuentro en el mismo lugar antes de enfrentarme a mi padre. Pero hay un cambio repentino en el cielo, que hay un sol. El cielo azul iluminado por el sol radiante y las nubes blancas como la nieve hacen de los alrededores un enorme paraíso en el que me puedo relajar. ¿Acaso esto es el cielo? Si es así, podré estar tranquilo, ya que nadie conocido corre peligro ahora.

Me siento en el suelo invisible, que refleja el cielo, y respiro hondo. Apoyo mi espalda en una pared inexistente y dejo que el tranquilo espacio me lleve.

-No estás en el cielo -dice mi voz, mi conciencia me sigue a donde sea.

-¿No estoy muerto? -pregunto un poco desconcertado, la pérdida de sangre me habrá matado sí o sí.

-No lo estás. Estás siendo transportado al hospital, con Pablo en la ambulancia gritando para que abras los ojos -me mira con ternura, como queriendo hacerme saber algo-. Está llorando por ti, ¿acaso no quieres seguir viviendo?

-Y quiero seguir viviendo, pero no así.

-¿Entonces cómo, señorito?

-Quiero vivir sin un pasado tormentoso, sin heridas y cicatrices mentales y físicas. Todo eso me ha golpeado y vapuleado hasta hacerme sentir como una mierda.

-Has matado a tu padre, ya no hay problemas en seguir con tu futuro.

-Lo he matado, pero si no llegara a aparecer Pablo, tendría un cuchillo en la garganta y mi sangre estaría esparcida por la casa.

-¿De verdad quieres caer en eso?

-¿Qué quieres decir con "eso"? -ya me estoy preguntando a mí mismo cosas que ya sé.

-Es algo obvio... ¿Quieres caer en la oscuridad?

Es algo que siempre he tenido en mente, pero si dejo de vivir, todos mis conocidos sufrirán o no. ¿Kyle, tú te estás escuchando? ¡Este no eres tú! Siempre he querido vivir hasta llegar a los cien años, tener a mi pareja siempre a mi lado, ver cómo mi gente envejece, cuidar de mi madre cuando ella ya no pueda más... todo lo que quiero hacer no lo podré cumplir si no sigo viviendo, si me tiro a la oscuridad de golpe. ¿Por qué no pensé en mis sueños antes de nada? Siendo un ingenuo por todo el daño que me acaban de hacer, casi me tiro al vacío del que no hay vuelta atrás.

Miro fijamente a los ojos a mi yo de mi mente y suelto las palabras que estaba esperando.

-No quiero caer, quiero mantenerme en pie.

Dicho eso, se aleja y chasquea los dedos. ¿Cómo lo hace la gente para chasquear los dedos? ¡A mí nunca me sale! La conciencia va desapareciendo y me dedica unas bonitas palabras.

-Vive con el corazón, mantén a tu amor con el corazón, cumple tus deseos, porque yo ya no estaré ahí para cuando me necesites.

-¡No puedes irte! ¡Eres mi conciencia!

-Lo sé, pero es que estoy de baja temporal. Ya sabes, los desmayos y la falta de sangre es lo que hace.

Desaparece por completo con esas últimas palabras flotando en el aire y justo aparece una puerta blanca simple. Debe de ser la salida. Me acerco a ella y... todo se ilumina y esa luz radiante, me absorbe.

^-^*Duele*^-^

Me duele todo el cuerpo, no me puedo mover, y si lo hago es con mucha dificultad. Lo que mas siento doloridos son el brazo y la parte derecha de la barriga. Ulises ha hecho un buen trabajo. No he dicho "padre" porque no quiero nombrarlo en mi mente así, de tal manera. Ya no es mi padre, sino un psicópata que ha intentado matar a toda mi gente, pero que el plan le ha salido fatal, como el culo. ¿Por qué no fue a parar y rehacer su vida?

Abro los ojos con muchas fuerzas que saco de mi interior y logro ver las típicas paredes blancas de una habitación de hospital. ¿Estoy bien, estoy curado? ¡Kyle, te duele el cuerpo! ¡¿Cómo vas a estar bien?! Necesito saber cómo se encuentra mi cuerpo de vendado. Nunca me he visto con una venda de herida grave, solo una tirita en el dedo cuando era pequeño.

Intento girar la cabeza para no centrarme en la pared blanca que tanto me marea. ¿Alguien podría moverme? ¿Acaso hay alguien, tonto? Me insulto yo mismo, ¿sabes? Ahora sí que estoy loco de remate. ¡¿Por qué te fuiste temporalmente, conciencia?! ¡Aveces te odio tanto...!

Una puerta se abre, por el sonido puedo saber que viene por mi izquierda. Unos pasos se acerca hasta mí y puedo ver su cara sorpresiva. Corre de la habitación gritando una cosa que llama la atención de una o dos personas.

-¡Ya ha despertado, doctor! -grita mi madre como una loca perdida.

Más pasos entran en la habitación y se acercan lo bastante a mí que puedo verles la cara. Ningún conocido, solo un médico y una enfermera. Este se la tira, seguro, ya que el tío es guapo, demasiado guapo. Se acercan y me miran las heridas que me han hecho. Puedo notar miradas expectantes, como si fueran varias personas las que están en la habitación. Ya puedo imaginarlo, Selena, Pablo, Elena, Denis, Tyler y demás han venido porque están preocupados por la noticia de mi padre.

-¡AAAAH! -grito por el dolor que el doctor me ha ocasionado al tocar la zona herida del estómago, ¿pero qué está haciendo el loco este?

-Bien -¿cómo que bien?-, te traerán unos antibióticos que deberás tomar durante un par de meses. ¿Estás lo suficientemente consciente como para saber lo que te pasa?

-Hace poco no lo estaba, hasta que usted me ha hecho daño -que note mi sarcasmo por favor, que lo note-. Ahí ya me he despejado.

-Pues te lo voy ha decir -no lo ha notado, me dan ganas de dejarle claro cómo es mi sarcasmo. Saca una tabla de madera y empieza a leer, cuando termina me dice lo que ha leído. ¿Él no es el médico que ha intervenido?-. Las heridas son un poco graves; hemos detenido el sangrado cuando llegaste; el brazo se quedará inmóvil durante un pequeño tiempo debido a la profundidad de la herida, casi te lo atraviesa entero; la parte de la barriga está bastante dañada, un poco más arriba y te da en el pulmón, te va a dejar sin poder girarte ni moverte durante un par de semanas o más, así que te quedarás en el hospital unas semanas en observación.

Menuda manera de pasar el mini tiempo de vacaciones.

-Ojalá pudieran dejarme en observación en mi casa.

-Muchos piden eso, pero les es imposible conseguirlo.

Vaya pegote marrón en el váter. ¿Por qué otras dos semanas en el hospital? ¡Quiero recuperarme igual de rápido que Groot! Es un árbol viviente, y se regenera rápido. ¿No es así? Yo y mi memoria de los héroes de Marvel. ¡Ahora me diréis que no es de Marvel! Da igual.

El médico y la enfermera se van, dejándome solo con las miradas desconocidas. Alguien le da a un botón y mi camilla se va subiendo. Me duele cuando se sube, pero al menos podré ver quién está en esta maldita habitación que tanto odio, pero tendré que aguantarlo por semanas.

La camilla se para y puedo ver los rostros de mis amigos, mi madre y mi novio.

-Hola a todos -los saludo, me alegra volver a verlos con ojos vivos.

-Kyle -murmura Elena-, no quiero que vuelvas a quedarte en un hospital.

-No te lo prometo.

-Chavalín, parece que amas mucho el hospital -suelta Denis, con mofa en la voz.

-Es al revés, odio estar aquí, pero si es por mi salud entonces bien.

-Quiero que te recuperes rápido para volver a jugar al fútbol -me dice Tyler, quien sino.

-Pues de regalo quiero pegarte un balonazo en la cara.

-Hecho.

-Mi niño, espero que tu padre no te haya hecho nada grave que los médicos no han encontrado en tu cuerpo.

-Ya no digas que es mi padre, no quiero recordarle así. Quiero que en mi mente se quede como Ulises, el asesino que robó un autobús con gente inocente; el que te pegaba de manera devastadora; el que me hizo hervir la sangre con cada palabra que soltaba; el que intentó acabar con mi vida y con la de todos vosotros -los miro a cada uno y les dedico una mirada amigable-, no quiero que les pase nada. A vosotros dos por delante -les digo a Pablo, que está a mi derecha, y a mi madre.

-Tú estarás por delante de todo -me hace ruborizarme Pablo-, serás como mi príncipe para siempre -su mirada es bien cariñosa y tierna, ¡quiero besarlo!

-Eh, será mejor que nos vayamos -dice Elena, sé lo que quiere hacer-. ¿Te vienes un momento, Selena?

-Voy -lo ha pillado, sexto sentido de madres activado.

Cuando todos salen de la habitación esta asquerosa de blanco, miro a Pablo y me llevo un pequeñito susto al verlo mirándome fijamente, muy fijamente. Me sonríe y el calor en las mejillas se instalan después de tanto tiempo.

-Estás despierto, con tus recuerdos, con nuestros besos en tu mente y con la libertad ya a la vista.

-Sigue hablando así, me encanta cuando lo haces.

-Has derrumbado el muro más alto y robusto que se te plantó de golpe, como si hubiera caído del cielo para crear un infierno. Pero de donde proceda ya no importa, porque lo has destruido y el sol se ha plantado en tu corazón.

-O lo que me deja la ventana de ahí -señalo con la mano derecha, que es la buena, la ventana.

-Tienes tu recuerdos, eso significa que puedo besarte ahora mismo. ¿Puedo? -me pide, no necesita permiso para hacerlo.

-Sabes que no necesitas un permiso para solicitar un beso mío. Pero ahora que lo dices, vete al ayuntamiento y pide uno, te llevará a miles de sitios para conseguir besos de tipo normal.

-¡Qué cruel! -casi grita, pero se controla.

-Aunque podemos ser personas malas y usar el permiso para limpiarnos el culo con ello. ¿Te gusta la primera o la segunda idea?

-Me gusta más la segunda idea, ¿podemos hacerlo ahora?

-Claro, aunque ten cuidado por donde tocas, porque ya sabes... me duele.

-Seré suave como la pluma, ahora déjame saborear esos labios que tanto echo de menos.

Se va acercando poco a poco y mi rubor se intensifica un poco. ¿Por qué me sonrojo ahora? Parezco tonto ahora mismo así. Pablo es mi novio y parece gustarle cómo me ruborizo. Nuestros labios chocan en un profundo y apasionante beso. Con mi brazo derecho la paso por detrás de su nuca y lo aprieto más ante mis labios. El beso ya es más que recompensa para mí.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top