Prólogo amor a primera vista
Durante 16 años Mikan vivió ocultándose, fingiendo ser chico para poder evitar que descubrieran que aún estaba con vida. Ella no entendía del todo porque tenía que ser así, sin embargo, estaba rodeada de personas que la querían mucho.
Hotaru que siempre fue su mejor amiga desde la infancia, su tío Kazumi hermano de su padre, Shiki que siempre fue leal a su familia, Narumi que siempre tuvo un amor profundo por su madre y Rei quién se encargaba de cuidar de ella como su guardia personal.
También estaba el pequeño Yoichi, quien pasaba pegado a Mikan por lo que cualquiera que se acercara a ella lo alejaba era muy posesivo con la chica y siempre le decía que con el único que podía casarse era con él.
Natsume por su parte tenía a su mejor amigo Ruka, sus leales guardias Tsubasa y Tono. Su madre hace mucho tiempo que había dejado a su padre sin saber el motivo y su hermana pequeña Aoi se había ido con ella.
Un día Mikan, Hotaru y Yoichi estaban de visita en el pueblo obviamente la primera iba vestida como chico igual que siempre desde que ella recordaba. Milán era el nombre que ocupaba para encubrir su verdadera identidad.
—¡Miren cuántas cosas bonitas hay! — ella siempre se emocionaba cuando venían, pues no le era permitido salir mucho —Hotaru Yo-chan vamos a ver que podemos encontrar— agarro del brazo a su mejor amiga y de la mano al pequeño.
—Milán ve más lento, no es necesario correr— con calma Hotaru trataba de que su amiga no se acelerara tanto, se preocupaba por ella siempre
—Milán-nii— llamó su atención el pequeño Yoichi quién se dirigía siempre con ese apodo cariñoso —vamos a comer algo rico, tengo hambre—
Y era cierto ya había pasado más de medio día lo cual significaba que tenían que almorzar. Fueron hasta un puesto que vendía algunos platillos tradicionales de la región donde vivían, se sentaron mientras esperaban ser atendidos.
—Bienvenidos que puedo ofrecerles el día de hoy? — dijo amablemente el dueño, un hombre que rondaba los 40 se veía muy amable.
—Queremos el especial del día por favor— Hotaru es quién se encargó de pedir por los 3 —también jugo de moras—
—Excelente al tiro les traigo su orden— el dueño se retiró con el pedido mientras una joven de cabello rosado y ojos del mismo color les trajo el jugo
—Aquí tienen el jugo que pidieron, espero lo disfruten— decía con una sonrisa amable —mi nombre es Misaki y atendemos este lugar con mi padre, Nodacchi— señaló al hombre que los había atendido
—Mucho gusto de conocerlos— dijeron los tres al unísono, no obstante, ninguno iba a dar su nombre pues Narumi les había dicho nunca decirlos frente a gente desconocida
—Bueno cualquier cosa que necesiten pueden llamarme— se despidió con la mano alejándose para atender a otros clientes
Mientras muy cerca de ahí cabalgaban un joven con cabello azabache y ojos carmesí junto a su mejor amigo un chico de cabello rubio y ojos celestes.
Quienes eran acompañados desde un poco más atrás por los guardias reales.
—Es relajante poder salir un poco del castillo ¿no crees Natsume? — pregunto el chico rubio a su mejor amigo
—Me gustaría más si no tuvieran que enviar a los guardias con nosotros todo el tiempo Ruka— le molestaba que no lo dejaran ser libre, el culpable de ello era su padre como siempre
—Sabes que tu padre lo hace para poder mantener tu seguridad— hacía el intento para que su amigo no terminará explotando en rabia como siempre
—Tu mejor que nadie sabe que se protegerme solo— dio un suspiro resignado, no dejaría que aquello le echara a perder aquel día pues tenía un presentimiento que sería interesante
—Mira Natsume, vamos allá se ve que tiene buen aspecto la comida que venden— señalo donde se encontraban Hotaru, Mikan y Yoichi
—Está bien, de todas formas, tengo hambre así que vamos— se acercaron mientras bajaban de sus caballos y los dejaban en el pequeño establo que había junto al pequeño puesto de comida
—Bienvenidos en que puedo ayudarlos el día de hoy? — Misaki se acercó para poder tomarles su orden sonriendo como siempre de manera amable
—Alguna recomendación que nos des? — pregunto de forma amable Ruka
—Pueden pedir el especial del día, les aseguro que no se arrepentirán— les guiño el ojo en forma de seguridad
—Bien, entonces que sean dos especiales del día— pidió Natsume —y si puedes traernos un poco de vino sería aún mejor—
—Entendido en un momento regreso con su orden— se despidió con una reverencia en dirección a la cocina
—Mira cómo se ha puesto Sombra al ver a esa chica— le dijo el oji carmesí a su amigo
—Parece que le ha gustado— dijo con una pequeña risa —es raro porque Tsubasa es muy popular entre las chicas y nunca lo había visto interesado en una—
—Las chicas que lo rodean son demasiado molestas— bufó —además solo les interesa porque trabaja en el castillo—
—Natsume te aseguro que no todas las chicas son así, que tengamos que soportar ese tipo de mujeres es porque son de la nobleza y tu padre las invita con la esperanza de que te cases—
—Ya le dije miles de veces que no voy a casarme por obligación sino por amor y lo único que siento cuando veo a esas chicas es asco de lo vulgares que se ven tratando de llamar mi atención— ahora sí se había molestado de tan solo recordar cada una de las acciones que algunas de ellas habían hecho con ese propósito más de una trato de robarle un beso, pero no señor su primer beso sería cuando encontrara el amor.
Pasó un rato hasta que Misaki apareció con su comida y el vino. Lo dejo en la mesa con una sonrisa dando una reverencia.
—Espero disfruten su comida— se alejó para tomar otra bandeja que tenía el mismo platillo que el de ellos y se dirigió a otra mesa donde estaban tres personas —tomen aquí tienen perdón por la tardanza espero que lo disfruten provecho---- les dedico una sonrisa y regreso a la cocina
—Milán-nii mira son tus favoritos— señalo unos pequeños bollos que tenían relleno de carne con verduras —toma— el pequeño acercó un bollo hacía la persona mencionada quién simplemente le dedico una sonrisa —está rico no es así! —
—Esta delicioso Yo-chan, pero tú también tienes que comer— le dio un bollo a él también mientras con cariño acariciaba su cabeza
La escena era conmovedora, como un hermano mayor cuidando de su pequeño hermano, aunque Yoichi tenía más edad de la que aparentaba.
—Me alegra saber que te estás divirtiendo Milán, nos gusta más verte sonreír— dijo Hotaru pues dado que la mayor parte del tiempo a pesar que Mikan mantenía una sonrisa no era del todo verdadera y por eso cada vez que podían salir ella y Yoichi se encargaban que la chica pudiera divertirse un momento olvidando el hecho que debía después regresar y quedarse encerrada otro tiempo más
—Es cierto Milán-nii se ve lindo cuando sonríe, a Yoichi le gusta verte sonreír— el pequeño se levantó para poder lanzarse con suavidad encima de Mikan dándole un abrazo
—Gracias a los dos, me hace feliz poder compartir estos momentos con ustedes— decía la chica con una sonrisa sincera —los quiero mucho— correspondió el abrazo del niño mientras deposita un beso en la frente de este
—Es momento que regresemos, se está haciendo un poco tarde— los interrumpió Hotaru mientras le hacía señas a Misaki para pagar por su comida —estaba todo muy rico gracias— le dio el dinero correspondiente
Los tres se levantaron ordenando las sillas para dirigirse de regreso a su hogar, pero antes que pudieran irse Misaki se acercó a Mikan.
—Fue un gusto poder conocerte por primera vez en persona Milán— la abrazo susurrando su nombre en su oído
—C-Cómo conoces mi nombre? — ella estaba aterrada nunca le dijeron sus nombres
—Todos conocemos al chico que protege al pueblo o debería decir mejor caballero rojo— emitió una pequeña risita antes de alejarse de regreso a la cocina mientras levantaba su mirada y el padre de la chica asentía con una pequeña sonrisa en señal de que nunca revelarían su secreto
Yoichi se acercó a la chica tomando su mano sacándola de sus pensamientos, jalándola con suavidad para que lo mirara.
—Milán-nii estas bien? — el pequeño estaba preocupado porque quizás una de sus recurrentes pesadillas en forma de recuerdos la estaba atormentando
—E-Eh si! — comenzó a caminar de regreso con Hotaru y Yoichi a su lado como siempre —vamos a casa—
Natsume y Ruka quienes estuvieron observando todo con atención quedaron con curiosidad de saber porque la chica que los atendió abrazó a aquel chico con tanta familiaridad, pues de paso estaban sintiendo un aura lúgubre por parte de Tsubasa.
—¡Ey! Queremos pagar por la comida— llamó Natsume sacando el dinero correspondiente
—Muchas gracias, estuvo todo muy rico— agradeció Ruka saliendo junto con su amigo en dirección a sus caballos — ¿vas a seguirlos cierto? — lo conocía muy bien y sabía que cuando algo captaba su atención nada lo detenía
Natsume no tuvo que decir ninguna palabra ya que ambos habían emprendido camino en dirección donde se fueron aquellas personas.
—Milán seguro que todo está bien? Has estado bastante callado desde que nos fuimos de ahí— Hotaru sacó de sus pensamientos a su mejor amiga —Yoichi mira ve por unos dulces, nosotras al tiro te alcanzamos— la oji violeta le paso unas cuantas monedas al pequeño mientras este se alejaba al puesto de dulces —bien ahora que no está puedes decírmelo—
—Hotaru... Esa chica conoce mi identidad como el caballero rojo, pero no entiendo cómo es eso posible a menos que sea una espía de los guardias del reino—
—Tranquila no es nada grave solamente conoce esa parte de tu vida mientras no sepa tu verdadera identidad estará todo bien y aun así vamos a protegerte hasta el fin— la abrazo para darle tranquilidad, sabía bien las pesadillas que siempre ha tenido
—Y Yo-chan? ¿Dónde está? — busco con la mirada al pequeño
—Le dije que fuera por unos dulces, vamos— tomo de la mano a su amiga en dirección donde debía estar Yoichi, pero al llegar no lo encontraron
—Hotaru... ¡No esta! — un temor comenzó a crecer dentro de su pecho, no quería perder a nadie más —tenemos que encontrarlo—
—Bien, calma cubriremos más espacio buscando por separado— suspiro mientras le pasaba una pequeña cuchilla a la oji avellana —toma, ve con cuidado— se separó de ella para buscar al pequeño
Mikan sostuvo la cuchilla con fuerza y luego la guardo en el cinturón que traía siempre para tener un arma a la mano en caso de defenderse. Con decisión empezó a buscar por todos lados a Yoichi, no se perdonaría si algo le ocurría tenía miedo de que alguien le hiciera daño por su culpa.
Seguía corriendo ajena de lo que pasaba a su alrededor debido a eso no se dio cuenta que un joven venía cabalgando y que casi la golpea. Sintió cuando cayó de lado y el dolor de haberse doblado el tobillo, pero eso no le importo se levantó lo más rápido posible para seguir con su búsqueda. Una voz masculina la detuvo.
—Oye tú ten más cuidado— aquel chico estaba molesto por lo sucedido —casi provocas un accidente—
—Lo lamento ahora mismo tengo prisa— se disculpó con una reverencia aún de espaldas a él
—¿Nadie te enseñó modales? Tienes que mirar a los demás cuando hablas— bufó —ven aquí y mírame para disculparte—
—De verdad no tengo tiempo... — se dio vuelta para dar la reverencia nuevamente ahora de frente, pero sin mirarlo —lo lamento mucho— tras disculparse iba a seguir corriendo sin embargo una mano sostuvo su brazo
Sin poder evitarlo la capucha de su capa dejo de cubrir su rostro y su mirada se encontró con la de aquel muchacho oji carmesí. El tiempo pareció detenerse entre ellos hasta que Natsume reaccionó.
—Dime tu nombre— murmuro con un poco más de suavidad
—Me llamo Milán— no sabía porque había dado su nombre a un simple desconocido —lamento haber chocado contigo y tu caballo, pero de verdad necesito encontrar a alguien urgentemente— tenía intenciones de soltarse de su agarre hasta que sintió el dolor punzante en su tobillo lo cual provoco una mueca de dolor
—Te hiciste daño? — la preocupación era genuina —puedo ayudarte a buscar a esa persona, ven te llevare en mi caballo— sin esperar respuesta cargo a Mikan entre sus brazos dándose cuenta que era más liviana de lo que pensaba para un ''hombre''
—P-Puedo caminar solo no necesito ayuda— no podía evitar sentir demasiada vergüenza en ese momento era primera vez que sentía algo así por un chico, sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando fue sentada en el caballo y él se colocó detrás de ella
Antes que pudiera protestar una segunda voz masculina los interrumpió
—Natsume! ¿Estás bien? Ibas demasiado rápido— observo a la persona que estaba junto a él —oh lamento mis modales, me llamo Ruka Nogi— saludo al ''chico''
—Milán Sakura— sin mirarlo dio una reverencia desde el caballo —por favor de verdad necesito encontrarlo— pidió a Natsume
—Bien agárrate con fuerza— tiró con fuerza de las riendas provocando que el caballo comenzará su marcha a gran velocidad
Ruka los siguió de cerca, al igual que los guardias reales. Fue un largo tramo por las calles hasta que Mikan divisó a unos hombres que llevaban a un inconsciente Yoichi, sin pensarlo dos veces salto del caballo sin importarle el dolor en su tobillo y corrió en dirección de esos hombres.
—Suéltalo ahora! — saco la cuchilla que le había pasado Hotaru y le dio una cortada en el brazo al hombre que tenía sujeto al pequeño provocando que lo soltara ella alcanzó a agarrarlo en sus brazos protegiéndolo con su cuerpo —Yo-chan menos mal estás a salvo— susurró esto para sí misma
—Vaya un chico que tiene agallas de enfrentarse a nosotros— dijo el que se supone era el líder —te ves más valioso que ese niño, podría ser que sea mejor llevarte a ti—
— ¡Pueden hacer conmigo lo que quieran, pero a él déjenlo en paz! — una pequeña luz brillo desde el pecho de la chica y provoco que aquellos hombres cayeran inconscientes —q-qué fue eso? —
—Milán! Menos mal los encontramos... — En ese momento llegó Hotaru y detrás de ella venía Rei quien había visto lo ocurrido minutos antes —¿Están bien? Me tenían preocupada— se arrodillo frente a su amiga y el pequeño, de un momento a otro noto la presencia de los jóvenes en caballo —¿ustedes quiénes son? — los miraba desconfiada
—Estamos bien Hotaru, ellos me ayudaron a encontrar Yo... — hablaba entre murmullos aún así no pudo terminar pues de la nada se desmayó por suerte Hotaru reaccionó y la atrapó antes que cayera al suelo
—¡Rei! Ven rápido se desmayó— en instantes el mencionado estaba de rodillas junto a ambas chicas y el niño
— ¿Qué sucedió aquí? ¿Ustedes que le hicieron? Díganme sus nombres, ahora— los miraba de manera seria, en el minuto que alguno de ellos le hubiera hecho daño a Mikan se las verían con él
—Nosotros no le hicimos nada— Natsume respondió molesto —él chocó con mi caballo y después lo ayude a buscar al pequeño que está en sus brazos después de eso cuando lo defendía una luz salió de su pecho y dejo inconscientes a todos esos hombres—
—Dijiste una luz? — Rei miro a la chica rápidamente y vio como en su pecho había una piedra de color naranja, era imposible aún no era tiempo para que su poder apareciera —en ese caso les agradezco por haberlos ayudado— con cuidado cargo al ''chico'' entre sus brazos —vámonos— les dio una reverencia en señal de despedida mientras se alejaban
La oji violeta cargaba al pequeño que aún estaba dormido siguiendo al hombre de cerca sin antes darles una última mirada a los muchachos en los caballos sobre todo al oji carmesí que mantenía su mirada en su mejor amiga.
—Curioso— pensaba la chica para por fin desaparecer de ahí
Natsume se quedó un buen rato mirando como se alejaron especialmente a Milán que le provocó un sentimiento que nunca había sentido por nadie, pero era raro se supone que era un chico entonces porque era tan liviano y olía a flores de cerezo.
—Quién rayos eres Milán... — ese pensamiento quedó atascado en su cabeza y también el que por primera vez sintió a lo que llamaban amor
—Natsume es momento que regresemos— sacando a su amigo de sus pensamientos —tú padre se molestara si se llega a enterar que nos metimos en problemas—
—Vamos Ruka— tiro de las riendas de su caballo con suavidad, a pesar de haber tenido a ese chico un momento junto a él, ese aroma de cerezos seguía ahí.
Mikan descansaba en su cama, permanecía aún inconsciente los demás estaban reunidos en la sala con la piedra que Rei encontró en el pecho de la chica. Kazumi y Shiki se miraban sabiendo lo que eso significaba.
—Es momento de decirle la verdad— Kazumi lo dijo sin rodeos —ella solo ha tenido pequeños fragmentos de recuerdos cuando pasó todo eso— Shiki se había encargado de borrar todo recuerdo, pero con el tiempo sabían que aquel hechizo no duraría por siempre
—Kazumi sabes lo que significa hacer eso, ¿eres capaz de provocar tal daño? — Shiki no estaba seguro
—Shiki lamento decirte esto, pero él tiene razón es momento que ella lo sepa— intervino Rei —tarde o temprano sabíamos que iba a pasar—
—Está bien, lo haremos dentro de unos días cuando sea su cumpleaños número 17— el joven peli plata se resignó sabía que era lo único que tenían que hacer
Hotaru y Yoichi que ya estaba despierto permanecían al lado de la chica esperando que despertara, de un momento a otro comenzó con pequeños quejidos hasta que por fin abrió los ojos.
—H-Hotaru... Yo-chan— los aludidos se alegraron que por fin ella volviera en sí —que pasó? —
—¡Mikan-nee! — el pequeño no dudo en abrazarla con fuerza —tenía miedo que te hubiera pasado algo—
—Yo-chan tranquilo— le devolvió el abrazo con suavidad —estoy feliz que no te pasara nada—
—Nos tenías muy preocupados— Hotaru se acercó sentándose en la cama junto a ella —recuerdas lo que sucedió? —
—Solo recuerdo que unos chicos me ayudaron a encontrar a Yoichi y después de eso no recuerdo más— aún recordaba como el oji carmesí la había cargado entre sus brazos también como iban muy pegados en el caballo ese recuerdo provocó que sus mejillas ardieran con un fuerte sonrojo
—A Mikan-nee le gusta ese chico que tenía aspecto felino? — Yoichi siempre había sido celoso con los hombres que estaban cerca de ella —Nee-san es mía, solo te puedes casar conmigo— se apegó más a la chica
—G-Gustarme? Solo lo he visto una vez es imposible que me haya gustado— sin embargo, no podía dejar de pensar en él, esos ojos, su voz, la forma en que la había cargado y ese aroma entre una mezcla de cítrico y dulce
No podía negarlo más Natsume que así se llamaba el chico era su primer amor.
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