Capítulo 23.
- ¡Tienes que explicarme muchas cosas tía! —Gritó Susan—. Te acaba de pegar un guiño que parecía que te estaba comiendo con la mirada, tía...
- No exageres Susan, no es para tanto, somos compañeros de clase, eso es todo. —Pero Luisa sonrió para sus adentros por la manera en la que Adam la trataba; un momento, ¿había olvidado que la querían matar? Su vida estaba en peligro, y tenía mucho miedo—.
- ¿Te pasa algo? Parece que acabas de ver un muerto tía, —comenzó a reír ella sola—, venga vamos arriba a comer esta deliciosa pizza que nos ha salido gratis por tu cara bonita —le guiñó un ojo imitando a Adam—.
La noche pasó rápida y ellas charlaron mucho, y después se pusieron a ver una película; a las 23:30 Luisa avisó a su amiga que tenía que irse, a las 00:00 tenía que estar en su casa para irse con Adam y no quería llegar tarde.
- ¡Tenemos que repetir eso! —Gritó Susan en su puerta mientras Luisa se iba a su casa andando—.
- Cuando tú quieras, ya sabes que estoy siempre disponible... —Sonrió Luisa—.
Mientras iba andando, la noche cada vez era más oscura y luna estaba tapada por las nubes, aún así, su casa estaba muy cerca de la de Susan y nada malo podía pasarle de camino a ella... ¿O sí?
Luisa estaba cada vez más nerviosa e iba andando muy rápida. ¿Por qué el camino parecía más largo durante la noche? ¿Por qué estaba tan nerviosa? Miraba a todos lados y parecía por pasos de todas partes. Pero estaba en medio de la calle, nada malo podía pasarle.... ¿Por qué pensaba tanto las cosas? Era una persona muy organizada y tenía que tenerlo todo controlado, pero esto era algo que iba más allá de sí misma... Le pareció que alguien la seguía... ¿Otra vez el mismo episodio? Parecía que estaba en un deja-vú, y no quería revivirlo, más que nada porque Adam no estaba cerca está vez. Así que Luisa aligeró sus pasos hasta llegar a su casa. Las 23:45, ¡mierda! Todavía faltaban 15 minutos para que Adam llegara, ¿por qué era siempre tan puntual? Ahora tendría que esperarle, y no podía entrar a casa porque le había dicho a sus padres que se quedaba a dormir en casa de Susan para que no sospecharan, así que no podía hacer nada. Los pasos que había oído se habían disipado, pero ahora tenía la sensación de que alguien estaba detrás de ella, y justo cuando iba a girarse vio como una mano se dirigía a su hombro. ¿Por qué todo lo malo le pasaba a ella? ¿De quién sería esa mano? ¿Dónde estaba Adam cuando más lo necesitaba?
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