Capítulo 8

Con una sola mano tomó las manos de Jackie, mientras con la otra mano y los dientes desgarraban la camiseta de ella. Mientras ella se retorcía y trataba de sacárselo de encima, al ver su camiseta desgarrada le lanzó una mirada de puro odio que en realidad era la pasión disfrazada. No traía puesto nada bajo la camiseta y Stefano vio la gloria al ver sus pechos al descubierto, atacándolos enseguida, mordiéndolos, chupándolos y poco a poco las protestas de Jackie se convirtieron en gemidos de pasión. Cuando él buscó su boca de nuevo ella lo recibió ansiosa y se fundieron en un beso lleno de la pasión más pura y carnal. Con desesperación se desnudaron, ella estaba más que lista para recibirlo, sentía que se quemaba totalmente por dentro, necesitaba sentirlo ya dentro de ella. Stefano la penetró sin detenerse y ella gritó de placer. Juntos cabalgaron hacia la liberación final, haciendo que este orgasmo fuera más explosivo que el primero.

Después de la increíble unión el brazo de Stefano no se apartó de su cintura, escuchó su suave respiración que indicaba que estaba dormido y se maldijo por milésima vez esa noche. Ese hombre resultaba adictivo ¿De que otra manera se explicaba que acabara en su cama dos veces una misma noche? Con cuidado intentó quitarse la mano de Stefano que le rodeaba la cintura y enseguida esta hizo más presión y la apretó más contra si. Sentir el duro y musculoso pecho de Stefano no ayudó en nada a su determinación de salir de esa cama.

Espero pacientemente y justo cuando creyó ver la luz del amanecer intentó de nuevo salir de la cama lográndolo en esta ocasión. Se vistió apresuradamente y encontró las llaves en el suelo al lado de la ropa de él. Con pesar le echó un vistazo al adonis que yacía en la cama y por poco se reúne de nuevo con él para despertarlo y de nuevo deshacerse en sus brazos ¡Qué hermoso es! Pensó Jaquie, pero sabía que no la llevaría a nada bueno quedarse. Abrió la puerta de la habitación con cuidado y salió. Aun no amanecía del todo, con sigilo salió del hotel y tomó un taxi hacia el aeropuerto. La neblina se había disipado y pronto se hallaba de nuevo en un avión hacia ciudad de México, pasaría donde Mabel la abuela de Allyson antes de volver a España. No quería pensar en el magnifico hombre que había dejado dormido en el Hotel y mucho menos en su reacción al ver que se había ido, pero no era ilusa, sabía que representaría para Stefano un alivio el no verla esa mañana. Una mujer más en su lista eso es lo que había sido ¿Y que? Hubiera sido peor morir y nunca haber experimentado lo que era estar en brazos de Stefano Troyanos ¿no? Lo malo es que ahora quería esas experiencias siempre, y por mucho que quisiera negarlo, le dolía ser simplemente una más.

Después de unos días llenos de compras, visitas a restaurantes habidos y por haber en la ciudad de México al lado de Mabel, Jackie no creía haberse cansado tanto ni en sus viajes de trabajo por el mundo. Mabel la había llevado por todos lados y ella no se había resistido pues así no le quedaba tiempo para pensar en lo vivido con Stefano.

- Esa mirada me recuerda la que tenía mi nieta. – Dijo Mabel de pronto a Jackie.

- ¿Cómo dices? – Parpadeó Jackie.

- Esa mirada mezcla de tristeza, inquietud, desesperanza...

- Ya entendí – Respondió escueta. – Y simplemente estoy cansada.

- Ajá.

- ¡Así es!

- Como tú digas...

- Así es Mabel.

- Está bien, no insistiré pero si quieres quedarte aquí conmigo para recuperarte de lo que sea cuenta con ello.

- Eres un sol Mabel, te lo agradezco y lo tendré en cuenta.

- ¿Cómo está mi bisnieta, la has visto? – Preguntó Mabel emocionada y cambiando la conversación.

- Claro que la he visto y está hermosa. Por cierto, Fabricio ha preguntado por ti – Añadió Jackie divertida.

- Ese viejo verde no se que se trae conmigo pero eso si, puedes estar segura que no sabe en la que se está metiendo.

- Oh, sí que lo sabe...

Mabel y Fabricio protagonizaban divertidas peleas cuando la familia se reunía, para consternación y después para diversión de todos una vez que se acostumbraron a sus discusiones. Pero al parecer detrás de todo ello había una chispa de atracción que sobre todo Mabel no quería admitir.

Antes de partir a España envió las fotos de su reportaje fotográfico a su editor en las cuales no incluía por supuesto las que reservaba para su libro.

Una vez estuvo en suelo español ansió llegar cuanto antes a su departamento en Madrid y tratar de dormir puesto que se le había hecho imposible en los días anteriores, sueños eróticos en los cuales el protagonista de todos ellos era Stefano la hacían despertarse y después de ello le costaba mucho trabajo volver a dormir. Estando en casa podría tomar algo para dormir y no despertar por lo menos en unas 12 horas.

Lo primero que hizo al llegar fue empezar a quitarse la ropa para tomar un baño calientito y relajante, esa idea la transportó a un baño caliente que había tomado hacía unos días, movió la cabeza de un lado a otro tratando de apartar esos pensamientos. Por fin encendió su teléfono celular, frunció el ceño al ver todos los mensajes, primero fue al buzón de voz, lo dejó en altavoz al mismo tiempo que continuaba liberándose de la ropa.

- Jack buen reportaje, excelentes fotografías. Hay un viaje a Alaska ¿Te animas? Llámame en cuanto llegues. – Decía su editor. La mención de Alaska le agradó pero no sintió la emoción de antes ante la perspectiva de viajar de nuevo ¿Qué le pasaba?

- Jacqueline tesoro. Llámame en cuanto llegues, no sabes lo preocupados que nos dejas siempre. Tu padre espera le hayas traído el café que te pidió. Ya sabes que sin el no puede vivir. Besos corazoncito y ¡llámame! – Su madre, siempre preocupada por ella, suspiró Jackie.

- Tic tac tic tac... diez días y contando, te espero en casa Jackie no lo olvides, no hagas que unos fornidos guardaespaldas vayan a traerte a casa para que vengas. Por cierto Stefano está muy raro, seguramente no vendrá. Aunque prometió que lo haría, mejor para ti ¿no? ¿Hay algo que tengas que contarme? – La suave risa de Allyson la hizo sonreír- El avión de Max te espera en el aeropuerto para cuando quieras, mejor si es antes de la fecha ¡Tenemos mucho que contarnos! Te quiero, ciao.

El avión de Max la esperaba en el aeropuerto eso la hizo reír casi a carcajadas, ciertamente Allyson se estaba asegurando que ella no faltara y ocupaba sin problemas uno de los medios de transporte de su esposo para ello sin vacilación alguna. Bueno, no tenía por que sentirse presionada. Después de todo Máximo no sólo tenía un avión. El recuerdo de las bromas que solían hacerse la relajó un poco. Ella era la que menos pensaba que se llevaría bien con el esposo de Allyson pero en realidad hasta cariño sentía por él. Él para molestarla solía llamarle prima y ella respondía con algún sarcasmo haciéndolo reír para que después él se pusiera a defender a Stefano. Era más divertido cuando Ally se sumaba a ella contra Stefano y arrinconaban literalmente a Máximo que no le quedaba más remedio que rendirse. El sonido del siguiente mensaje la sacó de sus pensamientos.

- Señorita Alcántara, hemos tratado de comunicarnos con usted, le hablo del bufete de abogados Brown- Smith- Bacall. Tenemos un asunto urgente que tratar con usted. Le hemos hecho llegar una carta a nombre de nuestro cliente la Sra. Sibia Monroe. Es imperativo que la lea y después se comunique con nosotros el teléfono es...

¿Sibia? Tenía mucho que no sabía de ella. Amigas desde que Jackie pasara unas vacaciones de verano en un campamento en los Estados Unidos, Sibia era una pobre niña rica que en general era muy enfermiza, callada, triste y con propensión a la depresión. Ella solía visitarla con frecuencia y Jackie había llegado a quererla como una buena amiga.

Cuando Sibia se había graduado como Doctora en Medicina con especialidad en Bioquímica clínica, Jackie había viajado para asistir a su graduación. Sibia sabía que el padre de Jackie había estado enfermo y había ayudado contactándolos con excelentes Médicos que le habían restablecido la salud, hecho que Jackie apreciaba y valoraba profundamente, por eso no se había negado cuando ella le había sugerido y después pedido a Jackie que almacenara uno de sus óvulos en el laboratorio para el cual Sibia trabajaba. Al principio le había parecido algo muy loco, pero después ante la insistencia de ella había accedido tomando en cuenta los buenos argumentos que ella le había dado.

- Eres Joven, ahora no te interesa tener hijos. Quizás después quieras y es cuando este óvulo te servirá, si tu cuerpo no responde a tus intentos por concebir. – Ambas sabían que Jackie no era precisamente fértil después de los múltiples estudios a los que la misma Sibia había sometido y eso la había terminado decidiendo a aceptar su propuesta. Pero tenía mucho tiempo que no sabía de ella, quizás casi dos años. Había tratado de localizarla sin resultado. Nadie sabía de ella ni siquiera en el laboratorio donde trabajaba y ahora sabía de ella por un bufete de abogados ¿Qué sucedía?

El abogado había dicho una carta. Buscó la correspondencia que había ignorado tirada al lado de la puerta y recordó el mensaje de su vecina sobre ese sobre que decía Urgente. Con inquietud encontró el sobre color crema con el logo del bufete y lo abrió con manos nerviosas.

Abril

¿Abril? Pero si ya era Julio ¡Dios, cuanto tiempo!

Mi queridísima Jacqueline: Quizás te sorprenda tener noticias mías, sobre todo porque fui yo la que deliberadamente cortó todo tipo de contacto y no solo contigo, como seguro sabrás ni mis antiguos colegas y compañeros de trabajo han sabido de mí en todo este tiempo desde que renuncié a los laboratorios y Banco de Embriones Pascale & Co, . Pero debes saber que siempre estuve interesada y pendiente de lo que hacías, es por ello que se, que por fin gracias a tus arduos esfuerzos has logrado posicionarte como una de las mejores fotógrafas que existen. No sabes que orgullosa me sentí cuando supe que trabajabas para una importante revista. Sé que ahora lo tienes todo en el aspecto profesional pero también sé que has pasado por situaciones muy difíciles que te han ocasionado mucho sufrir y por ello lamento tanto tener que unirme a aquellos que solo han acarreado a tu vida problemas y dolor. De lo que nunca tuve ninguna duda es que bajo ese carácter encantador late un corazón decidido, una personalidad y un carácter fuertes que no se dejan apabullar con las adversidades.

Es por ello que me atrevo a confesarte lo que hice, por eso y porque aunque tengo más opciones no me atrevo siquiera a pensarlas. Estoy embarazada, sí, ¡lo conseguí por fin! Daré a luz en unas semanas más. Me he atrevido a pesar de los pronósticos médicos de que un embarazo me costaría la vida, porque tenía la esperanza de que mi cuerpo ayudado por mi enorme fe y amor por este bebé me ayudaran a salir adelante, pero todo indica que no será así.

Mi corazón es demasiado débil, pero al menos ahora sé que moriré por amor, por una vida que deseaba fervientemente traer a este mundo. Te preguntarás como logré quedarme embarazada y es ahí donde entra mi confesión. Mis óvulos jamás hubieran logrado esto, otro de mis graves defectos de salud. Así que utilicé el único que tenías congelado en el banco de embriones y óvulos y que yo misma almacené.

Te convencí de que lo hicieras, lo se. Y, perdóname pero no me arrepiento de lo que hice. Iba a decírtelo, ¡lo juro por este bebé que llevo en el vientre! Iba a esperar que naciera y que cuando lo vieras todo tu enojo que con justa razón tendrías quedara en el olvido al verlo. Tienes todo el derecho a odiarme, lo acepto. Lamento traer complicaciones a tu vida. Este bebé no era para ti, iba a ser mío, solo mío. Así que lo menos que puedo y debo hacer es dejarlo con su verdadera madre que eres tú y nadie más que tú. No creo vivir mucho tiempo más después del parto. Cuando recibas esta carta ya no estaré en el mundo de los vivos, dejé instrucciones que hasta entonces la recibieras, porque aunque se que tarde o temprano me perdonarás, no quería ver lastima o reproche en tus ojos ni que me vieras moribunda.

Sé que amaras a este niño, como lo que en realidad eres... su madre. No podía haber elegido mejor madre para él que tú y en cuanto a su padre, lo elegí por que en otras circunstancias serían la pareja perfecta. fue tan extraño, parecía que todo se alineaba para que tanto tú como él fueran los elegidos, por favor, no me odies Igual que tú, se llevará un shock al descubrirlo, pero al menos no me podrá demandar, que irónico ¿verdad? Compartirás la custodia junto a él, es lo que quiero dadas las circunstancias: que este bebé se críe con sus padres.

Si así lo quieres cuéntale al bebé que lo amé con toda mi alma.

Perdóname.

Con amor, Sibia.

¿Qué hiciste Sibia? ¿Qué hiciste? Jackie empezó a llorar sin control y se derrumbó sobre la alfombra sollozando ¿Era una pesadilla? ¡Tenía que serlo! Esto no podía estarle pasando a ella. Su primer pensamiento fue hablarlo con su madre o Allyson pero no, tenía que haber un error. Se sentó para intentar que el mareo se le pasara. Gruesas lágrimas rodaron de nuevo por sus mejillas y por primera vez desde que se enfrentó a Oscar se sintió vulnerable y sumamente insegura. ¿Qué hacer ahora? Llamar al bufete le dijo la Jackie de cabeza fría.

Diez días después de escribir esa carta nació una hermosa nena y Sibia logró mantenerse con vida dos meses y dos semanas más en los cuales disfrutó de la pequeña. Al fallecer Sibia, el bufete tenía indicaciones de entregar la carta y de comunicarse con Jacqueline para transmitirle las últimas instrucciones y deseos de Sibia. Jaquie seguía en estado de shock, se había pasado el día de su llegada a casa al teléfono comunicándose con los abogados que le decían que tenía que volar a los Estados Unidos por la nena y encontrarse con el padre biológico. Ósea que aparte de ser madre ahora tenía que convivir con un hombre que no conocía de nada y que era el padre de la pequeña. No habían localizado al padre de la bebita y mientras eso no ocurriera no podía ir a reclamarla. Jaquie sentía una desesperación como nunca antes, quería tener a la bebita cuanto antes a su lado ¡Era su hija! A veces la invadía el terror para después sentirse invadida por algo totalmente nuevo que no era otra cosa que amor e instinto maternal. De lo que estaba casi segura es que el padre biológico no querría hacerse cargo de nada y para ella eso era perfecto, pues no quería más complicaciones. Lamentaba muchísimo la muerte de Sibia pero algo dentro de ella aún no le perdonaba el haberla usado de esa manera ¿Por qué no se lo dijo? ¿Por qué no lo habló con ella? Porque no le hubiera dado un óvulo para eso y Sibia lo sabía.

Se había pasado en un trance ese día y los que le siguieron, al dormir había tenido sueños angustiosos donde oía llorar al bebé y no podía hacer nada para encontrarla y llevársela con ella. El corazón le dolía, llamó en cuantiosas ocasiones al bufete exigiendo y reclamando le dijeran donde podían darle a su hija, pero se negaron rotundamente. Hasta que el padre se dignara a aparecer o por lo menos llamar, entonces fijarían una fecha para que se presentaran en el bufete y firmaran los papeles respectivos de custodia y hasta entonces la nena les sería entregada. Pero de ese cretino no había ni rastro todavía y a ella la desesperación la consumía. La nena estaba excelentemente atendida por personal de la casa de Sibia, le aseguraban que no había nada que temer y que ella siguiera con su vida normal hasta que le llamaran. ¡Como si fuera así de fácil! Gritó Jackie al teléfono al pobre y paciente abogado que había estado atendiéndola.

Sintiendo que se iba a volver loca decidió ir Florencia con Allyson puesto que ya faltaba poco para el aniversario y la respectiva fiesta. A pesar de tan grande y tremenda situación se decidió a no contarle nada todavía, pues no quería preocuparla y arruinar su estado de ánimo para su aniversario. Sabía que Ally se preocuparía terriblemente y pondría a su disposición de todo para recuperar a la nena. Pero por el momento no se podía hacer nada y dejando como una docena de números telefónicos donde podrían localizarla para darle cualquier mensaje se marchó a Florencia a bordo de un flamante avión particular propiedad de los Vecchio.

Aun no le habían dicho el nombre de la pequeña, hasta que estuvieran en el bufete le sería dada esa información le dijeron. Cosa que vio ridícula pero no le quedó más remedio que aceptarlo. A bordo del jet el sueño la venció y se encontró profundamente dormida en cuestión de minutos exhausta por tantas cosas.

Su sueño no le ayudó mucho a conservar la calma, seguía soñando con llanto de bebe y de pronto apareció Stefano en su sueño ¿Por qué? ¿Qué tenía él que ver en todo esto? Se despertó horas después sintiéndose descansada pero también algo confundida ¿Le hubiera gustado que el padre de la niña fuera él?


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top