Capítulo I: Donde menos se piensa, salta la liebre (última parte)


Una mañana de abril, los doctores le dieron la autorización a la familia para de poder llevarse a la bebé a casa. Kacey la acunó en los brazos y, después de un rato, se la pasó a Trey. El salón de prematuros se llenó de aplausos por parte del personal de salud; ese día le habían retirado la sonda de la nariz por donde se alimentó por tanto tiempo. Dash estaba viéndolos con el rostro apoyado en el cristal de la ventana. Esa era la segunda y última vez que había podido visitarla en el hospital.

Apartó la vista y se limpió las lágrimas, sonriendo con melancolía, al ver a sus papás sonriéndole a la bebé que tenían en brazos. Su mamá tenía las manos apoyadas en los hombros de su padre mientras le susurraba algo al oído. Hacía mucho tiempo que no la veía sonreír de esa forma; parecía que sentía alegría genuina, tal vez aún impactada por la gran noticia que le habían dado.

Su hermana había vencido la muerte, a pesar de los malos pronósticos médicos. Su mamá seguro lo había presentido desde antes, porque Phoenix parecía ser el nombre más adecuado para la bebé.

Con frecuencia se cuestionaba si todo el sacrificio de darle la bienvenida a otro miembro de la familia valía la pena. No sabía cómo sentirse al respecto de que alguien más ocupara el puesto de los gemelos en su vida.

No pudo evitar preguntarse si esa misma reacción de alegría que le dieron a ella ahora fue la misma que tuvieron sus padres cuando lo cargaron a él por primera vez en brazos.

Cerró los ojos y apartó la vista del hipnotizante campo de girasoles que veía pasar a toda velocidad por el vidrio del carro. Ya era primavera. El día estaba soleado y el cielo, de momento, no tenía ninguna nube.

Sus pensamientos lo estaban arrastrando a un área que se rehusaba a querer averiguar.

Su hermana estaba arropada en una silla de bebés a su lado.

Sus papás estaban hablando del baby shower que le harían a Phoenix en la tarde. Toda su familia ya estaba enterada de la noticia.

Kennedy y Hillary, las hermanas mayores de su mamá, les habían pagado la tarifa del seguro médico que se había ido acumulando con el paso del tiempo. Eran más de treinta mil dólares por todos los cuidados de esos tres meses que Phoenix había estado internada; su papá seguía sorprendido por aquel gesto tan dadivoso. Ese era el regalo de ellas.

Sus abuelos maternos, Jane y Fowler Hedley, al enterarse de la noticia, le habían dicho que vendrían tan pronto como se pudieran liberar de los quehaceres de su restaurante.

Su tía Isabella había quedado de hacer un postre para compartir: un pastel hecho de helado. Uno de los favoritos de Dash.

Dash sonrió al notar que la bebé ya podía abrir los ojos más seguido; estiraba las manos a todo color que le llamara la atención y se quedaba viendo fijamente a quien le pareciera curioso. Era una pelirroja de mejillas pecosas y regordetas, de unos ojos verdes bastante grandes y redondos. Era como ver a su mamá de pequeña, inclusive a los gemelos.

Volvió a ver a su madre, con la mano apoyada en la ventana del carro. No sabía cuánto tiempo le duraría la alegría al saber que el recuerdo de los gemelos perduraría al ver crecer a Phoenix, pero deseaba de corazón que no estuviese fingiendo sus emociones de nuevo.

Pequeños recordatorios, antes de que continúen.

Los capítulos, como dije al principio de la novela, tendrán un promedio de palabras entre 1000 o 3500 cuando mucho y estarán divididos en varias partes. Lo hice así solo para hacer la lectura más fluida. 

También tuve que resubir la versión actual de está obra, con unos ligeros cambios, ahora van a encontrar descripciones más reducidas y más diálogos entre cada capítulo ¡Su retroalimentación constructiva, la aprecio bastante!

Por último, tengan presente que ya me encuentro trabajando en el IV y último borrador de está historia. Desde luego, voy a tener que reescribir la mayoría de lo que verán aquí y acomodar alguna que otra parte.

Está versión, del tercer borrador, me llevó dos años y medio terminarla (2019 hasta finales del 2021) Lo más probable, es que también me pase igual con la última, así que no me animaré a compartir la versión hasta tenerla corregida y primero elegir qué pienso hacer con ella.

¡Gracias por darle una oportunidad a la historia! 💜

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