Momo avanzaba por los pasillos del conservatorio o también llamada escuela de música.

Su violín azotaba su espalda mientras ella buscaba la puerta de su clase.

-¡Maldita sea!¡Ya llego diez minutos tarde!- Exclamaba ella mientras miraba su teléfono móvil, sin dejar de correr.

Para su buena suerte, aunque las aulas de violines fueran las últimas del pasillo, el pasillo no era especialmente grande.

Abrió la puerta de su clase "B4" encontrándose con una aburrida y molesta Seulgi.

La profesora la fulminó con la mirada.

-¿Otra vez señorita Hirai?- Preguntó con pesadez.

-Perdone profesora Seulgi. No volverá a pasar.- Seulgi era amable con sus alumnos y casi siempre los tuteaba, pero al haberla llamado por su apellido, Momo sabía que estaba enfadada.

-En fin, todas las semanas la misma promesa.-Seulgi suspiró.- ¿Te has estudiado la partitura que te di en la última clase?- Preguntó sonriendo. Su enfado había desaparecido mucho más rápido que la última vez, y eso eran palabras mayores.

Momo sonrió aliviada.

-Si profesora, esta semana tuve más tiempo así que las practique más.-Dijo cerrando la puerta del aula, para después abrir el estuche de su violín y empezar a montarlo.

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Momo estaba concentrada. Pasaba los pequeños hilos blancos de cola de caballo por las finas cuerdas.

La pasión que Momo dedicaba a su violín era increíble.

A veces ella prefería preparar sus partituras en su colorado atril y después dejar que las notas hicieran la magia a la que llamamos música.

Sus padres y ella se mudaron a Corea cuando su bonito restaurante en Japón sufrió un acto de vandalismo.

Sus padres no tenían suficiente dinero para reconstruir el restaurante, que optaron a irse a vivir con su tía, su marido coreano y sus dos hijos, los primos pequeños de Momo, Soobin y Ryujin.

Al contrario que los padres de Momo, sus tíos disponían de dinero de sobra, así que no fue problema para ellos acogerlos en su hogar y ofrecerles dinero para montar otro restaurante.

La relación de Momo con sus primos era muy buena por lo que no había habido problema.

Además, a su familia le gustaba escuchar y ver a Momo tocar el violín a diario, sobre todo a Soobin, que siempre le interesó la música clásica.

-¡Vamos Momo!-La animaba su profesora. Su alumna estaba terminado de tocar una obra de cuatro páginas, que había tocado casi perfecta.-¡El Mi bemol*!-Esa equivocación que su alumna siempre cometía la ponía de los nervios, aunque decidió no molestarse y seguir mirando a su alumna.

Al tocar la última nota larga, Momo separó el arco del violín sonriendo de oreja a oreja.

-Me ha salido bien, ¿no?-Preguntó a Seulgi, esperanzada.

-Si Momo, te ha salido muy bien.-Dijo la profesora enorgullecida. La sonrisa de Momo mostró sus blancos dientes.

Momo miró su reloj debido a que la clase tenía que estar por terminar.

Ella estaba en lo cierto. Seulgi le dijo que podía irse ya.

Después de volver a guardar su violín en su estuche de color negro, Momo salió por la verde puerta de la pequeña clase, despidiéndose de su profesora.

Avanzó por el pasillo encontrando un gran póster al final de este.

En frente de el póster había un chico cargando un gran estuche negro en la espalda.

Momo supuso que era un estudiante de violonchello.

Se acercó y miró al chico. Era alto, pelinegro y realmente guapo.

En seguida él se fijó en ella.

-¿Eres de violín?-Le preguntó él a lo que Momo asintió.-¿Estás en quinto de profesional?- Momo volvió a asentir.- Entonces creo que deberías ver el cartel.

Momo desvío su mirada al cartel.

El conservatorio de la ciudad quiere invitarte a su espectáculo.

Se hará el domingo 29 de agosto a de 2021 las 16:00.

El espectáculo se realizará con nuestro alumnado de 5° y 6° de profesional de todos los instrumentos.

Momo no salía de su asombro, era la primera vez que hacía un concierto en el que toda la ciudad podía verla.

Al ser septiembre de 2020, todavía faltaba poquito menos de un año así que supuso que a su olvidadiza profesora se le había olvidado comentarle.

-Gracias por decírmelo, empezaré a pensar la obra que tocaré.-Momo sonrió al violonchelista.- ¿Tú eres también de quinto?

-No, soy de sexto.-Respondió él, mostrándole la sonrisa más hermosa que Momo había visto.- Me llamo Hoseok.¿Y tú?- Se atrevió a preguntar Hoseok.

Hacía tiempo que veía a la chica entrar a su clase de violín o a la de orquesta.

Siempre le había parecido guapa y amable cuándo la escuchaba hablar con sus amigos.

Hacía tiempo que quería preguntarle si nombre y quién sabía; quizás entablar una pequeña amistad.

-Soy Momo, Momo Hirai.-Respondió ella.

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ATENCIÓN

Todos los personajes detrás de los nombres de los idols existen en la vida real.
Los tíos y primos de Momo existen en la vida real, pero no tienen la situación económica que se describe. En ningún momento acogieron a mis padres y a mí y mucho menos mis padres perdieron su empleo.

En el próximo cap aclararé en quien me inspiré para crear a Hoseok y la historia de amor y cuando Heechul aparezca, explicaré quién es y que relación tiene conmigo.

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*El Mi es una nota musical y el bemol es una alteración que hace que la nota suene un semitono menos.

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Hola! Esta es mi nueva historia Moseok.

La historia no tiene epílogo pq me gustaría que se fuese descubriendo un poco de lo que va en cada capítulo.

Soy amante del Moseok y aunque escribo Vsoo decidí hacer esta historia en la que me basé un poco en mi vida.

Estuve debatiendo si hacerla Vsoo o Moseok y me di cuenta de que no hay suficiente Moseok en la plataforma, así que aquí estamos.

Espero que disfrutéis la historia y que si os gusta el Vsoo vayáis a mí perfil pq tengo más historias allí.

Barbie se pira vampira y no sabe cuándo volverá 💞💞💞.....