Capítulo 8: Monster High.

Capítulo 8: Monster High.

Clawdeen y Draculaura se sentaron juntas en el balcón, bajo la luz suave de la luna, y después de un momento de silencio cómodo, Draculaura suspiró, mirando las estrellas. Ella tenía que contarle las cosas, no quería perder a su amiga, así que tenía que ser sincera con ella en todo.

—Clawdeen... —comenzó en voz baja. — Quiero decirte algo que he estado guardando desde hace tiempo.

Clawdeen la miró, adivinando que el tema era serio y dándole espacio para continuar.

—Desde hace un tiempo, las cosas con Clawd no han sido... como antes. —dijo Draculaura, con un tono triste—. Me he sentido cada vez más... apartada. Su inmadurez, su impulsividad... y, no voy a mentir, Clawdeen, he tenido miedo de su reacción. No sé cómo vaya a tomar que... me he enamorado de alguien más.

Clawdeen suspiró con comprensión y le puso una mano en el hombro a su amiga.

—Lo sé, Draculaura. Lo he notado desde hace mucho. Mi hermano y tú... simplemente ya no estaban en la misma sintonía. No eres la misma chica que él conoció, y creo que él tampoco ha cambiado tanto como esperabas. —Clawdeen la miró con un gesto tranquilo, sincero—. Sé que puede ser difícil y que Clawd podría no tomarlo bien, pero... mereces ser feliz, amiga. Y si Celestino es quien te hace sentir así, entonces tienes todo mi apoyo.

Draculaura sonrió, aliviada, aunque su mirada todavía reflejaba algo de temor.

—Gracias, Clawdeen. Eso significa mucho para mí, de verdad. No quería lastimar a nadie, y mucho menos a ti... pero temía que Clawd reaccionara de forma impulsiva, hasta violenta. Sabes cómo es cuando se deja llevar por sus emociones.

Clawdeen asintió, comprensiva. —Créeme, conozco a mi hermano mejor que nadie. Sé que puede ser... difícil de controlar a veces, y entiendo que tengas ese miedo. Pero, Draculaura, te conozco a ti también, y sé que esto no lo hiciste con mala intención. Quizás al principio le cueste entenderlo, pero él tiene que aprender que no siempre puede tener lo que quiere. A veces, es solo cuestión de crecer.

Draculaura respiró profundo, sintiéndose reconfortada por las palabras de su amiga.

—No sabes cuánto significa esto para mí. No me imaginaba cómo sería contarle esto a alguien tan cercano a él, y más que todo a ti, Clawdeen. No quiero perder tu amistad.

—Nunca vas a perderme, Drac. Tú eres mi mejor amiga, y aunque Clawd es mi hermano, veo lo que Celestino significa para ti. Veo cómo has cambiado, cómo has crecido. Tú y Clawd ya estaban en caminos distintos, aunque no lo supieran. Así que, si estar con Celestino es lo que te hace feliz, te apoyaré siempre.

Draculaura le sonrió, sus ojos reflejando gratitud.

—Gracias, Clawdeen. No sé qué haría sin ti.

[....]

En otro lugar.

Celestino estaba reunido con unos viejos amigos que hacia siglos no veía. Todos ellos gracias a los conocimientos de sus padres, aún vivos y enseñanzas de algunos humanos e incluso de instituciones educativas de primera del mundo humano, alcanzaron un nivel dentro de la Elite mundial, siendo personas con mucho dinero, casi infinito y con influencias. Celestino también forma parte de ese circulo y hoy seria su ultimo día aquí, reunido con sus viejos amigos, algunos con los que incluso creció desde que apenas era un niño.

—Has cambiado tanto Celestino. — Otro vampiro de traje negro hablo. Su voz gruesa pero serena daba a entender que era el mayor de todos. — La llegada de esa vampiresa del mundo de los monstruos... Definitivamente te hizo bien. Ahora eres una mejor persona. — añadió.

—Gracias Otto, no sabes lo mucho que amo a esa chica. Le dio un giro de 360° a mi vida. Despertando sentimientos y emociones que nunca creí volver a sentir. — Celestino agradeció al vampiro mayor de nombre Otto Blutnacht, originario de Alemania.

—Todos estamos orgullosos de ti, Celestino. — Freyvar, un elfo de la luz tomo la palabra. — Si bien, nos entristece saber que te iras con ella al mundo de los monstruos. No olvides que con nosotros también tendrás un hogar y una familia. —Dijo con serenidad y calidez el joven elfo nórdico de cabello rubio.

—Tus padres... estarían felicidad de ver cómo has cambiado y tu padre seguro estará orgulloso de ti. — Arvid un hombre lobo originario de Grecia comento.

—Se los agradezco. A todos. Sin ustedes no se... Puede que incluso ya me hubiera quitado la vida hace mucho tiempo. —Celestino se sinceró y todos asintieron.

—Lo sabemos. — Dijo una Kitsune originaria de Japón. La sacerdotisa Yasaka Yamamoto. —Esa jovencita te ayudo mucho. Y enserio el estoy agradecida. Si no hubiera aparecido.... Bueno, no me quiero ni imaginar que pudieras haber hecho.

—Lo sé. — Celestino bajo la cabeza de la vergüenza de haber tenido la sola idea de matarse hace años. — Pero ahora. Amo a Draculaura y quiero pasar el resto de mi vida con ella. A su lado. Ella es todo lo que necesito para ser feliz. — Dijo con felicidad y sinceridad. Cosa que alegro a todos en la mesa.

—Siempre que nos necesites, aquí estaremos. — Otto el mayor de todo, añadió tranquilamente y orgulloso de su amigo más joven.

El resto de la noche todos celebraron la relación y el cambio de dirección de la vida del hijo de uno de los vampiros más poderoso de todos los tiempos después de Drácula.

[....]

A la mañana siguiente. Celestino ya se encontraba en su hogar, en su castillo y adoptando el titulo de Conde en honor a su padre. Un titulo que desde su perdida se reusaba a usar, pero que ahora había adoptado con orgullo para honrar a su padre. Draculaura y sus amigas ya se encontraba junto con él. Celestino ahora vestía una ropa mas casual. Una camisa blanca algo ajustada asiendo resaltar su físico musculoso y trabajado, la misma chaqueta negra que Draculaura le eligió hace dos meses, unos pantalones negros algo anchos y unas botas negras.

—¿Listo para conocer Monster High? — Pregunto Draculaura con emoción y una sonrisa.

—Claro. —Asintió Celestino regresándole la sonrisa a su novia.

—Frankie. — Clawdeen hablo y la hija de Frankenstein asintió para abrir el portal.

Uno por uno fueron ingresando y de ultimo cruzaron Celestino tomando de la mano a Draculaura. La vampiresa ya tenia planeado lo que haría una ves llegara. En lo que Celestino hablaba con la Directora Buena Sangre, ella hablaría con Clawd para terminar la relación y explicarle que ya estaba con alguien más. Al cruzar al otro lado. Celestino vio con bastante impresión el edifico de la escuela. Era bastante grande y tenía ese toque clásico. Cuando cruzaron muchos rápidamente se percataron de su presencia y se sorprendieron mas cuando lo vieron tomando de la mano de Draculaura.

Celestino observó la estructura gótica y elaborada de Monster High con una mezcla de asombro y curiosidad. Aunque había visto muchas maravillas en sus viajes, esta escuela para monstruos le resultaba completamente distinta a cualquier lugar en el que hubiera estado. Los pasillos, las torres y los detalles arquitectónicos eran imponentes y llenos de vida, no solo en su diseño, sino en la diversidad de estudiantes que cruzaban las puertas y se movían en grupos por los jardines.

Mientras Celestino y Draculaura se acercaban a la entrada principal, comenzó a notar las miradas de muchos estudiantes que los observaban con curiosidad. Los susurros entre algunos grupos no tardaron en escucharse:

—¿Quién es ese? —murmuró una chica vampira de cabello oscuro, con los ojos muy abiertos mientras los seguía con la mirada.

—¡Míralo! ¡Es tan atractivo! —comentó otra joven, una gorgona que no podía apartar los ojos de Celestino.

—¿No es el chico que va con Draculaura? ¿Cuándo consiguió un novio tan... apuesto? —susurró una fantasma de cabellos plateados, con una sonrisa de admiración.

Los ojos de las chicas lo observaban atentamente, sorprendidas tanto por su presencia como por la elegancia y serenidad que irradiaba. Celestino, a pesar de notar las miradas, mantenía la calma y la mano de Draculaura firmemente entrelazada con la suya, proyectando seguridad y devoción.

En ese momento, Frankie y el resto del grupo de amigas de Draculaura —Clawdeen, Cleo, Lagoona y Ghoulia— aparecieron cerca de la entrada. Frankie fue la primera en acercarse con una gran sonrisa de bienvenida.

—¡Celestino, bienvenido a Monster High! —exclamó, dándole un cálido abrazo amistoso antes de retroceder un paso—. Nos alegra muchísimo que estés aquí. ¿Qué te parece el lugar?

Celestino sonrió y miró a Frankie y al resto del grupo antes de responder:

—Es... impresionante. He conocido muchos lugares, pero Monster High tiene una esencia única —comentó, admirando el bullicio alegre de los estudiantes—. Es como un mundo entero reunido en una sola escuela.

Cleo, con su usual porte real, le dedicó una sonrisa encantadora. —Créeme, aquí encontrarás de todo. Seres de todas partes, tradiciones, culturas... y algunas sorpresas, por supuesto.

Lagoona le dio una palmadita en el brazo, con un tono amistoso. —¡Sí! Aquí estamos todos para apoyarte y hacerte sentir bienvenido. ¡Te vas a sentir como en casa!

Clawdeen, divertida, le guiñó un ojo a Draculaura. —Parece que ya causaste una gran impresión, Celestino. Varias chicas ya están preguntando por ti.

Draculaura soltó una risa y apretó suavemente la mano de Celestino. —Eso es porque no lo conocen como yo. —Lo miró a los ojos con cariño—. Además, lo mejor de él es cómo me hace sentir cada día.

Celestino le devolvió la mirada, lleno de afecto, y luego miró al grupo de amigas de Draculaura con gratitud.

—Gracias, chicas. Realmente me hacen sentir bienvenido. Es un honor para mí estar aquí y conocer este mundo tan importante para Draculaura.

Ghoulia, quien estaba un poco más atrás y con su computadora portátil en mano, emitió un murmullo de aprobación, asintiendo con una sonrisa amigable.

Frankie, emocionada, no pudo evitar exclamar: —¡Vamos, Celestino! Te mostraremos todos los rincones de la escuela. ¡Te va a encantar!

Juntos, el grupo de amigas y Draculaura guiaron a Celestino por la entrada, listos para mostrarle cada detalle de Monster High y hacerlo sentir parte de esta gran familia de monstruos.

Todo parecía salir bien, algunos estudiantes se acercaron al ver al vampiro nuevo que claramente era el nuevo novio de Draculaura. Justo mientras Celestino y el grupo de amigas de Draculaura comenzaban caminar ara entrar al edifico en Monster High, Clawd salió por las puertas principales. Su mirada se posó inmediatamente en la escena: Draculaura tomada de la mano de un hombre alto y elegante, desconocido para él. Algo dentro de Clawd se encendió; su lado impulsivo e inmaduro no podía ignorar la imagen frente a él.

Sin pensarlo dos veces, Clawd caminó directamente hacia Celestino con los ojos llenos de desafío. Sin mediar palabra, empujó a Celestino, aunque el impacto fue mínimo; Celestino apenas se movió, mientras que Clawd parecía haber chocado contra una pared sólida.

—¡Oye, tú! —espetó Clawd, con el ceño fruncido—. ¿Quién te crees que eres, tomando de la mano a Draculaura? ¡No tienes derecho!

Celestino mantuvo su postura tranquila, aunque su mirada se endureció ligeramente. No estaba acostumbrado a que lo confrontaran de esa forma, pero decidió responder con calma.

—Mi nombre es Celestino —contestó en un tono sereno pero firme—. Y soy el novio de Draculaura.

Clawd apretó los puños, evidentemente molesto. —¿Novio? ¡Draculaura es mi novia! —gritó, aunque en el fondo sabía que su relación se había vuelto distante—. No sé quién seas ni de dónde vienes, pero no puedes venir aquí y... y...

Clawdeen rápidamente se interpuso entre su hermano y Celestino, intentando calmar a Clawd antes de que las cosas se salieran de control.

—Clawd, ¡detente! —dijo con voz firme—. Draculaura y tú terminaron hace mucho, y tú lo sabes. Además, no tienes ningún derecho a hacer una escena aquí. ¡No seas infantil!

Frankie y las demás chicas rodearon a Clawd también, tratando de contenerlo. Frankie le puso una mano en el hombro, intentando tranquilizarlo.

—Clawd, por favor. No es lo que piensas —dijo Frankie, con un tono conciliador—. Celestino y Draculaura están juntos, y ella es feliz. Tienes que respetarlo.

Clawd miró a Draculaura, su rostro aún lleno de una mezcla de confusión y rabia. —¿Es esto cierto, Draculaura? ¿Es este... tipo tu nuevo novio?

Draculaura dio un paso al frente y le dedicó a Clawd una mirada compasiva pero firme. —Clawd, sabes que lo nuestro terminó porque ya no funcionaba. Intenté que las cosas fueran distintas, pero... no estábamos destinados. Y sí, Celestino es ahora alguien importante para mí.

Clawd resopló, claramente herido, pero el peso de las palabras de su hermana y amigas parecía calmarlo poco a poco. Finalmente, bajó los hombros, aunque su expresión aún era dura.

—Supongo que no puedo hacer nada al respecto —murmuró Clawd—. Pero... ¡tú! —dijo, señalando a Celestino con el dedo—. ¡Más te vale tratarla bien o lo sabré!

Celestino inclinó la cabeza con respeto y seriedad. —No tienes de qué preocuparte, Clawd. Draculaura es lo más importante para mí, y haré todo lo que esté en mi poder para hacerla feliz.

Clawd miró a Celestino por un momento más, evaluándolo, antes de finalmente dar un paso atrás. Clawdeen le puso una mano en el hombro y le dio una sonrisa tranquilizadora.

—Ves, hermano, no es tan malo. Draculaura merece ser feliz, y tú también encontrarás a alguien que te valore, pero... necesitas madurar un poco, ¿sí?

Con eso, Clawd asintió, aunque todavía con algo de orgullo herido, y se retiró mientras murmuraba entre dientes.

Cuando se alejó, las chicas soltaron un suspiro de alivio. Frankie se giró hacia Celestino con una sonrisa amable.

—Siento mucho todo eso, Celestino. Clawd es... bueno, es impulsivo, pero no es una mala persona. Solo necesita un poco de tiempo.

Celestino asintió, relajando su postura. —Lo entiendo. Creo que todos tenemos algo que aprender en situaciones así.

Draculaura lo miró con ternura, sintiéndose agradecida por cómo había manejado la situación. Ella entrelazó sus dedos con los de él nuevamente, y juntos, finalmente entraron en Monster High, listos para comenzar una nueva etapa juntos.

[...]

Celestino ya se encontraba en el despacho de la Directora Buena Sangre. Buena Sangre lo reconoció casi al instante. Celestino tenia tanto parentesco con su padre, que era inevitable no darse cuenta que es el único hijo del Conde Salvatore Moretti, un vampiro que estaba a la par del padre de Draculaura, El Conde Drácula.

—Celestino ¿Verdad? — el vampiro asintió. — Soy la Directora Buena Sangre. Puede que no me recuerdes porque apenas eras un niño cuando te conocí. Pero fui amiga de tu madre, Vanessa Burgos. Y... Lamento mucho lo que le paso. Mi mas sentido pésame. Vanessa era como mi hermana. — Buena Sangre dijo con pesar, cosa que Celestino aprecio y al menos la reputación de su padre lo precede.

—Gracias directora. Siendo sincero, no la recuerdo mucho. Creo que yo apenas era un bebe para cuando usted conocía y visitaba a mi madre. Pero me alegro que la conociera al igual que mi padre. —Buena Sangre asintió con una sonrisa serena.

—Bueno. ¿Supongo que querrás estudiar aquí? ¿No es así? — Pregunto tranquilamente.

—Así es. Luego de varios siglos en soledad y aislacionismo. Encontré una razón para ver mi vida de otra forma. —Celestino giro su cabeza para encontrarse con los ojos y una sonrisa tierna de parte de Draculaura. —Si no fuera por ella. No se... No me quiero ni imaginar las cosas que pude haber hecho. —Celestino se sinceró y Draculaura apretó mas su agarre con el de él.

—Entiendo. No te preocupes. Yo me encargare del papeleo. ¿Pero dónde vivirás? — Pregunto algo preocupada, ya que actualmente los cuartos de la escuela ya están llenos y en la ciudad los departamentos son algo caros.

—De eso quería hablar con usted. —Celestino se aclaró la garganta. — Encontré una forma de mover el Castillo de mi padre a este mundo. Pero necesito un lugar con mucho especio para eso. Y quería preguntarle, si me da permiso, incluso le pagare si es necesario, de colocar mi castillo en el centro del bosque que a un lado de la Escuela. Ya que... — Volteo a ver a Draculaura. —Draculaura y yo, hemos decidido vivir juntos. Aunque primero hablar con su padre. — Explico.

—Mmmm... ya veo. No te preocupes, puedes usar el bosque para colocar tu hogar. Y no es necesario que me pagues. Eres el hijo de uno de los vampiros más importantes de todos los tiempos y el Conde Salvatore a diferencia de otros vampiros, era diferentes. Mas sereno, calmado y humilde a pesar de ser el segundo vampiro más poderoso de todo después de Drácula. —Buena Sangre dijo con tranquilidad.

—¡Se lo agradezco! — Celestino respondió de inmediato con una sonrisa.

Buena Sangre asintió con una sonrisa contenta. Ella sabía poco del pasado del hijo de una de sus mejores amigas. Pero ya se podía imaginar todo lo que sufrió solo y en el aislacionismo. Buena Sangre estaba impresionada de como Celestino pudo soportar cientos de años solo y eso era de alagar y reconocer. No cualquier soporta tanto tiempo solo. Y económicamente a Celestino no le faltaba el dinero, por lo que podrá vivir cómodamente en este mundo. Solo será que transfiera su dinero a bancos de este mundo.

[...]

—Todo salio bien. — Celestino comento, estando sentado junto a Draculaura en uno de los jardines de la escuela.

—Te lo dije mi amor. Buena Sangre siempre acepta a todos los monstruos del mundo. para eso es la escuela y lo menor. — Ella se acurruco un poco a más a el y Celestino la rodeo con sus fornidos brazos. —Es que estas aquí conmigo. — Draculaura lo miro a los ojos, unos ojos rojos que la hipnotizaban.

—Siempre estaré contigo. — Celestino apretó un poco mas el abrazo. — Tu me mostraste el lado positivo de mi vida. Tu le distes sentido y me diete un verdadero propósito para seguir viviendo. — Draculaura sonrió con felicidad al escuchar las palabras de su novio. — Te amo... Draculaura. —Celestino dijo con amor y cariño verdadero en sus palabras, acariciando la mejilla de su novia con delicadeza.

—Yo también te amo, mi amor. — Draculaura le acaricio su mejilla izquierda y poco a poco se fue acercado a él y Celestino correspondió y ambos unieron sus labios en un tierno y hermoso beso de verdadero amor.

[....]

Una semana después.

El enorme Castillo Moretti, se alzaba con imponencia desde el corazón del bosque estaba dentro de las propiedades de Mosnter High, ya que después de todo la escuela no es precisamente pequeña. Celestino logro mejorar la maquina antigua de las catacumbas junto a la Zombi Ghoulia y con ella y los inventos de Celestino, lograron teletransprotar el imponente castillo a su nueva locación.

Celestino lo principal que hizo fue contratar personal para mantener en orden y limpio el castillo, así como una portera Youkai llamada Hong Meiling que atiende la puerta de entrada de la casa junto a mas empelados que Celestino contrato. Celestino se trajo del mundo humano sus vehículos favoritos. El Ferrari F40, el Corvertte C5, el Lamborghini Countach, su camioneta Ram 1500 6x6 TRX Warlord de color negro y a Draculaura le regalo un Lamborghini Murciélago del color favorito de Draculaura.

Aquella mañana, Celestino y Draculaura salieron juntos del castillo, disfrutando de la tranquilidad de su nuevo hogar en el bosque. Tomados de la mano, caminaban por el sendero que llevaba al garaje mientras charlaban sobre todo lo que habían compartido en el mundo humano.

—¿Sabes? —dijo Celestino, mirando a Draculaura con una sonrisa—. Aún me parece increíble haber llevado a cabo todo esto. El traslado del castillo, cada pequeño detalle... Todo gracias a ti. Sin ti, habría seguido atrapado en mi propio aislamiento, enfocado únicamente en mi vida solitaria.

Draculaura lo miró con ternura, apretando suavemente su mano. —Celestino, no sabes cuánto me hace feliz escucharte decir eso. Verte disfrutar de una vida más completa, y saber que somos un equipo en todo esto, es más de lo que alguna vez imaginé.

Celestino asintió, deteniéndose por un momento para mirarla a los ojos. —Nunca imaginé que alguien podría romper las barreras que había construido. Te debo más de lo que las palabras pueden expresar. Has sido la luz que trajo vida a este castillo y a mí mismo.

Draculaura sonrió, sus mejillas enrojeciendo levemente ante sus palabras. —Yo también he cambiado desde que te conocí. Me has enseñado a apreciar la tranquilidad y a disfrutar de los momentos más simples. Has sido mi guía en más formas de las que puedo contar.

Con una mirada profunda y agradecida, Celestino acarició suavemente su mejilla antes de inclinarse hacia ella. Sus labios se encontraron en un beso largo y tierno, un reflejo de todos los momentos compartidos y de un amor que parecía cada vez más inquebrantable.

Tras el beso, ambos sonrieron con complicidad, y Draculaura miró con emoción el Lamborghini que él le había regalado.

—¿Lista para ir a Monster High en tu Murciélago? —le preguntó Celestino, abriendo la puerta para que subiera.

Draculaura rió, emocionada, mientras se acomodaba en el asiento del conductor. —Siempre lista, amor.

Celestino se acomodó en el asiento del copiloto, y juntos emprendieron el camino hacia Monster High. El Lamborghini Murciélago rugió con fuerza, atravesando el bosque mientras los dos amantes miraban hacia adelante, listos para enfrentar cada nueva aventura juntos.

Fin.

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