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-¡No! ¿De verdad? ¡Ah!- en cuanto le contó a Daniza sobre su larga platica con el apuesto chico, no pudo evitar emocionarse para después inundarla de preguntas.

-¿Qué pasa?

-¡Chismoso!- Malek se sentaba cerca de ellas, por lo que sus gritos y risas no pasaban por desapercibidas.

-Cuéntenme.- pidió al tener mucha curiosidad sobre el origen de su emoción.

-Kenedy le habló a un chico guapo, ¡y le contestó! Hoy se van a hablar.- Al escucharlo, Malek hizo un bufido al decepcionarse y enteresarse que todo se trataba de hormonas.

-Wow, que emocionante.- Se acomodó en su banco y se puso a investigar en el teléfono esa tarea que no había hecho en casa.

El momento llegó y por primera vez, Kenedy y Nicolás se vieron en persona para hablar; él la sorprendió con un detalle: un chocolate.

La diferencia de estaturas era muy visible, ella rondaba el 1.55 metros, mientras que él era de 1.80 metros. Sin embargo, eso no importó, sólo importaron sus risas y el buen momento que habían logrado pasar.

Ese día, todo el trayecto a casa, Ken se la pasó recordando y saboreando cada momento del tiempo que había podido pasar con Nicolás, ese amor de escuela con el tanto soñaba.

La chica había tenido novios como cualquier adolescente romántica. Desde muy pequeña se había expuesto a literatura y películas que le prometían encontrar a su otra mitad para vivir aventuras de amor y ser felices para siempre. Por desgracia, Kenedy pensaba que todo eso pasaba en la vida real.

Buscó en los chicos ese amor propio que no se tenía, le satisfacía recibir halagos, pero nunca llenó el vacío de la soledad. Ninguno de los novios que tuvo, logró ser ese pedazo que le faltaba para sentirse plena.

Pero eso estaba cambiando, nunca había sentido tantas mariposas en su estómago como ahora, nunca se había puesto tan nerviosa como con Nicolás, y eso, era buena señal.

Malek se dignó a contestarle un mensaje de hace tres días en donde Kenedy le pedía ponerse de acuerdo para un proyecto impreso que debían entregar.

-Lo siento, es que siempre uso Whatsapp.- Ella leyó el mensaje en voz alta, tenía la laptop prendida en su habitación mientras veía videos musicales para mejorar su actitud.- Pues, empieza a usar Facebook, tenemos que hacer esto juntos.- Presionaba las teclas para escribir su mensaje mientras de nuevo en voz alta, repetía lo que quería decir.

Se puso a seguir jugando en la computadora mientras se distraía un poco, minutos después el chico le contestó: "dame tu número, mejor te marco."

Ella odiaba las llamadas por teléfono, la mayoría del tiempo no entendía lo que la otra persona decía y debía estar diciendo "¿qué?", o por el contrario, el receptor no entendía y tenía que estar repitiendo lo mismo una y otra vez.

Su compromiso con mantener sus buenas calificaciones la obligó a darle su número y a preguntarse porqué en un principio se había sentido atraída hacia él.

-Tan sencillo que es contestar unos mensajes.

-Sí, ya se. Pero quería hablarte.

-Cómo sea. Tenemos que investigar los temas que nos dieron, tu toma los tres primeros y yo los tres restantes. Envíame hoy la información y yo la imprimo.

-¿Hoy? Tengo flojera, mejor mañana.

-Hoy, o no te tomo en cuenta y te quedas sin puntos.- Le caía bien Malek, pero la mayoría del tiempo era muy tonto.

-Está bien pues, ahorita investigo y te lo envío.

-Gracias.- Pensaba en colgarle, pero por el contrario, ambos se quedaron en silencio escuchando sus respiraciones.-¿Qué se supone que haces?

-No lo sé, ¿qué haces tú?

-Yo tampoco sé, estoy esperando a que digas algo.- Ken puso los ojos en blanco ante lo estúpido de la situación.

-Pues yo también estaba esperando a que dijeras algo.- Ella se dio una palmada en la frente y maldijo al profesor por ponerla en equipo con él.

-Sólo haz el trabajo. Lo espero para antes de las seis.

-¿De las seis? Pero si son las cinco.- Kenedy colgó la llamada y siguió con su juego mientras esperaba ansiosa ver si Malek era capaz de ser apresurado por una vez en su vida.

Sorprendentemente, a las 5:34 pm, ella recibió un mensaje dé él con el archivo listo, al abrirlo de nuevo se dio una palmada y le marcó por teléfono.

-¿En serio lo sacaste de Wikipedia? Al menos elimina el subrayado, las letras azules y los números pequeños.

-Tampoco pidas maravillas.

-Eres un...tonto. No te cuesta nada hacerlo. Arregla eso, sigues teniendo hasta las seis.

-¿A las seis? Pero ya falta menos de media hora, no me va a dar tiempo, aparte tengo que...- Le colgó con una sonrisa mientras tarareaba esa canción que estaba en reproducción.

Minutos después, un mensaje de Nicolás adornó su pantalla y no dudó en contestarle el saludo para después enfrascarse en una conversación de veinte minutos, posterior a eso, el chico sin más se desconectó.

Kenedy se cuestionó si poner en reproducción su playlist de desamor, pero prefirió dejarla para después. De pronto, la computadora hizo el sonido de un nuevo mensaje, corrió a seleccionar la pestaña del navegador en donde estaba Facebook, pero se decepcionó al ver que era Malek enviándole el trabajo.

Sonrió al ver que le había eliminado lo que le había dicho, al menos ya era un avance. Tecleó un "gracias" y se dedicó a terminar la tarea para tenerla lista cuando fuera el momento.

Antes de irse a dormir, Nicolás le envío un mensaje como si nada hubiese pasado, como si no hubiese desaparecido por 4 horas sin decir nada. Pero eso no le importó, ella de igual manera le contestó lo mejor posible, siempre siendo amable y cariñosa.

Al día siguiente en la escuela, llegó al salón y se sentó en donde siempre; Malek ya estaba ahí y se encontraba revisando el celular a cada rato mientras movía un pie sin parar.

-¿Qué tienes?

-Estoy nervioso Nedy.

-No me digas así, soy Ken.

-Ken es de hombre, es el novio de Barbie. Suena mejor "Nedy".

-No, no suena mejor, pero en fin. ¿Por qué tan nervioso?

-Estuve hablando con una chica, de aquí del colegio, y me gusta y yo a ella así que me le voy voy a declarar.

-Pobre chica. ¿Quién es?- Soltó una risa nerviosa y la vio mientras un tono rojizo empezaba a cubrirlo.

-Es Diana, de primero de secundaria.

-¿De primero de qué? ¡Tiene doce años!- Malek había estado en otra preparatoria anteriormente, pero lo habían expulsado, así que tuvo que empezar de nuevo, eso quería decir que tenía ya diecisiete años.

-Ya sé, y su papá me da miedo.- Ken negó con la cabeza mientras él solo sonreía. Pronto él tendría dieciocho años y la pobre chica apenas estaría entrando a la pubertad.

En el receso, mientras estaba en una banca con Daniza, Ken vio como Malek se acercaba a ella para pedirle hablar un momento, entonces se perdieron de su vista, mientras ella suprimía una risa al imaginar que esa relación comenzara, y como el padre de ella iba a darle una paliza por pervertir a su niña.

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