Capítulo 19.

Ambos salieron del bar hacia el descampado que estaba al lado. Sinceramente, Luisa estaba muerta de miedo. Pero no le quedaba otra opción.
- Empecemos, ¿qué es lo primero que tienes que hacer cuando vayas a luchar? —Preguntó Adam—.
- ¿Correr? ¿Esconderme? ¿Qué sé yo? Nunca he luchado, y nunca pensé que necesitara hacerlo...
- Já, já, qué graciosa... Pues tienes que ponerte en posición defensiva. No es tan difícil, mira, te ayudo.
Adam cogió a Luisa por la cintura, y ésta notó una descarga de energía que hicieron que sus piernas flaquearan. Adam la tenía cogida, y su mano se movía por toda su espalda, ayudándole a poner la postura adecuada, pero ella solo estaba pendiente de la mano de Adam y la manera en la que la tocaba. ¿Por qué era imposible concentrarse cuando él hacía eso?
- ¿Ves? No es tan difícil. Ahora que ya sabes cómo tienes que ponerte, pégame, hazlo con todas tus fuerzas.
- ¡¿QUÉ?! No voy a pegarte Adam, ¿estás loco?
- Loco por que me pegues, nena —guiñó un ojo—, venga hazlo sin miedo.
Luisa se acercó a él con miedo y empezó a pegarle puñetazos en sus abdominales, pero la escena era bastante graciosa puesto que él le sacaba bastantes cabezas y era mucho más fuerte que ella.
- Mal, Luisa, lo haces mal. No puedes dejar que todas tus fuerzas recaigan sobre un lugar. Tienes que despistar al enemigo. Con una mano has de presionar para que se centre en ese punto —Adam cogió la muñeca de Luisa—, y con la otra mano tienes que atacar, porque así no se lo va a esperar —Adam con la otra mano golpeó suavemente las costillas de Luisa, pero lo hizo con tanta delicadeza que parecía que la estaba acariciando—.
Luisa se puso roja ante eso, pero le estaba siendo de mucha ayuda todo lo que Adam le estaba enseñando.
Estuvieron toda la tarde practicando, y al final Luisa casi ganaba a Adam en la pelea, había progresado mucho.
- ¿Desde cuándo luchas? Quiero decir... ¿Desde cuando trabajas en esto? —Preguntó Luisa—.
- Desde que tengo uso de razón. Mis padres eran los mejores protectores que habían, pero... —Parecía que iba a decir algo, pero se calló—. Bueno, prácticamente toda la vida, y tú en una tarde te has convertido en una profesional, vas a llegar lejos Luisa, lo sé.
Los dos iban andando por la calle mientras hablaban al terminar el entrenamiento, Luisa iba tan ensimismada que no vio que había un trozo de acera un poco levantado y se tropezó, pero justo cuando estaba a punto de tocar el suelo, Adam la cogió de la cintura con todas sus fuerzas y se quedaron muy cerca el uno del otro. La mano de Adam estaba peligrosamente cerca de... Bueno, de aquella parte donde la espalda pierde su nombre, y sus bocas estaban muy cerca; parecía que Adam estaba a punto de besarla, ambos cerraron los ojos y se iban acercando peligrosamente, pero el móvil de Luisa sonó y ambos se colocaron en sus sitios de antes.
¿Por qué tenía que haber sonado el móvil? ¿Qué había estado a punto de pasar?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top